jueves, 30 de abril de 2020

La ratonera, de Agatha Christie


La ratonera, de Agatha Christie. Aula de Literatura. Vicens Vives, 14 reimpresión, 2018. Introducción Manuel Broncano. Traducción, Manuel Broncano y Alberto Fuertes. Actividades, Emilio Sales. Ilustración, Tha.

Edición para estudiantes de la ESO,  provista de una amplia introducción en la que se habla de la autora,  Agatha Christie,y de su prolífica producción literaria, entre la cual “La ratonera”, obra teatral, es una de las más famosa, y , asimismo,  ostenta  el récord de veinticuatro mil representaciones ininterrumpidas en Londres.

No soy amante del género policíaco o de la novela negra. Y menos aún de historias tan enrevesadas que finalmente sacan a relucir lo peor de la vil condición humana. Y ésta, como casi toda la fecunda producción de la escritora británica, es un buen ejemplo. Los muertos se van sucediendo, ahora uno, después otro u otra y así  hasta el final en que entonces son revelados el causante y sus motivos. Por regla general, al menos en mi caso, él o la que menos te esperabas.

Miss. Marple, la viejecita chismosa que  vaya donde vaya  aparece un muerto, y  HérculesPoirot, el elegante y pintoresco caballero belga a cuya crítica mirada y agudo  olfato de perro de presa no se le escapa asesino alguno, son criaturas de la “Reina del Crimen”. Y, asimismo,  conocidas series de televisión. Si estas lecturas fuesen obligatorias , pero permitiendo escoger , me inclinaría por las aventuras o casos de Poirot,  ambientados en el primer tercio del siglo XX, y en paisajes más bien exóticos, ruinas antiguas, y mansiones señoriales.
En 1971 fue nombrada Dama del Imperio Británico. Y según leí, sus obras están entre las más leídas después de la Biblia y de las obras de William Shakespeare. Pero, como bien dice el dicho, para gusto se han hecho colores. Y ni  el rojo,color de la sangre, ni el negro color de la noche y del misterio, son de mi gusto.

miércoles, 29 de abril de 2020

“El traidor”, de William S. Maugham


“El traidor”, de William S. Maugham. Títulos originales: “The Traitor” y “Giulia Lazzari”. Traducción: Raquel Luzárraga Alonso de Ilera. Biblioteca El Mundo, Las Novelas del Verano, Colección de grandes autores de narrativa publicada por El Mundo y La Revista. Unidad Editorial, 1998.

Dos entretenidas y sencillas narraciones de espionaje protagonizadas por un agudo e inteligente espía, Ashenden, que trabaja  para los servicios de inteligencia del Imperio Británico. El periodo histórico es la Primera Guerra Mundial .

En ambas narraciones subyace una historia de amor. Particularidad que  las embellece y enriquece, pues de triviales tramas de espionaje se  trascienden a una reflexión acerca del poder del amor. ¡Milagroso poder!

Otra particularidad que me gustó de estas dos historias es la descripción de los personajes principales, tanto de su aspecto físico como de su conducta. Alguno encarnación de  tipo humano 
universal, tal como el cobarde-traidor  por el británico Caypor, el nacionalismo fanático por la alemana Sra. Caypor , y el del fiel a una causa por el controvertido hindú Chandra Lal.

En el  personaje de Giulia Lazzari, italoespañola,  Somerset Maughan representó al tipo humano mediterráneo, sujeto de imprevisibles reacciones para la mentalidad  de un pragmático inglés.

Amenas lecturas. Disfruté  con ellas.






lunes, 27 de abril de 2020

El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald


El gran Gatsby, de Francis Scott Fitzgerald. Libro 2, de la Colección Millenium publicada por el Mundo, Unidad Editorial, año 1999, traducido por E. Piñas y prologado por Gustavo Martín Garzo.  

