Una visita devuelta, Capítulo II “La Aparición”
Según nos cuenta Capella, un
barcelonés del muy antiguo barrio de las Ramblas y reconocido recopilador de
leyendas del siglo XIX, la Virgen María, agradecida por la visita de pésame por
la muerte de su Hijo que le envió Barcino, “la colonia romana
conocida por los nombres de Julia Augusta, Laletania o Juvencia(…)la más bella
perla de la corona de Tiberio”(p.12), después de doce siglos, cuando “Sobre los restos de la antigua Barcino se eleva la gótica Barchinona, o
la cristiana Barcelona, la corte de Ataulfo, la ciudad de Ludovico Pío y de
Carlos “el Calvo”, el solio de los Condes soberanos llamados por Europa entera
marqueses de la España y más tarde compartiendo con Zaragoza su Corte de Aragón”,
en la noche del primero de agosto, se apareció separadamente al Rey Jaime I, el
Conquistador, a su paje Mosén Pedro Nolasco y a su confesor Raimundo de
Peñafort, ”honra de su patria y
de su siglo”(p.15) para alentarles a la fundación de la orden de los
Mercedarios. Visita(aparición) que de nuevo repitió otro primero de agosto a
Pedro Nolasco, entonces ya Mercedario. Estas dos apariciones de la Virgen María
fueron “para hacernos ver cuánto apreciaba a Barcelona y cuán grabado
tenía en su corazón el pésame que sus moradores le dieran por la muerte de su
Hijo”.(p.17)
Como hoy es 13 de mayo,
conmemoración de la aparición en Fátima de la Virgen María, quiero recordar
esas dos visitas que la Celestial Señora hizo a la ciudad de Barcelona.
Apariciones probadas, según nota, del autor, y que, seguidamente, dado entre
otros su interés histórico, reproduzco íntegramente:
“NOTA.- Esta tradición está sacada de un sermón que pronunció el Rdo. P.Pedro Nolasco Tenas, mercedario, en el Templo de Santa María del Pino de nuestra ciudad, con motivo de celebrarse la fiesta de Nuestra Señora de las Mercedes, y se asegura que todavía subsisten las familias de los nobles delegados que se presentaron a la Virgen María para darle el pésame de la muerte de su Santísimo Hijo, creyéndose que los descendientes de aquellos ilustres patricios son los de las nobles casas de Rocaberti y de Alfarrás.La aparición de la Virgen María a esta ciudad está más que probada, y si bien en las historias se omite que la acompañasen los santos Pedro, Severo, Cucufate, Paciano, Eulalia y Madrona, en la declaración auténtica de SanRaimundo de Peñafort, san Pedro Nolasco y el rey don Jaime, consta que acompañaban a la Virgen María, a más del coro de ángeles, los referidos Santos.Igualmente se consigna en la segunda aparición a san Pedro Nolasco.En un retablo de la antigua capilla de las Casas Consistoriales, pintura antiquísima, se ve a la Virgen acompañada de los Santos, tal como se apareció.”(p.17)
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Esta y las otras bonitas leyendas
y tradiciones contadas por Capella me hace pensar en los cambios que nuestra
sociedad ha experimentado y cómo nos hemos ido alejando de Dios y de todo lo
sublime y trascendental. Para, en su lugar, colocar lo prosaico y la
chabacanería y adorar al maléfico dios, el dinero y lo material. ¡Así nos está
yendo!
oooOOOooo
He copiado y pegado esta imágen de la aparición de Nuestra Señora a San Pedro Nolasco, pero no sé si puede corresponder a la citada en la leyenda.