sábado, 16 de febrero de 2013

Terciopelo Negro /Señor Natural, de Lázló Passuth





El “Señor Natural”  es una novela histórica escrita por LázlóPassuth en 1947.  El ejemplar por mí leído corresponde a una edición de Luis de Caralt, 1962, Colección Gigante, título de la obra original: “Fekete bársonyban”, (Terciopelo Negro), versión española de Mariano Orta Manzano, con  cubierta de papel ilustrada con la imagen del famoso cuadro del Greco, “El caballero de la mano en el pecho”. Esta pintura en su tiempo, según leí en Wikipedia,  se convirtió en la representación clásica y honorable del español del Siglo de Oro. Transcribo unos  versos dedicados a esta pintura por el universal poeta español, Manuel Machado, hermano de  Antonio Machado, que vi publicados en la citada web:

                                    “Este desconocido es un cristiano
De serio porte y negra vestidura,
      Donde brilla no más la empuñadura,
    De su admirable estoque toledano.”

La leí en el verano del 2008. Fui retrasando el comentario y cuando me propuse hacerlo, tuve la necesidad de volverla a leer. Luego de esta segunda  lectura  busqué  información fidedigna sobre los pasajes históricos que me parecieron “más inverosímiles”, así como sobre  algunos de sus actores, como por ejemplo de: Felipe IIDon Juan de AustriaAntonio PérezRuy Gómez, y San Pío V, por citar algunos. Estas lecturas adicionales me sirvieron para constatar la autenticidad de aquellos hechos narrados por Lázló Passuth, que a mi me parecían más bien fruto de la ficción del escritor . Aquel año también leí “La Reina Mártir” del Padre  Coloma, y “Enrique VIII” escrita por Félix Grayeff. Los tres libros se refieren al siglo XVI. Sus protagonistas son los reyes de tres de las monarquías  que a la sazón existían en Europa. Países entonces gobernados por un  rey o reina a modo de amo y señor de vidas y haciendas. Estas lecturas han enriquecido tanto mis conocimientos históricos como los referidos a la sórdida naturaleza humana en su lucha por el poder político y económico. ¡Cuánta semejanza hay entre los inicuos de cualquier época y país del mundo! ¡Qué poco han cambiado sus  fines y  tampoco los modos de conseguirlos!

Pero, vuelvo a la novela de Passuth, el cual, en su “Advertencia final”, nos detalla el escenario y actores  por él escogidos que son los correspondientes “a la época difícil y que, en muchos aspectos, sigue ejerciendo influjo hasta en nuestros días, de la Europa que existió bajo Felipe II.” También nos aclara que “la novela histórica no puede ser idéntica a la obra del historiador. Pero sin embargo debe cumplir siempre una condición: no puede falsear la esencia de las personalidades rectoras de una época, como tampoco los acontecimientos decisivos de la Historia”.

Dicho esto, quiero  elogiar al escritor húngaro por ésta magna novela, compendio, sin duda, de muchísimas y concienzudas lecturas, y reflejo, asimismo, de un laborioso esfuerzo de comprensión y síntesis  para acercar al lector  al conocimiento de la realidad histórica europea de aquel significativo siglo XVI.  Su lectura, en resumen,  lleva al lector al conocimiento, de modo entretenido, al menos para mí lo fue, de los lazos familiares, las luchas, los intereses reales, ideología o creencias religiosas,… de los personajes poderosos de entonces,  así como de las instituciones y acontecimientos que, a la par de  conmover,  conformaron la Europa del siglo XVI, cuando buena parte de ésta y del mundo, estaba bajo la égida de Felipe II; aquel tan serio y austero monarca español, en cuyos dominios no se ponía el sol. Aquel amo del mundo junto a cuyo lecho de enfermo, en sus postreros días, “era imposible resistir más de unos minutos”. Conocimiento que  induce a una mejor  comprensión de las relaciones históricas entre  los países  europeos, hoy conocidos como España, Francia, Bélgica, Holanda , Portugal, Reino Unido e Italia. 

Es un libro grueso y rico de contenidos. Su principal protagonista es Felipe II,  Señor Natural, seguido por  Juan de AustriaAntonio Pérez, y Ana de Mendoza. Estos son los cuatro personajes, a mi modo de ver, ejes de la novela, cuyos hechos y situaciones personales son destacados sobre los demás. Luego, en otro plano, se nos presentan otras muchas figuras relevantes de la época, como el emperador Carlos V ,  sus hermanos, mayormente Doña María que reinó en Hungría y fue gobernadora de los Países Bajos, Alejandro Farnesio, Margarita de Parma, el rey Sebastián de Portugal, Ruy Gómez de Silva, el III Duque de Alba, el Papa San Pío V, los Valois y la regente Catalina de Médicis, María Estuardo, Isabel Tudor, el arquitecto Herrera, Santa Teresa de Ávila, San Francisco de Borja, Cervantes, el Duque de Orange y muchos más; todos ellos , reitero, influyentes personajes europeos de aquella  época de hegemonía española.


