viernes, 16 de septiembre de 2016

Volvoreta, de Wenceslao Fernández Flórez

Volvoreta, de Wenceslao Fernández Flórez, Libro RTV nº 43, Biblioteca Básica Salvat, Salvat Editores con la colaboración de Alianza Editorial, año 1970. Prólogo de José Manuel Alonso Ibarrola. Lectura en la que abunda la descripción de los entornos naturales de la localidad coruñesa de Gándara, así como  de algunos de los tipos humanos que la pueblan. Características que me recordaron  “El cuaderno gris”(Bajo Ampurdán)  y “Los Bravos”( la zona montañosa entre León y Asturias), recientemente leídos, cuyos respectivos escenarios geográficos están situados en regiones de los extremos del norte peninsular español,  coincidiendo los tres, curiosamente,   en reflejar hechos y personajes reales  basados en sus propias vivencias o de los suyos.

Foto de Coto Ancos e fondo da ríaVolvoreta”, según explica Alonso Ibarrola en su prólogo, es una obra de juventud. De la juventud de un español nacido en 1885. Mucha agua ha caído, tanta como, con toda probabilidad,   los cambios y las transformaciones sufridos por los entornos naturales descritos por el escritor, así como en los ambientes y las costumbres socio económico de las gentes de aquella zona, pero no en los conflictos y afectos de sus gentes que perduran y que con acierto han sido reflejados por Fernández Flórez a través de los personajes de la novela.  Es una historia sencilla, no hay intríngulis, y sí mucha descripción, en la que, según creo, Volvoreta es,  sólo un elemento  aglutinador  que utiliza el autor  para darnos su visión, entonces un veinteañero, del mundo que le rodeaba, para él un bucólico lugar del Norte de la costa atlántica española.  En cuya recreación se complace. Como también se complació en darnos la pintura de un cuadro de costumbres de una sociedad clasista, la de la Galicia provinciana y rural de finales del XIX, principios del XX, en la que el papel de  la mujer, tanto de la rica como de la pobre, es accesorio, inclinado  a cumplir  o llenar las expectativas de los otros,(marido, hijos, padre...)  En la novelita corresponde a Volvoreta, aldeana sirvienta, la personificación de la joven pobre, y a Isabel, la primogénita ,”en el frío de sus treinta años de soltera” – hermana del protagonista – el de la  rica.

En muchas ocasiones, mientras leía “Volvoreta”, vino a mi memoria “Los Pazos de Ulloa”, de Pardo Bazán (*), porque allí también se describían  tan similares como duros contrates entre las gentes del lugar,  y de sus oportunidades en la vida, dependiendo de la fortuna o del  estatus familiar de las personas  como del sexo, con superioridad exagerada del varón sobre la hembra. 
Foto de Ponte en Ruta con Nos!!! A Gandara-Fervenza 13 de marzoLa sencilla trama  de la novela   se sustenta, a modo de eje vertebrador, en relatar las vicisitudes  del “señorito” en razón de sus amores con la linda sirvienta. Simplicidad que se ve amenizada con el relato de otras historietas independientes, es decir, que no tiene nada que ver con el tema principal, protagonizadas por personajes secundarios como por ejemplo,  Amaro Rodeiro, funcionario de carrera y  especie de Ángel de la Guarda para el “cándido” Sergio; Agustín Rosales, el periodista madrileño director del periódico local, de tendencia liberal, “El Avance”;  o el indiano Manuel Acevedo, que marchó a Cuba pobre y regresó rico.  Historias auxiliares, sin duda, ilustrativas de los contrastes de la situación y mentalidad de las gentes, entre las cuales llamaron mi atención  las concernientes a la madre de familia, vecina de aquel  lugar de humedad extrema ambiental,   que iba enterrando a toda su prole aquejada de tisis. Así como las relacionadas  con los dos redactores del periódico “El Avance”, Muñiz el literato de la casa,  y Prego,  republicano de corazón, que había escrito un solo artículo en su vida.

