Me estoy refiriendo a Juan Valera, el autor de "Juanita la larga”.El ejemplar leído es el número 62, de la Colección de libros RTV, de Biblioteca Básica Salvat, año 1970, con prólogo de Paulino Garagorri. De este prólogo he sacado información sobre la figura del autor. Un personaje peculiar, "un hombre que ha corrido mucho pero sin asiento ni rumbo seguro" - palabras de Garagorri - aludiendo a las muchas profesiones (escritor, periodista, funcionario, diplomático, etc.) ejercidas por Valera; además de los muchos lugares del mundo (Fráncfort, Washington, Bruselas, Viena, Moscú, Lisboa, Río, etc.) en que residió. Sus andanzas en la política le llevaron hasta Subsecretario de Estado. Las cosas no fueron tan coloristas en la cuestión privada, aunque al parecer fue de los que supo aguantar la vela, mirando hacia adelante, desde el lado mejor y más hermoso.
La novela es un buen ejemplo de esa visión positiva y optimista de la vida y de las distintas personas que por ella deambulan.
Pero antes de seguir adelante he de justificar el título escogido. Me ha llamado mucho, muchísimo, muy positivamente, por cierto, el hecho que un señor tan trotado por esos mundos de Dios; mundos, además, populosos y urbanos nos deleite a quienes le leamos, con la ambientación maravillosa de sus novelas en los parajes recónditos de su tierra natal ( Cabra, un pueblecito de Córdoba, en Andalucía, España). Nos hable de las singularidades de sus gentes, costumbres, tradiciones, incluso de sus platos y comidas; y no olvide deleitarnos con una jugosa descripción de la Semana Santa andaluza, como la que hallamos en esta obra.
Pienso que el espíritu de Juan Valera bien podría darse una vuelta por Cataluña e ingeniárselas para dejarse ver o escuchar- sin asustarlos mucho, claro está - por alguno de sus paisanos, hoy políticos catalanes , y les contagie con su talante, buen humor y sobretodo, les comunicara algo de su orgullo por los comunes lugares de origen e idiosincrasia.
Parece que me esté olvidando de comentar la novela. No es así. Lo que sucede es que lo que de esta novela me llamó más la atención ha sido, precisamente, lo comentado: la ricura y belleza de lo escrito sobre Andalucía y sus gentes.