martes, 19 de enero de 2016

Don Camilo ( Doña Josefina, la maestra y Pepón, un noble alcalde) G.Guareschi

 Seguidamente comentaré mis reflexiones personales derivadas de la lectura del  capítulo 35 de la que considero imperecedera obra de Giusseppe Guareschi , "El pequeño mundo de  Don  Camilo".


Un maravilloso libro,  como lo  clasifica la página web, de donde he sacado el citado capítulo, cuyo enlace detallo al pie. Pasaje en el que con suma maestría, dulzura, suave ironía y algo de humor, su autor, el escritor italiano Guareschi, plasmó  unos personajes universales, con 
acciones también universales, circunscritas por él a un rinconcito de la bota italiana, pero reproducibles en la vida real en cualquier lugar del mundo en donde sus gentes se ven enfrentadas y diferenciadas por cuestiones ideológicas. Pero hermanadas como  gemelos idénticos, en las bondades intrínsecas de sus corazones. Unos corazones nobles, en la obra encarnados e inmortalizados por los personajes de Don Camilo, (de derechas) y Peppone( de izquierdas). Porque, y esta es la principal enseñanza que Guareschi nos quiso dejar en este capítulo de su libro, el  ser cabal, noble, sincero, actúa guiado por su conciencia,  por los dictados de su conciencia, sobreponiendo lo que ésta le indica es  justo a las argumentaciones y lógica de lo que se entiende como correcto, diplomático, o dentro de las reglas vigentes,  es decir,  fuera de los   razonamientos lógicos   y  también de las oportunistas  razones y conveniencias , tanto ajenas como propias, del momento y lugar. Aquí, particularmente, representado este ser cabal, en la figura de Peppone, el rústico alcalde comunista, en quien su respeto y consideración a su temida maestra, fue superior a los comedimientos y formalidades . ¡Chapeu( olé) por Pepón! 

Unos cuantos querría yo para la realidad inmediata española que al igual que Pepón, fueran capaces de imponer la verdadera voluntad del pueblo. La manifestada, en realidad,  en las urnas, sin artilugios ni componendas entre partidos que han quedado en posiciones secundarias. Los cuales, finalmente, en virtud de estos maridajes se autoproclaman mayoritarios  y representantes legítimos de la voluntad popular. Para ejemplos, me remito a la composición final de la mayoría de ayuntamientos y alguna que otra comunidad autónoma, gobernados no por los más votados, sino por las perdedores coaligados.   

Este Capítulo 35 de la inmortal obra de Guareschi, resulta inolvidable, así como sus enseñanzas, porque nos habla de bondad, de renuncia, de la vocación sincera y desinteresada de una maestra rural y del reconocimiento de su generosidad y entrega por parte de aquellos que como el noble bruto de Peppone fueron destinatarios de sus desvelos.  La vieja maestra es descrita como un ser físicamente pequeñito y delicado, pero espiritualmente inmenso e irreducible como su fe en Jesucristo.  Así, pues, me corrijo y deseo que existan muchas (y muchos)“ Señoras Josefinas", capaces de como ella, inculcar en sus aprendices, incluso en los aparentemente más lerdos( "asnos"), tan supremos valores de moral y humanidad, como los aquí mostrados por Peppone y sus compinches. 

"Y así el día siguiente la señora Josefina marchó al cementerio en su féretro, cargado por Pepón, el Brusco, el Pardo y Bólido. Los cuatro llevaban al cuello pañuelos rojos como el fuego, pero sobre el ataúd iba la bandera de la señora maestra." ¡ Qué bonito y tierno final! ¡Cuán contenta marcharía de este mundo la viejita llevada en volandas por aquellos hombretones de ideología política tan diferente a las suyas, pero los únicos verdaderamente respetuosos con su última voluntad.¡Unos hombres cabales!


Enlazo con http://www.librosmaravillosos.com/pequenomundo/capitulo35.html    Capítulo 35 "La vieja maestra"