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lunes, 17 de marzo de 2008

La vida del buscón llamado Don Pablos, por Francisco de Quevedo diciembre, 2006(1)

 La primera parte del libro no me defraudó. En absoluto. Me he reído bastante, aunque debo advertir que algunas de las situaciones descritas, y que a mí me han hecho reír, acaso no sean tan divertidas para otros. Es el mismo tipo de humor, algo negro y hasta cruel, del Lazarillo de Tormes, o el de las palizas a Sancho en su paso por las ventas en sus correrías por La Mancha junto al inofensivo loco Don Quijote. Ah, y también, cómo olvidarlo, el de La Celestina, la célebre alcahueta en sus trapicheos con sus dos compinches. Un poco de desenfado y risa no viene nada mal al cuerpo y para el espíritu pienso que es aún mejor.

 Si tuviera, en suma, que dar una conclusión en cuanto al contenido o fondo de las historias contadas en esta primera parte del libro, diría que se nos brinda la visión de un personaje muy positivo que sabe sacar el mejor partido de las circunstancias de su entorno.

 

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