Continuación.
Me llamó mucho la atención la situación de miseria y precariedad en que viven muchos de sus personajes, pudiéndose contemplar la gran diferencia entre ricos y pobres. Unos nadan en abundancia y desahogos mientras los otros ni tan siquiera alcanzan la comida y vestido básicos. Por tanto, menos aun, la educación, formación o conocimientos para los más jóvenes y pequeños.
Me llamó mucho la atención la situación de miseria y precariedad en que viven muchos de sus personajes, pudiéndose contemplar la gran diferencia entre ricos y pobres. Unos nadan en abundancia y desahogos mientras los otros ni tan siquiera alcanzan la comida y vestido básicos. Por tanto, menos aun, la educación, formación o conocimientos para los más jóvenes y pequeños.
Muchos de estos cuentos revelan una marcada diferenciación entre los seres humanos según la clase social a la que se pertenece. Así como un polarizado reparto de riquezas entre las gentes de entonces. Distribución de los recursos que, por otra parte, eran, sin lugar a dudas, realidad y reflejo de la España de aquella época. Con toda esta palabrería lo que quiero decir es que por aquel entonces, años 30, ir a la escuela y recibir una buena educación, era privilegio de unos pocos. El resto, a trabajar desde que se ponían de pie. El conocimiento era un privilegio de clase, de una élite. Iba al colegio aquel cuyos padres tuvieran recursos y medios. Lo de la capacidad intelectual individual no contaba para nada.
Ahora, por ley hasta los 16 años, todos tienen obligación de estar escolarizados, más sigue vigente lo de hacer valer para nada la capacidad intelectual individual. Puesto que, una mayoría de centros escolares, especialmente de la enseñanza llamada pública- la de todos – se ven limitados a sólo “guardar” a toda esa chiquillería.
Sigue:
5 de enero de 2014: Debo añadir al pesimista cuadro descrito por Matutes para los muchachos de las clases más desfavorecidas españolas a los cuales no le cabía otro remedio que el ponerse a trabajar desde que prácticamente nacían, que ahora, al presente, siglo XXI, después de casi cuarenta años de democracia y luego de un período excepcional-mente largo de bonanza económica, a nuestra muchachada, ni siquiera este recurso les queda. No hay trabajo, eso dicen. Los centros fabriles y manufactureros fueron "deslocalizados", están en Bangladesh, Marruecos,Turquía, China y/o en cualquier lugar del Mundo donde por salarios de hambre, y en condiciones cercanas o propias de regímenes esclavistas, millones de seres luchan por sobrevivir.¡Perro Mundo!