miércoles, 27 de julio de 2022

Dublineses, James Joyce ("Contrapartida", "La gracia" y "Los muertos")

 Hace unos pocos días terminé de leer, por segunda vez,“Dublineses”, de James Joyce. En esta ocasión he disfrutado más que la primera vez, y,  de nuevo, las narraciones que más me han gustado o despertado mayor interés fueron las mismas  que la vez anterior.

Seguidamente comentaré algunos aspectos que antes pasé por alto:

“Contrapartida”, bajo este título se relata un día de la vida de Farrington, escribiente de una notaría o bufete de abogados. Personaje que, como tantos otros de las narraciones de Joyce, es un amante de la bebida, la cual precisa tal como el coche la gasolina para ponerse en movimiento. Su descripción, tanto física como humanamente, es poco halagüeña y personifica al individuo incumplidor y remolón. Un frustado que arremete contra los suyos, esposa e hijos, sobre los cuales vierte sus iras por sus  fallos y fracasos personales.

El relato se inicia durante  la jornada laboral de Farrington para seguir con la descripción de su habitual recorrido a la salida del trabajo, por bares y tabernas, gastando, lo que tiene y lo que no tiene, en consumiciones y rondas de bebidas  con los amigotes, personajes muy parecidos a él. Para, al final, bien repletito de alcohol, regresar al hogar, donde le aguardan hijos y esposa,  y desahogo de sus frustaciones e iras.

Un, resumiendo, feo relato acerca de los contrastes ofrecidos por  un calamitoso personaje.

“La gracia”.  En este relato el protagonista también es un gran aficionado a la bebida, circunstancia que le ha envilecido, además de ser ocasión de perjuicio personal y familiar.

 En mi primera lectura pasé desapercibido el  fondo verdadero de la trama que gira en relación a los ejercicios espirituales realizados por los jesuitas. Creo que la lectura, bastante reciente, de “Todo modo”, de Leonardo Sciascia me ayudó a darme cuenta de esta particularidad.

 El relato es bonito y edificante, debido al interés mostrado por la panda de amigos por enderezar el  devastador camino emprendido por   el amigo arrastrado por la bebida. Para lo cual deciden llevarlo con ellos a una sesión de ejercicios espirituales, dirigido por un pragmático jesuita,  quien apoyándose en la figura de  Jesucristo,  de quien dice: “no era  un capataz estricto”, sino un espléndido entendedor de nuestras faltas, de nuestra pobre naturaleza, y de las tentaciones de la vida, anima a sus oyentes a la realización de un riguroso balance personal, y reconocer,  con sinceridad, las faltas, pero  confiando “con la Gracia de Dios para rectificarlas”. Recomendación válida para todos, también para el lector creyente.

 

“Los muertos”. Es la última de la narraciones que constituyen “Dublineses” y, según he leído, la más elaborada  y  también la  más famosa. Esto último quizás se deba a que Huston lo llevó al cine, fue su última película. Murió ese mismo año, 1987.

La historia nos lleva al 1904 y el escenario es la vivienda de las señoritas Morkan, dos ancianas y una madura mujer, tías y sobrina, respectivamente, solteras las tres,  el día que celebran su anual baile en la conmemoración de la Epifanía. Evento al que asisten familiares y amigos más allegados, entre los cuales destacan por su protagonismo  Gabriel Conroy y su bella esposa.  Él es sobrino de las Morkan.

En la historia podemos distinguir dos momentos bien diferenciados. La mayor parte de la cual está destinada a describirnos el ambiente de la reunión familiar con detalle pormenorizado  de los personajes presentes, su personalidad e incluso profesión, canciones, poesías y platos. Un ambiente propio de una fiesta navideña. Muy parecido, por otra parte, a las que celebramos en España, por esas fechas, en que las familias se reúnen y a veces surgen  disputas entre los comensales por discrepancias de opiniones políticas, o  se sufre  cuando alguno de los presentes llega al punto de saturación de bebida alcohólica y se pone  “pesadito”. Esta parte me ha parecido muy real.

El otro momento y el que da nombre a la narración, “Los muertos”, no tiene mucho que ver con la reunión familiar en casa de las Morkan.Aquí son protagonistas únicos el matrimonio Conroy. Es muy emotivo, es la evocación de una persona amada muerta, traída a la memoria  por una vieja melodía.