Librillo, en fin, ameno que te acerca a aquella singular región de España, Galicia. Y en mi particular caso, me sirvió también para conocer, al menos algo, acerca del autor, Wenceslao Fernández  Flórez, cuyo nombre me sonaba mucho, pero desconocía quién fue y lo que representó en su época, así como su obra, es decir, su producción literaria. 
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(*)”Volvoreta” recibió el premio del Círculo de Bellas Artes, por decisión de un jurado compuesto por Pardo Bazán, Ortega y Gasset,  y Pérez de Ayala.




viernes, 9 de septiembre de 2016

Cuentos Rusos, Selección y traducción de José Laín Entralgo(*)

(*) 2 de enero de 2017: Acabo de revisar y rectificar, de nuevo, algunos de los párrafos escritos.

Cuentos rusosLibro 56, Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV, editado por Salvat Editores con la colaboración de Alianza Editorial, año 1970, es una  antología de ocho relatos breves de distintos autores rusos, traducidos y seleccionados por José Laín Entralgo,(2) y  prologada por Augusto Vidal.(2). Un a mi modesto entender, interesante prólogo,   de obligada lectura  para el lector (*) que como yo desconozca  la literatura eslava, pues además de acercarle a la  Rusia popular le informa sobre los escritores y la evolución de su literatura , cuyas características de" humanidad,  ética, combatividad, búsqueda de “la verdad”, preocupación por los humildes y su extraordinaria proyección social”,  según señala  Vidal, están presentes  en el cuento, modalidad de tan honda tradición popular en la cultura eslava. El prólogo  se cierra con una reseña de cada cuento.


Como ya señalé, son ocho los autores y las narraciones seleccionadas.
Cada relato va precedido de un resumen biográfico del correspondiente   autor. entre los cuales  figura una mujer, Tatiana Tess con La luz del sol". Los otros escritores y títulos son los siguientes: Gorki con ChelkashBunin Una buena vidaKorolenko La necesidadBábel (2)El despertarAlexéi N. Tolstói La víboraI. Ilf y E.Petrov “El conde de Mediterráneo; y Paustovski (2) con El telegrama. Este último relato y “Chelkash”, fueron los que  más me agradaron. Seguidos, por este mismo orden, en cuanto a  preferencias,  por “La víbora” y El conde de Mediterráneo”.  Los dos primeros  porque nos hablan de prototipos humanos universales cuyos sentimientos y acciones descritos se dan, o pueden darse, en cualquier tiempo y lugar del mundo. Mientras las otras dos narraciones reflejan situaciones específicas fruto de la nueva coyuntura social comunista impuesta en aquella sociedad tras la implantación del régimen soviético. Experiencias humanas duras, vistas tanto desde el plano individual y personal, como desde el colectivo. 

  
Mi lectura fue hace un año y, consecuentemente, sólo recuerdo aquellas cosas que más me impresionaron como  el personaje protagonista de la primera de las narraciones, escrita por Gorki. Una para mí, bella narración,  porque son bellas  las imágenes de ambientación marina allí descritas, tanto como la dignidad y la hermosura del alma del viejo lobo de mar, Grishka Chelkash,   “muy conocido entre la gente del puerto, bebedor empedernido y ladrón hábil y audaz”. Y también bello, bellísimo, el contraste entre la  generosidad y el desprendimiento de un ser conceptuado como "descreído" frente a la codicia capaz de llegar hasta el crimen de “un piadoso creyente,”  fondo argumental del cuento.  Esta historia me hizo recordar  otra contada por Josep Plá, en “Un viaje frustrado”,  también protagonizada por un personaje  duro, tan duro como el entorno y las condiciones en las que se ve obligado a bregar para ganarse la existencia. ¡Una bonita historia y un entrañable protagonista! 

