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miércoles, 30 de abril de 2014

El Camino, Miguel Delibes




 “El Camino”, es una narración de Miguel Delibes publicada por primera vez en 1950. El ejemplar por mí leído pertenece a la Colección Destinolibro,  Volumen 100,  Ediciones Destino, Quinta edición, marzo 1984. Escritor de prolífica producción literaria sobre muy variada temática, de la que esta narración es una buena muestra; novela  protagonizada por un niño de sólo once años de edad, de un pueblo muy pequeño, a quien su padre quiso bautizar con el nombre de Daniel, pensando en el profeta bíblico, pero los rasgos de su cara, especialmente de su mirada, impulsaron al amigo conocedor de pájaros, a llamarlo por el más característico mote de “el Mochuelo”. El pequeño comparte protagonismo con otros dos niños, a través de cuyas conjuntas andanzas y pillerías infantiles, el lector tomará  conocimiento de las gentes del lugar, de su idiosincrasia y de sus circunstancias personales, a la par de divertirse, en muchísimas ocasiones, con las anécdotas de sus vivencias. El detalle del paisaje tanto humano como ambiental allí descrito es tosco, muy elemental. He disfrutado, sin embargo, muchísimo con su lectura. ¿Por qué me gustó tanto? Pienso que por la naturalidad, en el sentido de realidad, y la sencillez, tanto en la forma como en el fondo de lo narrado. Los personajes descritos son seres sencillos, tipos humanos del montón,  de los que se dan en abundancia; se dieron y se darán, aquí y allá, y en buena parte del globo terráqueo. Algunos, sin duda, más pintorescos, como la singular Guindilla mayor, o el zapatero y padre del Tiñoso, o el contrahecho maestro Moisés, por citar sólo algunos de ellos, pero sin olvidar a “Don José, el cura, que era un gran santo”.  Con este variopinto reparto de personajes Delibes personifica aquellas acciones y reacciones humanas universales como son la codicia, la estrechez de miras, la impiedad, la sumisión de la esposa al marido, la amargura, la envidia, la inocencia, la amistad, el cariño…   La historia es tan sencilla como los personajes escenificados. Se nos cuentan las experiencias del pequeño Daniel alcanzadas en sus once primeros años de vida en su pueblo;    un pueblecito - creo que de Castilla- cuyo nexo principal con el resto del mundo es el ferrocarril.

Tan sencilla trama acerca de tan simples seres, como la simplicidad de sus vidas, logra despertar el interés del lector.  Bueno, al menos en mí lo despertó, sin olvidar la entrañable emoción también despertada en mí por el emotivo, cuán emotivo, de su final.

No tengo claro si con esta narración su autor quiso hacernos reflexionar sobre el determinismo que pesa sobre la persona según el hogar en que nace y  los padres que le toquen, o más  bien mostrarnos los caminos que nos llevan a seguir los inescrutables designios divinos para con la mísera criatura humana. Puede que ambas cosas.

 

viernes, 7 de marzo de 2008

La hoja roja (La jubilación forzosa y forzada), Miguel Delibes

Ayer hablé de la novela y hoy trataré de comentar algunas de las diferencias entre la sociedad española allí descrita con la que ahora vivimos o, más bien, sufrimos. Muchas cosas  han cambiado y son, al presente, bien distintas. Por ejemplo, la edad de jubilación. La de la novela, a los setenta y, como quien dice, "con una patita en el otro mundo". Porque entonces la esperanza media de vida estaba en los 75 años. Hoy esta media se ha prolongado a los ochenta y cuatro o más. En cuanto a lo de retirarse a tan avanzada edad, parece un privilegio reservado para los puestos más elevados de los consejos de administración de la gran banca y otras multinacionales españolas. Las mismas organizaciones en las que, casualmente,  la mayoría  de sus empleados fueron mandados para casa con poco más de cincuenta años. (*)

En la página 21 he leído estas frases con las que, a la salida de la comida de despedida, uno de su ex-compañeros anima a nuestro protagonista:

“- Bobadas. Hoy un hombre a los 70 no es un viejo, ...La ley dijo setenta como pudo decir noventa. El retiro es un premio. Hoy un hombre a los setenta no es un viejo. Usted ahora podrá dedicar su tiempo a lo que le plazca; a sacar fotografías, por ejemplo."(pág.21)

A este comentario yo añadiría lo siguiente:

- Menos a los cincuenta y pocos , edad a la que actualmente, muchos se ven abocados , en la plenitud de la vida , incluida la profesional.

