lunes, 21 de septiembre de 2020

Peonía, de Pearl S. Buck.

 Peonía, de  Pearl S. Buck.(1) Editorial Planeta. Colección Goliat. Título original: Peony. Traducción del inglés por Elvira Martín.  Publicada  en 1960.

Segunda lectura. La primera fue hace unos veinte años. Un libro que me gustó mucho. Quizás el que más de las obras leídas de esta autora norteamericana. Entonces lo que más me impresionó fue la personalidad de la protagonista, y su profundo  amor por David, su joven amo. Para quien, muy pequeña, había sido comprada como compañía y entretenimiento.

La escritora, hija de misioneros protestantes en China, lugar donde vivió muchos años, con su novela, según creo, pretende dejar testimonio de la realidad por ella vivida al mismo tiempo que acercar al lector, especialmente al de cultura y costumbres occidentales y además cristiano con aquel otro mundo, la China milenaria, un pueblo con costumbres y tradiciones propias e incluso distintas creencias religiosas (confusionismo, budismo y taoísmo), pero en lo elemental  típicos seres humanos  con idénticos anhelos, amores, odios, injusticias, etc., a los del otro lado del mundo. Al mismo tiempo que mostrar el papel de la mujer en aquel modelo de sociedad.

La trama gira en torno a una familia de comerciantes judíos asentados desde hace ya unas cuantas generaciones, provenientes de la India, en Kai-Feng,(2) ciudad de la  provincia de Honán.   En la que, en los momentos de la historia, segunda mitad del XIX, judíos- judíos quedan ya  pocos. Se han ido integrando paulatinamente en la sociedad china, y asumido su modus vivendi. Esta situación es reflejada en la composición de la familia Ezra, padre, madre y un único hijo varón,  quienes con Peonía son ejes centrales de la novela.

Particularmente, me sorprendió conocer que la citada ciudad de Kai-Feng, tal como leí en Wikipedia, fue “hogar de una comunidad judía durante siglos”. Y, consiguientemente, lo aquí relatado no es fruto de la imaginación de la escritora, sino reflejo novelado de una realidad. Una realidad, por cierto, muy dura, lo mires por donde lo mires,  para la mujer;  en uno y otro lado. Quiero decir, visto desde la comunidad judía como desde la comunidad china, y seas rica o pobre. Siempre en un papel secundario y para satisfacción del varón. Ambas comunidades son clasistas, machistas, y esclavistas. Con las connotaciones y trazos negativos para los individuos colocados en las posiciones más bajas de la escala social que este tipo de sociedad tienen.

En la novela, tanto los Ezra judíos como los Kung chinos, las dos familias protagonistas,  son ricas, comerciantes prósperos, con la tenencia  de servidumbre esclava, tal como Peonía, adquirida en su infancia a un traficante de niños.

Otra de las para mí grandes aportaciones halladas en esta segunda lectura fue el conocimiento de la existencia real del personaje histórico de Cixi, la emperatriz de Occidente (3).

En mi primera lectura pasó inadvertido del rechazo que originan las comunidades judías entre los pueblos en los que se asientan, por su concepto de superioridad sobre el resto de la Humanidad.  En resumen, su soberbia. Ellos son superiores, ellos son los buenos, su Dios sólo los quiere a ellos y no al resto de seres humanos.  Los personajes de la novela representativos de estas características son la señora Ezra, y el rabino con su hija Leah. A través de estos personajes y su  contraste de opiniones y de comportamientos con los otros personajes de la novela, el lector capta las contradicciones  habidas entre el ser y no ser de individuos de elevado fanatismo religioso.

 De nuevo me conmovió la historia de amor. Amor real, con sus características de generosidad, desinterés, entrega,…encarnados en Peonía.

 

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(1)Pearl S. Buck: https://www.elperiodico.com/es/ocio-y-cultura/20141025/pearl-s-buck-nobel-olvidada-3633631

(2) Kai-feng: En Wikipedia hallé esta información.

“Durante siglos y hasta su dispersión hacia finales del siglo XIX y principios del siglo XX, Kaifeng ha sido hogar de una comunidad judía durante siglos que se presentaban tradicionalmente como youtai (犹太, de Judá) en mandarín y que eran conocidos por sus vecinos chinos como miembros del Tiaojiaojin (挑筋教), lo que significa, aproximadamente, "la religión que quita el tendón (una referencia al cashrut)". Según el texto de la única sinagoga que se encontraba en la ciudad, construida en 1163, los judíos llegaron a China procedentes de la India durante la dinastía Han (entre el siglo II a. C. y el siglo II d. C.). Menciona los nombres de 70 judíos con apellidos chinos, describe la audiencia que tuvieron con un tal emperador Song cuyo nombre no se menciona, y hace una lista de la transmisión de su religión desde Abrahamhasta el profeta Esdrás. Según Tiberiu Weisz, autor del libro "The Kaifeng Stone Inscriptions: The Legacy of the Jewish Community in Ancient China" tras el exilio de Babilonia y la diáspora del siglo VI a. C.levitas desencantados y kohen marcharon con el profeta Esdrás debido a la prohibición de tener esposas extranjeras y al decreto que estimulaba los matrimonios entre las tribus de Israel, y desaparecieron para no saberse nada de ellos jamás. Weisz cree que estos judíos se establecieron en el noroeste de la India, de donde habrían emigrado a la región de Ningxia, habiendo emigrado durante la represión religiosa llevada a cabo por el emperador budista Wuzong en el año 845 d. C. para finalmente conformar su comunidad en la ciudad. La existencia ininterrumpida de este grupo étnico-religioso durante más de 700 años en un medio sociocultural dominado totalmente por los principio morales y éticos confucianos y aislado de la diáspora judía constituye un fenómeno único tanto en la historia china como en la judía.”

(3) https://historia.nationalgeographic.com.es/a/cixi-concubina-a-emperatriz-china_8433/3

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