Katerina Petrovna es la protagonista de “El telegrama”, una conmovedora narración que nos refiere la desolación de una viejecita, cuya única hija marchó a Leningrado(3), ciudad en la que  vive entregada a su trabajo, un trabajo de responsabilidad. Ocupada de lleno por estas responsabilidades la hija no olvida pero si posterga las atenciones debidas a su madre, hoy un desvalido y solitario ser en un apartado paraje, alejado del  mundanal ruido, como diría Fray Luis de León, es decir,  en una recóndita aldea de la Rusia soviética, en un  otoño excepcionalmente frío y lluvioso, en una antigua y  señorial casona llena de testimonios de lo que antaño fuera, pero principalmente  fueron los que en ella vivieron, señores de la alta burguesía  de San Petersburgo.  Acompañando a la anciana señora hay dos personajes entrañables, Tijon, el cartero, y Mániushka, una rústica aldeana que la atiende amorosamente. En suma, historia triste, con final edificante. 
Las otras dos historias que me impresionaron se circunscriben ambas a situaciones de contexto propio de la Rusia soviética “La víbora” protagonizada por una mujer que para sobrevivir se ha revestido de una coraza de  varonil aspecto tras la cual se oculta una muy sensible mujer. Ella es diferente, no sólo por su aspecto  sino por su carácter y comportamiento. El mensaje que nos da esta historia  es la hipocresía de algunos y del sempiterno  recurso del uso de la mentira y la difamación del contrario o adversario para destruirles.   Y en cuanto a “El Conde de Mediterráneo” es un relato “gracioso”. Cuya gracia radica en cómo, finalmente, el constantemente burlado, es decir, objeto de las risas de “tres graciosos”, se burla y ríe de los tres. Los  enfrenta y pone de manifiesto que son todos unos falsos como falso lo que dicen querer ser, cuya ambición personal finalmente les delata. Buena moraleja.

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(*)Principalmente al lector  español de los años 70 del pasado siglo XX, en (1) la España de los últimos años de la dictadura de Franco( fallecido en noviembre de 1975),  frente a la Rusia soviética en su plenitud expansiva del comunismo ateo, pues aún faltaban unos cuantos días para la caída del Muro de Berlín ( noviembre de 1989).

(2) Quiero resaltar algunos detalles biográficos  de los dos  españoles, Laín Entralgo y Vidal, intervinientes en esta antología, que han llamado mi atención, singularidades referidas en un comentario anterior titulado "Traductores". Estos dos escritores permanecieron muchos años  exiliados tras la Guerra Civil Española en  la Unión Soviética, sociedad en la que al parecer se habían integrado  hasta el punto, - para mí superior- de poder  ejercer la docencia en universidades de aquel país y régimen. Los  dos, sin embargo,  regresaron a España en 1957, donde, según he leído,  sólo pudieron dedicarse oficialmente  a la traducción. En el caso concreto de Laín Entralgo, según http://www.filosofia.org/ave/001/a411.htm  “vertió a la lengua importantes obras de filosofía marxista-leninista, como la Historia de la Filosofía (История философии, seis volúmenes, 1957-1961) dirigida por Miguel Alejandro Dynnik (Михаил Александрович Дынник, 1896-1971), editada en español por Grijalbo (Historia de la Filosofía, desde la antigüedad hasta nuestros días, México 1960-1962, 7 volúmenes), en versión que firmó junto con Adolfo Sánchez Vázquez, y el Compendio de Historia de la Filosofía (Краткий очерк истории философии, dirigido por Miguel Trifonovich Iovchuk en 1960), a partir de la segunda edición, Moscú 1967 (que publicó Ediciones Pueblos Unidos, Montevideo 1969, 2 tomos). .., estas dos obras las tradujo en Madrid, desde el interiorde la España de FrancoFormó parte de aquel equipo que, mediado el siglo XX, se organizó en la URSS para traducir directamente del ruso al español, junto con Augusto Vidal Roget (1909-1976), Arnaldo Azzati (1913-1986), Lydia Kúper (1914-2011) e Isabel Vicente Esteban (1918-2005), entre otros.”


