El hombre propone y Dios dispone ( Traductores durante el
franquismo)
A continuación de “Cecilia
Valdés”, decidí leer esta selección y
traducción de cuentos rusos de José Laín
Entralgo,(*) editada por Salvat
Editores con la colaboración de Alianza Editorial, 1970, Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, Libro 56, con prólogo de Augusto Vidal. Un, a mi modesto entender, versado prólogo que me agradó mucho, aumentando mis deseos de
leer los cuentos, y también conocer más acerca de su autor , Augusto Vidal Roget, quien si bien aquí prologaba, su fama
principal ha derivado de sus traducciones,
al castellano y al catalán, de múltiples
escritores rusos, tales como Dostoievski,
Gorki, Gógol o Pushkin, por
citar sólo algunos ejemplos.
La información biográfica tanto
de José Laín Entralgo como de Augusto Vidal me indujo a observar la siguiente particularidad: Los dos, terminada la Guerra Civil Española, se
exiliaron en la URSS, la ex Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas; y, ambos,
en 1957, regresaron a España. Desde
entonces sus respectivas trayectorias profesionales estuvieron ligadas al
sector editorial como traductores. Tal como puede leerse en la biografía de
ambos. Esta” particularidad”, es decir ,
verse obligados a dedicarse a la traducción de escritos ajenos también la tenemos en Consuelo Bergés, (3) la traductora de Stendhal y de Balzac
(*)Hermano de Pedro Laín
Entralgo, médico, historiador, ensayista y filósofo. Personaje muy
influyente del régimen franquista. Cultivó, fundamentalmente, la historia y la
antropología médicas. Fue galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de
Comunicación y Humanidades en 1989. Para ampliar información en relación a
ambos hermanos me remito al siguiente enlacehttp://www.filosofia.org/ave/001/a411.htm
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Seguidamente, detallo algunos de los datos biográficos de estos tres
escritores, extraídos, en su mayoría de
Wikipedia, con el fin de que como yo, se pueda observar la particularidad ofrecida
por la trayectoria profesional y vital
de estos seres. Que reafirma, creo, el
dicho popular: “El hombre propone y Dios dispone”. Aunque para mí sea la evidencia clara de los
inescrutables designios divinos acerca de su humana criatura
(1) José
Laín Entralgo:”(Sacado de Wikipedia) Durante la guerra civil española formó parte del Estado Mayor Central y fue
director de la Escuela de Comisarios del Pueblo, así como miembro suplente del
Comité Central del PCE. Después marchó hacia el frente y fue comisario
político del VII Cuerpo de Ejército. Al acabar la guerra civil española marchó
a la Unión Soviética. Se estableció en Odesa, donde fue profesor de español y
traductor de la Editorial de Lenguas Extranjeras. Gracias a la mediación del
ex-ministro franquista Joaquín Ruiz-Giménez Cortés y de su hermano ( Pedro Laín
Entralgo), consiguió volver en 1957 a
España. Se estableció en Madrid, donde trabajó como traductor hasta su muerte.
(2) Augusto Vidal Roget (Sacado de Vikipedia):” (Llagostera, 1909 -
Barcelona, 1976)va ser professor de literatura i pedagog i ha estat un dels
traductors del rus més prestigiosos al costat d'Andreu Nin.(…)Va ser delegat de
la Internacional de Treballadors de l'Ensenyament a París el 1936. La seva vinculació política al
bàndol dels derrotats en la Guerra Civil Espanyola va fer que s'exiliés a
l'URSS, on es va casar amb Aquilina Fernàndez.[ A l'URSS donà classes de
llengua castellana en diversos instituts i després a la universitat. Va retornar
a Llagostera el 29 de maig de 1957.
(3)Consuelo Bergés(He sustituido la
información sacada de Wikipedia por la del artículo “Traduciendo
desde el exilio (15): Consuelo Berges Rábago”, por Josefina Cornejo, publicado
por CVC , El Trujamán:Historia.
….la traductora de Stendhal, Proust y Flaubert, cuya Historia de la España cristiana, de Jean Descola, inauguró en 1956 el premio de traducción Fray Luis de León, predecesor del actual Nacional de Traducción; … trató de dignificar el oficio de la traducción y reclamó los derechos de autor para los traductores; (…) represaliada por la dictadura, que empezó a traducir como modo de supervivencia, ya que cualquier otra forma de expresión le fue prohibida. Berges, (…) partió, hastiada de la dictadura de Primo de Rivera, hacia Perú en 1927 tras haberse iniciado en la prensa con artículos que firmaba con el seudónimo de Yasnaia Poliana —la casa donde Tolstoi concibió Guerra y paz y Anna Karenina. Del país andino saltó a Argentina y escribió para La Nación y El Diario Español. En 1931, la proclamación de la Segunda República la trajo de vuelta a España, después de una breve escala en París. Siguieron unos años de gran actividad periodística y compromiso social. Colaboró con el madrileño El Sol y con las publicaciones de la CNT y la Federación Anarquista Ibérica, en cuyas páginas vertía sus ideas libertarias y republicanas, defendía los derechos de la mujer y su alfabetización, reivindicaba los métodos anticonceptivos y exigía el voto femenino por el que con tanto ahínco luchaba su amiga Clara Campoamor. (…)Con la sublevación militar, Berges marchó a Barcelona; allí trabajó en Mujeres Libres, revista que también contaba con la pluma de Rosa Chacel. En 1939 comenzó su periplo —a pie, bajo las bombas— hacia el exilio en Francia junto a muchos otros compatriotas. Hubo penurias hasta su llegada a París: fue detenida y enviada a campos de concentración. En la capital francesa vivió en la clandestinidad; sobrevivía con clases de español y artículos para publicaciones argentinas. En 1943 cayó presa de los alemanes, que la entregaron a las autoridades españolas. Evitó la cárcel gracias a la intercesión de parientes y amigos. Desde entonces, como ella misma admitió, el exilio exterior se tornó interior: no se le permitió ejercer la docencia, tampoco publicar. Así que viró a la traducción y, gracias a ella, leemos hoy muchas de las obras cumbres de la literatura en lengua francesa. (…) Quien realmente la cautivó fue Stendhal. Decía que traducir es un reto maravilloso, «una lucha con la palabra, un reto que cobra tintes de exaltación con Stendhal»(. ..), afirmaba que «una buena traducción no debe de ser nunca una transposición, es ya de por sí un género literario, porque si el autor pone el alma y el hueso, el traductor pone la piel». Sobran más palabras.”
