Estoy dudando sobre cuál de las cuestiones interesantes, leídas últimamente, debería ser objeto hoy de mi comentario , porque, a pesar de haber sido escritas hace más de un siglo, las considero vigentes y dignas de tener en cuenta.Las cuestiones a las que me estoy refiriendo son las campañas electorales, abordada por Emilia Pardo Bazán en su novela "Los Pazos de Ulloa", 1886; y las afirmaciones vertidas por Pío Baroja en su novela "Aurora Roja"( 1904) acerca de las diferencias y controversias entre anarquistas, republicanos y socialistas. Me inclinaré por el tema de las campañas electorales.
Cuando comenté "Los Pazos de Ulloa," pasé por alto este tema de la cuestión política, los tejemanejes electorales y toda esta matraca que desde hace ya unos treinta años vuelve a ser noticia y actualidad constante en todas las Españas (léase la España de las diecisiete Autonomías).
Me ceñiré a reproducir algunos de los, desde mi punto de vista, párrafos más significativos:
"Poco después sufrió una metamorfosis el vivir (...) Entró allí cierta hechicera ...la política, si tal nombre merece el enredijo de intrigas y miserias que en las aldeas lo recibe. Por todas partes cubre el manto de la política intereses egoístas y bastardos, apostasías y vilezas...en las capitales populosas, la superficie, el aspecto, y a veces los empeños de la lid, presentan caracteres de grandiosidad...asciende a ambición la codicia....En el campo, ni aún por hipocresía o histrionismo se aparenta el menor propósito elevado y general. Las ideas no entran en juego, sino solamente las personas, y en el terreno más mezquino: rencores, odios, rencillas, lucro miserable, vanidad microbiológica. Un combate naval en una charca."(p. 228)
“...la fe en las teorías llevadas al fanatismo, lograban infiltrarse doquiera, saneando con ráfagas de huracán el mefítico ambiente de las intrigas cuotidianas...Vivía entonces España (y ahora también) pendiente de una discusión de Cortes, de un grito que se daba aquí o acullá ". (p.228)”.
Es evidente que muchas cosas no han cambiado. Pero, algunas, sí. Por lo menos, en los modos. Como, por ejemplo, en lo referente a la posibilidad de la alteración burda de los resultados de la votación, tal como en la novela se relata con la inesperada pérdida sufrida en las urnas por el marqués, producto de un “tongo” electoral, porque sus contrarios lograron burlar los controles y “colar” votos fraudulentos en las urnas.
Espero, repito, que al presente, marzo del 2008, estas posibilidades hayan quedado reducidas exclusivamente a la ficción de Pardo Bazán; y que, en ninguna de las mesas electorales, pueda haber un marrullero que pudiera colocar votos a quien no los tuviera.
Espero, repito, que al presente, marzo del 2008, estas posibilidades hayan quedado reducidas exclusivamente a la ficción de Pardo Bazán; y que, en ninguna de las mesas electorales, pueda haber un marrullero que pudiera colocar votos a quien no los tuviera.
En otro rato hablaré de la controvertida ley d’Hondt, imperante en nuestro sistema electoral.
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15 de febrero de 2015: He revisado y corregido alguna cosilla. Mientras lo hacía, reflexionaba que la manera de burlar la decisión popular reflejada en los votos es hoy para las formaciones políticas, bastante más sencilla. Tal como lo demuestra que sean las perdedoras en las urnas, las que, en virtud, de cambalaches y coaliciones absurdas, consentidas por las leyes, gobiernan en muchas plazas españolas. Y para ejemplos, aunque los hay muchos, me remito como más "sonoros" al tripartito( o pentapartito) que gobernó en la Generalitat de Cataluña, y al actual gobierno de Andalucía, conformado en su momento por PSOE e Izquierda Unida y arrebatado a los populares que había obtenido amplia mayoría. Así las cosas, en este año 2015, en que en numerosas ocasiones los ciudadanos de este país, hemos de acudir a las urnas, muchos, entre los que me encuentro, temblamos ante el incierto panorama político resultado de tan esperpénticos coitos de nuestras particulares ranas y sapos.
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15 de febrero de 2015: He revisado y corregido alguna cosilla. Mientras lo hacía, reflexionaba que la manera de burlar la decisión popular reflejada en los votos es hoy para las formaciones políticas, bastante más sencilla. Tal como lo demuestra que sean las perdedoras en las urnas, las que, en virtud, de cambalaches y coaliciones absurdas, consentidas por las leyes, gobiernan en muchas plazas españolas. Y para ejemplos, aunque los hay muchos, me remito como más "sonoros" al tripartito( o pentapartito) que gobernó en la Generalitat de Cataluña, y al actual gobierno de Andalucía, conformado en su momento por PSOE e Izquierda Unida y arrebatado a los populares que había obtenido amplia mayoría. Así las cosas, en este año 2015, en que en numerosas ocasiones los ciudadanos de este país, hemos de acudir a las urnas, muchos, entre los que me encuentro, temblamos ante el incierto panorama político resultado de tan esperpénticos coitos de nuestras particulares ranas y sapos.