martes, 18 de octubre de 2011

Cleopatra, por E. Ludwig (III) (El noble Bruto, un innoble traidor)

Resultado de imagen de imagen de Marco Antonio(Marlon Brando) al pie del cuerpo de Julio CésarHace ya unos cuantos años  vi, en televisión, la película "Julio César",  del cineasta Mankiewicz, basada en la obra de Shakespeare, en la que un brillante Marlon Brando encarnaba a Marco Antonio, cuya imagen  al pie de las escalinatas del senado romano, junto al cuerpo de César, mientras dirigía al pueblo romano un  largo discurso,  quedó impresa en mi memoria.  Posteriormente he sabido que dicho discurso, sacado  de la obra de Shakespeare, es todo un símbolo, paradigma, de   la manipulación  de la opinión pública en persecución de un determinado fin. En la tragedia de Shakespeare, el discurso del personaje Marco Antonio busca predisponer a la opinión pública romana contra los asesinos de César.  Y lo logró.

Mucho después, a finales de los 90, cuando leí el clásico de Shakespeare, “Julio César”,  el personaje de Bruto me conquistó. Consideré que  no era el odio a César, ni tampoco particulares ambiciones políticas,  sino  su amor a la  república, al sistema político republicano,   lo que le había obligado, más bien arrastrado,  a participar  en la emboscada  que culminaría en el cruel asesinato colectivo de Julio César, todavía dictador, pero ya inminente “emperador”. A quien veía como una  amenaza  para la República Romana.  (**) Todo ello unido a la honestidad moral del personaje, descrito con un profundo sentido del deber(obligación)   de defender sus ideales . (*) Tras la lectura del clásico de Shakespeare,  atribuí al sibilino Casio, como pérfido cerebro instigador de la conjura, toda la responsabilidad del magnicio.

Después de esta segunda lectura de la biografía de Cleopatra de Ludwig, algunas de mis impresiones anteriores sobre estos históricos personajes  han sufrido sustancial cambio. De Antonio hablaré  en próximos comentarios.(***)  

Ésta entrada  la destinaré  a los tres  jefes de la conjura, y  de los motivos reales que los impulsaron, que según Ludwig, fueron la envidia y las ansias de venganza personal, si bien estas últimas enmascaradas  de  pretensiones idealistas.  Digno de resaltar es el justo final que, a mi modesto entender,  tuvieron los conjurados , pues finalmente no sólo  fueron desenmascarados, sino que también obtuvieron el público repudio por el asesinato  de César, fueron hostigados ,   vencidos en batalla y , como digno colofón final, la autodestrucción, pues tanto Casio como Bruto terminaron suicidándose. ¡Justo itinerario para todos los como éstos!


A continuación transcribo algunos párrafos del Capítulo Segundo, XI, acerca de la conjura y los conjurados:


“(…) parece que al final había cerca de ochenta senadores conjurados(…)República y la libertad (…)Seguramente entre ellos había algunos que lo hacían por amor a la libertad, pero no los tres jefes.(…), los tres favorecidos con beneficios por César, pero los tres impregnados de envidia; lo hicieron sin dar otro motivo que la venganza idealista, ocultando las ansias de venganza personal. .. (pág. 120) 
Décimo Bruto,  (…), pudo ser el primero en obrar, excitado por el temor de ser superado  (…) César se acercaba a la corona, (...) y cerraba el paso a su ascenso, ...Casio, por su parte, envidioso y desgraciado por naturaleza, perdonado generosamente como antiguo pompeyano, no podía olvidar este acto generoso(…)Marco Bruto(…)era uno de esos hombres de honor, sombríos, que están torturando continuamente sus sentimientos, demasiados humanos, con reconvenciones éticas, a la vez que los hermosean, protegiendo toda mala acción con un buen objetivo que la justifica. Si en las provincias prestó dinero a intereses usurarios, lo hizo por la salud de la República (…) En realidad,  Bruto tenía en César al hombre que quería ser su padre. (… )pero todos estos sentimientos se ahogaban en el corazón de Bruto cuando pensaba que, al matarle, acababa con el seductor de su madre, que había sacado a su padre, Marco Bruto, de la serie de sus gloriosos antepasados(…)Fue uno de los veinte cobardes asesinos que hirieron por la espalda a un hombre que había guiado victoriosamente cientos de batallas. Con eso se hizo despreciable: no hay una medida tomadas por César en contra de la libertad que pueda justificar o disculpar el miserable acto de Bruto.”(págs. 121-123)


