Novela
que hace ya unos cuantos años comencé a leer pero interrumpí su lectura porque en aquel entonces no despertó suficientemente mi interés.
Recientemente volvió a caer en mis manos y esta vez sí que la leí de principio
a fin. Según pude leer en el mismo libro, en el apartado
“Autor y su obra”, era
una “novela de cauce autobiográfico que
ganó el premio
Ciudad de
Barcelona”
1954, y era, asimismo, la
primera de sus obras que Kurtz(*) destinaba al público adulto; aunque desde 1943, escribía y publicaba cuentos infantiles.
En este mismo apartado se señala que la escritora
“… pretende mediante sus obras hacer
una crítica del momento social al que pertenece” (¿?).Aspecto
que debo aclarar yo no he vislumbrado, porque las experiencias aquí contadas , opino, son y están alejadas de lo común y corriente a la mayoría. Posteriormente, después de haber leído un artículo titulado
“
Las heroínas de Carmen Kurtz “por
Cristina
López Pavía, me hizo meditar acerca de mis iniciales consideraciones y releer,
detenidamente, su biografía, tanto la que consta en el ya citado apartado del
libro como las halladas en Wikipedia y en la página de
escritoras.com.
De esta autora
sólo he leído esta novela. Obra que en su primera parte tiene como escenario de
fondo a
la
Barcelona de los años anteriores a la contienda civil del 36.(1) Clima convulsivo
que estimo ni siquiera es insinuado en el extenso y detallado
relato en torno a la vida de su protagonista, Pilar, una joven catalana
de familia bien. Por otro lado, rico en
detalles e historias contados desde la infancia, con descripción , a mi
juicio, pormenorizada del grupo familiar compuesto por cinco hermanos, chicas y
chicos, huérfanos de madre, bajo la batuta de un muy "singular"
padre, al menos para los ojos de su hija, así como del ambiente, las costumbres , las amistades
y los más allegados del hogar
paterno.
Estos capítulos
dedicados a las etapas de infancia, adolescencia y primera juventud, me
resultaron amenos no sólo por las anécdotas y particularidades familiares,
sino también por los modos de vida que, en aquellos tiempos del
primer tercio del XX, allí se explican.
Los cuales - según pienso- eran nada corrientes
ni comunes contrastados con los de la mayoría de sus contemporáneos vecinos de
la ciudad de Barcelona. Pasajes que ofrecen la visión de una élite social, la
burguesía catalana,
encarnada en la protagonista y su
familia. Historias, en suma, muy entronizadas alrededor de uno mismo.
Más adelante,
en la segunda parte de la novela, con Pilar, la protagonista, fuera de su
particular y elitista entorno familiar, las experiencias relatadas se
hacen más próximas al común mortal, es decir, a la mayoría de los lectores. Porque
se refieren a experiencias de una mujer
joven de aquella época, casada y dependiente en todo de un marido al que
acompaña en sus múltiples traslados por motivos laborales, en un país que no es
el suyo, y, además, en un mundo en guerra, la SGM. Experiencias vividas que la
acercan a la dura realidad. La realidad, por cierto, de muchos, bien
distinta a la de los pocos privilegiados que disponen de medios económicos e
influencias poderosas que si no le privan si le alejan y minimizan las calamidades,
las crueldades, las penurias e , injusticias de las guerras.
Particularmente,
me ha parecido muy interesante todo lo leído entorno a la autora y su contexto
biográfico e histórico. Habla, más que su novela.
_______________
(**)Carmen de Rafael Morés,
nació en 1911 , en el seno de una familia de la burguesía barcelonesa,
descendiente de indianos de ascendencia catalana,tanto por parte de padre
como de madre. Ambos abuelos, curiosamente, estaban casados con mujeres
estadounidenses. Detalles que creo necesarios conocer para acercarnos a
la autora de esta novela, que fue- repito - la primera de sus obras dirigida a
un público adulto. Ficción en la que están recogidos muchos detalles y
sucesos de su biografía., tantos como los otros muchos no
reflejados. Los cuales, considero, dejaron marca imborrable en su
existencia, “que- en
palabras de la propia autora - no supimos decir”,
o, tal vez, añado yo, no quisimos decir, y quizás " duerman, bajo las
aguas y esperan su turno para salir a flote”.