Tuve la tentación de no continuar con su lectura. Ni los personajes ni las situaciones descritas eran de mi agrado. Los tiempos son los conocidos como los locos años veinte del pasado siglo, y el escenario  la ciudad de
Nueva York. Son ricachones jóvenes con mucho dinero e influencias que se comportan como si fuesen los reyes del mundo, aunque no han hecho nada, absolutamente nada, por méritos propios. Tanto su fortuna como su posición les viene de familia, heredados, son un legado. Viven como vulgarmente se dice “sin pegar golpe”, en jolgorios y fiestas continuas, regadas con mucho alcohol. Y, además, están convencidos de su superioridad social; ellos son superiores, y los demás, basura. Desconocen lo qué significa Ética, pero juzgan con severidad a los que de origen pobre y oscuro logran fortunas mayores a las suyas.
Jay Gatsby, es el protagonista de la novela, personaje de oscuro origen y pasado.  Un self made man. Todo lo que era, incluido el nombre, y lo que tenía, influencia y gran fortuna, él se los había procurado. Riquezas de las que hacía ostentación, y gastaba con prodigalidad. Lo cual le granjeaba muchas y nuevas interesadas amistades. Aunque en el plano amoroso no mostró tanta visión pagando un alto precio por ello. 

En lugar del "gran" yo le llamaría "El pobre Gatsby".


domingo, 26 de abril de 2020

“El Americano Feo”, de William J. Lederer y Eugene Burdick.



“El Americano Feo”, de William J. Lederer y Eugene Burdick. Bruguera “Libro Amigo”, nº 242, Edición 1973. Traducción R. Gil Novales. Cubierta A. Pujolar. Título original: “The Ugly American. Primera edición en lengua castellana de “Ediciones Grijalbo”, año 1959.

Hace ya unos cuantos días que terminé de leerlo. Había visto la película “El embajador”, de 1963, protagonizada por Marlon Brando,  inspirada en este libro, y ello me movió a su lectura.

La novela consiste, según insisten los autores, tanto al inicio como en el epílogo, en varias historias reales. Nombres de lugares y de personajes inventados, pero no los hechos. Relatos con los que pretenden  ilustrar al lector de los modos y estrategias hasta esos momentos llevadas por los norteamericanos en su expansión por el mundo. Pero más  concretamente en el sudeste asiático. La en un ayer ya lejano conocida como Indochina Francesa, y al presente Vietnam, zona núcleo  de la novela.

Políticas y estrategias que se caracterizaban  por un gran  distanciamiento del personal norteamericano (diplomáticos, funcionarios, militares, etc.) desplazado a estos países,  tanto de las necesidades básicas de los habitantes del lugar, como de sus costumbres, los usos y hasta del idioma local del país, que, por regla general, les era  desconocido. Funciones, además,  ejercidas, mayormente, por gentes mediocres  que vivían al margen, apartados de los nacionales, en zonas residenciales con coches, bebida  y comidas norteamericanos.  Y, en suma, inmersos en  una continuación del modelo de vida de su país de origen. Nada de integración, nada de conocer las necesidades, ni la cultura, ni las tradiciones.  Empleos transitorios dotados de grandes ventajas económicas.

Por otra parte, en franco contraste con el modus operandi de los comunistas soviéticos, con los cuales, entonces, mediados del siglo XX, estaban en puja por el control de aquella zona asiática, tras la pérdida  del peso de los franceses en ella. Se resalta cómo los funcionarios y personal ruso dominaba el idioma local y además habían sido rigurosamente seleccionados y adiestrados para el objetivo que de ellos pretendían. Gente superiormente preparada, que lograba infiltrarse plenamente entre las gentes del lugar.

Según Lederer y Burdick, como ya cité  “es un libro de ficción, aunque basado en hechos reales”, escrito,- dicen-  para “estimular el pensamiento y, así lo esperamos, la acción”. (¿? ) Particularmente, una vez leído, creo que más bien lo que desean y esperan es una rectificación de las políticas y estrategias que hasta entonces,- repito-  finales de los cincuenta  del pasado siglo, eran practicadas por la Administración norteamericana en su política de expansión mundial. Las cuales no eran efectivas y  cedían espacio y poder a los rusos (soviéticos).

Una lectura, en fin, nada edificante. Eché en falta una severa crítica  al  imperialismo (1) practicado por quien lo practique, (francés, británico, americano, soviético, chino, japonés…). Su único valor , al menos para mí, es mostrarnos los perniciosos efectos de la avaricia del ser humano, y en especial, la del ser humano de cultura occidental, de la que el sudeste asiático es un espléndido ejemplo, tal como lo evidencia su cruenta historia con el colofón de la  Guerra del Vietnam.(4)


