Detallo a continuación algunos de los párrafos y frases para mí más significativos y de vigencia , es decir, aplicables por entero a esta España de mis amores, y en mayor medida a Cataluña de mi corazón, sacados de la introducción titulada "Libertad de expresión", que acompaña a modo de prefacio a "Rebelión en la granja".
Dicha introducción aunque ya escrita no fue publicada junto con la obra en sus primera emisiones. Al parecer en esos años no convenía decir las verdades sobre el régimen soviético, o al menos así lo entendían los intelectuales y escritores "liberales" británicos, a quienes van dirigidas las críticas y observaciones de Orwell. Extensibles, sin embargo, a todos aquellos que el miedo, o las consecuencias personales, le impidan expresar su justo parecer y contar las verdades sobre los hechos, cualesquiera que estos fueran, e independientemente de sus autores reales.
(…) el mayor peligro para la libertad de expresión y de pensamiento no( proviene de la intromisión directa (…) de cualquier organismo oficial.(…) En este país, la cobardía intelectual es el peor enemigo al que han de hacer frente periodistas y escritores en general.(…)Cualquier persona cabal y con experiencia periodística tendrá que admitir que, … la censura oficial (…)ha sido correcta y de una clara tolerancia para las opiniones minoritarias. El hecho más lamentable en relación con la censura literaria en nuestro país ha sido principalmente de carácter voluntario. Las ideas impopulares, según se ha visto, pueden ser silenciadas y los hechos desagradables ocultarse sin necesidad de ninguna prohibición oficial(…) estas mismas noticias son eludidas por la prensa …, no porque el gobierno las prohíba, sino porque existe un acuerdo general y tácito sobre ciertos hechos que «no deben» mencionarse. Esto es fácil de entender mientras la prensa … siga tal como está: muy centralizada y propiedad, en su mayor parte, de unos pocos hombres adinerados que tienen muchos motivos para no ser demasiado honestos al tratar ciertos temas importantes. Pero esta misma clase de censura velada actúa también sobre los libros y las publicaciones en general, así como sobre el cine, el teatro y la radio(…)en un momento dado se crea una ortodoxia,(dogma, verdad , “post verdad”) una serie de ideas que son asumidas por las personas bienpensantes y aceptadas sin discusión alguna… Y lo peor es que esta conspiración nacional (…) se produce a pesar de unos probados antecedentes (...)El servilismo con el que la mayor parte de la intelligentsia se ha tragado y repetido los tópicos de la propaganda (…)Publicación tras publicación, sin controversia alguna, se han ido aceptando y divulgando (…) con un desprecio absoluto hacia la verdad histórica y hacia la seriedad intelectual(…)entre la indiferencia de nuestra prensa de izquierdas; y cualquier escrito en su defensa, aunque fuera una simple carta al director, vio rechazada su publicación... no sólo se consideraba reprobable cualquier tipo de crítica (…), sino que incluso se mantenía secreta(...)… es importante distinguir entre el tipo de censura que se imponen voluntariamente los intelectuales (…) y la que proviene de los grupos de presión(…)Desde luego que era posible publicar libros anti…, pero hacerlo equivalía a condenarse a ser ignorado por la mayoría de los periódicos importantes. Tanto pública como privadamente se vivía consciente de que aquello «no debía» hacerse y, aunque se arguyera que lo que se decía era cierto, la respuesta era tildarlo de «inoportuno» y «al servicio de» intereses reaccionarios(…)Acontecimientos similares (…) se juzgaban según distintos criterios. (…) Si la libertad intelectual ha sido sin duda alguna uno de los principios básicos de la civilización occidental, o no significa nada o significa que cada uno debe tener pleno derecho a decir y a imprimir lo que él cree que es la verdad, siempre que ello no impida que el resto de la comunidad tenga la posibilidad de expresarse por los mismos inequívocos caminos(…)ello incumbe principalmente a la intelectualidad científica y literaria el papel de guardián de esa libertad que está empezando a ser menospreciada en la teoría y en la práctica(...)Los marxistas claman a los cuatro vientos que la «libertad burguesa» es una ilusión, mientras una creencia muy extendida actualmente argumenta diciendo que la única manera de defender la libertad es por medio de métodos totalitarios(…) aplastar a los enemigos sin que importen los medios utilizados. (…)Todos los que sostienen esta postura no se dan cuenta de que, al apoyar los métodos totalitarios, llegará un momento en que estos métodos serán usados «contra» ellos y no «por» ellos(…)están dispuestos no sólo a tolerar la censura sino a falsificar deliberadamente la Historia (1)(…)Cambiar una ortodoxia por otra no supone necesariamente un progreso, porque el verdadero enemigo está en la creación de una mentalidad «gramofónica» repetitiva, tanto si se está como si no de acuerdo con el disco que suena en aquel momento(…)la libertad intelectual es una tradición profundamente arraigada sin la cual nuestra cultura occidental dudosamente podría existir. Muchos intelectuales han dado la espalda a esta tradición, aceptando el principio de que una obra deberá ser publicada o prohibida, loada o condenada, no por sus méritos sino según su oportunidad ideológica o política. Y otros, que no comparten este punto de vista, lo aceptan, sin embargo, por cobardía(…) En la actualidad, en nuestro país (…) los intelectuales no vacilan en mancillar la inteligencia…
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(1) Orwell cita el ejemplo de “Diez días que conmovieron al mundo” y dice: “los comunistas ingleses destruyeron en gran parte la edición original, lanzando después una versión amañada en la que omitieron las menciones a Trotsky así como la introducción escrita por el propio Lenin. Si hubiera existido una auténtica intelectualidad liberal en Gran Bretaña, este acto de piratería hubiera sido expuesto y denunciado en todos los periódicos del país. La realidad es que las protestas fueron escasas o nulas”.
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