El título “Señor natural” de la versión en lengua castellana,  alude, según creo, a los seres reservados, “por la gracia de Dios” y en razón de su estirpe superior, a ser el amo y señor de vidas, pero, principalmente, de múltiple hacienda. En el caso español,  en el momento histórico descrito en la novela, esta “gracia” recaía en los del linaje de los Austrias (los Habsburgo). En Francia, en los Valois. En Escocia, en los Estuardo. En Inglaterra, en los Tudor… A mí, sin embargo, me parece más apropiado Terciopelo Negro” dado por el autor a la versión original . En parte, porque los nobles e hidalgos españoles, en aquella etapa de esplendor, se caracterizaron por el empleo de prendas oscuras de terciopelo. En alguna ocasión recuerdo haber leído sobre la sobriedad y el uso generalizado del color negro en  sus vestimentas, que distinguía a los  dignatarios  de los reinos de Castilla y Aragón. En franco contraste con las vestimentas lujosas y muy coloridas de los cortesanos de los reinos musulmanes de la península y, también, de los de las cortes inglesa, escocesa y francesa. Pero, la razón esencial es porque tras la lectura de la prolija obra de este amante de lo español, más de quinientas páginas, coliges que su autor, el húngaro Passuth, a quien dedica su obra es a España y a sus gentes, en aquel singular momento de su historia en que, por la coincidencia de muchos y excepcionales personajes, brilló de modo inusual y sorprendente en campos tan diversos como  literatura, arquitectura, religión, pintura,  militar,  descubrimientos geográficos, navegación, etc.,

San Francisco de Borja
Arquitecto Herrera
Estas son las razones de mis preferencias por “Terciopelo Negro,”  sobre “Señor Natural”. Aunque también la cuestión del señorío (soberano legítimo ) es ampliamente abordada; como lo evidencian los múltiples pasajes del libro dedicados a narrar las estrategias, los acuerdos  políticos, las bodas, las luchas abiertas o soterradas entre las respectivas élites   de  los reinos de Francia, Inglaterra, Escocia y España de la época.  Hechos encaminados en dirección unívoca a lograr, o al menos controlar, el poder. Poder  entonces ejercido de
 modo omnímodo  por el monarca.

María Estuardo
En su obra, Passuth cuenta con amenidad y detalle los principales  conflictos entre los poderosos de entonces por los tronos, tales como los habidos entre Isabel Tudor y María Estuardo. Los protagonizados en Francia por los últimos Valois, tutelados éstos por los poderosos GuisaEn los Países BajosGuillermo de Orange, el antiguo fiel servidor de Carlos V, (Carlos I, de España) capitaneando la sublevación contra Su Católica Majestad, Felipe II.  En Portugal, tras la muerte y desaparición del Rey Sebastián, las luchas entre el viejo Cardenal (tío del desaparecido rey) y el Prior de Crato(Antonio, el bastardo ), y, posteriormente la de éste con Felipe II.  Y, ya en España,  leeremos acerca de la rivalidad  entre las poderosas Casas de Alba y de Éboli,   por influir sobre las decisiones del Rey.    En conclusión, cualquiera de los dos títulos es acertado.


 
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viernes, 25 de enero de 2013

El ojo avizor, de Mary Higgins Clark



Hace ya unos cuantos años leí, por primera vez, esta interesante novela  de intriga, escrita por la norteamericana 
Mary Higgins Clark.Edición del Círculo de Lectores, 1984. Título del original inglés, “Stillwatch”, traducción de María Francisca Graell.  Entonces, los hechos y ambientes descritos en la novela los juzgué alejados del contexto español y muy circunscrito a los Estados Unidos de Norteamérica. Sin embargo,  en esta segunda lectura he encontrado grandes similitudes entre la ficción contada por Higgins y la realidad española actual.  Me explicaré.

