Marcelino Pan y Vino y otras narraciones. Libro RTV núm. 31 de la Colección Biblioteca Básica Salvat, edición 1969 que recoge ocho de los cuentos escritos por Sánchez- Silva, prologado por José García Nieto, académico de la Real Academia de la lengua Española, en el que resalta las dotes excepcionales de Sánchez Silva como autor de narraciones para niños, "almas puras". Al mismo tiempo que señala que, en este tipo de escritor (Perrault, Amicis, Grimm...) al mérito de la tarea de creación hay que añadir el esfuerzo de expresar la acción con más intensidad y con la mayor claridad posible, sin retóricas ni adornos sobrados, para lo cual se precisa acertar en la elección de fondo(tema) y en la forma (prosa limpia y clara)tildando ello de "rara disposición de iluminados por ese don misterioso de conseguir con los menores elementos la perfección, la sencillez y la unidad...válido para todos los públicos, sin que pierda jamás altura y entidad".
Me pregunto, pues, si ese "don" - calificado así por el ilustre académico - se sigue dando entre los escritores para niños, para las almas puras de hoy, luego de ver los anuncios de los próximos estrenos de películas y oír el título de los libros, destinados ambos para un público infantil. Repletos de personajes de seres más que fantásticos, fantasmagóricos, colores oscuros, brujos, brujería, monstruos violentos...
Conocer el argumento no me impidió disfrutar con la lectura de esta sencilla narración que nos habla de un niñito que se cría entre doce frailes franciscanos en un convento - tal como dice la poesía de Fray Luis de León - apartado del mundanal ruido; ante cuyas puertas había sido abandonado cinco años atrás, el día de San Marcelino. La existencia de Marcelino transcurre como la de los frailes: vida austera y comida en la que abundan los frutos de la huerta y del campo en general, siendo la carne un manjar de carácter excepcional, circunstancias que obligarán al gato a ser vegetariano. No hay juguetes, ni tampoco compañeros de su misma edad. Es descrito como niño corriente, ni más listo ni más tonto, jugando y escapándose de la disciplina siempre que puede. Hasta que un día, arrastrado por la curiosidad y ganas de aventura propias de su espíritu infantil, topa con Jesucristo, colgado en Su Cruz, en el desván del convento, lugar en donde se apilan las cosas inservibles y los trastos viejos. El Crucificado y Marcelino se hacen amigos.
En el prólogo de García Nieto he leído que una historia, contada por la madre de Sánchez - Silva , fue la base de este cuento tan enternecedor, y ello me induce a pensar que quizás el autor también quisiera, con esta narración, brindar reconocido mérito a la figura materna.
oooOOOooo
25 de enero de 2015: Han pasado unos cuantos años desde que escribí el comentario sobre este para mí precioso cuento de Sánchez Silva que fue llevado a la gran pantalla.
El pasado domingo, el Canal " 13TV " puso la película y tuve ocasión de deleitarme de nuevo con la visión de la carita del pequeño y oír los comentarios y las anécdotas referidos por los invitados al programa, entre ellos un joven cura, y el escritor Luis del Val.
El sacerdote resaltó como valor principal de la narración el elemento
espiritual, hoy, según creo, desaparecido del todo de los cuentos y producciones para
niños, sustituido por conceptos y mensajes que hace muy difícil distinguir,
- estimo que hasta para algún adulto -, entre "lo bueno" y "lo
malo" y "el ser bueno" del "ser malo", al mismo
tiempo que afirman el recurso a lo fácil a través de "lo mágico"
y de " los poderes ultra humanos".
Particularmente me
asombro, por no decir, me espanto, cuando veo "las figuras deformes
o de apariencia más bien malignas" de los personajes de las actuales historias
infantiles y público más joven. Como buen ejemplo destacaría el personaje de
"La Maligna"
protagonizado por Angelina Jolie, que tiene "encantados" a
tantos, incluida alguna chiquillería.
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