Y también  transcribo, seguidamente, algunas de las frases del Capítulo Segundo, XII, con la descripción del asesinato de César por los conjurados. Lo hago  porque entiendo que la lectura de los hechos nos describe también a los asesinos:


(…) Címber se acerca (…)a pedirle perdón para su hermano deportado, y cuando César manifiesta deseos de postergar ese asunto(…)se le acercan varios conjurados para apoyar aquella petición; algunos le besan con respeto el cuello y el pecho para comprobar si lleva coraza(…) Tulio le tira de la toga en tal forma que ésta cae de sus hombros y deja descubierto su pecho bajo fina túnica. Aquél era el signo convenido.(…)salta hacia él Casca(…) y pasa su espada por la garganta bajándola en seguida y hundiéndola en el pecho(…) otro le hundió el puñal por el lado que había quedado al descubierto(…)Casio le hirió en la cara y Bruto en la ingle’Contra los otros- así escribe Plutarco - , César se había defendido (…)pero cuando vio a Bruto con el puñal en la mano, tendió la toga sobre la cabeza y se entregó a la furia de sus asesinos’. Cayó con veintitrés heridas (…) César quedó completamente solo, tendido en la sala (…) (Págs. 126-127). 


En resumen, considero que bien merecido es  que el nombre del patricio romano, Bruto,  haya quedado como sinónimo de cerril, rudo, negado, bestia, animal, etc.;  y “brutal”, derivado de bruto,   de  inhumano, cruel, monstruoso, sanguinario, impío….


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(*) Actualmente me inclino más por la versión de Ludwig acerca de  Bruto y los como Bruto, es decir, la élite romana, conformada por individuos que constituían un mundillo repleto de distinciones y privilegios de clase, ajeno y bien distinto al del resto, los otros, los comunes habitantes de Roma. Situación de privilegio que temían perder; y que en ellos  poco o nada había de ideales y de aspiraciones nobles.

(**) En la obra de Shakespeare, es puesto en boca de Bruto el curioso grito de "Libertad e independencia." Al parecer, es costumbre universal y eterna de las élites parapetarse tras ideas e ideales nobles y en apariencia patrióticos, cuando, en realidad, persiguen sólo mantener y defender sus privilegios de clase, así como la concentración de bienes y riquezas.

(***) Al 28.5.2020 todavía tengo pendiente el comentario sobre la figura de Antonio  .¡Vaya!
 
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22 de abril de 2017: Como en tantas otras ocasiones, sucesos de la actualidad traen a mi memoria pasajes de mis lecturas pasadas. Así me pasó ayer cuando entre las noticias del día era destacada la firma conjunta de todos los miembros del Gobierno catalán(más de 140 altos cargos) asumiendo la responsabilidad de la celebración de la consulta. 
Foto: El presidente de la Generalitat, Carles Puigdemont junto al vicepresidente, Oriol Junqueras tras firmar el manifiesto. (EFE)


Recordé el requisito establecido por el ladino Casio, cerebro de la conjura, de que todos y cada uno de los veintitrés conjurados debería herir a Julio César. De este modo todos compartían , eran co-responsables, de su asesinato. Veintitrés puñaladas, veintitrés conjurados. Ninguno pudo luego exculparse. ¡Qué listo Casio!


25 de septiembre de 2017: En nuestra particular tragicomedia catalana,¿quiénes serán nuestros particulares Brutos y  Casios ? ¿Quién nuestro  Marco Antonio y su  oratoria manipuladora? ¿Quiénes el resto de conjurados? Pero, principalmente, ¿ quién el astuto Octavio, el verdadero y único ganador tras el crimen de Julio César?


24 de mayo de 2018:En la actualidad añado la pregunta¿ quién es el que financia?

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domingo, 16 de octubre de 2011

Cleopatra, por Emil Ludwig(Extranjeros en el trono)


De la primera lectura, año 1998, recordaba sólo lo referente a esta histórica mujer, tales como su aspecto físico, su origen griego, los hijos habidos de sus amores con Julio César y Marco Antonio, su superior inteligencia y su extraordinaria capacidad para las intrigas de estado y, desde luego, su final.  