Cuando mi primera lectura, estos dos momentos tan diferenciados de la narración,  pasaron desapercibidos . Al menos, constatarlos en mi comentario. Entonces resalté la encarnación en el personaje de Gabriel Conroy, el sentimiento o actitud del propio Joyce en relación al tema del nacionalismo irlandés, o,.  así lo he creído ver yo.

lunes, 13 de junio de 2022

Gimpel, el Tonto, de Isaac Bashevis SINGER, abril, 2005

 “Gimpel, el Tonto" es la primera de las narraciones del libro, compuesto por una selección de cuentos del autor estadounidense de origen judío polaco Isaac Bashevis SINGER, editado por Ediciones G.P. 1966. Libros Reno, nº 595, Título original: “Gimpel, the fool”,  traducción de Adolfo Martin. Portada de C.Sanroma . 

En la cubierta se indica que Singer fue galardonado con el Nobel de Literatura  en 1978. 

Son once narraciones breves, amenas y variadas, con un fondo o moraleja, que, originalmente, fueron escritas en yiddish, lengua germano hebrea. Construidas  en torno a personajes y ambientes de comunidades judías de pequeñas poblaciones polacas cercanas a Cracovia y a Lublin. Así, en casi todos los relatos salen rabinos, sinagogas, jóvenes que estudian la Ley, los baños rituales y "los hassidins" – aquellos personajes que van vestidos de negro, con sombrero y largos cabellos, vistos alguna que otra vez, en periódicos, o en las imágenes de la televisión cuando aparecen noticias sobre comunidades judías. 

Las alusiones a las festividades hebreas, a los libros sagrados, a sus comidas, a sus costumbres y reglas son constantes. Aparecen escritas en yiddish, con lo cual te despistas un poco. Pienso que hubiese sido necesario  poner notas aclaratorias con el significado de estos términos y de las fiestas judías. 

De estas once narraciones son cuatro las que despertaron mayor interés: "Los pequeños zapateros", "El invisible", “El Anciano” y el que da título al libro "Gimpel, el tonto".  Los protagonistas de estas historias, casi siempre, son individuos vulgares, sencillos, como también es corriente, cotidiano, lo que de sus vidas nos cuenta Singer.

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15 de junio de 2022: La invasión de Ucrania por Rusia, me hizo recordar  esta selección de cuentos de Bashevis Singer, escritor polaco emigrado a los EEUU, leídos ya hace  unos cuantos años. Los cuales decidí volver a leerlos, y de nuevo he disfrutado con estos relatos que tienen como protagonistas a seres bastante corrientes y vulgares, y cuyas acciones, buenas y malas, se ven compensadas o castigadas. Es decir, son historias edificantes. En general, están protagonizadas por  gentes sencillas, de origen y costumbres judías, que habitan en zonas  polacas , algunas cercanas a Ucrania y Rusia. En todas ellas son aludidas las distintas grandes fiestas religiosas de la tradición hebrea, sus hábitos,lugares y estancias comunitarias,  y sus comidas  típicas. Un mundo, en fin, de judíos.

Algunos de estos relatos están escenificados en la primera mitad del siglo XX, en tiempos de la invasión nazi de Polonia. Lo cual me ha llevado al recuerdo de la triste realidad que en estos momentos pueden estar viviendo las gentes de Ucrania y su subsiguiente éxodo de su país, en busca de un mundo mejor.

Cierro este añadido con frase de Bashevis Singer en relación a su visión del escritor :

“Los escritores pueden estimular la mente, pero no pueden dirigirla. El tiempo cambia las cosas, Dios cambia las cosas, los dictadores cambian las cosas, pero los escritores no pueden cambiar nada". Sin embargo, si pueden dejar constancia de aquello que fue, de un mundo perdido que no volverá jamás".

Los pequeños zapateros, por Isaac Bashevis Singer

Es una de las once narraciones que componen la selección de cuentos.En este relato se narra la historia de una zaga de zapateros afincados en una pequeña población polaca; lugar donde se inicia la narración que acabará en los Estados Unidos 

Es una bella historia protagonizada por un artesano experto y trabajador, fiel para con su Dios, y con los suyos, o sea,  su mujer, sus hijos, sus vecinos,... 

Intuyo que en esta ficción puede haber mucho de cercana realidad a tantos emigrantes judíos de la Europa Central que tuvieron que marchar, huyendo del horror nazi, a Norteamérica, y a otros lugares del mundo.  