La trama de la novela se desarrolla en los entornos de  dos singulares féminas. El de la protagonista, Patricia Traymore, una joven y brillante periodista de televisión. Y el  de Abigail Jennings, una madura y ambiciosa senadora, salida de la nada.  En esta obra la escritora norteamericana- pienso - ha sabido plasmar, y además de modo entretenido, los oscuros entramados de ambiciones personales que pueden  esconderse tras unas buenas  imágenes e información sagazmente filtrada por algunos periodistas sobre políticos, con el fin de crear una opinión pública concreta,  aunque  para ello sea omitida, manipulada o desfigurada la verdad intrínseca de los hechos. Lo que importa es el mensaje subliminal que se quiere hacer llegar al público. La práctica, en suma,  de un periodismo oportunista que no facilita la verdad pura y dura de los hechos, sino la que a ellos, especialmente a los grandes “comunicadores” y sus socios del momento, les pueda convenir para aupar o acaso hundir a “alguno o alguna” en la estima popular Información que ha sido sutilmente confeccionada” tal “traje a la medida”, y “facilitada” en el momento más adecuado a los intereses del magnate o del político para el que,  o bien trabajen, o reciban, o esperen recibir, pagos o prebendas. Este juego de intereses, a mi modo de ver, queda bien reflejado en la novela. La historia contada- como ya dije-  está cargada de intriga. Intriga que no se desvelará hasta el final. De la que no debo, pues, dar más detalles para no romper el interés. El escenario escogido por  Higgings es Washington, D.C., la capital de los EEUU. y,  según creo, ha pretendido dar en esta obra una imagen  de distinción para la clase política de aquel país, describiéndonos sus elegantes viviendas amuebladas con selecto  mobiliario, incluido  piano  de cola(¡!), el buen gusto y refinamiento  del vestuario tanto de ellos como de ellas, las reuniones y recepciones con la élite del lugar,  la formación  en universidades prestigiosas,  o,  la tenencia de un físico espléndido, en el que los años, encima, no hacen mella. En fin,  con múltiples de esos detalles que aunque amenizan la escena, también, creo,  la alejan de la realidad inmediata  de los comunes mortales como yo.

Otro de los aciertos de la novela,  que muestran la calidad de la autora en cuanto al conocimiento  y saber expresar la condición humana,  es la encarnación, en la senadora Jennings, de aquellas actitudes universales mostradas por los seres que  desprecian su entorno y orígenes familiares, por considerarlos que no están a la altura de su estatus presente y  cuyo recuerdo, por cierto, les abruma. Pasado que deciden soslayar eliminándolo de su historial ( biografía). O, asimismo, la  del ser segundón, pero muy ambicioso,  en la novela  encarnado por Toby Gorgone, que, “sin oficio ni beneficio concreto”,  medra al costado de un poderoso, porque  “le saca a éste las castañas del fuego” y  es “sus ojos y oídos”, informándole  de todo lo que ocurre a su alrededor y al que suele acompañar, cual sombra, en todos sus cambios de destino.
 También me llamó la atención  que, a mediados de los ochenta, fecha  de edición de la novela,  la trama incluyera un personaje parecido al tristemente famoso  enfermero de Olot. ¡Qué imaginación tan poderosa, pues, la de algunos novelistas! ¿No?

miércoles, 19 de diciembre de 2012

Misterios de las civilizaciones muertas, por J.Mallas


Cuando hace unos días comencé este comentario, no pensé que me costaría tanto. Llevo, sin embargo, varios días en ello y en múltiples ocasiones he cogido de nuevo el libro para releer varios de sus capítulos. Con especial interés y atención he releído el Inicio y el Epílogo de esta segunda edición.

El libro de J.Mallas,“ Misterios de las civilizaciones muertas”, Ediciones Telstar, 2ªedición, febrero de 1972, está escrito a modo de ensayo en el que se exponen ideas propias y ajenas  resultado de los descubrimientos arqueológicos y de estudios de especialistas, “los sesudos hombres y mujeres” que se han dedicado a explorar los oscuros y tortuosos rumbos de la pobre criatura humana, en su deambular histórico, partiendo del denominado por el autor Meridiano Cero”. Transcribo su localización, detallada por Mallas en la página 17: 
Nuestra civilización, La Occidental, está vertebrada, precisamente, a lo largo del “meridiano cero”. Este mismo meridiano, al menos hasta el momento, reconoce el origen de todas las civilizaciones, que pueden situarse en cualquier punto de su latitud y a poca distancia- relativamente poca – de la longitud, Este u Oeste. Si abrimos un Atlas y observamos un Planisferio, veremos que “el meridiano cero” es el 34º Long. E. De Norte a Sur podremos localizar nombres de bíblicas resonancias: Nazareth, Jerusalén, Belén…”