(3) Leningrado, la San Petersburgo zarista. En la actualidad vuelve de nuevo a llamarse “San Petersburgo”, la segunda ciudad de Rusia después de Moscú.





miércoles, 7 de septiembre de 2016

Narraciones, Antón P. Chéjov(Traducidas por José Laín Entralgo)


Diez son las narraciones que componen la selección de obras de Anton P. Chéjov , editada por Salvat , año 1970Libro 44, de la Colección Biblioteca Básica Salvat de Libros RTV. Prólogo, selección y traducción del ruso por José Laín Entralgo. (1) De las cuales sólo leí las cinco primeras. Cuando estaba leyendo  el tercer relato, “Un asesinato”,  entonces ya,  estuve a punto de interrumpir la lectura  del libro,  porque me desagradaban la sordidez  de ambientes y conflictos planteados, así como de los  personajes descritos. Estos últimos, en su mayoría, seres egoístas, envidiosos, alcoholizados, violentos, fanáticos religiosos,  y  en suma, indolentes ante el dolor ajeno, e incapaces de ponerse en el lugar del otro.  Con la particularidad adicional que los pocos de estos personajes que no se ajustaban a los  sombríos perfiles anteriores,  terminaban perdiendo la razón  o muertos. En fin, desenlaces deprimentes, al menos para mi gusto. Prefiero las historias edificantes y más si tienen un si no feliz, sí esperanzador final.  

Comentaré, pues, las que más me impresionaron, entre las cuales se halla "La sala número Seis", la primera de las citadas diez narraciones que constituyen esta selección. Una novela corta; su protagonista es un médico sin vocación, director desde hace veinte años de un hospital  general de una apartada población. Establecimiento en el que imperan la desidia y la corrupción,  tanto  institucional como funcional,  que cuenta con un pabellón destinado a los enfermos mentales, la Sala 6. Entre los enfermos allí internos destaca  Iván Dmítrich Grómov,  que es definido como "un desordenado revoltijo de cosas viejas, pero no caducas" porque habla y cavila acerca de temas universales  como  son, por ejemplo,  " la vileza humana", " la violencia que pisotea la justicia", " la fe esperanzadora en  una hermosa vida que con el tiempo reinará en la tierra, o “la cerrazón y crueldad de los opresores". Me resultó un bello personaje. Se le describe como un funcionario de juzgados, lector empedernido que lee todo lo que le cae en sus manos, de noble corazón y muy inclinado a favorecer al pobre y desvalido. Ser que de modo brusco vio cambiada su existencia, pasando de bien, cómoda y apacible a la repentina ruina y pérdida de uno de sus seres más próximo y querido. 

El reparto de esta novela se completa con unos personajes, todos, absolutamente todos, muy sórdidos, incluido el propio protagonista, el Doctor Andrei Efímich Raguin. Tanto como la sordidez de sus vidas, y  del  hospital con su pabellón donde están recluidos los enfermos, bajo la custodia del feroz e inhumano Nikita.

 Me resultó una lectura deprimente. Sufres.

Seguidamente copio y pego, algunos de los párrafos dedicados a la semblanza del personaje Iván Dmítrich Grómov, a fin de poder apreciar su belleza espiritual y elevada condición moral:
Hablaba con voz de tenor, alta y apasionada, descontenta e indignada, o con entusiasmo y asombro, y siempre era sincero. Cualquiera que fuese el tema, siempre llegaba a una conclusión: la vida en la ciudad era agobiante y aburrida; la sociedad carecía de intereses elevados; era una vida absurda y oscura en la que los únicos elementos que contribuían a darle variedad eran la violencia, la grosera corrupción y la hipocresía. Los miserables estaban hartos y bien vestidos, mientras que los hombres honrados se alimentaban de migajas. Hacían falta escuelas, un periódico local con una orientación honesta, un teatro, conferencias públicas, cohesión de los intelectuales. En sus juicios sobre la gente empleaba grandes pinceladas de blanco y negro, sin admitir ningún otro matiz: la humanidad se dividía, para él, en honrados y canallas, sin nada intermedio. (...)Su innata delicadeza, su espíritu servicial, su decoro y pureza moral, su raída levita, su aspecto enfermizo y sus desgracias familiares despertaban un sentimiento bueno, cariñoso y triste; además, era culto y había leído mucho, lo creían al tanto de todo y en la ciudad era a modo de un viviente diccionario de consulta. Leía muchísimo. Se pasaba largas horas en el club, acariciándose nervioso la barbita y hojeando revistas y libros; por la cara se veía que no leía, sino que devoraba, sin tiempo casi de masticar. Hay que suponer que la lectura era para él una costumbre morbosa, puesto que se lanzaba con igual avidez sobre todo lo que le venía a mano, hasta sobre periódicos y calendarios de años anteriores. En casa siempre leía tumbado.(…) 

