Considerada como la primera novela de la picaresca española.
Lázaro nos va contando
su historia desde sus orígenes hasta ya adulto y al
servicio de un noble señor. Es la
historia de un pobre huérfano de padre que con sólo doce años su madre lo
coloca como lazarillo de un viejo ciego tan rácano como curtido y perspicaz.
Personaje que iniciará al pequeños en las artimañas precisas para sobrevivir en
un mundo ciertamente difícil e inhóspito.
Todas estas historias tienen
como elemento común el hambre que pasa el chiquillo. Sin duda tónica de
aquellos tiempos, es decir del
siglo XVI, en que comer y comer a diario debía ser un
lujo no al alcance de todos.
Cabe resaltar que entre los
muchos amos que tuvo Lázaro son mayoritarios los que vestían hábitos, es decir,
clérigo, buleros, etc. Artífices en el
modo de ganarse la vida a costa del prójimo, personajes en los que primaba el egoísmo, la falsedad, la
avaricia, y eran desconocedores de la
caridad sincera y hasta de Dios.
En esta escuela de la vida
que para Lázaro fue el paso de uno a otro amo se van sucediendo las distintas
enseñanzas respecto a la condición
humana que cada uno de ellos le aportará.
Lectura con la que ríes,
reflexionas y aprendes. Universal e imperecedera. Una gozada de libro. Especialmente
las primeras historias, las que nos hablan de su familia y de sus tres primeros
amos, es decir las del ciego, el clérigo
y el hidalgo castellano.
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