Apuntada ya  la dificultad que estoy teniendo para elaborar este comentario, a pesar de ser ya una cuarta lectura, paso a señalar lo que al presente considero  la finalidad principal de este ensayo: advertirnos - cual profeta apocalíptico - sobre  nuestra enferma Civilización Occidental. De hecho para el autor nuestra civilización ya murió. Hipótesis desarrollada desde el inicio, en las primeras páginas dedicadas al “Meridiano Cero”, 9 al 20, y remachada en su Epílogo a la  segunda edición de 1972. Siete son los capítulos en que se divide la obra y cuyos títulos son los siguientes:

I  La ciudad más antigua del Mundo.
II En busca de la Atlántida
III En el umbral del nuevo continente.
IV Rostros feroces, ritos sangrientos
V El silencio de las ciudades abandonadas
VI Salto a través del Pacífico
VII El infinito apunta al “Meridiano Cero”

En mis comentarios anteriores sobre esta obra, cuyos enlaces detallo al pie,  pasé por alto  muchos  aspectos ahora  vistos  como por ejemplo el evidente humanismo y fe cristiana del escritor, plasmados desde los comienzos en sus citas y alusiones a la figura de Jesucristo, y también a otros pensadores y humanistas cristianos. Entre ellos muchos españoles célebres, tal como Eugeni D’Ors, Unamuno; Gregorio  Marañón, Santa Teresa de Jesús, etc.  Llegados a este punto, resalto algunas de las citas y reflexiones que más me gustaron:

“Fue, precisamente en esa línea del “meridiano cero”, donde hace veinte siglos desgarráronse las más terribles palabras del Cristo, condenado a los traficantes y mixtificadores de la Ley: “Ay, igualmente vosotros, doctores de la ley: porque echáis a los hombres cargas que no pueden soportar, y vosotros ni con la punta del dedo las tocáis.”(LC., 11,46 y ss.)” Y añade  la siguiente reflexión: “Quien haya estudiado la figura de Jesús, en su doble naturaleza, divina y humana, y haya penetrado en la sublime y a la vez misteriosa mansedumbre del Cristo, en su ternura y amor infinitos, en su misericordia y caridad, advertirá claramente que la Fe, tantas veces por Él invocada, ni tiene satisfacción con la tibieza ni admite por aliado al fanatismo; el cual, a la postre, no deja de ser una forma retorcida de la hipocresía.”(pág.17) 
“La conducta del hombre y de los pueblos transcurre en un continuo pleito entre la sublimidad y la vileza; en una lucha porfiada, terrible y hermosa a la vez”. (pág. 19)
“Si fuésemos capaces de interpretar rectamente el mudo y en ocasiones siniestro mensaje de las civilizaciones muertas, es posible que descubriésemos que no fue cataclismo geológico alguno ni invasión arrolladora la causa primaria de su total desaparición. Fue algo más sencillo y trágico: el endiosamiento de la vileza, bajo cualquiera de sus múltiples y engañosas formas.”(pág. 19)

E incido en   la argumentación  de Mallas en atribuir como causa subyacente a la desaparición de alguna de estas antiguas civilizaciones, al enorme distanciamiento producido entre los intereses de las élites y los del pueblo llano

El autor  es muy crítico con esas jerarquías que sólo patrocinaron su exclusivo bienestar y la prevalencia del mismo sobre los del resto del colectivo. En el análisis de las culturas centroamericanas azteca y maya es donde  , según creo, este argumento queda más claro, cuando se refiere a la ferocidad y la crueldad reflejados en los dibujos e imágenes de los frisos pincelados por los artistas de aquellas culturas, así como por el hecho revelador de cómo a pesar del elevadísimo nivel de conocimientos  alcanzados y evidenciados en sus construcciones, calendario, etc., -  que Mallas llama “progreso especulativo”- éste no fue empleado para aliviar y mejorar los trabajos de la masa campesina, sino para oprimirla. En varias ocasiones  reprocha  que elementos tan básicos en las tareas agrícolas como la rueda y el arado común .no fueran aplicados a estos usos . Porque- nos detalla-  conocieron la rueda, pero ésta    sólo se aplicó  en juguetes.

