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viernes, 30 de septiembre de 2022

"Los cipreses creen en Dios"(Del libro a la realidad actual)

leyendo_periódicos: Otra vez con "Los cipreses creen en Dios", junio 1...: Las cosas que están pasando en la actualidad política de este país , concretamente aquí, en Cataluña, me hacen recordar lo leído en “ Los...

Reproduzco íntegramente comentario sugerido tras la lectura de "Los cipreses creen en Dios" publicado en otro de mis blogs, en junio de 2006



miércoles, 20 de agosto de 2008

Otra vez con "Los cipreses creen en Dios", junio 15, 2006


Las cosas que están pasando en la actualidad política de este país, concretamente aquí, en Cataluña, me hacen recordar lo leído en “Los cipreses creen en Dios”, de José María Gironella. ¿Es ello bueno? No, pienso que no. Terminada su lectura, allá por marzo o abril de este año 2006, centré mis comentarios de entonces en los personajes humanos que no en los hechos históricos allí citados; sin que ello significara su olvido. Ya que fueron reales, verídicos, tomados de citas de periódicos o revistas de la época, tal como, por ejemplo, las últimas palabras de Calvo Sotelo(*) en el Congreso, o las de Ibarrurri, la Pasionaria,(**) en los pasillos del mismo lugar, anunciadoras del vil asesinato del adversario político. Acontecimientos previos al inicio de la Guerra Civil española de 1936.

Pero volviendo al presente, estimo que quizás en esta etapa de campaña para el referendum del nuevo Estatut para Cataluña, se estén dando, desgraciadamente, algunas similitudes. Citaré algunos hechos:

  1. La formación de un frente común de socialistas nacionales(Psoe), socialistas catalanes(PSC), nacionalistas de derecha(CIU), nacionalista de izquierda(ERC), comunistas, (Iniciativas)etc. , - en fin - todos - contra la derecha representada por los del PP.
  2. El hecho de arrogarse el nombre y propiedad de Cataluña.
  3. La tergiversación de las palabras y de los hechos para impedir, por cualquier medio, que el contrario político pueda expresarse.

En resumidas cuentas, pesadumbre e impotencia es lo que siento al ver que en España, setenta años más tarde, todo el aparato democrático con sus instituciones, no sirva para nada; excepto para que unos cuantos se salgan con la suya. Suya – repito- y de nadie más. Me obsesiona la idea de la inexistencia de institución, orden o ley, REAL Y EFECTIVA, que defienda y ampare los derechos de todos los ciudadanos españoles, sin distingo de comunidad, lengua, ideología política o estamento socio económico, pero sobretodo impida tanto desafuero de algunos y la transgresión de las normas y leyes comunes , castigando con rigor y prontitud a a los transgresores? ¡Ojo, a los reales y auténticos transgresores!¿Qué validez moral puede tener un “Sí “ obtenido de este modo? Ninguna, al menos para mí.



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Cartel que se difunde por las redes sociales llamando al escrache10 de octubre de 2014: He oído de las pintadas a las sedes de los populares , a la de los socialistas y creo que también a la de ciudadanos, así como del acoso a la dirigente del PP en Cataluña y no he podido sustraerme al recuerdo del libro de Gironella, cuya lectura en el 2006, cuando lo del referéndum para la aprobación del nuevo Estatut , me llevó a buscar información del famoso debate parlamentario entre Calvo Sotelo y Casares Quiroga, más arriba reproducido y de la frase atribuida a Ibárruri . ¡Qué triste y vergonzoso pasaje de la historia de España!






2 de enero de 2018: La lectura ayer de un largo artículo sobre José María Gironella por el centenario de su nacimiento, publicado en el Diario de Girona,  me hizo recordar uno de sus más famosos libros "Los cipreses creen en Dios". El artículo se titula "Josep María Gironella, l'home que volía saber"( J.M.Gironella, el hombre que quería saber), cuya lectura íntegra recomiendo, y del cual yo extraigo y reproduzco algunos de sus párrafos,  aquellos que a mi modesto entender considero más significativos en cuanto a dejar bien claro cómo el nacionalismo cerril lleva ya muchos años, desafortunadamente, trabajando sobre las conciencias de las gentes de Cataluña, con resultados muy efectivos.