En esta ocasión  JulioCésar, y  Roma con  sus  personajes más influyentes, las intrigas políticas, las  guerras por el poder, etc., fueron los que centraron y atrajeron mi interés. Hechos y actores correspondientes al periodo histórico  desde que Pompeyo huye a Egipto y es asesinado, año 48 A. de C.,  hasta el fin de Antonio y Cleopatra, año 30 A. de C. tras la victoria de Octavio en la batalla de Accio

La biografía es desarrollada en cinco capítulos, cuyos títulos son  : 1º Afrodita (diosa del amor/Cleopatra); 2º Zeus (el mayor de los dioses/Julio César); 3ºDionisio (dios del vino/Antonio); Ares (dios de la guerra) y 5º Tánatos(dios de la muerte no violenta). Aclaro que lo escrito dentro del paréntesis es  propio. Termina con una cronología de los hechos más señalados a partir del  100 A. de C., año probable del nacimiento de Julio César, al 14, D. de C., año en que muere el emperador Octavio Augusto.  
Siguiendo la pauta de Ludwig, en primer lugar, hablaré de Cleopatra y lo haré recogiendo algunas de sus frases  referidas a la última  reina de Egipto
(…) es egipcia solo en el nombre. Conoce la región del Nilo tan poco como sus padres la conocieron (…) Lo que ella siente y el idioma en que sueña, lo que sabe y lo que vale, sus padres, las construcciones, el ajetreo del puerto con sus cientos de razas e idiomas, todo tiene tendencia griega, y cuando camina  con su leve paso por las inmensas salas palatinas, ve los bustos de los Ptolomeos (…)(pág. 17)(…) trece años antes de su nacimiento, un Ptolomeo había donado el Egipto a Roma; pero el Senado no quiso aceptar la herencia (…) ¿No era mucho menos peligroso un débil rey que un fuerte procónsul? Y así fue como entregaron a dos hijos ilegítimos de aquel testador el Egipto y Chipre,confiados en su incapacidad(…)                                                     (…)Muchos sucesos sangrientos hay en la historia de su familia. En doscientos cincuenta años se han sucedido trece Ptolomeos, manejados o perseguidos por sus mujeres o sus hijos (…) Veneno y puñal aparecían en los destinos de sus parientes: hermanos que se arrancaban la vida unos a otros, príncipes que asesinaban a sus padres, reinas que mataban a sus maridos, los cuales eran a la vez sus hermanos: todo por el poder, todo por una vida titilante, muchas veces por no ser eliminados ellos mismos.(pág.20)(…)Nadie estaba ya entre ella y el poder, sino un delincuente agotado, a quien debía llamar padre. Fue un día de triunfo silencioso aquel en que su hermana fue decapitada (Pág. 24)”Educada entre criminales, mujer sin conciencia, ella era capaz de eliminar a cualquiera que obstruyera su camino.” (pág.219)
Cleopatra, como se deduce de estos párrafos, tenía poco, muy poco, de egipcia, tanto por su aspecto físico, pues, al parecer era de cabellos y ojos claros, como por su formación, cultura y lengua griega.  Pertenecía a la dinastía de los Ptolomeos, de origen macedonio como Alejandro Magno.
Después de esta segunda lectura de la biografía de Cleopatra, según Ludwig estoy bien lejos de sentir la simpatía que este personaje histórico me inspiró en la primera. Entonces no vi el ser egoísta, al gobernante cruel alejado de su pueblo, impávido  ante sus necesidades, dilapidador del tesoro público que  actúa guiado sólo por sus ambiciones personales, las suyas, las de los suyos   y de nadie más,  que fue, en suma,   la última reina de Egipto. 
    

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domingo, 9 de octubre de 2011

Cleopatra, por Emil Ludwig (Algo sobre el autor)


