“Rebelión en la Granja”, (*) de Eric Arthur Blair, más conocido por GeorgeOrwell. Es un libro de escasas 130 páginas, editado por Unidad Editorial, 1999, núm. 48 de la Colección Millenium publicada por El Mundo. Título original: Animal Farm, traducción de Rafael Abella, prólogo de Juan Pedro Aparicio.
Hace años, todavía joven, comencé a
leer “1984”, pero no fui capaz de continuar con , para mi gusto, tan deprimente
texto. Posteriormente, no he sentido deseos de retomar esta lectura. Novela de
la que nació el significativo personaje del “Gran Hermano”, el vigía
omnipresente que todo lo ve y nada se le escapa.
Una cita oída sobre Orwell en relación a alguna de sus más conocidas obras, (su ensayo “Homenaje a Cataluña”, la ya citada “1984”, o puede que esta misma "Rebelión en la Granja") me llevó a coger este libro, con introducción del propio Orwell bajo el sugerente título “Lalibertad de prensa”(**) que advierte de la temática allí abordada. La novelita se lee con facilidad . Según he leído es todo un clásico entre la llamada literatura distópica o apocalíptica (1)
En el momento de su publicación, año 1943, considero que fue por parte de Orwell un superior acto de valentía y de honradez profesional . Porque expuso lo que él consideraba verdad, su verdad, en contra de los criterios imperantes tanto de los propios, la intelectualidad de izquierdas, como de sus contrarios ideológicos. Fue una voz solitaria que clamaba en el desierto, tal como El Bautista.
En su prólogo Orwell manifestó que su objetivo era explicar al mundo : “el curso histórico de la Rusia de los
Soviets y de sus dos dictadores que sólo puede aplicarse a aquel país, con
exclusión de cualquier otro régimen dictatorial” (pág. 11). Lo hizo con sencillez y elocuencia y habló tanto de las vilezas como de los modos y de las formas de
sus actores, utilizando especies concretas de animales, escogidas sabiamente por él para representar a
los personajes reales, a los que con su alegoría quería identificar.
Claridad que hizo aún más diáfana mediante los nombres con los que bautizó a
sus personajes principales. Como por ejemplo, asignar a los dirigentes al ganado porcino ; y al de mayor rango, o sea, al situado en la cúspide del poder, el
nombre de “Napoleón”(3). Al cual describe
como “un verraco grande de aspecto feroz, el único cerdo de raza Berkshire de la granja”.
Sin duda, muy explícito. Aparicio, en su
prólogo a esta edición, aclara que se refiere a Stalin, y el
denominado “Snowball”(Bola de Nieve), a Trotski. Así, cabe suponer que "El Viejo Mayor"(Willingdon Beauty) sería Lenin.
En esta fábula Orwell alude a la implantación del totalitarismo en Rusia tras la Revolución de 1917, que significó el fin del régimen de los zares. Rebelión que a la postre supuso para la masa popular (el pueblo llano) sólo el cambio de unos tiranos por otros, tanto en el gobierno como en el goce y disfrute de los privilegios de clase . Porque los privilegios- quede claro- no fueron suprimidos, sino que los nuevos dirigentes los hicieron suyos.(***) Mientras que para el resto las cosas continuaron igual e incluso peor. Discrepo con Orwell en cuanto a la imposibilidad de aplicar esta metáfora a otras dictaduras e
incluso la hago extensible a otros posicionamientos políticos, como vb. el nacionalismo, en sus luchas por
alcanzar el poder político.