"En una de las casas más antiguas de la orilla derecha del río, primer piso, vivían los Alvear. (...) colgaban sobre el río, el Oñar». Aquest és el primer paràgraf de Los cipreses creen en Dios (1953), la novel·la que va catapultar a la fama l´escriptor Josep Maria Gironella i de la qual s´han venut més de vuit milions d´exemplars a tot el món (escrita en castellà, ha estat traduïda a set idiomes). L´èxit de l´obra, a més, va provocar un inesperat interès turístic per Girona: (...)Va arribar a guanyar, entre d´altres, els tres principals guardons de la literatura en llengua castellana (i són pocs els autors que ho han fet): el premi Nadal, el 1946, per Un hombre; el Nacional de Literatura per Los cipreses creen en Dios (que també va rebre el prestigiós premi Thomas Moore als Estats Units, on va tenir un gran èxit), i el Planeta per Condenados a vivir (1971). I malgrat això, en els últims anys de la seva vida, i sobretot a partir de la seva mort, ha estat pràcticament oblidat. ( Y a pesar de ello, en los últimos años de su vida, y sobretodo a partir de su muerte, ha estado practicamente olvidado)(...) I gràcies a feines ocasionals seves i de la seva dona (traduccions, classes de castellà, tenir cura de mainada, etc.) va poder dedicar tres anys a Los cipreses creen en Dios, que va reescriure fins a cinc vegades. La novel·la, de prop de 900 pàgines, es va publicar primer en francès, i quan va aparèixer en castellà, l´any 1953es va convertir de manera immediata en un autèntic fenomen, que va obligar l´Editorial Planeta a fer-ne successives reedicions.(se convirtió de manera inmediata en un auténtico fenómeno, que obligó a Editorial Planeta a realizar sucesivas reediciones)(...) «Era la primera vegada que s´escrivia sobre la Guerra Civil intentant parlar dels dos bàndols, i d´aquesta manera per a uns em vaig convertir en un roig i per als altres en un feixista», havia apuntat Gironella. Aquesta fama d´autor controvertit no l´abandonaria mai (ni l´abandona), i a Catalunya li va generar greus problemes amb la Generalitat, per exemple, perquè a més escrivia en castellà (cap representant de la Generalitat ni de l´Ajuntament de Girona va assistir al seu funeral a Arenys de Mar).( y en Cataluña le creó problemas graves con la Generalitat, por ejemplo, porque además escribía en castellano(ningún representante de la Generalitat ni del Ayuntamiento de Girona asistió a su funeral en Arenys de Mar)(...)Sobre la manca de reconeixement a Girona (no se li va dedicar un carrer fins al 1990, amb Joaquim Nadal d´alcalde), Gay(periodista) recorda que «arran de l´èxit de Los cipreses..., l´Ajuntament va iniciar l´expedient per concedir-li la Medalla de Plata de la ciutat. Una de les persones consultades va ser el bisbe, Josep Cartañà, que va dir que no podia opinar perquè no havia llegit l´obra. L´expedient es va tancar... i continua tancat». Anys després, quan se li va dedicar el carrer «em consta que Gironella, que havia estat dolgut, va estar molt agraït a Nadal». «Personalment sempre he intuït que no tenia més reconeixement perquè escrivia en castellà.(personalmente- dice el periodista Gay-he intuido que no tenía más reconocimiento porque escribía en castellano)(...)"

(   )  "Mi" traducción al castellano.


1º de julio de 2018: Si entonces, 2006, lo que veía, oía y leía me llenaba de incertidumbre y desasosiego, pues , no sé, sinceramente,  qué otros calificativos desalentadores puedo añadir para expresar mis sentimientos actuales ante lo que está pasando a mi alrededor. 
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Detallo enlace con el comentario que dediqué en el 2006, cuando la lectura del libro, a esta obra de Gironella , desafortunadamente, de eterna vigencia en cuanto a los tipos humanos allí contemplados.
 https://silvialeyendo.blogspot.com/2015/09/los-cipreses-creen-en-dios-por-jose.html

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(*)Reproduzco a continuación las aludidas palabras del político asesinado, según Wikipedia:

“Yo tengo, Sr. Casares Quiroga, anchas espaldas. Su señoría es hombre fácil y pronto para el gesto de reto y para las palabras de amenaza. Le he oído tres o cuatro discursos en mi vida, los tres o cuatro desde ese banco azul, y en todos ha habido siempre la nota amenazadora. Bien, señor Casares Quiroga. Me doy por notificado de la amenaza de S.S. Me ha convertido S. S. en sujeto, y por tanto no sólo activo, sino pasivo, de las responsabilidades que puedan nacer de no sé qué hechos. Bien, Sr. Casares Quiroga. Lo repito, mis espaldas son anchas; yo acepto con gusto y no desdeño ninguna de las responsabilidades que se puedan derivar de actos que yo realice, y las responsabilidades ajenas, si son para bien de mi patria (Exclamaciones.) y para gloria de España, las acepto también. ¡Pues no faltaba más! Yo digo lo que Santo Domingo de Silos contestó a un rey castellano: ‘Señor, la vida podéis quitarme, pero más no podéis’. Y esa preferible morir con gloria a vivir con vilipendio. (Rumores.) Pero a mi vez invito al Sr. Casares Quiroga a que mida sus responsabilidades estrechamente, si no ante dios, puesto que es laico, ante su conciencia, puesto que es hombre de honor; estrechamente, día a día, hora a hora, por lo que hace, por lo que dice, por lo que calla. Piense que en sus manos están los destinos de España, y yo pido a Dios que no sean trágicos. Mida S. S. sus responsabilidades, repase la historia de los veinticinco últimos años y verá el resplandor doloroso y sangriento que acompaña a dos figuras que han tenido participación primerísima en la tragedia de dos pueblos: Rusia y Hungría, que fueron Kerensky y Karoly. Kerensky fue la inconsciencia; Karoly, la traición a toda una civilización milenaria. Su señoría no será Kerensky, porque no es inconsciente, tiene plena conciencia de lo que dice, de lo que calla y de lo que piensa. Quiera Dios que S. S. no pueda equipararse jamás a Karoly. (Aplausos.)”(**)Asimismo, copio las aludidas a Ibarruri, tomadas también de Wikipedia :


“Una cuestión controvertida, pero que parece que tenga mayor relevancia, es si en esta sesión Dolores Ibarruri exclamó, dirigiéndose al diputado monárquico: "Este hombre ha hablado por última vez". La frase no aparece en el Diario de Sesiones (lo que no significa gran cosa, pues las expresiones de este tipo solían ser omitidas), y La Pasionaria siempre negó haberla proferido. Sin embargo, Tarradellas, en una entrevista concedida a Pilar Urbano en 1985, contradice su versión: "Me acuerdo del día que Dolores Ibarruri le dijo a Calvo Sotelo aquello de «has hablado por última vez», porque yo me sentaba en un escaño muy cercano al de Calvo Sotelo".[25] Se trata, en cualquier caso, de un detalle accesorio, pues que La Pasionaria amenazase a los diputados de las derechas no era ninguna novedad. En la misma sesión del 16 de junio afirmó refiriéndose a Calvo Sotelo y Martínez Anido, organizador de la guerra sucia contra el sindicalismo anarquista en Barcelona durante el comienzo de la década de 1920: "para vergüenza de la República española no se ha hecho justicia ni con él ni con S. S."; en la del 15 abril había afirmado que si a Gil Robles le molestaba morir con los zapatos puestos se los quitarían y le pondrían unas botas, y en otras varias había exclamado refiriéndose a sus oponentes: "hay que arrastralos". El ambiente en las Cortes era tal que al terminar la intervención de Calvo Sotelo Besteiro comentó: "Si el gobierno no cierra el Parlamento hasta que se aquieten las pasiones, seremos nosotros mismos los que desencadenaremos, aquí dentro, la guerra civil".[26]”

miércoles, 23 de septiembre de 2015

Los cipreses creen en Dios, por José María Gironella


"Los cipreses creen en Dios" (1) es un libro de setecientas veinticinco páginas de letra menuda,  escrito entre abril de 1949 a marzo de 1952 por José María Gironella (*),  Editorial Planeta,   1987. 

En el prólogo, fechado en el verano de 1952, el autor advierte que la elección de la ciudad de Gerona (Girona), es sólo un recurso literario y no implica que muchos de los acontecimientos descritos hayan tenido allí su escenario real. Al respecto, el autor literalmente dice: ... "lo que me ha importado no es el inventario, sino la vida. Ahí sí desearía no haber errado. Consecución de una atmósfera y creación de unos personajes. Que una y otros sean auténticos: esto es lo que primordialmente me interesa".
Su lectura me resultó muy interesante, pero  sufrí porque muchos de los hechos  aquí narrados fueron verdaderos (reales) y los personajes descritos o desarrollados en ella  son verosímiles . Así, pues,  el mayor valor e interés de este grueso libro, se halla – al menos para mí - en su papel de  testimonio de la realidad de una época. Desde luego, ¡una triste  realidad  !