Todo el cuento, reitero, es muy bonito e interesante. Pero, para mi gusto, estas características se acrecientan a partir de su llegada a los Estados Unidos, ya anciano, y leemos del encuentro, por no decir, encontronazo que se produce entre el abuelo, un ortodoxo judío de un pueblecito perdido de Polonia, con sus muchos descendientes, adaptados de pleno al modelo de vida americano. 

Me hizo recordar   "La ciudad no es para mí”, protagonizada por Paco Martínez Soria, película con la que me divertí tanto. En la que el abuelo, finalmente, con sus sanas y añejas costumbres y su buen hacer cotidiano para con todos los miembros de la familia, y principalmente para con sus nietos, acaba imponiéndose a la modernidad y superficialidad imperantes  en los hábitos familiares.

 

 


Los Hermanos Karamasof, de Fedor Dostoyevsky

Los Hermanos Karamasof, de Fedor DostoyevskyEditorial Tor, 1936 (Argentina), Biblioteca Las Obras  Famosas, Traducción de J. Zamacois.

Libro viejo, de amarillas hojas, que tengo desde hace muchísimos años. Cuando lo leí por primera vez, hace ya mucho tiempo, me gustó. Ahora no,  desde sus inicios, el ambiente social allí descrito me ha resultado poco natural y de enormes contrastes, unido a  las muchas páginas destinadas a reflexiones y juicios en materia seudo filosófica y  religiosa, de tediosa lectura.  

De Dostoyevsky he leído otra de sus grandes obras, “Crimen y castigo”. Ambas ficciones son siniestras y los tipos humanos allí encarnados, en su mayoría, complejos y dominados por las bajas pasiones. Sin duda, muy parecidos a los de nuestra realidad inmediata, pero representativos de  patrones humanos y de situaciones tan dramáticas  que  me acongojan. Aspectos y figuras, por otra parte, que el escritor ruso, uno de los grandes de la Literatura Universal, tomó de la realidad que le tocó vivir, una muy dura realidad. Como, a modo de ejemplo, la epilepsia, Dostoyevsky era epiléptico, tuvo un padre alcohólico que él deseó muriera, y,  buena parte de su vida, estuvo acosado por sus acreedores.

 La novela fue publicada en 1879, está ambientada en la Rusia de los zares de la primera mitad del siglo XIX.  Tiene como personajes principales a tres jóvenes  hermanos, Demetrio (Mitia), Iván y Alejo (Aliosha), hijos de un  indolente padre, Fedor Paulovitch Karamasof, ser egoísta, avaro y lujurioso, que no ha tenido nunca  la menor consideración hacia sus hijos. Ni a ellos, aclaro, ni   a nadie, pues es  un ser malévolo. Un labrador enriquecido gracias a la dote de su primera esposa, la madre de Mitia. Había empezado sus negocios sin dinero alguno, y al morir se encontraron en su casa más de cien mil rublos”.

En la novela es descrito así: “Era uno de esos hombres que, a sus perversos instintos, unen una mente desordenada, incapaz de coherencia alguna para nada que no sea aumentar su hacienda, sin reparar en los medios”. ¡Un maléfico ejemplar de persona, y  peor padre! No tiene instinto alguno en este sentido y sus hijos, huérfanos de madre desde la niñez, se han criado conscientes de su maldad y de sus vicios. La casa de los Karamasof no es un hogar, nunca lo fue para los hermanos.

Mitia, el mayor de los hijos y eje de  la tragedia familiar es descrito como de temperamento apasionado e impulsivo. Iván, de apariencia muy racional y frío, esconde una personalidad  patológica. Y en cuanto al más pequeño, “Aliosha”  es  el más hermoso de estos tres personajes. Un novicio  que ha tenido la suerte de caer bajo la protección y guía espiritual de  un venerable monje, el padre Zossima. Un carismático religioso, deshacedor de entuertos y sanador de almas y cuerpos. El personaje de Zossima, según leí en una de las biografías del autor, está tomado de la realidad.

Y otra figura crucial en esta historia es   Smerdiakof, el criado joven de la casa, descrito como un ser sórdido y  enclenque, aquejado de ataques epilépticos. Personificación tan odiosa como la del viejo Karamasof.

Catalina y Grusegnka, las dos principales figuras femeninas, las he hallado, tanto la una como la otra, poco naturales. Con unas historias y enredos personales muy artificiosos. Puede que en aquel entonces y en la Rusia del XIX, se dieran  tal como los dibuja el escritor ruso en su novela, pero ahora y en estos lares, quedan alejados de  la realidad.