Transcribo a continuación algunas de las frases o pensamientos expuestos en el libro en relación a esta idea:
“Aunque en el Yucatán los sacrificios humanos fueron menos masivos que en México…no por su sangrienta ferocidad deja de pertenecer a un estado de infracivilización. Pero ejercido por una casta intelectualmente desarrollada, es puro sadismo.”(pág.164)  
“Cuanto más se estudian los enigmas suscitados por la estructuración social de los pueblos precolombinos de Centroamérica(1)…se advierte a qué horrorosas deformaciones puede llegar la conciencia humana, cuando pretende erigirse en poder absoluto.”(1) Este fenómeno es observable a lo largo de toda la historia. Sin embargo, en las culturas aquí tratadas, precisamente por su progreso especulativo al servicio exclusivo de una clase dominante, ofrece contrastes de mayor violencia y dramatismo.”(pág.164)  
“En el pueblo maya se advierte, más que en cualquier pueblo de la antigüedad, el abismo existente entre las dos únicas capas sociales: el de las familias dominantes, núcleo reducido y, naturalmente, conjugado con los sacerdote y una abrumadora masa de gente oprimida”(pág.164)  
“…las únicas mentes cultivadas-sacerdotes-, en vez de aspirar al progreso, pretendían sólo imponer su voluntad por el terror…Una actitud semejante induce, incluso, a otra conclusión hipotética y todavía más desoladora: aquella casta sacerdotal no deseaba el menor progreso. Unas inteligencias capaces de crear obras científicas y artísticas como las descubiertas, de haber querido habrían creado también dos de los instrumentos más prácticos, sencillo e impulsores del progreso: el arado y la rueda.”(pág. 166)  
En la jungla del Yucatán se extinguió un pueblo- es decir, unas comunidades formadas por individuos, por seres humanos-, al que se le escamotearon dos de los instrumentos más útiles para vivir y progresar: la rueda y el arado”(pág. 170)  
“…los indios del Yucatán, utilizaban un año de 365 días y otro cómputo, el año de la Luna, de 360. Los días restantes ’no eran contados porque llevaban ‘mal agüero”…conocían el sistema vigesimal y utilizaban el cero.(pág.170)  
…sus conocimientos astronómicos, tan asombrosos como inexplicables. A la precisión de los cálculos del año solar, se añade el enigma del año venusino de 584 días.”(pág.171)







Con el fin de evitar que quien  sólo lea estas citas llegue a la errónea conclusión de que el autor, Mallas, en su visión del pasado perdiera la perspectiva del presente y del futuro; transcribo varios párrafos con los que cierra el capítulo dedicado a la civilización maya:

También hoy tenemos poderosísimas “Ruedas y arados”; desde los fertilizantes hasta las cosechadoras; desde la electrónica al átomo; desde la asepsia completa hasta la conquista del espacio. Y, sin embargo, dos tercios de la humanidad padecen hambre. Y por falta de la ayuda necesaria, la capacitación indispensable y la tecnología precisa, en el mismo continente suramericano, depositario de ingentes riquezas naturales, se movilizan más recursos para alimentar golpes de estado que para nutrir a los hambrientos.”(pág. 172).
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(lectura en el año 2004)



lunes, 17 de diciembre de 2012

De las historias para niños,(leyendo a Sánchez Silva) diciembre 31,2005

Esta mañana, mientras revisaba algunos de los post o comentarios archivados en borradores, halle éste, realizado a finales del 2005 y dentro de los cuatro dedicados al autor de "Marcelino Pan y Vino". Pienso que las reflexiones de entonces están hoy , más aún si cabe, vigentes.Por ello he decidido actualizarlo.

"Ayer empecé a hablar del alma, elemento primordial e intangible del ser humano de cuya existencia parece que algunos nos hemos olvidado. Y si no olvidado, si relegado al último lugar de nuestras preferencias y objetivos. Nos preocupamos mucho de todo lo material, alimento, vestido, bienes, riquezas, confort, viajes, ocio, distracción, etc. Disponemos y supeditamos nuestro día a día e interés a su consecución, mantenimiento y acrecentamiento, habiendo creado un muy difícil sistema de vida. Repleto de nuevas y mayores necesidades de realización de toda cosa material. Metidos de lleno, desde los pies a la cabeza, en una vorágine de consumo y dispendio generalizado, en que gastamos, y gastamos, sin - para muchos- límite ni freno; tanto de lo que tenemos como de lo que no tenemos. A la tenencia del bien se ha sabido añadir el rasgo diferenciador de la etiqueta. Así, no es la necesidad lo que te induce a comprar, sino el ostentar, mostrarlo a los que te rodean. Ser uno más de los muchos testimonios o ejemplos de este absurdo contraste (contradicción) que nos brinda la sociedad moderna actual. De cuyas nefastas consecuencias son objeto, en primer lugar, nuestros niños y juventud.

