sábado, 18 de octubre de 2014

Dublineses, (1) por James Joyce



 
Han transcurridos unos cuantos días desde que terminé de leer este libro de Joyce . Hay ocasiones en que los libros, como las infusiones, debemos dejarlos reposar un poco.
El libro me gustó. Porque son historias que reflejan circunstancias y hechos cotidianos, así como personajes y situaciones sencillas, verosímiles y también universales. Llamó mi atención la reiterada aparición, en muchas de las narraciones, de varones adultos con una exacerbada inclinación por la bebida, en la que se gastan lo que tienen y lo que no tienen. Como contraste  a lo antes dicho, he visto resaltadas muchas bondades y virtudes en los personajes femeninos, descritos como encarnaciones de arraigo y defensa del entorno familiar, y ejemplos de esfuerzo personal. Las describe y representa inteligentes, discretas, sensibles y amorosas con y para los suyos. Hacendosas y  elemento principal del núcleo familiar, soportando y cuidando con múltiples atenciones, muchas veces no merecidas, a unos  egoístas e indolentes esposos, padres y hermanos.

Entre estos personajes femeninos los que más me impactaron fueron Eveline, la protagonista de la historia de igual título, María, de "Arcilla
",  la Sra. Kearney de "Una madre”, y  el trío de las dos tías y sobrina de "Los muertos", la última de las narraciones que componen este libro; y quizás la más conocida por haber sido llevada al cine por el famoso cineasta norteamericano Houston.

En esta narración, "Los muertos", a través de los numerosos personajes femeninos que aquí aparecen, capitaneados por el ya aludido trío anfitrión, Julia , Kate, y Mary-Jane, seguidas por la joven sirvienta, Lily, la señorita Ivors, una nacionalista recalcitrante, para terminar con la esposa del protagonista de la historia, conmocionada al oír una vieja melodía irlandesa,(La doncella de Aughrim), Joyce  nos da una secuencia de los prototipos de mujeres  de su Irlanda natal.

Opino, pues, que Joyce tuvo un buen concepto de las dublinesas. Sensación que subyace en la mayoría de las historias contadas en este libro. En el que abundan los personajes femeninos atractivos, y el que más - pienso - la "feíta" de María, del relato titulado "Arcilla", ya citado por mí,  a la que su jefa , en la lavandería en la que trabajaba, una protestante, le decía: " María, llevas verdaderamente la paz contigo "