En resumen, la novela me ha parecido un dramón  de pesarosa lectura. Son muchos  los escenarios en los que predominan las marcadas diferencias sociales  entre las clases ricas y las modestas o pobres, o la exacerbada religiosidad de algunos enfrentada a la irreverente actitud de otros, así como el desenfreno  o liviandad de muchos de los personajes, y  en suma, un deprimente panorama, al menos para mí gusto.

                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                                 

 

 

 

 

 

  

 


sábado, 23 de abril de 2022

Se enciende y se apaga una luz, de Ángel Vázquez.

Se enciende y se apaga una luz, Ángel  Vázquez. Premio Editorial Planeta 1962. Editorial Planeta, 3ªedición. Colección “Autores Españoles Contemporáneos”. 

La novela está dedicada a Magdalena Nile del Río conocida por “Imperio Argentina”,  la famosa cantante, bailarina y actriz  hispano argentina.

La novela, en sus comienzos, no me entusiasmó. Estuve a punto de buscar nueva lectura. Luego el ambiente multicultural y algo exótico descrito me fue  interesando, y, hasta que la acabé.

Novela bastante singular, principalmente en las formas,  pues  mezcla los tiempos a la par que las intervenciones de los personajes, cuyas historias quedan  inconexas. Así,   pasas de unas fechas, con la trama alrededor de  unos personajes  concretos,  a otras épocas  pero en relación a otros personajes distintos.  Y ello no de modo puntual, sino a lo largo de toda la novela.  Lo cual dota de un sentido discontinuo a la trama. Al menos a mí me ha dado esta sensación.

Pero la gran particularidad y el  interés  que despierta esta novela está en el lugar en el que se desarrolla la historia: Tánger, cuando ésta - parafraseando  a Juanito Valderrama, el cantante español-     ni era  España, como Tetuán; ni Francia, como Casablanca”.

La protagonista es Cristina, en ocasiones niña de corta edad y otras adolescente, alrededor de la cual, junto a  su muy particular parentela, es desarrollada la trama argumental. Una solitaria criatura, hija única de una familia  de origen español afincada en Tánger.  Personajes  que son utilizados por  el autor para describir  la sociedad variopinta que componía Tánger, en la que convivían cristianos, judíos  y musulmanes, de distintas nacionales, en momentos cruciales de la historia de esta ciudad. Y cuyas costumbres y mentalidad eran radicalmente distintas a las imperantes en la península(España) de las épocas allí descritas.

 

 

 

 


viernes, 8 de abril de 2022

Aquel país lejano, Nevil Shute.

 Aquel país lejanoNevil  Shute. Círculo de Lectores, 1968. Título del original inglés,  “The far country”.  Traducción, Consuelo González de Ortega.

Australia es el país lejano a que se refiere el título de la novela. Una sencilla trama tejida  alrededor de Jenni, una joven inglesa, quien siguiendo la voluntad de su abuela,ya en sus últimas, marcha a Australia. 

A través de Jenni y del personaje neo australiano  de origen checo, Carl Zlinter, se muestra al lector los enormes  contrastes existentes en aquel entonces entre las oportunidades y en los modos de vida  entre las gentes que vivían en una y otra parte del mundo. Diferencias derivadas no sólo por estar los países situados en extremos y hemisferios distintos del planeta, sino  porque la época descrita en la ficción corresponde al fin de la Segunda Guerra mundial, con una  Gran Bretaña en la que primaban las restricciones y penurias de todo tipo, y  éstas, además,  eran las condiciones usuales y corrientes para casi todo el mundo. Europa estaba devastada y en fase de reconstrucción, tanto física como geopolíticamente, en la que unos cuantos países de las zonas Central y Oriental habían caído bajo la órbita soviética, y muchos de sus habitantes, consecuentemente, habían abandonado su país de origen  en busca de un futuro mejor.     

Frente a este desolador panorama  estaba Australia. Un joven, extenso  y poco poblado país. ¡Un prometedor país ¡

Pero, según creo,  lo que le da valor y vigencia a esta novela es  la descripción de las circunstancias y de los sentimientos de las personajes intervinientes, tanto a uno como a otro lado del mundo. Situaciones que se dieron, se dan y se darán. Seres que se ven forzados a emprender una nueva vida en otro lugar y ambiente.(1) 

Especialmente aleccionador me pareció la historia del personaje de la anciana Ethel, la abuela de Jenning, viuda de un alto funcionario del Imperio Británico en el Sureste asiático. Su mundo, el que ella había conocido y vivido en pleno confort y abundancia, no existía ya.