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(*)Sudeste Asiático:
“El término “Sudeste Asiático” está traducido directamente del inglés, proveniente del South East Asia Command (Mando del Sudeste Asiático) en la Segunda Guerra Mundial, y es una denominación postcolonial de los territorios conocidos como Indochina (Sudeste Asiático continental) y las Indias Orientales (Sudeste Asiático insular o archipiélago malayo).
Suele incluir los países detallados a la derecha a los que en ocasiones se le añaden Papúa Nueva Guinea (parte de Oceanía) y la isla de Taiwán (parte del Asia Oriental).
Desde el punto de vista político toda Indonesia forma parte del Sudeste Asiático, pero desde el geográfico sus provincias ubicadas al este de la línea de Wallace, como las de la isla de Nueva Guinea, pertenecen a Oceanía y no a Asia.”(…)El nombre de la región fue acuñado por primera vez en el siglo XX. Antes fue conocida como Indias Orientales o Insulindia en referencia al vecino subcontinente indio. La zona incluye 11 países, algunos situados en el continente y otros en el archipiélago; Malasia es la única de las naciones del Sudeste Asiático que posee territorio en los dos.(…) En tiempos históricos, la región fue peculiar por estar situada entre dos importantes áreas culturales, el mundo chino y el mundo indioDe dichos países ha habido influencias del tipo cultural, lingüístico, religioso y político que todavía subsisten.(…) Los siglos XVII y XVIII vieron también el advenimiento del colonialismo. El único país que lo pudo evitar, gracias a las políticas de modernización de su monarca, fue Siam.
Después de la independencia de las colonias, el Sudeste asiático se vio sacudido por fuertes guerras internas e internacionales y escenario del enfrentamiento de la Guerra Fría que provocó situaciones como la guerra de Vietnam con sus consecuencias en Camboya, así como duras dictaduras militares en Filipinas (Ferdinand Marcos), Indonesia (Suharto) y Birmania (junta militar).( https://es.wikipedia.org/wiki/Sudeste_Asi%C3%A1tico)
(1) Imperialismo:
“El imperialismo (generalmente en forma de un imperio)que se basa en ideas de superioridad1​ y aplicando prácticas de dominación— es el conjunto de prácticas que implican la extensión de la autoridad y el control de un Estado o pueblo sobre otro. También puede ser una doctrina política que justifica la dominación de un pueblo o Estado sobre otros; habitualmente mediante distintos tipos de colonización (de poblamiento, de explotación económica, de presencia militar estratégica) o por la subordinación cultural (aculturación)(...) Aunque los términos "imperialismo" y "colonialismo" están muy relacionados, no son sinónimos.
(2)  Indochina:
 “Indochina o península de Indochina, es una zona del sureste asiático situada entre la India y China. Comprende el territorio de los actuales países de CamboyaVietnamLaosBirmania y Tailandia, así como Singapur y la parte continental de Malasia, estos dos últimos en la península de Malaca. En sentido más estricto, solo se denomina Indochina a los territorios que fueron colonias francesas de Asia, estas son: LaosCamboyaAnnamTonkín y Cochinchina.1​ Está ubicada aproximadamente entre los 25º de latitud norte y la línea del ecuador, y los 90º de longitud este y los 110º de longitud este.”(https://es.wikipedia.org/wiki/Indochina )
(4) Guerra del Vietnam. (Guerra del Vietnam.)
La Guerra de Vietnam (Vietnam War en inglésChiến tranh Việt Nam en vietnamita),29​ llamada también Segunda Guerra de Indochina,30​ y conocida en Vietnam como Guerra de Resistencia contra América (Resistance War Against America en inglés, Kháng chiến chống Mỹ en vietnamita)31​ fue un conflicto bélico librado entre 1955 32​y 1975 para impedir la reunificación de Vietnam bajo un gobierno comunista. En esta guerra participó la República de Vietnam (Vietnam del Sur, capitalista) con el apoyo de los Estados Unidos y otras naciones aliadas de los Estados Unidos contra la guerrilla local del Frente Nacional de Liberación de Vietnam (Viet Cong) y el Ejército de la República Democrática de Vietnam (Vietnam del Norte), respaldados por China y la Unión Soviética, todos ellos comunistas. Se calcula que murieron en total entre 3,8 y 5,7 millones de personas.nota 2​ Estados Unidos contabilizó 58 159 bajas y más de 1700 desaparecidos, constituyendo la contienda más larga de dicho país hasta la Guerra de Afganistán. Fue una de las guerras más importantes del periodo llamado Guerra Fría.”






jueves, 23 de abril de 2020

“Un forastero en la ciudad”, de Georges Simenon


“Un forastero en la ciudad”, de  Georges Simenon. (*) Luis de Caralt, 1971. Colección “Las Novelas de Simenon”. Núm. 3. Versión española de Julio Gómez de la Serna. Título de la obra original: “Un nouveau dans la ville”, 1951.

