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jueves, 5 de diciembre de 2013

La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro

La sonrisa etrusca, de José Luis Sampedro,(*) con prólogo de Ángeles Caso, ilustración Cristina García Ganga, Col. ”Las mejores novelas en castellano del siglo XX”, Bibliotex, 2001.




Ángeles Caso señala en su prólogo su creencia de que haya algo propiamente de Sampedro(***);  en el protagonista, Bruno, un ser que describe  “negado a la hipocresía y la superficialidad. Un hombre vulgar que delicadamente parece encontrar el valor de la vida que se le escapa en los pequeños detalles”. Aclaro que no es esta la idea que yo saqué del tal Bruno, un abuelo sesentón que sabe tiene contados sus días de existencia. Me pareció un ser de ideas fijas y poco dado a ponerse en la piel del prójimo. Compartiendo parte de la historia, que no  protagonismo,  está Hortensia, también mayor y como aquél viuda. Este personaje dará el necesario contrapunto al “egoísta vejete”. Después de este calificativo ya he anticipado mi idea sobre el personaje en cuestión. Tipo humano, por cierto, bastante frecuente, lógicamente con sus oportunas variaciones según sexo, lugar y raíces sociales. 

Los recuerdos del abuelo de esta historia están centrados exclusivamente en él, en su origen, sus duros comienzos, la guerra que vivió y el partido que abrazó, así como las mujeres de su vida, entre las que,  sin casi mención ni desde luego reconocimiento alguno, está la que fuera su esposa y madre de sus hijos, a pesar de haber sido mujer de condición económica muy superior a la suya, con cuyo matrimonio pasó de común trabajador a amo del cotarro. De los hijos y sus problemas tampoco habla ni le vienen recuerdos, salvo reproches. La guerra, y su eterno contrincante, de antes y de ahora, un vejete de su mismo pueblo, que cuando la guerra estuvo en el bando contrario, y él considera un fascista, son su leit motiv , tanto en materia ideológica- si así se le puede llamar- como en cuestiones más prosaicas como el reparto de tierras y de prebendas.
 


Tras esta descripción del personaje principal tal vez pueda pensarse que el libro me resultara un tostón. ¡Qué va! Lo leí con verdadero interés y su lectura me resultó amena, ya que las situaciones descritas por Sampedro, utilizando al rústico sesentón como centro, son verosímiles por su simpleza y cotidianidad y también simpáticas y entrañables. (**) El fondo  planteado por Sampedro- pienso- es el de la persona ya mayor de   criterio fijo y hasta entonces autosuficiente, que se ve obligada por circunstancias mayores a dejar no sólo su casa y por ende “su mundo”, mundo que echa muchísimo en falta, - en la novela un pueblecito de Calabria - ,  para vivir en el frío Milán, sometido, pues, a duros y constantes contrastes, no sólo por ser del Sur y ahora vivir en el Norte de Italia, que como en España,  ofrecen planos sociológicos bien  distintos, tanto en costumbres y formas de vivir como, al parecer, hasta de pensar. Sus gentes parecen diferentes. Duros contrastes a los que se unirán los propios de las diferencias generacionales y de la convivencia en familia. El recurso de la utilización de las relaciones del abuelo con su nietecito,  como centro y punto de los encuentros y desencuentros allí narrados, me ha parecido especialmente hermoso por su ternura y expresión de sentimientos eternos que demuestran la superioridad del ser humano en relación al resto de las criaturas cuando es guiado por el amor, la caridad.


