Muchos etcéteras y todos, a mi modesto entender, son tratados sabia y
con amenidad. La trama
principal gira en torno a la figura de Nerone, el presunto santo e
hilo conductor de la narración. Un desertor inglés cuya biografía está llena de
sombras y actitudes fuera de los convencionalismos sociales y las prácticas de
la religión católica.
En mi primera lectura, me sorprendió que alguien tan
controvertido pudiera ser santo y ello se debió a que pasé por alto
las explicaciones sobre los axiomas de la santidad reconocible,
espléndidamente citados por West en la novela (pág. 189) que son los
siguientes:
1) El elemento de conflicto. “Es un axioma en la Iglesia
que una de las primeras señales de la santidad es la oposición que despierta,
aun entre las personas buenas. Cristo mismo fue el signo de contradicción. Su promesa no fue la paz, sino
la espada. Ningún santo del Calendario pudo hacer el bien sin luchar. A
ninguno faltaron detractores y calumniadores.”
2) “El bien o el mal tangible que surgía de la vida, obras y prodigios
de un candidato a los altares. Aquí también existe un axioma; el axioma
bíblico de que un árbol se
conoce por sus frutos. La santidad de un hombre queda impresa
como un sello en el corazón de otros hombres. Una buena obra se reproduce, lo
mismo que crece la semilla de un fruto hasta convertirse en otro fruto.”