La novela me gustó, y ello a pesar de que el protagonista de esta historia, una historia sencilla  que nos lleva a una pequeña ciudad norteamericana, es uno de esos seres malo, muy malo, que disfruta haciendo el mal y con los males ajenos.  Este personaje es Justin Ward. Compartiendo protagonismo con él está Charlie, el propietario del bar en donde  y alrededor del cual acontecen los principales hechos. Un tipo humano del montón, cuya vida transcurre en su negocio, compartiendo con su mujer la atención de la clientela.  Clientela fija compuesta por gentes del lugar.

Simenon en esta novela demuestra ser “el profundo analista de los móviles más recónditos y de las más tenebrosas pasiones del alma”, tal como se señala en la contraportada del libro. ¡Un maestro!


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(*)   Es seguramente uno de los pocos si no el único autor de literatura policial reconocido como gran autor literario. Como grafómano que escribía todo el tiempo –no solo las historias de Maigret sino también las llamadas novelas duras, que son magníficas– constituye una especie de anomalía. Era un hombre que vivía para la escritura y su capacidad para escribir tanto y tan bien todo el tiempo le convierte en una especie de genio”, resume a EL PAÍS Stéfanie Delestré, editora de la Série Noire de Gallimard. "(   https://elpais.com/cultura/2019/03/30/actualidad/1553977532_979419.html )

miércoles, 8 de abril de 2020

Un caso de urgencia, (2) de Jeffery Hudson


8 de abril de 2020: Posteriormente a mi última entrada sobre este libro, hallé traspapeladas las cuatro que originalmente, en el 2006, le dediqué . Comentarios que he decidido incorporar  sin ninguna enmienda o corrección porque  allí abordé la cuestión básica, fundamental, de la conducta ética del buen profesional de la Medicina, cuya función es sanar, curar; y, en esta dirección y objeto, deberá emplear hasta agotar todos sus conocimientos, así como los recursos médicos a su alcance.  No le compete juzgar a quién debe asistir y tratar de curar de su afección. Al menos, según creo, lo prescrito por el código deontológico de su profesión.  Es un sanador, alguien que cura a seres con alma, y no un simple matarife, cuyo oficio es matar y descuartizar animales, criaturas sin alma.

Seguidamente resalto, copio y pego, algunos de los artículos del Código Deontológico por el cual se deben regir, según creo,  los profesionales de la Medicina en España.

Capítulo II PRINCIPIOS GENERALES Artículo 5   1.‐ La profesión médica está al servicio del ser humano y de la sociedad. Respetar la vida humana, la dignidad de la persona y el cuidado de la salud del individuo y de la comunidad son los deberes primordiales del médico.   2.‐ El médico debe atender con la misma diligencia y solicitud a todos los pacientes, sin discriminación alguna.   3.‐ La principal lealtad del médico es la que debe a su paciente y la salud de éste debe anteponerse a cualquier otra conveniencia. El médico no puede negar la asistencia por temor a que la enfermedad o las circunstancias del paciente le supongan un riesgo personal.   4.‐ El médico jamás perjudicará intencionadamente al paciente. Le atenderá con prudencia y competencia, evitando cualquier demora injustificada en su asistencia.  

Artículo 6   1.‐ Todo médico, cualquiera que sea su especialidad o la modalidad de su ejercicio, debe prestar ayuda de urgencia al enfermo o al accidentado.   2.‐ El médico no abandonará a ningún paciente que necesite sus cuidados, ni siquiera en situaciones de catástrofe o epidemia, salvo que fuese obligado a hacerlo por la autoridad competente o exista un riesgo vital inminente e inevitable para su persona. Se presentará voluntariamente a colaborar en las tareas de auxilio sanitario






Este libro puede catalogarse como del género policíaco.- Hay crimen, presunto culpable, intriga, y un investigador aficionado que es el protagonista de la novela, un médico especialista en Patología. La novela está escrita en primera persona. En ella a la par de la historia se nos explican determinados términos médicos o enfermedades, algunas en el propio texto o nota a pie de página y con siete apéndices al final del libro para los temas más complejos. En ellos se habla del presumible origen del blanco de las batas y paredes de los hospitales, de la desconfianza entre médicos y policías, argumentaciones en pro y en contra del aborto, etc. etc.; dignas de agradecer por todo aquel que, como a mí, el tema de hospitales, médicos, medicina, terapias , etc. le sean algo distantes.

