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miércoles, 5 de marzo de 2008

Un asunto… (La perversidad desenmascarada)

En el diccionario Rancés, de Editorial Ramón Sopena, 1982 hallo el significado de la palabra "tenebroso" como adjetivo que define algo oscuro, cubierto de tinieblas. Ello me hace pensar que Balzac cuando escribió esta novela no sólo reflejó costumbres, prototipos humanos e ideas políticas de la época. También mostró a sus lectores, la opinión pública en general, las cualidades excepcionalmente siniestras, ocultas o disimuladas con habilidad, que “adornaban” a unos cuantos de los tenidos por prohombres. Individuos que independientemente del régimen político alzado en el poder, durante muchos años, fueron parte decisiva de los destinos de los ciudadanos de la Francia de Balzac. De este modo al escritor cabría el mérito adicional de denunciar la realidad escondida detrás de un acontecimiento. La utilización de la ficción literaria, medio al alcance de muchos, para arrojar luces y desvelar la trama oculta. Iluminando a sus contemporáneos respecto a las acciones maléficas realizadas por algunos de sus personajes más perversos y ladinos, tales como Tayllerand, Sieyès y Fouché, especialmente este último, un jefazo de policía o ministro plenipotenciario de interior.

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