viernes, 21 de febrero de 2014

Lirio Silvestre, por Ricardo de Beobide, S.S.

 “Lirio Silvestre” es el título de otro de esos viejos libros de la colección Biblioteca “Horas Serenas”, editado por Librería Salesiana, edición cuarta, año 1943. Sobre su autor, Ricardo de Beobide S.S., sólo he hallado una relación de sus obras, cuyos títulos me hacen presumir que, como ésta, son narraciones de corte histórico-novelescas. Y, del mismo modo que las otras “obrillas” de esta colección, que he tenido ocasión de leer, son relatos destinados a la exaltación de la virtud, la moral,  y la fe en Dios y en Jesucristo Salvador. Sus protagonistas, es decir, el héroe o heroína de la historia contada, son seres buenos y bondadosos,   de conducta ejemplar.  Muestran el lado bueno del ser humano. En todas estas lecturas, que intuyo van destinadas a un público joven, siempre hallarás amor a Dios, altruismo, comprensión y perdón, esencia del cristianismo. Son historias sencillas y su sentido es edificar al lector.

Expuestas, pues, las características que adornan a las novelitas de esta Colección, de modo común a todas, me meto en el comentario de “Lirio Silvestre”, mote o apodo con el que se conoce al protagonista de la  narración, un huérfano crecido de parecido modo a la citada planta . El  lugar y los momentos históricos, en los que transcurre la acción, son los parajes próximos a Santoña(Cantabria), durante  la España napoleónica, y  luego, tras la vuelta del  infausto Fernando Séptimo.  La historia es simple y sirve para describir cómo los acontecimientos políticos marcados por las luchas por el poder llegan a influir y, en suma, determinar la vida del hasta más insignificante  y común ser humano, aunque este se afane en huir del mundanal ruido,  tal como cantaba Fray Luis de León, en su “Vida Retirada”.

Particularmente, me pareció muy interesante la “Introducción” de la novela, págs. 5 al 7, en las que el autor, Ricardo de Beobide, describe el panorama español en aquellos tiempos, algunos de cuyos párrafos, transcribo a continuación:


Revueltos andaban los tiempos en España, como en el resto de Europa, en los primeros años del XIX…dividida en dos bandos irreconciliables la política española, alcanzando esta división hasta a las personas de la Real Familia…humillados ambos bandos, con servilismo que afrentaba a la nación…reinando por doquier el hambre y la miseria …llegaba España entonces a la crítica situación, que, en  la vida de los pueblos, determina unas veces saludable reacción y ascensión gloriosa; y, la más rápida y fatal decadencia y ruina.”