miércoles, 19 de junio de 2024

Éxodo, León Uris (Continuación) (Dejadas en el tintero) II


He releído el comentario que he subido al blog. Su realización me costó, pero pienso que me faltaron cosas por comentar, y además importantes, entre ellas la cuestión, 
en aquel momento, del rechazo, por parte de los países árabes vecinos, a la partición de Palestina en dos entidades separadas: una para los árabes y otra para los judíos, propugnado por la UNSCOP, organismo creado por las Naciones Unidas. (Me remito a las páginas 477-483)

También creo digno de señalar la posición de Gran Bretaña que había de conservar su posición dominante en el Medio Oriente, por lo cual tenía que salvar la faz ante los árabes desechando la partición, y cuya labor de gobierno (la de los británicos) en aquella zona había quedado en entredicho tras las investigaciones llevadas a cabo por la UNSCOP. (pág.485), pues la Gran Bretaña había declarado que retiraría su guarnición y no utilizaría las fuerzas que tenía en Palestina, esperando, así , imponer una decisión de las Naciones Unidas a su favor. Declaración que desconcertó a los Estados Unidos e indujo a los países de la Commonwealth a que se abstuvieran de votar, al mismo tiempo que presionaba a todas las naciones pequeñas de Europa unidas a ella en el terreno de la economía.

Otro aspecto nada desdeñable en esta cuestión es el hecho cierto de la inconmensurable labor hecha por los judíos en aquellos territorios: Inmensas extensiones de desierto y de tierras erosionadas y prácticamente incultivables tras cientos de años de abandono por parte de los árabes que las habitaban. “Verdad que la UNSCOP había encontrado en Palestina, o sea, que Palestina era un estado gobernado tirana, policíacamente; la verdad vista a través de la cortina de las mentiras árabes, de la incapacidad de los árabes por salir de la Edad Media ni en el terreno económico, ni en el político, ni en el social; la verdad transparente en las ciudades judías, nacidas entre la arena, y en los campos judíos, surgidos de la desolación, la verdad de la industria y la ingeniosidad; la verdad – implícita en los campos de desplazados- del imperativo humano del caso judío.”(pág.486)

 

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