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Consuelo Bergés tras su regreso a
Europa y una vez asentada en Madrid, en 1931, ingresó en la Logia Masónica de Adopción “Amor”, publicando
artículos en el Boletín Oficial de la
Gran Logia Española en los que defendía
los derechos e igualdad de la mujer en el seno de la propia organización
masónica. Aspecto biográfico que creo no debe ser omitido. (Estudio
de la Universidad de Alicante, “Biografía de traductores”). Para ampliar información me remito al trabajo
de Natividad Ortiz Albear, titulado “Las Mujeres en la
Masonería Española (1868 - 1939)” aquí enlazado.
oooOOOooo
22 de agosto de 2016: Mis últimas lecturas me han llevado al
conocimiento de otros escritores
españoles que, al igual que los tres más arriba citados, instaurado el régimen franquista se
vieron obligados a recurrir a la traducción como medio de subsistencia, ya que la
publicación de sus propias creaciones les resultaba prácticamente inviable, ni tampoco
se les permitió ejercer su anterior profesión. Actividad de la traducción, sin
embargo, en la que brillaron, y gracias a la que podemos disfrutar con la lectura- buena
lectura- de universales obras. A los tres anteriores añado los
nombres de Julián Marías y Juan González
de Luaces.
En cuanto al primero, Julián
Marías, me remito a mi comentario titulado ”Por
qué mienten/ La vegetación del páramo”,
en relación a dos artículos del insigne pensador español, sobre una
cuestión que fue para él ( al igual que para muchos de nosotros ) trascendental:
“la Verdad”. Acción contraria a
mentir, falsear la realidad de los
hechos. Cosa que se puede hacer motivados por dos distintas razones: Ignorancia, es
decir, llevados por el desconocimiento. O mala fe, o sea, con plena conciencia y propósito de estar tergiversando y alterando la verdad. ¡Malo,
malísimo!
Y en lo que respecta al
asturiano, Juan González de Luaces, también me remito a mi comentario http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2015/05/carlomagno-3-un-poco-sobre-el-autor-el.html.
Pero añado algunos datos biográficos que entiendo ilustrativos, seleccionados
de la página web Cervantes Virtual. El Trujamán: Historia, artículo de Josefina
Cornejo, titulado “Traduciendo
desde el exilio (10): Juan González-Blanco de Luaces”
“…fue escritor antes que traductor. Su trayectoria, como la de otros muchos intelectuales, se vio truncada por el estallido de la Guerra Civil española. Su andadura literaria comenzó a una edad muy temprana (…) Con el bando nacional en el poder, su trabajo comenzó a ser rechazado por las editoriales. De joven, había pertenecido a las Juventudes del Partido Republicano Presidencialista de España; su compromiso y militancia le llevaron a desempeñar distintos puestos dentro de la formación. ..Trató en varias ocasiones de huir de España. En uno de estos intentos fallidos, fue detenido y pasó unos meses en prisión. Tras una breve estancia en Portugal, marchó a Barcelona con su familia, dejando atrás el hambre y la miseria tan palpables en Madrid. En la capital condal escribió a diferentes editores. Luis Miracle fue el primero de una larga lista en confiar en sus posibilidades como traductor y quien le introdujo en el mercado de la traducción. G. de Luaces apartó, así, su labor de escritor y se entregó al oficio de la traducción. (…) Tradujo principalmente a autores en lengua inglesa. En su abultada nómina conviven las hermanas Emily y Charlotte Brontë, Joseph Conrad, Geoffrey Chaucer, Pearl S. Buck, William Somerset Maugham, Charles Dickens, Fenimore Cooper, Rosamond Lehmann, Winston Churchill, Pelham Grenville Wodehouse, Margaret Mitchell y Jonathan Swift. Firmó asimismo versiones españolas de obras de la italiana Milly Dandolo, los franceses Octave Aubry y André Maurois y los rusos Feodor Dostoievsky e Ivan Turgueniev. “
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Para un mayor conocimiento de
González de Luaces recomiendo la lectura íntegra del espléndido estudio
realizado por Marta
Ortega Sáez, Universidad de Barcelona, titulado “JUAN G [ONZÁLEZ-BLANCO]. DE
LUACES: EL TRADUCTOR DESCONOCIDO DE LAPOSGUERRA ESPAÑOLA*