Editorial Matéu
,  año 1961, Colección “Todo para muchos”, núm.18, Sección “Historia, biografía”. Título original
KLEOPATRA, traducción de F. Ortega, portada Acosta Moro, con introducción del autor, Ludwig, en el que explicita  que “Esta biografía se distingue de todas las demás… por la falta casi completa de citas. Los documentos íntimos, las conversaciones y las memorias… faltan aquí completamente…se han perdido. Pero la vida pública de la reina se ha conservado íntegra… porque los tres romanos que intervienen en su vida pertenecen a la historia mundial.Plutarco fue una de sus fuentes principales; ‘’porque- estuvo cerca de los personajes,- señala-  porque cuando escribe, su abuelo se hace todavía contar los secretos de los asados del jefe de cocina de Antonio, en Alejandría. Por eso sus descripciones son para mí más frescas que aquella polémica entre los sabios de hoy en que uno reprocha al otro el haber leído demasiado a Suetonio y muy poco a Apiano.” Y, además, “sólo de Plutarco se pueden deducir los sentimientos”, “sólo los sentimientos son eternos, son a la vez los nuestros, y sólo a través de ellos pueden reflejarse en nosotros las figuras lejanas”. Con estas  frases entrecomilladas del autor, he querido resaltar el para mí evidente " espíritu de universalidad" que  distingue y  anima a su obra. 


Segunda lectura, la primera fue en junio de 1998. En aquel entonces yo desconocía la relevancia de Emil Ludwig, seudónimo de Emil Cohn, escritor célebre por sus biografías, entre las que destacan las de "Goethe"  y "Napoleón". Y para quien, según sus propias palabras, pretendía que los lectores encontraran en sus obras,  “una contribución a la historia del corazón humano”. 

Seguidamente, detallo algunos de los aspectos biográficos y de su obra, que más llamaron  mi atención, leídos en las páginas biografíasyvida.com ; Wikipedia.org y el interesante artículo firmado por Domingo Marchena, publicado en lavanguardia.com , titulado “Editada en España la premonitoria biografía de Emil Ludwig sobre Hitler, el Duce y Stalin”; de los que he escogido los siguientes párrafos :
“Tras el asesinato de su amigo Rathenau, abandonó la religión judía en señal de protesta, aunque en 1902 se había convertido ya oficialmente al cristianismo”(...)  
“«la documentación es apoyo y no el fundamento de una biografía», Emil Ludwig se lanzó a escribir sus libros. El interés( …) siempre se dirigió hacia los rasgos psicológicos más que a los meros datos biográficos, secos y vacíos sin un contexto adecuado.”(…) escribió informes para el periódico Berliner Tageblatt desde diversas capitales europeas. (…) le ayudó a adoptar una postura cada vez más europea y menos nacionalista.
 “Durante los años veinte, logró fama internacional por sus populares biografías que combinaban los hechos históricos y la ficción con análisis psicológicos. “Emil Ludwig entrevistó a Benito Mussolini. También entrevistó a Joseph Stalin en Moscú el 13 de diciembre de 1931.( ...) Sus escritos se consideraban particularmente peligrosos por Goebbels, que lo mencionaba en su diario
 “En 1932 adoptó la nacionalidad suiza y en 1933 se quemaron públicamente todos sus libros. Gracias a su buena situación económica ayudó a muchos escritores alemanes perseguidos y organizó protestas internacionales contra el III Reich.”
(…) transformó la biografía de una mera recopilación de datos sobre la vida de algún personaje en "una forma de arte", con lo que, en sus palabras, "se da inicio a la biografía moderna". La biografía debiera ser un retrato que exprese el carácter del sujeto y "tiene tan poco que ver con las tareas del investigador histórico como con la novela histórica, que inventa escenas entre hombres que llevan un nombre histórico".De todas ellas, quizá la más popular es su biografía de Napoleón,( …)biografiasyvidas.com
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“ Hitler es quizá después de Napoleón el personaje histórico que más biografías y ensayos ha suscitado. No hay en su pasado ni un palmo de terreno sin explorar. Resulta sorprendente encontrar entre el alud de obras sobre el peor verdugo del pueblo alemán una que destaque por su originalidad, lucidez y clarividencia. Esa obra existe y explica de forma tan concisa como brillante las causas del ascenso y caída del Führer. Se trata de Tres dictadores: Hitler, Mussolini y Stalin (Acantilado). Su autor, Emil Ludwig (1881-1948), parece tener una máquina del tiempo, pues adelanta el desastroso final del pacto Ribbentrop-Molotov, los juicios de Nuremberg o la división de Alemania en dos bloques, entre otros muchos acontecimientos. Y lo hace en la temprana fecha de septiembre de 1939, cuando la Segunda Guerra Mundial acababa de comenzar.”“En 1939, Emil Ludwig, hijo de una acomodada familia de judíos alemanes, políglota y culto, periodista e historiador, lúcido y clarividente, ya dijo que Stalin, como Hitler o Mussolini, se caracterizaba por "una voluntad de poder que no consiente ningún escrúpulo, aniquila a todo enemigo y no conoce moral alguna". Su voz tardó en oírse.”( La Vanguardia, 30.05.2011 “Editada en España la premonitoria biografía de Emil Ludwig sobre Hitler, el Duce y Stalin”.)
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En mi caso,   sólo he leído dos  de sus  obras,  “Cleopatra” y  “Napoleón”. Con ambas disfruté mucho y aún más fue lo que aprendí. 