Su lectura, en suma, es enriquecedora, al menos para mí lo fue.  La leí con verdadero interés.

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(1) Me llamó mucho la atención las normas migratorias imperantes entonces en Australia que, al parecer,  obligaban a los emigrantes a trabajar dos años para el gobierno antes de conceder la ciudadanía. Según he leído en Wikipedia, esta medida fue practicada cuando se potenciaba la entrada de población blanca. En la Australia del presente, según el artículo publicado por El País, en 2004, titulado “El fin del paraíso australiano”, en relación a la política migratoria practicada por aquel lejano país, está muy distante de lo explicado por Shute en su novela.

El fin del paraíso australiano | Internacional | EL PAÍS (elpais.com)

 

13 de abril de 2022: Algo tardíamente ha venido a mi mente la reflexión acerca de los movimientos migratorios que se están produciendo en el mundo. Gentes, con predominio de varones jóvenes, que marchan de sus países de origen, en busca –muchos de ellos- de mejorar sus míseras condiciones de vida, la suya y/o de los suyos, o huyendo de guerras y persecuciones de índole política. Pero, mezclados entre ellas van otros cuyos fines son bien distintos (terroristas y maleantes de todo tipo).  Fenómeno  que vemos se extiende por casi todo el planeta. En Europa, en América del Norte, Australia...

Muchos son los problemas derivados de ello, tanto para los que llegan, pero también para los propios del país. Y en mayor medida para las clases más pobres,  que se encuentran con que los limitados recursos públicos van destinados a estos nuevos colectivos; sus barrios, en el mejor de los casos, convertidos en nuevas Babeles, pero, en muchas ocasiones, en zonas donde impera la precariedad de los servicios públicos, la delincuencia, la prostitución y el tráfico de drogas. Y, como consecuencia inmediata, la desvalorización de los inmuebles. Viviendas que, por otra parte, fueron adquiridas sobre la base de grandes sacrificios y esfuerzos, durante largo período de la existencia.

En cuanto a lo laboral se topan con el envilecimiento de sus condiciones laborales por la competencia desleal, pues, por regla bastante generalizada, la contratación de estas gentes es en condiciones inferiores, y lejanas a las legales.

También en el plano educativo tiene su repercusión, si bien ello es, creo, por el nefasto sistema de educación y enseñanza de nuestro país. 

 

   

 

lunes, 28 de febrero de 2022

El honor perdido de Katharina Blum, Heinrich Böll(Ficción y realidad)

Su autor, Heinrich Böll, fue Premio Nobel de Literatura, en 1972. 

La novela es más bien una crónica policial,  inspirada en un hecho real. Fue publicada en 1974.  Una manifiesta denuncia de Böll hacia los métodos indiscriminados, carentes de toda mesura y elemental ética, empleados por la prensa en general, y muy especialmente por los periódicos y publicaciones sensacionalistas que buscan, únicamente, vender. Manipulación, sexo, escándalo, es decir, todo aquello que alimenta y anima el morbo que todos llevamos dentro. 

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29 de noviembre de 2016: La pasada semana, tras la muerte por infarto de la ex -alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tuve la oportunidad de oír unas declaraciones del ex- ministro de Exteriores, García Margallo en las que manifestaba que lo que movió a la Sra. Barberá a permanecer como senadora había sido su voluntad de defender lo único que aún le quedaba después de haber sido desposeída de todo en su larga trayectoria política, y ese remanente era "su honor".   

Sólo tuve ocasión de ver este trozo o corte informativo de la entrevista al  ex-ministro, pero suficientes para que en mi memoria se encendiera la luz del recuerdo de esta obra del escritor alemán Heinrich Böll, que aborda idéntica cuestión. Es decir, "los primitivos y a veces hasta crueles métodos con los que la prensa amarilla tergiversa impunemente los hechos, destruyendo con ello 'la salud, el honor y el buen nombre de personas inocentes', que se convierten así en meros objetos de interés público. Un libro que todo el mundo debería leer para saber hasta qué punto se han de recibir con prudencia las noticias difundidas a través de cualquier medio de comunicación"


Las palabras en cursiva y entrecomilladas corresponden a
Berta Vías Mahou, en su prólogo al libro citado.