El escritor británico, resumiendo, supo registrar de modo soberbio no sólo las fases y
estrategias, sino las características personales que suelen adornar a los líderes de los que
blandiendo el argumento del interés común,
de todos, en realidad lo único que les mueve y guía es el interés propio, el suyo personal y además intransferible. Suyo, de los suyos, y de nadie más. Círculos exclusivistas
entre quienes se reparten todo, absolutamente todo; y a los cuales, llegados al
poder, se hace difícil, casi imposible, destituir.(2)
Ejemplos, unos cuantos, aunque principalmente –al menos más
sonoro e inmediato-lo tenemos en la Cuba
de los
Castros, ominosa dictadura totalitaria que ha convertido en una inmensa finca de su propiedad a un país antaño
próspero - en el que, sin duda, había muchas cosas que corregir. País en cuyo
gobierno se suceden tal como si una dinastía hereditaria se tratase. Mientras
el pueblo pasa penurias y escaseces de toda índole, entre ellas la de la
libertad de movimientos y de expresión, por
citar sólo algunas de las más elementales, mal viven con la existencia de libretas de
racionamiento, y con la esperanza de las remesas que les envian desde el extranjero sus deudos, etc. Y para mayor contraste, el gobierno cubano hace negocio con multinacionales
extranjeras, entre las cuales hay españolas, especialmente en el negocio
turístico. Régimen que llevan ya casi SESENTA AÑOS.
¡Me perdí…como
tantas otras veces me fui por los Cerros de Úbeda!
______________
(*)Lo leí a mediados de agosto del año 2017, pocos días antes del
cruento
atentado en las Ramblas de Barcelona, al que algunos días más tarde siguieron las
bochornosas jornadas de los días 6 y 7 de septiembre,en el Parlament catalán en las
que la mayoría parlamentaria independentista pretendía
culminar el por ellos denominado “PROCÉS” con la DUI, de colofón final. Conjunto de acontecimientos que trastornaron mucho mi
ánimo y no tuve ganas de comentar este
librito que nos relataba a modo de metáfora lo acontecido a principios del siglo XX en la Rusia zarista. Hechos
que se podrían sintetizar en un “quítate
tú para ponerme yo”: La monarquía absolutista de los zares es sustituida por el totalitarismo soviético, tras
sanguinarias luchas (contra los del
régimen zarista y también entre ellos mismos). Régimen de los Soviets en el que también unos pocos, al igual que
antaño, se arrogaron, repartieron y legaron a los suyos todos los bienes y los privilegios.
En suma, que, como bien dice el dicho: ”Para este viaje no hacían falta tantas
alforjas”, ni tanta sangre derramada.
(***) Esta nota la incluyo en 30.01.2022, después de mi reciente lectura de "El Gatopardo", y recordado la frase aquella "que todo cambie, para que todo siga igual", que bien claro le quedó al Príncipe Fabrizio significaba quitar a unos para ponerse otros. Nunca la supresión de privilegios.
(1)Literatura distópica:
subgénero de la literatura de ciencia ficción.” El relato distópico nos presenta
una hipotética sociedad futura donde, ya sea por la deshumanización de la
misma, un gobierno totalitario o el control intrusivo que la tecnología ejerce
sobre el día al día, el individualismo
se degrada en términos absolutos en favor del pensamiento único y de una
sociedad unitaria. En definitiva, un mundo de pesadilla donde nadie debe
saltarse las reglas o corre el riesgo de ser aniquilado. Por ello se afirma
que la distopía es lo opuesto a la
utopía, la sociedad ideal donde todo funciona a las mil maravillas”.
(2) Detallo seguidamente las
cuestiones a mi modesto entender, genéricas, que hacen esta obra universal. Indico
las páginas en las que pueden leerse:
Cobardía intelectual , ( 12)
La falsía de trabajar para sí y el futuro propio y no para beneficio común. (68)
Exportar sacrificando el
abastecimiento nacional (71)
La figura del comisionista, y sus
extrañas relaciones con el líder (72)
La compra de jueces(93)
Pergeñar los focos de las iras
populares mediante la tergiversación de la realidad (94)
Perversión de la realidad, convirtiendo en triunfos las pérdidas y los fracasos (101)
Los “privilegios” para los
propios, “los suyos” (105)
Los finalmente favorecidos (117)
(3) Napoleón: sabida es la aversión de los británicos por la figura histórica de Napoleón Bonaparte, considerado peligro público número uno.