La tercera de las narraciones “Un asesinato”, se desarrolla dentro de un contexto de personajes embrutecidos que actúan arrastrados por sus desenfrenadas pasiones e intereses personales,  o de  religiosidad falsa con estrechos requerimientos morales a los otros mientras que para consigo mismo se es laxo, pero que muy laxo.   Estas últimas características están encarnadas en un personaje de elevada soberbia   que hace una muy particular y compleja  interpretación de los mandatos evangélicos; muy alejada- según creo -  de su simplicidad real ,   que tal como señaló Jesucristo, se sintetizan   en amar a Dios con todo tu corazón y a tu prójimo como a ti mismo, y cuya práctica habitual implica ser  misericordiosos, humildes,  bondadosos  y, en resumen, desear y hacer a los demás lo mismo que  para nosotros.  

La cuarta de las narraciones,”Kashtanka”,  me agradó;  tiene como protagonista a un perro que se pierde y es recogido por un nuevo amo. Persona ésta que quiere  a los animales  y con cariño  les cuida y alimenta, a la vez que los adiestra para utilizarlos  en su negocio.   Una bonita historia que compensa en parte  la sensación angustiosa creada por  la sordidez general de los personajes y los ambientes descritos por las tres primeras historias, “La sala número seis", “Vecinos” y “Un asesinato”.

Tras la lectura de la quinta de las narraciones, “Ladrones”, comprendida dentro de la misma siniestra línea argumental antes citada, decidí por cambiar a otro libro.

 ¡Cuán, puff,  negros , grises y  fríos los cuadros aquí pintados por Chéjov! (2)
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(1)   José Laín Entralgo,  hermano de Pedro Laín Entralgo. Estuvo exiliado en la URSS durante más de veinte años. Regresó en 1957 y se dedicó a la traducción.  Reproduzco(copio y pego ) texto publicado  por  www.avempace.com/file.../2470/JOSÉ+LAÍN+ENTRALGO,+traductor+del+ruso.pdf



José Laín , fundador de las Juventudes Socialistas Unificadas, estudió Derecho en la Universidad de Madrid y se afilió al Partido Comunista durante la guerra. Cuando el 13 de marzo de 1938, entraron en Urrea las tropas navarras del Frente Nacional procedentes de Belchite, al no hallar al “rojo” José Laín, por entonces en el frente de guerra, se enseñaron con su mujer, duramente represaliada, aunque finalmente pudo reunirse en el extranjero con su marido. Los bienes de la familia fueron incautados. Al terminar la guerra, José y su familia se marcharon a Argel y a la U.R.S.S., apartándose cada vez más de la vida política (según se ha escrito, quizá porque iba perdiendo la confianza de los dirigentes comunistas a causa de su hermano Pedro, conocido falangista). Lo cierto es que volvió a España y murió poco después, en 1972 . Pedro y José, como los hermanos Manuel y Antonio Machado, como otras muchas familias españolas de los años treinta y cuarenta, representan perfectamente el drama de una guerra mal llamada “civil” que partió en dos a un país, sembrado de cainismos fratricidas. Los hermanos Laín Entralgo representan también ese anhelo de reencuentro, de amor fraterno nunca roto por las divergencias ideológicas que los separaban. Un ejemplo más de don Pedro y la recta familia en la que nació y con la que vivió en sus primeros años de aprendizaje. *

(2) Ha llamado mi atención que según leí en biografiasyvidas.com, los primeros escritos de Chéjov se caracterizaron por el  tono humorístico. Lo cual me lleva a pensar que he tenido mala suerte, porque de las cinco leídas, ninguna podía encajarse bajo esta denominación. Ni tan siquiera la protagonizada por el perro.  En otra ocasión, D.M.,  retomaré este libro  RTV 44 y leeré  las otras cinco narraciones (Cirugía, El camaleón, La boticaria, Una corista, y Zinochka”) con las que ahora no he querido( o más bien podido) continuar.