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martes, 30 de octubre de 2012

Enigma para un domingo, Ignacio Cárdenas Acuña


El pasado agosto leí por segunda vez, “Enigma para un domingo”, de Ignacio Cárdenas Acuña, Editorial Letras Cubanas, 1985.Colección Radar 5. Novela policíaca de fácil y rápida lectura, cuyo interés se mantiene hasta el final.   
Cuando la leí por primera vez, año 2002, sólo me di cuenta de la extensión del ambiente corrupto en el que los personajes de la novela se desenvolvían. Ahora, acaso por las coincidencias observadas, he comparado los detalles allí descritos con los de aquí, España 2012. Me explico. La trama de la novela discurre en dos épocas distintas de la historia contemporánea de Cuba. Recurso con el que, según creo, su autor quiso mostrar las diferencias habidas en aquel país antes y después de la “Revolución”, o sea, de la instauración del régimen castrista. La primera corresponde a los años 50 del pasado siglo XX, con Batista en el poder, y es en la que tienen lugar los hechos principales narrados en la novela. Y, luego, mediados los 60, el desenlace final; recién subidos al poder los Castros y, consecuentemente, sin que muchos del pueblo cubano pudieran aún darse cuenta del cambio de dictadura.
Cárdenas, a través de la trama argumental, muestra los modos y  los medios de los poderosos del lugar que les permiten vivir al margen de las normas de aquella sociedad. Las cuales trasgreden con impunidad absoluta, porque saben  que su poder e influencias harán y mantendrán en silencio a los posibles conocedores de sus “saltos”.   También describe  la subordinación de la prensa al poder político económico y su eficaz utilización para desvirtuar la realidad de los hechos, así como del enriquecimiento personal de algunos políticos con los recursos públicos. Personajes de orígenes modestísimos que viven ahora- como vulgarmente se dice -  “a cuerpo de rey”, rodeados de su cohorte de sicarios e incondicionales. Igualmente, detalla los ambientes sórdidos en los que estos, en apariencia, prohombres se mueven.
Después de esta explicación acerca de los detalles narrados en la novela, espero se comprenda por qué ha venido a mi mente, la situación política-social española, porque parecidos, según estimo, “haberlos, haylos”.
Pero no quiero cerrar mi comentario sin condenar la degradación que la férrea y longa dictadura castrista representa para el sufrido pueblo cubano. Cuya historia muestra cómo sus dirigentes y políticos sólo han visto la administración pública como espléndido medio de amasar enormes fortunas personales; para ellos y los suyos. ¡Pobre pueblo cubano! Llegados a este punto, aprovecho para mostrar mi indignación por la pasividad y el silencio cómplice de los gobiernos del mundo, especialmente del español y del sueco,   ante  el desenlace final que está teniendo las muertes de Payá y Cepero, en que los familiares, esposa e hijos de Payá, claman justicia. Justicia en el sentido de castigo para el culpable, el verdadero culpable, y no para un pobre cabeza de turco que el albur puso en el camino del ominoso régimen.  A continuación corto y pego algunas de las manifestaciones de Acevedo, viuda de Payá, publicadas por lainformación.com bajo el título “ La viuda de Payá mantiene que la muerte de su marido "no fue un simple accidente". Y también leídas en “Voces.Huffingtonpost.com”, tituladas Ofelia Acevedo, viuda de Oswaldo Payá: 'No tengo odio ni quiero venganza':
La viuda del dirigente opositor cubano Oswaldo Payá, Olivia Acevedo, mantiene que la muerte de su marido "no fue un simple accidente", pese a la sentencia judicial que ayer condenó al militante de Nuevas Generaciones Ámgel Carromero como responsable del accidente de circulación que le costó la vida.

Según declaró hoy en Onda Cero, Acevedo sigue viendo "muchas preguntas que no tienen respuesta" en los hechos acaecidos el 22 de julio pasado. Y lo relaciona con que ellos llevaban "años y años con amenazas de muerte contra Oswaldo", proferidas directamente por "los órganos de seguridad del Estado".
"Si estaba dentro del carro, ¿por qué estaba tirado en la carretera, por qué no estaba luego en el hospital?", se preguntó. Luego, prosiguió, "los amigos no pudieron ver a Oswaldo hasta las ocho de la noche. Y se encontraron que estaba tirado en una camilla, sin ningún tipo de atención, ni refrigeración. También observaron que tenía encajada una jeringuilla encajada en la ingle".
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Acevedo no le tiene miedo a nada; tiene una necesidad implacable de gritar su verdad, como le confesó a HuffPost Voces en un tono de tristeza, rabia, impotencia. "Se perdió al líder, pero yo perdí al hombre que amaba, al padre de mis hijos, nosotros teníamos algo especial en esta vida".
"Oswaldo no tenía por qué irse; ésto no tenía por qué haber pasado, ellos se quedaron con el cuerpo de Oswaldo, nunca lo mandaron al hospital, tenían que haberlo mandado directamente [...] No sabemos realmente si murió inmediatamente en el accidente, lo dejan ahí; ellos dicen que ya estaba muerto, pero mi pregunta es ¿por qué no lo mandan al hospital como en cualquier parte del mundo?, ¿quién puede certificar en la carretera que alguien está muerto o no?", aún se pregunta Acevedo.
"Harold sí llegó al hospital y llegó vivo al hospital; nunca lo operaron, ni lo tuvieron en un salón y murió a las seis de la tarde".
El accidente ocurrió alrededor de la 1:50 de la tarde, según la versión de las autoridades cubanas, en una zona llamada La Curva, cerca de la ciudad de Bayamo.
"CARROMERO NO FUE CULPABLE DEL ACCIDENTE"
"Nosotros estamos reclamando que haya una investigación internacional, ajena al gobierno cubano. En Cuba todo tiene que ver con el gobierno; por ejemplo, en un accidente normal Carromero no tendría por qué estar preso, como lo ha estado todo este tiempo; generalmente se espera al juicio, se han violado muchas cosas", insistió Acevedo.
"Carromero no fue el culpable del accidente; no tiene sentido ninguno la versión de la televisión; yo estuve en el lugar de los hechos, yo ví el terraplén, que es una tierra dura y compactada; cuando tú pisas el freno frenas, así de simple, no sigues dando vueltas; es imposible resbalar en ese terreno".
“El juicio contra Carromero se celebró este viernes 5 de octubre en Bayamo. Los tres hijos de Oswaldo Payá no pudieron entrar a la sala del tribunal y la viuda prefirió no asistir.”



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Me remito a mi entrada  dedicada a la primera lectura de esta interesante novela policíaca:
http://silvia-aquellosprimeroslibros.blogspot.com.es/2012/02/enigma-para-un-domingo-ignacio-cardenas.html