Niños y jóvenes alimentados, muchos de ellos, en sobremanera con alimento material de todo tipo, cantidad de proteínas y calorías, que no son capaces de consumir porque no saben jugar a correr, a saltar, ir tras la pelota, cantar en corro, buscar bichitos y guardarlos en potes de cristal, o jugar a los escondidos, a la gallinita ciega, izar una cometa de papel que ellos hayan construido, etc. etc. En su mayoría, saturados de comida insana, hamburguesas, pizzas y bollería industrial, consumida - muchas veces, delante de un televisor. De este modo se lleva a cabo la doble contaminación de cuerpo y espíritu. En las nuevas fábulas e historias infantiles - contadas casi siempre en soporte visual, es decir, películas, porque poco se lee y algunos ni entiende lo que leen- vemos los cambios y evolución de sus personajes protagonistas y de los mensajes a transmitir. En los que el elemento mágico de hadas buenas y de duendecillos, en su mayoría gentiles y trabajadores, así como la enseñanzas de rectitud, obediencia, esfuerzo, prudencia, etc. etc. se ha substituido por magos, brujos, brujas, guerreros, feroces deportistas de competición, máquinas y robots inhumanos , etc. cuyas acciones y actos no les diferencian del malo o antagonista, ni parecen distinguir entre bien y mal o bueno y malo, ni tampoco practican ningún tipo de virtud . Sólo van al logro de lo que quieren, burlando o incluso engañando para ello. Su supremacía sobre el contrario está en sus ardides y fuerza, casi siempre ayudados por algún "poder" sobrenatural de maléfico origen. En resumen, ¡horroroso horror!"

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/marcelino-pan-y-vino-y-otras.html

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/la-tregua-de-jos-m-snchez-silva-enero.html

http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/tres-rosas-rojas-de-jos-m-snchez-silva.html

martes, 30 de octubre de 2012

Enigma para un domingo, Ignacio Cárdenas Acuña


El pasado agosto leí por segunda vez, “Enigma para un domingo”, de Ignacio Cárdenas Acuña, Editorial Letras Cubanas, 1985.Colección Radar 5. Novela policíaca de fácil y rápida lectura, cuyo interés se mantiene hasta el final.   
Cuando la leí por primera vez, año 2002, sólo me di cuenta de la extensión del ambiente corrupto en el que los personajes de la novela se desenvolvían. Ahora, acaso por las coincidencias observadas, he comparado los detalles allí descritos con los de aquí, España 2012. Me explico. La trama de la novela discurre en dos épocas distintas de la historia contemporánea de Cuba. Recurso con el que, según creo, su autor quiso mostrar las diferencias habidas en aquel país antes y después de la “Revolución”, o sea, de la instauración del régimen castrista. La primera corresponde a los años 50 del pasado siglo XX, con Batista en el poder, y es en la que tienen lugar los hechos principales narrados en la novela. Y, luego, mediados los 60, el desenlace final; recién subidos al poder los Castros y, consecuentemente, sin que muchos del pueblo cubano pudieran aún darse cuenta del cambio de dictadura.
Cárdenas, a través de la trama argumental, muestra los modos y  los medios de los poderosos del lugar que les permiten vivir al margen de las normas de aquella sociedad. Las cuales trasgreden con impunidad absoluta, porque saben  que su poder e influencias harán y mantendrán en silencio a los posibles conocedores de sus “saltos”.   También describe  la subordinación de la prensa al poder político económico y su eficaz utilización para desvirtuar la realidad de los hechos, así como del enriquecimiento personal de algunos políticos con los recursos públicos. Personajes de orígenes modestísimos que viven ahora- como vulgarmente se dice -  “a cuerpo de rey”, rodeados de su cohorte de sicarios e incondicionales. Igualmente, detalla los ambientes sórdidos en los que estos, en apariencia, prohombres se mueven.
Después de esta explicación acerca de los detalles narrados en la novela, espero se comprenda por qué ha venido a mi mente, la situación política-social española, porque parecidos, según estimo, “haberlos, haylos”.
Pero no quiero cerrar mi comentario sin condenar la degradación que la férrea y longa dictadura castrista representa para el sufrido pueblo cubano. Cuya historia muestra cómo sus dirigentes y políticos sólo han visto la administración pública como espléndido medio de amasar enormes fortunas personales; para ellos y los suyos. ¡Pobre pueblo cubano! Llegados a este punto, aprovecho para mostrar mi indignación por la pasividad y el silencio cómplice de los gobiernos del mundo, especialmente del español y del sueco,   ante  el desenlace final que está teniendo las muertes de Payá y Cepero, en que los familiares, esposa e hijos de Payá, claman justicia. Justicia en el sentido de castigo para el culpable, el verdadero culpable, y no para un pobre cabeza de turco que el albur puso en el camino del ominoso régimen.  A continuación corto y pego algunas de las manifestaciones de Acevedo, viuda de Payá, publicadas por lainformación.com bajo el título “ La viuda de Payá mantiene que la muerte de su marido "no fue un simple accidente". Y también leídas en “Voces.Huffingtonpost.com”, tituladas Ofelia Acevedo, viuda de Oswaldo Payá: 'No tengo odio ni quiero venganza':
La viuda del dirigente opositor cubano Oswaldo Payá, Olivia Acevedo, mantiene que la muerte de su marido "no fue un simple accidente", pese a la sentencia judicial que ayer condenó al militante de Nuevas Generaciones Ámgel Carromero como responsable del accidente de circulación que le costó la vida.