28 de abril de 2018: El caso Cifuentes resucitó en mi memoria "El honor perdido de Katharina Blum" novela del escritor alemán Heinrich Böll, galardonado con el Nobel de Literatura en 1972. La obra, basada en un hecho real, se publicó en 1974, y tuvo inmediato éxito mundial. En ella Böll denunció las infames malas prácticas periodísticas practicadas por un periódico concreto, el Bild-Zeitung , prensa amarilla, propiedad del grupo editorial Axel Springer AG.  Particularidad que yo desconocía, porque las dos veces que leí la novela me centré sólo en el daño “gratuito” causado a la persona, a una simple y vulgar empleada del hogar.

 

En ambas ocasiones pasé por alto que el gran logro del escritor alemán e importancia de esta novela, consistió en mostrar la inmoralidad, tanto del máximo responsable, el editor, como de los periodistas(los empleados) por sin escrúpulo alguno, el  todo vale tanto a la hora de obtener datos como al escribirlos. En resumidas cuentas: ficción y difamación bajo el concepto de periodismo con la finalidad de vender.  

Hecho – repito-  desconocido por mí hasta hace pocos días  cuando llevada por la actualidad informativa, centrada entonces, casi en exclusiva, en vituperar a Cristina Cifuentes, la presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular, recordé este librito, cuya lectura recomiendo. Porque lo allí contado por Böll es universal, extensible a cualquiera de las otras sociedades modernas actuales, en las que algunos  medios de comunicación de gran difusión entre la opinión pública general, con sus informaciones- falsas o verdaderas, pero tendenciosas y manipuladas, van destinadas tanto a crear como a destruir personajes públicos. 

 

Pero lo peor- reflexiono-  es que  tan deleznable acción queda impune. Y, además, se repite y repite, sin que se levanten muchas y airadas voces reclamando ética (MORALIDAD) periodística. Opino que tanto el medio, como el "profesional" que se hubiere prestado a ello, deberían recibir SANCIÓN  PROPORCIONAL AL DAÑO CAUSADO, Y HASTA LA EXPULSIÓN DEL EJERCICIO DE LA PROFESION. Y todo ello, además, sin que haya necesidad de un procedimiento judicial NI una condena por libelo. Se deben arbitrar medios y controles eficaces para que EL PERIODISMO SEA UNA PROFESIÓN DIGNA, y los periodistas cuenten la Verdad, la Verdad pura y dura y en tiempo real, o sea, cuando ocurra.

 

 

En el caso Cifuentes, es decir, en el caso real  español, han coincidido las cuestionables  malas prácticas periodísticas tanto del  medio de izquierdas, diario.es, el que publicó lo del máster sobre la base de datos obtenidos  por un docente resabiado por métodos más que irregulares, como el periódico Okdiario.com que publicó ( lo que ya no tiene nombre) un vídeo del año 2011, de una cámara de seguridad de un supermercado.   Asunto, resumiendo, en el que el corporativismo de la clase periodística española se ha puesto de manifiesto al no haberse producido una descalificación general por publicar información obtenida por tan poco ortodoxos métodos. 



11 de agosto de 2018: El intempestivo nombramiento por parte del IE de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, pone otra vez a los dos medios antes apuntados, diario.es y okdiario.com, en la diana informativa. Aunque ahora, al parecer,  cambian los tercios, diario.es omite y Okdiario da. 


6 de junio de 2022: Y como buen ejemplo del papel del mal periodismo en España, y muy especialmente en Cataluña, detallo enlace con artículo publicado por eltriangle, en que pone de manifiesto cómo TV3 no informa de noticias capitales, tal como la comparecencia de Artadi ante el juez Aguirre en relación a la trama rusa en los hechos de octubre de 2017.

https://www.eltriangle.eu/es/2022/06/05/en-que-lugar-del-sumario-puso-el-tn-la-declaracion-de-elsa-artadi-sobre-la-trama-rusa-de-puigdemont/

"los responsables de los informativos de TV3 consideraron que la posible noticia no tenía ningún interés para su audiencia. O que era mejor que esta audiencia no supiera que Puigdemont y Artadi estaban negociando con unos misteriosos personajes el aval a la independencia de Catalunya a cambio de la ayuda militar de 10.000 soldados rusos, 500.000 millones de euros, una conversación telefónica del expresidente catalán con el presidente ruso, Vladimir Putin, y la conversión de nuestra comunidad en un paraíso fiscal para las criptomonedas."