(1)¡Período histórico- como es sabido- muy conflictivo
para España, para los españoles y puede que hasta en mayor medida para los
habitantes de
la
Ciudad Condal, en la que imperaban el desorden, la arbitrariedad y la
persecución indiscriminada de todo aquel considerado de derechas y de fe y
convicciones cristianas! ¡Horroroso y bochornoso capítulo de la Historia de
Barcelona! Seguidamente, reproduzco
los
comentarios de George Orwell sobre la Barcelona de
aquellos días, información
sacada de Wikipedia:
“Por primera vez en mi vida, me encontraba en una ciudad donde la clase
trabajadora llevaba las riendas. Casi todos los edificios, cualquiera que fuera
su tamaño, estaban en manos de los trabajadores y cubiertos con banderas rojas
o con la bandera roja y negra de los anarquistas; las paredes ostentaban la hoz
y el martillo y las iniciales de los partidos revolucionarios; casi todos los templos habían sido
destruidos y sus imágenes, quemadas. Por todas partes, cuadrillas de obreros se
dedicaban sistemáticamente a demoler iglesias. En toda tienda y en todo
café se veían letreros que proclamaban su nueva condición de servicios
socializados; hasta los limpiabotas habían sido colectivizados y sus cajas
estaban pintadas de rojo y negro. Camareros y dependientes miraban al cliente
cara a cara y lo trataban como a un igual. Las formas serviles e incluso
ceremoniosas del lenguaje habían desaparecido. Nadie decía señor, o don y
tampoco usted; todos se trataban de «camarada» y «tú», y decían ¡salud! en
lugar de buenos días.”
Para abundar en la información, me
remito a Wikipedia, al apartado titulado Barcelona
durante la República, del que he extraído el siguiente párrafo:
“
Barcelona,
capital de la
región catalana, había sido un tradicional bastión del
republicanismo español desde el
siglo XIX y
la ciudad aceptó rápidamente la proclamación de la República tras las
elecciones municipales del 12
de abril de 1931 ganadas por la
Esquerra Republicana de Catalunya (ERC).
Ello motivó que el
nacionalismo catalán se manifestase
prontamente como una fuerza política considerable, creándose la
Generalidad de Cataluña para
satisfacer las demandas de los nacionalistas catalanes, lo cual introducía un
nuevo elemento adicional a las pugnas de izquierdas y derechas durante el
periodo republicano. Durante la
Revolución de Asturias de
1934, los
nacionalistas catalanes más apegados a la izquierda política, dirigidos
por
Lluís Companys, trataron de
proclamar un «Estado
catalán dentro de la República Federal Española» el día
6 de octubre, pero la revuelta careció
de apoyo armado y Companys capituló con sus seguidores al día siguiente. La
rivalidad política entre las fuerzas de izquierda y derecha en
Cataluña se
vio complicada por el
nacionalismo catalán como tercer factor;
entre los líderes nacionalistas catalanes habían ciertamente una mayor
identificación con la
izquierda española que apoyaba las reivindicaciones
autonomistas (sin llegar al separatismo) pero muchos militantes nacionalistas
aún rechazaban el izquierdismo de sus líderes y se mostraban mucho más
conservadores en
cuestiones políticas. En ese contexto,
Barcelona era
la segunda ciudad más poblada de
España, su
principal puerto comercial en el
Mediterráneo,
una fuerte plaza comercial y
bancaria, y poseía mayores núcleos
industriales que
la propia
Madrid,
por lo cual dentro de la urbe barcelonesa convivían tanto los mayores
sindicatos de
España como las principales firmas comerciales de la gran
burguesía española.”
Así como, también, al
siguiente párrafo seleccionado del apartado “Guerra
Civil”:
“En Barcelona se vivió un proceso revolucionario mediante el cual gran parte de las empresas y servicios
fueron colectivizados por sindicatos como la CNT y la UGT. Pocos días después del golpe, el 23 de julio, se fundó el Partido Socialista Unificado de Cataluña (PSUC), de ideología comunista. La autoridad
del Gobierno de la República y la Generalidad era teórica, ya que quienes controlaban de forma efectiva las calles eran los anarquistas,
quienes iniciaron la revolución y emprendieron un proceso de represión de los
sectores derechistas y eclesiásticos de la ciudad.556 En estas represalias fueron asesinadas en la ciudad 2328
personas, de las cuales un 20 % pertenecían al clero, entre ellos el
obispo Manuel
Irurita. Se creó el Comité Central de Milicias Antifascistas, que se encargó de reclutar y armar voluntarios para combatir
en el frente de Aragón junto a las tropas regulares.