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(*) El pensamiento económico de Sampedro: Copio y pego algunos de los párrafos del artículo titulado "El pensamiento económico de José Luis Sampedro" por Carlos Berzosa, publicado en nuevatribuna.es.
"...fue un competente economista que ejerció su función profesional en la Administración Pública y en El Banco Exterior de España, pero su labor más destacada la desarrolló como docente, investigador, escritor de libros y artículos de economía. Sampedro perteneció a la primera promoción de economistas graduados en la universidad española en 1948. (...) Sampedro, se matriculó en la rama de economía, porque las clases eran por las tardes y eso le permitía asistir a estas nuevas enseñanzas debido a que por las mañanas trabajaba como técnico de aduanas, oposición que obtuvo en los años treinta pero para la que no se necesitaba título superior. Obtuvo el premio extraordinario y eso le permitió dedicarse a la enseñanza a propuesta del entonces decano Castiella. Se encargó de la disciplina Estructura Económica que modificó sustancialmente,(...) la transformó en una disciplina que pretendía no solamente describir sino analizar. Desde entonces desarrolló el concepto de Estructura Económica, que en la ciencia económica ya usaban algunos autores, pero en el que aportó novedades, convirtiendo esta categoría en un instrumento esencial para analizar la realidad que a su vez se concebía configurada como estructuras(...)El pensamiento económico de Sampedro ha evolucionado a lo largo de los años, haciéndose sin lugar a dudas cada vez más heterodoxo y radical. Pero siempre ha tenido un denominador común y es, precisamente, el uso del análisis estructural para la comprensión de la realidad.


(**)Me recordó mucho, muchísimo,  al singular personaje del abuelo maño interpretado por Martínez Soria, en "La ciudad no es para mí", la divertida película de los años sesenta, dirigida por Pedro Lazaga y en cuyo elenco figuraban tan conocidos actores como Sancho Gracia, Sacristán, Gracita Morales y otros muchos, con parecida temática de fondo, un abuelo que alucina, escandalizado, ante las costumbres adoptadas por los suyos y se afana por tratar de enmendar lo aun enmendable y encarrilarlos por lo que él entiende buen camino, especialmente a los más chiquitos.


(***) J.L.Sampedro: copio y pego, algunos datos biográficos del autor , conocido hasta ahora por mí por sus obras de contenido económico,especialmente por su manual sobre estructura económica.

"Nace en Barcelona de una familia con raíces cosmopolitas, lo que ahora llamaríamos una familia "globalizada": su padre nació en La Habana, su abuelo en Manila, su madre en Argelia y su abuela en Lugano, en la Suiza italiana. Su infancia, hasta los 13 años, transcurrió en Tánger, la ciudad marroquí que entonces estaba bajo estatuto internacional.Estudia Ciencias Económicas en Madrid, consiguiendo la Licenciatura con Premio Extraordinario en 1947. En 1948 empieza su labor docente en la Universidad Complutense en la que será Catedrático de Estructura Económica de 1955 a 1969. Compagina esta actividad con la de economista en el Banco Exterior, donde se ocupa de crear un servicio de estudios, y actuando como asesor del Ministerio de Comercio.
En 1966, al ser expulsados de la Universidad española los profesores Aranguren y Tierno Galván por su manifiesta oposición a Franco,  se une a ellos, junto con otros profesores, para crear el Centro de Estudios e Investigaciones (CEISA) que sería cerrado por la dictadura tres años después. Ante esa situación y las deportaciones de catedráticos de la Universidad de Madrid, decide aceptar un puesto de "Visiting Profesor" en las universidades inglesas de Salford y Liverpool. A su vuelta pide la excedencia en la Universidad de Madrid. Como teórico de la Economía, defiende la necesidad de un enfoque global y sistémico, enfrentado a la economía ortodoxa. Desarrolla unas concepciones estructurales originales de carácter dialéctico e histórico. Son importantes sus contribuciones a la teoría del desarrollo, desde un punto de vista estructural, siempre dominado por concepciones éticas y humanísticas.
En 1971 regresa al Ministerio de Hacienda como Asesor Económico de la Dirección General de Aduanas y retoma su labor docente, impartiendo cursos en la Escuela Diplomática, el Instituto de Estudios Fiscales y en la Universidad Autónoma de Barcelona.Tras la muerte de Franco, es nombrado Senador por designación real en las primeras Cortes democráticas y vicepresidente de la Fundación Banco Exterior. ... En 1990 es elegido miembro de la Real Academia Española de la Lengua.
En los últimos años de su vida se convirtió en un referente del movimiento de los "indignados" ..."