Hay que especificar que el mundillo médico y hospitalario descrito en el libro es el de Boston (EEUU), por los años sesenta del pasado siglo XX. La intriga se mantiene hasta el final. Pero lo que de este libro despertó mi interés fue la temática de fondo sobre el aborto provocado y la ética profesional médica. Como conclusión diré que si tuviera la obligación de clasificar a sus personajes principales no designaría a ninguno como sano o benéfico. ¡Qué colectivo! Supongo que el autor de esta novela quiso personificar el bien, bueno, correcto o justo en la figura de John Berry, el patólogo narrador de la historia e investigador aficionado, pero me resulta difícil darle buena calificación a un profesional de la medicina que con el fin de ocultar las prácticas delictivas de un colega amigo, adultera y falsea las muestras clínicas por él analizadas, así que...repito, ¡menuda panda!
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Etiquetas: 23 – Hudson

Este libro va de médicos y hospitales y de la potencialidad de aquéllos de emplear sus conocimientos en curar o matar. Es decir, la capacidad de sanar y dar vida enfrentada con la de matar o ayudar a morir.

En estos momentos, cuando inicio el comentario de la novela, desconozco quién es su autor y tampoco tengo referencia alguna sobre el libro. Lo escogí al azar de la estantería y puedo decir que desde el comienzo hasta el final de su lectura me acompañó cierta sensación de pesadumbre, consecuencia de la trama argumental desarrollada en torno a los médicos y al empleo por algunos de éstos de sus facultades y conocimientos para enfermedad y muerte en lugar de para vida y salud. Así como el debate acerca de las limitaciones o prejuicios de orden moral y del corporativismo extremo que existe entre la clase médica.
El escenario escogido está en Boston, Estados Unidos y el mundillo que se cuece es el de los grandes hospitales de aquella ciudad. Por otro lado, famosa por su avanzada práctica médica e importantes centros de medicina.
El libro es una edición para el Círculo de Lectores, cedida por Ediciones Grijalbo, 1970. Título del original en inglés, "A case of need", traducción de Margarita García de Miró y cubierta de Marigot. No suelo hacer mención a este dato que, sin embargo, entiendo es importante cuando, como en este caso, la imagen o dibujo diseñado es capaz de tan completa y sintética ilustración del contenido del libro.
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Etiquetas: 23 – Hudson
La conclusión que saco de la actuación de los médicos protagonistas de esta novela, es la de unos profesionales de conducta poco Ética  que se han extralimitado de modo pernicioso en sus funciones. Tanto en cuanto a las normas propias e intrínsecas de su profesión médica - basadas sustancialmente en los principios contenidos en el juramento de Hipócrates, médico de la Grecia antigua y pagana, que rigen de modo generalizado por todo el mundo civilizado desde hace muchísimo tiempo; como  en lo referente a las normas legales de la nación en que viven, cuyo respeto y cumplimiento es obligado a todos los ciudadanos del lugar. Me pregunto, pues,  ¿por qué ellos no las han de acatar y cumplir como el resto de mortales comunes y corrientes? ¿Acaso ellos están por encima de los principios morales y de las Leyes? ¿Por qué sus criterios han de ser más válidos o prevalecer ante los comúnmente aceptados y vigentes entre la mayoría? ¿Se creen acaso dioses? Son mortales, viles mortales, quizás, incluso más viles que la media- que ya es decir - y por lo tanto se les debe exigir hacer y respetar lo mismo que estamos obligados todos los demás.