Aclaro que mis comentarios acerca de esta interesante novela se han centrado en determinados personajes, aquellos que he considerado más peculiares de la época descrita pero, al mismo tiempo,  prototipos del comportamiento humano.  Personajes muy verosímiles y otros menos creíbles, entre los cuales los hay  buenos, malos y menos malos. Sus  protagonistas indiscutibles son los  Alvear, los miembros de una modesta familia que vive en Cataluña, proveniente de otros lugares de España, y su lengua materna es el castellano. La componen,  los padres ( un madrileño y una vasca) y sus tres hijos, dos chicos y una chica.   En el año 1931, fecha a partir de la cual se inicia la narración,  son todavía unos niños.  Las historias en torno a este grupo familiar hasta el final de la novela, en 1936, en los primeros meses tras el estallido de la guerra civil, constituirán el núcleo de la ficción.


SOBRE ALGUNOS DE LOS PERSONAJES Y  PROTOTIPOS DE LA NOVELA:

Los Alvear, representan a un tipo medio de la familia española de entonces: el padre , sostén único de la familia; la madre una fiel creyente cristiana, buena cocinera y  buena ama de casa, que vela y cuida por sus hijos tal gallina clueca a sus polluelos, indiferente a la cuestión política o ideológica,  porque entiende, está convencida de ello, que lo suyo, su parcela, es cuidar de su familia y del hogar, tanto en lo material como en lo espiritual , a cuyo objetivo ha encaminado sus desvelos y   afanes con total entrega y dedicación plena. ¡Una madre!

César, el pequeño de los hijos de la familia Alvear, considero, es el más inverosímil, o sea, el más ficticio de todos los personajes de la novela, y también  el más difícil con el cual identificarse. (Bueno, así lo creo yo). Porque es un santo, un alma humilde y pura. Ama todo lo por Dios creado: su familia, los animales, la Naturaleza... San Francisco y Santa Clara  son sus grandes referencias. Criado en un ambiente de arraigada cristiandad, el muchacho muestra una vocación temprana hacia el sacerdocio y con trece años pide a su familia se le permita ir al seminario para ser cura. La modestia de los ingresos familiares hace que el muchacho ingrese como fámulo (criado) en el Seminario del Collell, en donde a la par que trabaja estudia. Más lo primero que lo segundo. Su aspecto físico, tal como es descrito en la novela, es ridículo: cabeza rapada, grandes orejas, muy alto y flaco, lo cual le dota, por otra parte, de singularidad.  Distintivo que no termina en su aspecto, sino que crece con su manera de obrar. El chaval es bueno, y bueno con y hacia todo el mundo. Su madre, "escuchándole, veía en cada una de sus palabras la gracia de Dios". Todo corazón y no cerebro. Le era más fácil rezar que argumentar. No es el personaje al que más capítulos y párrafos se hayan dedicado, pero, creo, que es crucial para el entendimiento del fondo argumental de la novela. En julio del 36 cursaba el tercer año del Seminario. Es realmente un personaje candoroso.

En la novela aparecen otros dos  religiosos u hombres de Dios, a saber:

Mosén Alberto, director del 
museo diocesano, con  gran ascendente espiritual sobre la madre de los Alvear, pero también entre las capas altas de la sociedad descrita en la novela, con cuyos miembros alterna maravillosamente, pues es amante de dignidades y de las comodidades mundanas. Sacerdote, el cual -  por lo que en la trama se cuenta -  está más por las cuestiones materiales y "lo catalán" que por divulgar y, sobretodo, cumplir las enseñanzas evangélicas. Es la imagen de un mediador de Dios que, creo,  no ha comprendido bien la importancia ni el significado real de su papel en el grupo social. Cuestión , al parecer,  si no olvidada sí algo rezagada en algún recoveco de su mente y de su corazón . Está más con los de arriba que con los de abajo, con los que tienen y les sobra, que con los que no tienen nada y aún les falta para comer. Descrito, no obstante, (- ¡qué paradoja!- ) como buen conocedor de los dogmas del Catolicismo pues se ocupa de la confección de catecismos. Rudimentos de fe que cuando creyó propicios los tiempos hizo imprimir sólo en lengua catalana. Tal vez porque entendía que su sacerdocio( su labor como sacerdote de la Universal Iglesia de Cristo) se limitaba al cuidado de las almas de los catalanes, pero no de todos, sino tan sólo de los de habla catalana, y en mayor medida de los ricos e influyentes. 
Los sucesos posteriores llevarán a este sacerdote a una reflexión seria sobre sus acciones pasadas.


