domingo, 24 de agosto de 2014

De la noche... (La lucha por las ideas),(9) abril de 2007

Esta obra de Jiménez Losantos es un libro de cierto volumen. Muchas son las cosas que quiere contarnos su autor, y no tan sólo de la cadena de radio COPE, sino  también acerca de las personas, incluido el propio FJL, de "sus amigos", de "los contrincantes",  de las políticas y  estrategias, tanto de la propia cadena como las de otros medios de comunicación.  Asimismo, dedica extensísimos comentarios a explicar el  papel hasta entonces jugado por la administración pública, socialista o popular, cuyas estrategias- las de ambas - van encaminadas a dirigir y someter a la opinión pública a través de  los medios de comunicación. Papel y estrategias, en las que, sin duda, el de la llamada" izquierda" ha sido predominante, y logrado imponer su particular visión de los hechos y de las personas. Es decir, ha sabido "colocar" su mercancía, independientemente del estado de la misma. Correcta o defectuosa. Situación  en la que al grupo Prisa, el de Polanco, le corresponde, por amplios méritos , el primer lugar. 

A continuación reproduzco algunas de las frases contenidas en el libro, que creo ilustran resumidamente la finalidad de tan extensa obra: En el Capítulo III, Jiménez Losantos expone lo que consideraba esencial en el panorama político e informativo de entonces, verano 1998:


“El sentido intelectual y político de 'La Linterna’…luchar contra la aplastante hegemonía de la izquierda en el ámbito de las ideas, los valores y la creación artística. Yo creía y creo que la COPE y cualquier medio de comunicación que pretenda defender una serie de valores con los que se identifica una audiencia determinada debe luchar en el incruento panorama de las ideas todos los días del año,...'(pág.74)


'El sectarismo tradicional de la izquierda, llevado por el polanquismo en España a extremos de logia selectiva y gulag informativo, se ha visto pavorosamente favorecido en buena parte del franquismo y en toda la democracia por la absoluta sumisión cultural de los medios de derechas a la izquierda cultural. En consecuencia, los intelectuales de derechas, para sobrevivir, deben formar parte de ese protectorado despótico izquierdista... (pág.74)

'Ayer como hoy, la secta zurda que administra los carnés de progresismo y expide salvoconductos de demócrata sólo perdona la vida a cualquier intelectual o político no progre que por rencor, placer o necesidad ataque sistemáticamente a la derecha indócil reprochándole no ser todo lo 'moderada' y 'centrista' que manda la progresía. (pág.75)


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25 de agosto de 2014: De mi particular experiencia como  oyente de la radio y, en mucho menor grado, de la televisión,  pues se ciñe  a la visión de alguna película y del telediario, tengo la idea de que en España, en estos años después de la muerte de Franco, la lucha entre aquellos que controlan los medios de comunicación es feroz y encarnizada, y no precisamente por tratar de entretener y/o contar la verdad de los hechos cuando éstos se producen, sino como instrumentos eficaces de la tergiversación de los hechos y manipulación de las gentes del montón.  Porque los amos de los medios( sus propietarios, editores, directores) están al servicio de los que realmente mandan, esos entramados de poder político-económico, de incierta nacionalidad, que actúan  “en y desde la sombra”. Y que, en el caso concreto de España se pretende, conviene, polarizarlos en dos grandes grupos  representativos de valores e ideas en apariencias contrapuestos: los afines a los idearios de la llamada derecha (liberales y conservadores) y los llamados progresistas o de izquierdas. Cuando, a mi modesto entender, no hay  diferencias ni distinción válida entre ellos, salvo en lo que dicen defender o negar. Ya que los modos y posturas radicales  de  los periodistas y/o escritores al servicio de ambos grupos son parecidos; y todos, los de derechas como los de izquierdas,  actúan con la misma docilidad extrema a las consignas a ellos impuestas por  sus amos. Contados son, creo, los “trabajadores de la pluma”, que llamaba Van der Meersch,  que permanecen fieles a su oficio de contar la verdad y defender lo justo. Llegados a este punto, me remito a mi comentario al libro de Papini "La Historia de Cristo" - Los mercaderes de lapalabra o matar con la lengua y la pluma.

24 de septiembre de 2014: Aunque lo he dicho ya en muchas otras ocasiones, al revisar este comentario, me viene a la memoria el triste papel jugado por los medios de comunicación al completo, pero de modo primordial y más eficaz, por los propios de la Comunidad, (Godó, Zeta, Planeta...).  Tengo la seguridad de que si la clase periodística de la Comunidad, durante estos casi cuarenta años transcurridos desde la muerte del general Franco, hubiese actuado con profesionalidad, independencia, y, sobretodo,  en conciencia, no estaríamos cómo estamos. Aquí se ha callado y ocultado, dolosamente, muchos de los hechos y de sus actores, cuyo conocimiento por las gentes era primordial para la formación de una opinión pública crítica con el poder.