Es fácil intuir que no sólo me estoy refiriendo a la clase médica, sino a cualquier tipo de actividad o profesión que implique y afecte al bien común general y especialmente a los altos cargos y puestos públicos que cuando toman posesión de ellos lo hacen bajo juramento y luego... tararí que te vi, y hago lo que me viene en gana... y entre mayor sea el cargo, más difícilmente se ciñen al cumplimiento fiel de lo jurado. Sin embargo no les pasa nada.
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Etiquetas: 23 – Hudson
domingo 9 de marzo de 2008
A continuación reproduzco parte del Juramento de Hipócrates:

“Y me serviré, según mi capacidad y mi criterio, del régimen que tienda al beneficio de los enfermos, pero me abstendré de cuanto lleve consigo perjuicio o afán de dañar. Y no daré ninguna droga letal a nadie, aunque me la pidan, ni sugeriré un tal uso, y del mismo modo, tampoco a ninguna mujer daré pesario abortivo, sino que, a lo largo de mi vida, ejerceré mi arte pura y santamente.
Y cada vez que entre en una casa, no lo haré sino para bien de los enfermos, absteniéndome de mala acción o corrupción voluntaria,...
Así pues, si observo este juramento sin quebrantarlo, séame dado gozar de mi vida y de mi arte y ser honrado para siempre entre los hombres; mas, si lo quebranto y cometo perjurio, sucédame lo contrario".


Decía en mi último comentario que ninguno de los médicos de la novela me había convencido. Hoy trataré de explicarme. En esta obra se  plantea lateralmente la importante cuestión de la licitud moral de ciertas prácticas médicas. Considero que en la obra  se defiende o al menos se justifica, aunque solapadamente, que algunos médicos contravengan sus promesas o Juramento Hipocrático, universalmente aceptado por esa clase profesional, y, consecuentemente, hagan cosas moralmente ilícitas según su propio código moral o de conducta.

A esta cuestión, por otra parte, primordial, del quebrantamiento de unas normas de conducta a las que está obligado por un juramento, se añade el hecho de que su acción es ilegal; es decir, fuera de la Ley, y, por ende, delito objeto de castigo(sanción).

He averiguado que Jeffrey Hudson es uno de los dos seudónimos empleados por Michael Chrichton, autor del libro Parque Jurásico, en sus comienzos como escritor.
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Etiquetas: 23 – Hudson

martes, 7 de abril de 2020

Un caso de urgencia, de Jeffery Hudson (Michael Chrichton)


Encontré los  comentarios realizados en el 2006 sobre esta novela,pero no recuerdo  si los quité intencionadamente y por ello decidí volverla a leer. Lectura que ha coincidido con la Pandemia del Covid19, y su particular azote sobre España.

Tuve serias dudas de continuar leyéndolo. El autor, Jeffery Hudson, seudónimo utilizado por Michael Chrichton, hace gala de sus conocimientos de Medicina, y, a lo largo de toda la obra, ilustra al lector sobre enfermedades, síntomas, medicamentos, técnicas, usos, terminologías, y un larguísimo etcétera, que, en ocasiones, tanto detalle en la descripción de, por ejemplo, la disección de un cuerpo humano, o de una cobaya de laboratorio, te anima a cerrar el libro. Es desagradable, al menos para mi gusto. Pero mis motivos reales estaban en el   lamentable y muy sombrío cuadro que esta novela policíaca ofrece en relación al mundo de la Medicina, en el que prima el corporativismo sobre la dignidad y la profesionalidad. Y entre muchos de  sus colegiados no hay vocación,  sólo ven su profesión como una buena y segura fuente de ingresos y de estatus socialY muchos de los de mayor rango y prestigio están endiosados, y  dan muestras  escandalosas de su soberbia.

Aún menos edificante es el cuadro de las costumbres sociales y familiares  allí reflejadas, que nos dibuja una sociedad farisaica y clasista, con unas clases altas entre cuyos miembros domina la promiscuidad sexual, el consumo de drogas, el racismo, etc. etc. Sociedad, sin duda,  enferma, al menos moralmente.

Considero, en suma,  que la cruenta trama novelesca está encaminada a justificar, solapadamente, la legalización del aborto, con el argumento de defender la salud física de las mujeres. Muestras de ello son el  olvido de las consideraciones de índole moral y psíquicas para la propia mujer ; pero, fundamentalmente, el absoluto olvido del humano embrión y de sus derechos(*). Ni él, ni sus derechos, cuentan para nada en toda esta obra.  La novela se publicó en 1968 , teniendo como escenario  la ciudad estadounidense de Boston, y sus hospitales .

Libro cuya lectura no recomiendo.No obstante, como bien dice el dicho: ”Para gustos se han hecho  los colores, y para colores, las flores”. Yo me inclino por éstas.



(*) Los derechos del embrión humano me ha traído a la memoria una vieja novela, "El Derecho de Nacer", un enternecedor culebrón, de inmortal contenido.Su autor,  Félix B. Caignet