viernes, 17 de septiembre de 2021

Una habitación con vistas, por Edward Morgan Forster

Libro nº 57, Colección Millenium, las 100 joyas del milenio, publicada por El Mundo, Unidad Editorial, 1999. Traducción de Marta Pessarrodona y prólogo de José Jiménez Lozano, cuya muy positiva valoración de la novela me incitó a leerla. Publicada en 1908.

Segunda lectura. La primera vez no me agradó. Los personajes y el conflicto planteado me resultaron lejanos. Para mi parecer, poco naturales. En esta ocasión mis consideraciones han cambiado, especialmente en cuanto a la universalidad de la caracterización de algunos de los personajes básicos de la novela.

La narración se inicia en Florencia, Italia y termina en Inglaterra,Reino Unido, país de origen de los personajes principales de la obra y los dos escenarios donde se desarrollará la trama argumental. Una sencilla historia de amor protagonizada por Lucy, una joven provinciana de familia bien que se enamora de un joven de condición social inferior que conoció en Florencia, en la casa de huéspedes en la que se alojaban ella y su prima, una solterona. Hospedaje donde coincidieron con  otros turistas de su misma nacionalidad.  Grupo heterogéneo en cuanto a profesiones, sexos y edades pero coincidentes en su   condición social de clase media alta, entre los cuales está de moda "Italia" y su arte.  

Entre estos huéspedes como elemento discordante,  están los Emerson, padre e hijo, los cuales, aunque británicos y con dinero,  no son de la misma clase social.Personas de formación superior, sencillas y prácticas,  con elevado criterio propio.Cuyas personalidades están en franco contraste con la del resto de los personajes, en su mayoría insulsos - tanto ellos como ellas, preocupados y pendientes los unos de los otros al mismo tiempo  que entretenidos en aspectos formales y de sus convencionalismos provincianos.  

Esta diferencia social será el origen o causa de los conflictos que se nos narran en la ficción. Una ficción que nos lleva a principios del pasado siglo XX. Tiempos en los que, en líneas generales, el papel de la mujer en la sociedad quedaba reducido al ámbito de lo doméstico, era secundario y estimada en su condición de costilla de Adán. 

De Italia , en la II Parte, iremos a Gran Bretaña, a Windy Corner, el paraje donde vivía Lucy con su madre y un hermano menor que ella. En esta segunda parte aparece y con mucho protagonismo Cecil Vyse. Un personaje ácido. Encarna a ese tipo humano pagado de sí mismo que utiliza a los demás como blanco de sus ironías y burlas para dejarlos en ridículo, para así demostrar su pretendida superioridad. 

En cuanto al resto de los personajes allí descritos, hay unos cuantos hipócritas y también de chismosos, los cuales están convencidos de su superioridad por razón única de su pertenencia a  una determinada clase social, y, en algunos casos, hasta por su nacionalidad, es decir, por ser británicos. Abundan los comentarios displicentes  respecto a la idiosincrasia italiana. Entre estos personajes antipáticos cabe destacar al reverendo Eager, un pastor anglicano. Un tipo muy  soberbio y buen ejemplo de la falta de caridad con su prójimo, grave defecto y más aún en un ministro de Dios.

Novela que pese a sus más de cien años , los tipos humanos allí descritos siguen vigentes.

 

 

  

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