- La ley puede decir y fijar lo que quiera, ya  que el empresario, con la connivencia de sindicatos y de la propia admón. pública, hará y deshará a placer. Para muestras las prejubilaciones masivas llevadas a cabo en empresas como Telefónica, la gran Banca, RTVE, etc.

 - Lo de entenderlo como un premio, habría que preguntárselo a los cientos y miles de ciudadanos que para evitar o ante el miedo de, en el caso de decir no, verse excluidos, relegados o hasta degradados en sus funciones y sueldos,( o las tres cosas a la vez) se ven obligados, en contra de sus deseos y/o intereses económicos o personales, a la aceptación de una oferta de jubilación anticipada o prejubilación  de su empresa. Considerarlo un premio, creo, corresponde sólo al trabajador afectado.

Para los demás, opino, es una muestra del envilecimiento de las normas y condiciones laborales imperantes en el país. Las jubilaciones forzadas, forzosas, colectivas y en cadena, han sido práctica común en muchas de las grandes empresas del sector terciario o servicios, al que pertenecen las de comunicaciones, crédito y finanzas o también muchas actividades desempeñadas por la administración pública. Organizaciones todas con ingente número de empleados.

Una mirada a las cifras de evolución de la plantilla en España, durante el lustro 1995-1999, de cualquiera de estas empresas, por ejemplo Telefónica, o la gran banca en su conjunto, nos evidenciará como, en esos años, el espectacular crecimiento y la expansión de estas entidades, fue acompañado con una disminución también espectacular, porcentual y absoluta, del número de sus empleados.

La argumentación dada, en líneas generales, ha sido la renovación necesaria debido a la implantación de las nuevas tecnologías; para las cuales la plantilla en nómina no estaba, según ellos, capacitada. La realidad simple ha sido la sustitución de una plantilla con condiciones económicas y sociales superiores por otra de contratos y condiciones precarias. Se añade el agravante de que el número de la plantilla contratada, si se contrató, suele ser muy inferior a la que había. Medidas y prácticas llevadas a cabo con la connivencia, por activa o por pasiva, de todos los estamentos socio-laborales: empresas, admón. pública, sindicatos, etc. Por otro lado, contraviniendo las recomendaciones de la UE, de prohibir pre jubilaciones y jubilaciones anticipadas; y por el contrario, incentivar la prolongación de la edad laboral.

Hago hincapié en que esto concierne a la evolución de la plantilla de estas empresas en España; dato contrastable según informes y auditorías anuales de dichas empresas. El incremento de plantilla, si lo hubo, fue originado por la de fuera de nuestras fronteras.
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(*)Cuando revisaba estos comentarios supe de la medida o proyecto del actual gobierno socialista de incrementar la pensión de aquellos trabajadores que amplíen a los setenta años su jubilación. ¡Quién lo entiende!

13 de Abril de 2021: Ayer el Ministro Escrivá presentaba un proyecto para motivar al empleado a retrasar su jubilación. ¡Por favor!  Regulen y vigilen su cumplimiento pero de cara al empleador. 


6 de julio de 2021: En días pasados el Ministro Escrivá en una entrevista  en TV1 afirmó , en relación al tema de las pensiones, que los baby boomers( los nacidos entre mediados los cincuenta y mediados los 70) tendrían bien que cobrar menos o trabajar más tiempo como solución al problema del sostenimiento de las pensiones.

La afirmación, según los expertos, tiene fundamentos lógicos, pero la verdad no se puede decir y menos en el mismo día en que gobierno, patronal y sindicatos firmaban, con mucho bombo y platillo , en los jardines de la Moncloa, acuerdos sobre reformas de las pensiones

Particularmente me sorprende que no exista un clamor general reclamando la reforma del gigantesco y costoso estado de las autonomías español. Esos diecisiete estados de taifas, con sus diecisiete duplicidades en estructuras y organizaciones autonómicas, algunas de las cuales, encima, son insaciables.

La hoja roja, de Miguel Delibes, septiembre 2005

Novela publicada en 1959. La edición por mí leída corresponde a la Colección Destino, volumen 151, Ediciones Destino, treceava edición (1994). Esta historia me gustó mucho. Narra la vida de un vejete a partir de su jubilación a los setenta años de edad. Había sido funcionario municipal. Muchas de las circunstancias y hechos allí descritos son historia pasada y hasta inconcebible para el lector más joven; a pesar de ello, su lectura , me resultó muy interesante porque describe el cuadro de costumbres de la época.