martes, 13 de septiembre de 2011

Benito Cereno ( el hipócrita Babo, "el malo")


Como ya hablé del personaje  altruista encarnado en el capitán estadounidense Amasa Delano, y también de la pobre víctima, el capitán Cereno,   toca hablar del hipócrita Babo, el   " malo”. Tres prototipos humanos.

En esta historia de Melville, basada – insisto- en un hecho real,  el personaje del malo, malísimo, se plasma  en  un hombrecillo, de fisionomía sumisa y servicial,  consagrado  al servicio de un altivo amo. Pero todo ello es simulación. Un disfraz,  una  máscara, bajo la cual se esconde un hombre cruel, inmisericorde y vengativo, cuyo cerebro maléfico ha urdido y dirigido una perversa conjura.

Personificación perfecta del prototipo humano del ser (ente) pérfido. Diestro en el manejo de la mentira, del engaño, de la simulación y de la coacción. De efectivos resultados para con casi todos, menos con su víctima. La cual, aún superado el hecho, siempre que lo tiene delante, revive las vejaciones y maldades de las que ha sido objeto y, consecuentemente, rehúye su encuentro. Reproduzco párrafo donde se expresan estos sentimientos:

"Durante la travesía, don Benito no fue a verlo. Ni entonces ni más tarde quiso mirarlo a la cara. Delante del Tribunal, se negó a hacerlo. Instado por los jueces, sufrió un desmayo. La identidad legal de Babo, sólo pudo establecerse por el testimonio de los marineros...el español...no quería ni podía mirarlo a la cara." 

Cuando he leído este sentimiento de Cereno, de la víctima hacia su opresor, me ha venido a la memoria la imagen tantas veces repetida de los juicios a los etarras en que las víctimas, o/y sus familiares y más directos allegados, se ven obligadas a verlos de nuevo y, encima, soportar el nuevo agravio de su actitud desafiante y descarada. ¡Vaya!

Prefiero sin duda alguna el justo final del relato de Melville, en que el pérfido Babo, el malo, encuentra justa retribución a su perversidad y mal hacer.


https://librosdescargas.gratis/benito-cereno.html


sábado, 10 de septiembre de 2011

Benito Cereno ( Canto a la Providencia)

En mi anterior comentario hablé de, según mi parecer, los prototipos encarnados por Melville, en tres de los personajes de su novela.

Delano,el capitán estadounidense, representa al ser bueno y generoso, un altruista que no escatima ayudas ni esfuerzos desinteresados en socorrer al prójimo desvalido. A través de las impresiones y reflexiones personales de esta figura, el lector va imponiéndose de la rara situación y de las circunstancias adversas que asolaban a los integrantes del buque español. Otrora esplendorosa nave así descrita:

“Tratábase de un mercante español de primer rango que, entre otras valiosas mercancías, llevaba un cargamento de esclavos negros desde un puerto colonial a otro. Era un buque muy grande y de bella estampa en aquel tiempo, como los que a veces se encontraban a lo largo de aquellas costas: naves anticuadas con tesoros de Acapulco, o fragatas ya jubiladas de la armada real española, que, al igual que arruinados palacios italianos, conservaban aún vestigios de su glorioso pasado, a pesar de la decadencia de sus amos”. (págs.16 y 17)
…la principal reliquia de su glorioso pasado era el ancho óvalo de la popa en figura de escudo, con las armas de León y Castilla intrincadamente grabadas en él, y adornado en torno con medallones de tema mitológico o simbólico. En la parte superior y en el centro de aquél se veía la silueta de un negro sátiro con máscara, pisando la doblada cerviz de una contorsionada figura también enmascarada”. (pág. 18)

Benito Cereno, encarna a la ultrajada víctima,. cuya descripción física junto a los detalles íntegros de su odisea, nos representan los perniciosos efectos  de la  acción del verdugo y sus fatales consecuencias de orden físico , mental y hasta moral sobre su víctima  .