Según declaró hoy en Onda Cero, Acevedo sigue viendo "muchas preguntas que no tienen respuesta" en los hechos acaecidos el 22 de julio pasado. Y lo relaciona con que ellos llevaban "años y años con amenazas de muerte contra Oswaldo", proferidas directamente por "los órganos de seguridad del Estado".
"Si estaba dentro del carro, ¿por qué estaba tirado en la carretera, por qué no estaba luego en el hospital?", se preguntó. Luego, prosiguió, "los amigos no pudieron ver a Oswaldo hasta las ocho de la noche. Y se encontraron que estaba tirado en una camilla, sin ningún tipo de atención, ni refrigeración. También observaron que tenía encajada una jeringuilla encajada en la ingle".
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Acevedo no le tiene miedo a nada; tiene una necesidad implacable de gritar su verdad, como le confesó a HuffPost Voces en un tono de tristeza, rabia, impotencia. "Se perdió al líder, pero yo perdí al hombre que amaba, al padre de mis hijos, nosotros teníamos algo especial en esta vida".
"Oswaldo no tenía por qué irse; ésto no tenía por qué haber pasado, ellos se quedaron con el cuerpo de Oswaldo, nunca lo mandaron al hospital, tenían que haberlo mandado directamente [...] No sabemos realmente si murió inmediatamente en el accidente, lo dejan ahí; ellos dicen que ya estaba muerto, pero mi pregunta es ¿por qué no lo mandan al hospital como en cualquier parte del mundo?, ¿quién puede certificar en la carretera que alguien está muerto o no?", aún se pregunta Acevedo.
"Harold sí llegó al hospital y llegó vivo al hospital; nunca lo operaron, ni lo tuvieron en un salón y murió a las seis de la tarde".
El accidente ocurrió alrededor de la 1:50 de la tarde, según la versión de las autoridades cubanas, en una zona llamada La Curva, cerca de la ciudad de Bayamo.
"CARROMERO NO FUE CULPABLE DEL ACCIDENTE"
"Nosotros estamos reclamando que haya una investigación internacional, ajena al gobierno cubano. En Cuba todo tiene que ver con el gobierno; por ejemplo, en un accidente normal Carromero no tendría por qué estar preso, como lo ha estado todo este tiempo; generalmente se espera al juicio, se han violado muchas cosas", insistió Acevedo.
"Carromero no fue el culpable del accidente; no tiene sentido ninguno la versión de la televisión; yo estuve en el lugar de los hechos, yo ví el terraplén, que es una tierra dura y compactada; cuando tú pisas el freno frenas, así de simple, no sigues dando vueltas; es imposible resbalar en ese terreno".
“El juicio contra Carromero se celebró este viernes 5 de octubre en Bayamo. Los tres hijos de Oswaldo Payá no pudieron entrar a la sala del tribunal y la viuda prefirió no asistir.”



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Me remito a mi entrada  dedicada a la primera lectura de esta interesante novela policíaca:
http://silvia-aquellosprimeroslibros.blogspot.com.es/2012/02/enigma-para-un-domingo-ignacio-cardenas.html

viernes, 26 de octubre de 2012

La Farisea, de Francois Mauriac




La Farisea, Círculo de Lectores, 1962. Título del original en francés, La pharisienne. Traducción, Fernando Gutiérrez. Cubierta, Cobos. Autor François Mauriac.
El verano pasado leí esta novela, en apariencia, de sencilla trama; sin embargo, algunos de sus párrafos tuve que releerlos despacito y bien abiertos los canales del entendimiento. No puedo asegurar si fue con éxito. La dificultad tal vez derivase de la traducción. No lo sé. De todos modos, hace años, siendo yo muy joven, leí dos conocidas obras de Mauriac: "Thérèse Desqueyroux” y “Nudo de víboras”.  Ambas me resultaron fatigosas, en parte -supongo- por mi juventud de entonces y la correspondiente nula experiencia  acerca de los meandros del alma humana, y desconocer  la dificultad de algunos seres humanos en expresar sus sentimientos, especialmente cuando actúan influenciados o dominados por los llamados  "propios demonios" ; situaciones éstas últimas tan magistralmente expresadas por el autor galo en estas dos obras . No disfruté, en resumen, nada con ambas lecturas. El caso es que luego, nunca, he deseado ni tenido intención de volverlas a leer.