La esencia argumental de la novela es la expresión de la  soledad y el vacío, experimentados por unos seres vulgares, de vida sencilla, en una sociedad cambiante y compleja que los excluye a ellos, y a sus formas simples de entender y experimentar la vidaExpresión magistral realizada por Delibes que identifica a sus personajes principales, el viejecito y la rústica muchacha, con el lector de cualquier época. Los diálogos entre el anciano y la criadita son "jugosos", por, sencillamente, su simplicidad. La muchachita explicando, repitiendo mil veces, el mismo rollo sobre los rústicos de su pueblo. Y el viejecito, ensimismado en sus recuerdos, correspondiéndole, siempre, con las mismas evocaciones del pasado. Ambos representan mundos diferentes, como también son  distintas su formación, su género y sus orígenes; pero unidos  por similar soledad y la simplicidad de sus almas.

He disfrutado con su lectura. Pienso que tal vez puede haber aumentado su encanto haberlo leído a continuación de la historia del retorcido alcalde de Furnes, de Simenon. .

La hoja roja - (Las Desi del presente)

Desi, que así la denominó Delibes, coprotagonista y antítesis de heroína de novela, es una muchacha de pueblo, analfabeta, fea y de pocas luces, que se marchó a la ciudad, para trabajar como criada por modesto salario, techo, comida y librar domingos y jueves tarde. (*) Sus quimeras son casarse y tener casa propia. Ahorra e incrementa, poco a poco, el tesoro de su ajuar. Se muestra contenta de su ocupación, y de cómo es valorada por el “Señorito”. Tratamiento a la sazón dado al patrón de la casa. Esta sería una breve semblanza del otro personaje protagonista de la novela, bastante común, por cierto, en aquella época. Entonces muchas muchachas de las clases más humildes, especialmente de los pueblos, veían como futuro trabajar de sirvienta en alguna casa realizando las múltiples faenas del hogar, o sea, desde fregar y limpiar hasta cuidar a los más pequeños y a los mayores de la familia. Muchos hogares modestos tenían criada, ya que su tenencia, en la España de aquel entonces, no era un signo de riqueza, sino una ayuda, casi imprescindible, de las  familias ,  en su mayoría,  con abuelos y numerosa prole, y careciendo, además,  de todos los artilugios eléctricos que, con posterioridad, se han ido incorporando a la casa, tales como lavadoras, neveras, lavavajillas, etc.

Muchos son, desde luego, los cambios habidos, en estos más de cincuenta años, en ese mundillo doméstico descrito por Delibes. En la actualidad ,quizás,  sólo los  muy ricos  puedan permitirse el mantener  criados fijos. Las clases modesta y media suplen la ayuda en las tareas domésticas( cuidado de niños, ancianos, limpieza del hogar, etc.) de muy distinto modo al de entonces; bien mediante guarderías, geriátricos, asistentas  (**), empresas de limpieza, etc.

Al presente, entre las personas empleadas en tareas del hogar, según se puede observar, hay muchas de origen extranjero. Entre los cuales destacan los hispanoamericanos dedicados al cuidado de ancianos(***). Esta observación es la que me ha inducido a pensar que una  versión actualizada de la novela podría conllevar el cambio de la Desi española por otra de origen hispano, por ejemplo de algún lugar del Altiplano Andino, con rasgados ojos negros y habla castellana con pausado y suave  acento,  intercambiando historias con su patrón o patrona acerca de las vicuñas de aquellos lejanos lugares, de los padres, el marido y hasta de los hijos que quizás tuvo que dejar en aquellos parajes. Mientras, el viejecito o viejecita  le hablará de sus tiempos de juventud, cuando mandaba Franco, de sus amigos, de los que ahora viven en geriátricos, porque los familiares viven  atareados por la vorágine de la vida contemporánea, o de los que logran sobrevivir con una pensión rondando los trescientos euros mensuales,(cincuenta mil de las antiguas pesetas), en la más absoluta soledad y miseria. O de aquellos otros, en apariencias más afortunados, que agotan su existencia de viaje en viaje del Inserso, pasando casi cada año por Benidorm que, según le han contado, es como Las Vegas a lo español y con muchos jubilados venidos de toda España.
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(*) Alguien me contó que la costumbre del arroz de los jueves, práctica de muchos restaurantes, viene de esta tarde de fiesta que tomaba el servicio.
(**)La asistenta es la figura actual de la persona empleada en tareas domésticas. Usualmente, a horas fijas y días fijos de la semana o el mes. Y muchas veces con una relación laboral, en la misma casa, y en la de familiares y amigos de ésta, de muchísimos años.
(***) Recomiendo la lectura íntegra del reportaje publicado por elmundo.es, titulado "Ellos hacen el trabajo sucio"