El final de la cruel aventura de los componentes del Santo Domingo, nombre de la nave capitaneada por Cereno, y dado que la historia contada y su aún más increíble desenlace no es ficción literaria, sino  realidad, con personajes también reales, con nombres y escenarios concretos, todos ellos testimoniados por las actas y la documentación del proceso criminal seguido ante los tribunales de Lima, me llevan a la convicción de que  Herman Melville,  con esta obra, quiso ofrecer un canto a la Providencia, a la Misericordia y a la Justicia de Dios, de cuya intervención el relato deja fiel constancia.

Reproduzco algunos de los párrafos que, según mi entender, así lo acreditan:

" -replicó el español, cortés incluso en cuestiones de religión-, fue Dios quien salvó milagrosamente su vida, pero la mía la salvó usted. Cuando pienso en algunas de las cosas que hizo, sus sonrisas, sus murmullos, sus gestos temerarios... a usted lo guió, a buen seguro, el Príncipe de los Cielos por entre todas las emboscadas.
-Sí, ya sé que todo es obra de la Providencia, pero aquella mañana, mi ánimo era más plácido de lo acostumbrado, y el espectáculo de tanto sufrimiento,…, unió a mi buen talante la compasión y la caridad entrelazándolas felizmente ... De lo contrario,… algunas de mis intervenciones habrían acabado de forma bastante desagradable. Además, esos sentimientos de los que le he hablado me permitieron superar mi momentánea desconfianza, en circunstancias en que una mayor agudeza me hubiera podido costar la vida sin poder salvar la de los demás. Sólo al final me ganaron las sospechas y ya sabe cuán lejos resultaron estar de la realidad.
-Bien lejos, ciertamente -dijo tristemente don Benito- estuvo conmigo todo el día, se sentó junto a mí, hablándome, mirándome, comiendo y bebiendo conmigo, y, a pesar de ello, su último gesto fue tomar por un monstruo, no sólo a un inocente, sino al más digno de compasión de todos los hombres. Hasta tal punto pueden imponerse las malignas maquinaciones y engaños. Hasta tal punto puede llegar a confundirse incluso el más bueno de los hombres al juzgar la conducta ajena si desconoce los más profundos entresijos de su situación."

miércoles, 7 de septiembre de 2011

Benito Cereno, por Herman Melville

El pasado jueves terminé de leer, por segunda vez, “Benito Cereno".Tras esta nueva lectura reflexiono que quizás la pretensión real de Melville no fuera escribir un simple relato de aventuras marinas, sino aprovechar la singularidad de este inverosímil pero verídico hecho para expresar sus reflexiones personales y morales sobre la conducta humana. Lo cual hizo a través de tres de sus principales personajes, a quienes concibió como símbolos de comportamientos comunes a todos los seres humanos, a cualquiera de sus ejemplares, sin distinción de raza, nacionalidad, lengua, cultura, o clase social. Conductas que, en ocasiones, son encomiables; mientras en otras, testimonios crueles de la vil condición de la naturaleza humana. Porque hacer el bien, lo bueno, o hacer el mal, lo malo, es el distintivo único, la marca que nos diferenciará ante el supremo juicio de Dios que a cada uno pagará según merezca.


“Benito Cereno” como ya he dicho está basada en un hecho real, “de tal suceso- explicita Juan Benet en su prólogo a la edición de Salvat Editores y Alianza Editorial, 1970, Colección Libros RTV, Biblioteca Básica Salvat, libro número 61, traducción de Nicanor Ancochea - tuvo conocimiento Melville gracias a la lectura del libro de Amasa Delano Narrative of voyages and travels in the Northern and Southerm Hemispheres, publicado en Nueva York en 1817”. Tres personajes destacan sobre el resto; alrededor de los cuales se desarrolla toda la trama argumental. Cada uno incorpora un paradigma: el individuo altruista, la víctima inocente y el cruel perverso, representados respectivamente por los capitanes de barcos, Amasa Delano, estadounidense como Melville , Benito Cereno, un hispano de Chile, cuando este país formaba parte del Imperio Español, y Babo, un esclavo negro.

En los próximos días iré comentando aquellas  cosas y detalles que más llamaron mi atención en esta segunda lectura.