(*)Seguidamente,
reproduzco esta vieja entrada , publicada en leyendo_periódicos, por entenderla
también idónea para este blog relacionado con mis reflexiones personales sobre
libros leídos.
31 de octubre de 2020: La lectura reciente de la novela de Graham Greene, "El factor humano" trajo a mi memoria este lamentable asunto, que una vez más pone en evidencia que la realidad suele superar la ficción. En este caso concreto en lo referente a la poca, nula, humanidad de los máximos dirigentes de los servicios secretos de la ficción de Greene que entiendo equiparables con los de la realidad de la alta ejecutiva de la France Telecom francesa; individuos estos últimos que el pasado diciembre de 2019, ¡ después de DIEZ AÑOS! , fueron condenados por acoso moral en el trabajo por un juzgado de París.
Considero que aquí en España, pese a las innumerables víctimas de métodos y prácticas idénticas a las en Francia realizadas por la ejecutiva de France Telecom, no veremos parecido final para tanto acosador moral en el trabajo. Seguimos, sin duda, siendo diferentes .
Me remito a mi primer comentario sobre esta cuestión, publicado en sábado, 4 de junio de 2011 y un añadido de mayo de 2019
Los suicidios de France Telecom( o del acoso moral en el trabajo)
France Telecom(en España, Orange) es la multinacional francesa equivalente a nuestra Telefónica, o sea, otro monstruo mundial de la comunicación, con miles de empleados en sus centros nacionales y extranjeros. Y, como Telefónica, hasta finales del XX, fue empresa pública. En la francesa, el estado francés mantiene aún un 27%. Según leí en el artículo "Quemarse a lo bonzo por el trabajo", publicado en el semanario de ABC, XL Semanal, nº 1230, desde el 2008, entre los empleados de la operadora francesa se vienen registrando suicidios inducidos, al parecer, por el estrés emocional , o sea," la tensión provocada por situaciones agobiantes que originan reacciones psicosomáticas o trastornos psicológicos a veces graves" que muchos de ellos, especialmente los más antiguos, sufren(¡están sufriendo!) en esta empresa. Entidad a la que suelen estar fuertemente vinculados, como el último que se suicidó quemándose a lo bonzo, Rémy, de 57 años y treinta en France Télecom; el cual, según leí en el artículo, desde el 2007, cuando su puesto de contable en una sucursal fue suprimido," comenzó a ser rebotado de un departamento a otro, de una ciudad a otra". También se explica que, en septiembre de 2009, escribió a la dirección de recursos humanos una larga carta de seis páginas que no recibió respuesta. A continuación transcribo (corto y pego) el párrafo de dicha carta publicado por XL Semanal: «La consideración profesional, el reconocimiento, el simple respeto al ser humano debería guiar cualquier gestión. Aquí se está despojando de sus atribuciones a cuadros enteros y arrojándolos al cubo de la basura, víctimas de la movilidad forzosa y de la pérdida de confianza. La calidad en el trabajo ya no cuenta. Dentro de diez años todavía estaremos tratando el mismo asunto. O más bien no. Porque cierta categoría profesional habrá desaparecido por jubilación o por suicidio. Y el problema, ¡por fin!, se habrá solucionado... Yo pertenezco a esa categoría. Estoy de más». La noticia me impactó. Aclaro que lo que más me impresionó era el número de sesenta personas desesperadas que habían decidido acabar con su vida. Elevado y creciente número. Y que, no obstante, no se hubiera aún zanjado la cuestión. Cuestión simple y evidente de poner coto a la avaricia desmedida de unos desalmados. Sí, desalmados, inclementes, despiadados, inhumanos, todos y cualquiera de estos adjetivos les son de aplicación. En búsqueda de antecedentes, leí otros artículos en Público, en El Mundo, Terra, y en Clarín, (Argentina). Este último aunque referido al año 2009, cuando los suicidas eran veinticinco, me pareció más útil porque habla, nos cuenta, acerca de los empleados que se suicidaron y sus últimas circunstancias laborales. Circunstancias penosas (traslados injustificados de puesto y plaza, merma arbitraria en sus retribuciones, descalificación laboral y personal, exclusión, descrédito,…) que tuvieron el éxito esperado por " la" o" las" maléficas mentes creadoras de tan maligno plan para mellar la autoestima de los destinatarios; pero, las cuales, a la postre, fueron las causas que les impulsaron a terminar con su vida, convirtiéndolos en una víctima más de ese pernicioso instrumento aniquilador de plantillas, llamado mobbing. (Acoso moral en el trabajo). Algunos se suicidaron en el lugar donde trabajaban, es decir, en el escenario sobre el cual se había representado la cruel tragedia de su existencia laboral. Con esta decisión quizás pretendiesen castigar a todos los que asistieron impávidos a su calvario.000ooo000 8 de mayo de 2019: La realidad nos confirma que en todas partes cuecen habas. Y esto lo digo a razón de la noticia oída ayer del inicio en París del juicio contra la cúpula de France Telecom por los suicidios y numerosos casos de acoso laboral para incitar a la plantilla , especialmente a los que de la misma conservaban el estatus de funcionarios, a marcharse de la empresa. Hechos acontecidos hace ya más de diez años. Enorme tardanza, ¿no? Pero, con la diferencia en favor de Francia respecto a España, que aunque tarde, estos desalmados son finalmente juzgados , y antes de ello, han tenido que pasar por la llamada "pena del telediario". Es decir, verlos en las portadas de periódicos y de los telediarios y sus fechorías conocida por la opinión pública . ¿Veremos en España algo parecido? Me temo que no. |
No hay comentarios:
Publicar un comentario