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sábado, 13 de diciembre de 2014

Jane Eyre, de Charlotte Bronte

El pasado verano(2014) leí, más bien devoré, el tomo I de la inmortal obra de Charlotte Brontë, “Jane Eyre”, Ediciones Petronio1971, Colección “Clásicos Petronio”, versión de J. Ribera, libro de  trescientas veinte páginas. 

Resultado de imagen de imagen Charlotte BronteEn este tomo primero muchos de sus  capítulos van dedicados a la descripción de las vicisitudes de una niñita huérfana, Jane Eyre, confiada a su  tía política, una mujer rica, pero tan egoísta y avariciosa de lo ajeno como inmisericorde con el prójimo desvalido; y de cómo la Providencia( al menos así lo entiendo yo) favorece mediante el ingreso de la pequeña en un orfanato  que ésta tenga una  sólida formación tanto en principios de   moral cristiana  como  en conocimientos que le auguren el propio sustento  y un futuro estable.

 Según leí  en la biografía de la autora, muchas de las circunstancias y de los hechos narrados, en relación al orfanato, son fruto de la experiencia personal de la escritora, que vivió, junto con sus hermanas, en una institución similar. Y gracias a ello tuvo( tuvieron) una preparación básica imprescindible para trabajar como institutriz.  

Esta particularidad de que los hechos estén basados en la realidad vivida por su autoras, así como que algunos de sus personajes sean prototipos universales, como, por citar dos buenos ejemplos: la tía de Jane, ser egoísta de duro corazón, preocupada y ocupada por el qué dirán y apreciando a las personas en función única de su estatus y fortuna, y  en apariencias, el buen benefactor, pero, en realidad, un cínico e hipócrita personajillo, que mira porque los demás hagan y cumplan estrictamente todo lo que él y los suyos son incapaces de hacer y aún menos, soportar,   son, a mi juicio, los elementos universales de eterna vigencia que logran conmover y sensibilizar aún más, si cabe,  al lector  de cualquier época y lugar .

 A modo de conclusión señalaré que esta primera parte de la novela me resultó especialmente edificante en cuanto  a ver retribuido  a cada uno según su hacer.  La desvalida huérfana, gracias a la formación en conocimientos y valores  morales recibidos en la institución a la que se vio forzada a marchar por el injusto y discriminatorio trato de su tía, la vemos convertida en una virtuosa y trabajadora  joven capaz de superar airosamente los retos de la vida. 

Quiero señalar que encontré  sumamente angustioso el pasaje que nos narra el castigo impuesto a la pequeña, encerrada en una habitación que para ella era tenebrosa; y hasta me parecía percibir sus gritos de espanto clamando por salir de allí. Lo cual me hizo  sentir tanta angustia por la niñita como rabia por la actitud indolente de la mujer adulta que tan desproporcionado y cruel castigo infería, la muy abusona, a una criatura desamparada. ¡Qué crueldad, y también cuánta maestría la de Charlotte Brönte al describirla!

Resultado de imagen de imagen Charlotte Bronte Esta archiconocida novela ha sido llevada a la pantalla muchas veces  ; la última en 2011. En Wikipedia leí que la película protagonizada por Orson Welles y Joan Fontaine, año 1944, se convirtió en un clásico del cine. Y también del carácter autobiográfico como de la existencia corta y nada fácil de los diferentes miembros de la familia Brontë. Familia Brontë de la que Emily, Anne y Charlotte dejaron buenos testimonios de su fe cristiana a través de sus conocidas novelas “Cumbres borrascosas”,” Ana Grey” y “Jane Eyre”, respectivamente. Transcribo, copio y pego, trozo de lo publicado en Wikipedia sobre esta familia que legó a tres excelentes escritoras:


La madre de Charlotte murió el 21 de septiembre de 1821 y, en agosto de 1824, Charlotte y Emily fueron enviadas con sus hermanas mayores, María y Elizabeth, al colegio de Clergy Daughters, en Cowan Bridge (Lancashire), donde cayeron enfermas de tuberculosis. En este colegio se inspiró Charlotte Brönte para describir el siniestro colegio Lowood que aparece en su novela Jane Eyre. María y Elizabeth volvieron enfermas a Haworth y murieron de tuberculosis en 1825. Por este motivo y por las pésimas condiciones del colegio, la familia sacó a Charlotte y a Emily del internado. En 1842 Charlotte y Emily ingresaron en un internado privado de Bruselas, pero al morir su tía se vieron obligadas a volver. Emily se quedó como administradora de la casa y Anne se puso a trabajar como institutriz con una familia cerca de York, en la que también entró a trabajar su hermano como profesor particular de música. Las experiencias que Charlotte vivió en Bruselas le sirvieron a su regreso para plasmar la soledad, la nostalgia y el aislamiento de Lucy Snow en su novela Villete (1853). A su hermano Branwell lo despidieron acusado de haberse enamorado de la mujer de su patrón y empezó a recurrir cada vez más al opio y a la bebida .Después, las tres hermanas se dedicaron a publicar novelas. La primera que se publicó fue Jane Eyre (1847), de Charlotte, que tuvo un éxito inmediato. Agnes Grey, de Anne, y Cumbres borrascosas, de Emily, aparecieron más adelante aquel mismo año. Al regresar a Haworth después de haberse ido un tiempo a ver a sus editores, encontraron a Branwell a punto de morir. Su hermana Emily murió de tuberculosis en 1848. Anne murió de la misma enfermedad en 1849, un año después de publicar su segunda novela, La inquilina de Wildfell Hall, y mientras Charlotte escribía Shirley.
Charlotte se casó en 1854 con Arthur Bell Nicholls, el cuarto hombre que le propuso matrimonio. El 31 de marzo de 1855, estando embarazada, enfermó y murió de tuberculosis como sus hermanas.”  











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