El tercer religioso que aparece en esta novela es Mosén Francisco, un verdadero sacerdote cristiano. Es decir, un hombre de Dios que está con los que sufren, con los que han errado, con los pecadores,... luchando, sin parar, para conciliar a la criatura humana con su Creador.



Julio García policía  amigo de la infancia del padre de los Alvear y como éste natural de Madrid, de igual humilde origen familiar, similares convicciones republicanas y anticlericales y funcionarios ambos, uno del cuerpo de Policía, y el otro de Telégrafos, con destino en Girona.  Prototipo humano que se da en cualquier grupo social a todo lo largo y ancho de este Mundo. Encarna al individuo surgido como quien dice de la nada, hipócrita a la par que oportunista, calculador hábil de ilimitada ambición personal y sin ningún tipo de escrúpulos morales. No cree en nadie ni en nada. Él y sólo él. Estas son las características que le adornan, pero que con habilidad disimula bajo la apariencia de un ser campechano, muy bien relacionado y con numerosos conocidos influyentes, amigo de favores y de camaleónica adaptación a las circunstancias y al momento.  Representa al malo, malísimo, contrafigura del bueno e irreal César.

La modestisima situación económica de los Alvear,  que " hacen encaje de bolillos” con el sueldo del padre, única fuente de ingresos de la familia, contrasta con la del policía, propietario de un espléndido piso bien acondicionado y un tren de vida elevado. Lo cual es un misterio para muchos. Transcribo a continuación un párrafo que bien muestra cómo se desenvuelve el personaje:
"Lo cierto era que el policía resolvía siempre las situaciones con sutil precisión psicológica. El problema de la hostilidad catalana no le afectaba, por madrileño que fuera. Su actitud había sido radical: dárselas de más catalanista que los propios catalanes. En la Rambla bailaba sardanas hasta quedar exhausto y pronunciaba el nombre de Maciá en tono de visible emoción".(2)

Sin embargo, no son las cualidades personales de Julio,(2) el policía, las que me han hecho calificarlo de "malo", sino por el papel desempeñado en la novela que es la de un servidor público que  usó su cargo, en este caso concreto de responsable de la seguridad ciudadana, en momentos tan críticos para el colectivo protagonista de la historia, no en su favor, sino en su contra. Y cuyo mal hacer originó  los sucesos descritos por Gironella  en su novela, ubicados por el escritor en la ciudad catalana de Girona, escenario principal en el que se desarrolla la trama novelística, en los días inmediatos al levantamiento militar contra el gobierno legítimo de la República, el 18 de julio de 1936. Personaje que en lugar de emplear su autoridad para guardar el orden y la integridad de la totalidad de la población,  con programada intencionalidad, es decir, mala fe, dejó que los ánimos de la chusma se exacerbaran hasta provocar los desmanes y  muertes de los sucesos trágicos que ponen fin a esta larga ficción. 

Descripción cuya lectura deja una huella amarga. Sentimiento  que crece cuando,  acudiendo a los libros de Historia, lees que sobre el veintitantos de agosto del 36, en Madrid, ocurrió acontecimiento similar a la ficción  contada por Gironella. (“La Historia se confiesa”, de
Ricardo de la Cierva, Ed. Planeta, tomo 3, pág.10).

Conclusiones ( y fin)

Después de leer este vasto libro reflexiono  que todos los seres humanos y más aún los que formamos parte de colectivos humanos con diferencias culturales, raciales, ideológicas y/o de fe religiosa, pero dentro de un mismo entorno geopolítico e histórico, no deberíamos dejarnos arrastrar por las diferencias en materia de nuestras ideas políticas, o de nuestras particulares creencias religiosas, o de los métodos y formas que conlleva determinada praxis política hasta extremos tales como los, lamentablemente, acontecidos en el pasado siglo XX, en la historia de España, novelados magistralmente por Gironella en este libro; quien supo reflejar en su obra ese espíritu de contienda y disensión que se había apoderado de las gentes de España. En resumen y para terminar, la novela me gustó. En ella están bien reflejados, al menos desde mi modesto entender, a través de la multiplicidad y variedad de los personajes junto a  la proliferación de anécdotas y pasajes , algunos tomados de los periódicos de la época,- la situación y el ambiente de la España de 1931 a julio de 1936, inicio de la Guerra Civil.