En cuanto a “La Farisea” me gustó, aunque no así el destino allí dado a  tres de sus personajes, para mí,  más entrañables  - Octavie Tronché, Monsieur Puybaraud y el cura Calou -  víctimas marginales de   los  tejemanejes  de los poderosos descritos en la novela; unos seres de alta estratificación social , pero de muy bajas miras morales, y que no saben lo que es el amor. El Amor, la Caridad, como virtud superior a todas, en palabras del Apóstol San Pablo, porque- tal como señala San Juan   Dios es amor”(1 Jn. 4, 8).  (1)


En este sentido, al menos para mí, no sólo Brigitte Pian, el personaje principal, sino todos los componentes de la élite social allí descrita,  son buena muestra del fariseísmo (hipocresía)y exacerbado egoísmo imperantes en aquella sociedad. Van a la suya y la de nadie más. La acción acontece en el primer cuarto del XX, Francia, en la zona de Aquitania. Sus protagonistas  son burgueses ricos, todos ellos bien colocados, prefectos, procuradores, militares…, cuyas vidas transcurren rodeados de abundancia y comodidades; y, desde luego, en franco contraste con la precariedad y esfuerzos en el que se mueven los tres personajes de la clase media baja, el sacerdote Calou, Octave Tronche y Puybaraud, antes citados, cuyos destinos – pobres gentes- están en manos de aquellos otros sujetos. Sujetos  soberbios que, además, viven convencidos de su superioridad.

Muy poco edificante me pareció el papel dado por Mauriac a las féminas de la clase alta, encarnados por Brigitte Pian, la condesa de Mirbel, y la madre de Lois Pian, el adolescente que narra  la historia. Todas ellas, a mi juicio,  amantes de si mismas e incapaces de anteponer las necesidades de los demás a sus apetencias y gustos. Aunque “estos demás” puedan ser sus propios hijos y marido.

Tras la lectura de esta  novela, habida cuenta que la acción y las circunstancias allí descritas tienen lugar aproximadamente un siglo después de la Revolución Francesa,  llegas a   la triste  reflexión  que los cambios promovidos por dicho convulsivo y cruento movimiento, poco contribuyeron a la promoción real y justa de las clases más bajas francesas ni tampoco a su equiparación social, pues, tal como nos detalla Mauriac en su obra, subsisten las grandes diferencias entre las clases sociales, y también la desigual redistribución de las riquezas, pero, especialmente persiste  la explotación de unos por otros. Y, como siempre, los explotadores son inmisericordes con sus congéneres más desvalidos, lo hacen sin prejuicio  alguno; y, además, contando para ello con todo el engranaje del sistema con leyes y organismos ad hoc. ¡Perro mundo!

Me doy cuenta que poco he comentado sobre el fondo espiritual de la novela. Con el fin de paliar ello, recojo unos párrafos de la sinopsis del libro “La Farisea” suscrito por Alop, publicado en la web CDL, bajo el tema”El peligro de una falsa religión, rectitud, amor 

“…como sucede en otras de sus novelas, el escritor católico François Mauriac fue acusado de pesimismo en relación con la religiosidad de entonces. En realidad, con esta obra titulada La farisea él señalaba una enfermedad constante en la espiritualidad, la de la hipocresía que florece de la soberbia. La parábola lucana del fariseo y del publicano (18,9-14) es la representación más emblemática. Eficaz es, por tanto, también el retrato que Mauriac delinea de esta mujer, que conoce sólo la religión fría y deshumana que se alimenta de obras y juicios exteriores, que ignora la comprensión y la misericordia y que presume de conocer los secretos del corazón. Llena de ella misma, Brigida Pian pasa por en medio de las debilidades, pero también de las riquezas interiores con desprecio altanero, convencida de ser el perfecto papel de tornasol de la verdadera fe, y así no se da cuenta de que se precipita en un abismo oscuro donde Dios está ausente y está lleno, por el contrario, del yo humano…”
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(1)” San Pablo habla del amor de Dios y nos deja ver cómo es la caridad, "La caridad es paciente, es servicial; la caridad no es envidiosa, no es jactanciosa, no se engríe; es decorosa; no busca su interés; no se irrita; no toma en cuenta el mal; no se alegra de la injusticia; se alegra con la verdad. Todo lo excusa. Todo lo cree. Todo lo espera. Todo lo soporta" (1 Co13, 4-8). Y termina, "la caridad no dejará de existir".
La caridad es la virtud teologal más importante, y es superior a cualquier otra virtud. (1 Co 13,13).