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(*) Entonces(primer semestre del 2006)  no busqué  datos sobre el autor del libro. Lo dejé intencionadamente para el final, para cuando hubiera acabado mi tanda de comentarios. En este caso concreto, no quise dejarme influenciar por la biografía o perfil del autor, aunque conocía que era un afamado escritor, autor de varios libros acerca de la Guerra Civil Española.


31 de agosto de 2016: Tenía pendiente de leer acerca de la biografía del autor, José María Gironella. Seguidamente copio y pego información sacada de la web biografiasyvidas.com en relación a las características principales  de sus obras:

"Autor de éxito en los años que precedieron al tardofranquismo, sus obras pretendían ser una crónica objetiva de los acontecimientos históricos de la España reciente(... )alcanzó la popularidad gracias a la trilogía Los cipreses creen en Dios (1953), Un millón de muertos (1961) y Ha estallado la paz (1966), en las que recurrió a las fórmulas narrativas tradicionales para reflejar a través de tramas cruzadas la impresión personal sobre unas realidades intensamente vividas. La primera de ellas aborda los antecedentes inmediatos de la Guerra Civil, mientras que la segunda se centra en los años de la contienda y la tercera versa sobre la época de posguerra. A pesar de su enfoque simplificador y maniqueo, estas obras tienen interés por su vocación testimonial y la capacidad del autor para entrelazar lo novelesco y lo histórico, seleccionando hábilmente tipos, rasgos y situaciones pintorescas que alcanzan la categoría de documento




http://laplumaviperina.blogspot.com/2016/03/los-cipreses-creen-en-dios.html. En este enlace he hallado esta reseña sobre el libro, cuya lectura recomiendo.


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(1) Seguidamente, señalo lo que quizás Gironella quiso plasmar a modo de síntesis de su obra cuando la bautizó con- al menos para mí-  tan enigmático título  "Los cipreses creen en Dios".  Sugerencias halladas en http://www.imaginaria.org/def.htm, "Simbología del Ciprés" :   


 - Unión entre el Cielo y la Tierra.
-  Del simbolismo universal y primitivo de las coníferas que, por su resina incorruptible y su follaje persistente, evocan la inmortalidad y la resurrección.


(2)La descripción de los modos y las maneras de esta figura literaria, Julio García, me recuerdan las de algunas de las figuras de la actual realidad política catalana que siendo ellos mismos, o sus progenitores, de otras zonas de España,al igual que el policía García,  se han convertido en paladines de la causa de sacar adelante el controvertido - llamémoslo así- nuevo estatuto catalán, y montan numeritos públicos de esteticidad catalanista para así, supongo, ganar méritos y no les tengan en cuenta sus orígenes "xarnegos"(léase “charnegos”, expresión peyorativa hacia los que no son catalanes de origen).
Estatut catalán , : enlazo con interesante artículo publicado en 2006, en elpais.com, titulado "La evaporación política del charnego" , cuya lectura recomiendo., pero del que he seleccionado el siguiente párrafo, por considerarlo significativo :
"El personaje del charnego avispado y rozagante tiene brillantes elaboraciones novelísticas desde hace varios decenios, pero todo indica que ya no tiene muchos referentes actuales, si es que alguna vez fue un retrato fiel de la colectividad. Hace treinta años que no llega a Cataluña virtualmente ningún inmigrante del resto de España, por lo que los más jóvenes tienen ya más de cincuenta años de edad, muchos se han retirado y bastantes han vuelto a sus tierras de origen. Sus hijos, nacidos y educados en Cataluña, se consideran tan catalanes como los demás y quieren ser reconocidos como tales, aunque sigan hablando en castellano con sus progenitores. Lo último que desearía la inmensa mayor parte de los catalanes de origen inmigrante es convertirse en sospechosos de anticatalanismo. Incluso la palabra charnego, que suele considerarse ofensiva, había desaparecido del vocabulario habitual hasta que fue reintroducida hace unos meses por un ministro socialista, precisamente en referencia a Montilla. Así pues, los abstencionistas diferenciales entre las elecciones generales y las elecciones autonómicas han continuado absteniéndose, incluso más que en ocasiones anteriores, pese a haber innovado con un candidato de origen andaluz o más bien precisamente por eso."