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sábado, 18 de octubre de 2014

Dublineses (y fin) (Las verdades duelen), por James Joyce

Estas historias fueron escritas por un  Joyce , de poco más de veinte años, cuando vivía en París, donde residía con intención de estudiar medicina. Las escribió entre 1902 y 1903, y fue la primera de sus obras. Y a pesar de que lo intentó no vio publicados sus relatos en su "Irlanda" natal.

En el prólogo que ilustra esta edición, su autor, Eduardo Chamorro, explica que el editor de una revista irlandesa ofreció pagar a Joyce una libra por cada uno de los relatos que le entregara para su publicación, pero que, con la tercera de las historias, decidió interrumpirlas debido al rechazo entre el público irlandés por el contenido de las narraciones. Los tres relatos hasta entonces publicados eran  "Las hermanas""Después de las carreras " y "Eveline".  


He detallado el título de las tres narraciones  hasta aquel momento publicadas, porque de  las quince que componen el libro,  no son, según creo,   las más duras para con sus compatriotas masculinos. Aunque  algunos de los personajes reflejaban ya las características  apuntadas por Joyce a lo largo de toda la obra, como, por ejemplo, la prodigalidad en el  consumo de alcohol, el larvado anticlericalismo, la existencia de un nacionalismo oportunista, así como la desafortunada figura de un padre prepotente, borracho y   sin consideración alguna para con su mujer e hijos, víctimas inocentes y sobretodo oportunas para el desahogo de sus  particulares frustraciones  personales.

Leídas las quince historias que componen "Dublineses"  me ratifico en la idea de que las causas reales del  rechazo por parte de los compatriotas de Joyce, fueron  “las verdades” que contaba. Porque, tal como apunta el dicho popular  " las verdades duelen". Y muchas eran las  expresadas por este universal escritor irlandés en su obra. 

Las narraciones ”Contrapartidas", y  "Día de la patria en la oficina del partido", son, pienso, explícitos  ejemplos.

A modo de colofón, copio y pego párrafo extraído de la biografía de Joyce publicado por biografiasyvida.com:

Nacido en el seno de una familia de arraigada tradición católica, estudió en el colegio de jesuitas de Belvedere entre 1893 y 1898, año en que se matriculó en la National University de Dublín, en la que comenzó a aprender varias lenguas y a interesarse por la gramática comparada.Su formación jesuítica, que siempre reivindicó, le inculcó un espíritu riguroso y metódico que se refleja incluso en sus composiciones literarias más innovadoras y experimentales. Manifestó cierto rechazo por la búsqueda nacionalista de los orígenes de la identidad irlandesa, y su voluntad de preservar su propia experiencia lingüística, que guiaría todo su trabajo literario, le condujo a reivindicar su lengua materna, el inglés, en detrimento de una lengua gaélica que estimaba readoptada y promovida artificialmente



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Detallo mis otros comentarios  en relación a esta misma obra de juventud de Joyce   :






https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/dublineses-por-james-joyce-una-madre.html







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Dublineses, (1) por James Joyce

 
Han transcurridos unos cuantos días desde que terminé de leer este libro de Joyce . Hay ocasiones en que los libros, como las infusiones, debemos dejarlos reposar un poco.
El libro me gustó. Porque son historias que reflejan circunstancias y hechos cotidianos, así como personajes y situaciones sencillas, verosímiles y también universales. Llamó mi atención la reiterada aparición, en muchas de las narraciones, de varones adultos con una exacerbada inclinación por la bebida, en la que se gastan lo que tienen y lo que no tienen. Como contraste  a lo antes dicho, he visto resaltadas muchas bondades y virtudes en los personajes femeninos, descritos como encarnaciones de arraigo y defensa del entorno familiar, y ejemplos de esfuerzo personal. Las describe y representa inteligentes, discretas, sensibles y amorosas con y para los suyos. Hacendosas y  elemento principal del núcleo familiar, soportando y cuidando con múltiples atenciones, muchas veces no merecidas, a unos  egoístas e indolentes esposos, padres y hermanos.

Entre estos personajes femeninos los que más me impactaron fueron Eveline, la protagonista de la historia de igual título, María, de "Arcilla",  la Sra. Kearney de "Una madre”, y  el trío de las dos tías y sobrina de "Los muertos", la última de las narraciones que componen este libro; y quizás la más conocida por haber sido llevada al cine por el famoso cineasta norteamericano Houston.

En esta narración, "Los muertos", a través de los numerosos personajes femeninos que aquí aparecen, capitaneados por el ya aludido trío anfitrión, Julia , Kate, y Mary-Jane, seguidas por la joven sirvienta, Lily, la señorita Ivors, una nacionalista recalcitrante, para terminar con la esposa del protagonista de la historia, conmocionada al oír una vieja melodía irlandesa,(La doncella de Aughrim), Joyce  nos da una secuencia de los prototipos de mujeres  de su Irlanda natal.

Opino, pues, que Joyce tuvo un buen concepto de las dublinesas. Sensación que subyace en la mayoría de las historias contadas en este libro. En el que abundan los personajes femeninos atractivos, y el que más - pienso - la "feíta" de María, del relato titulado "Arcilla", ya citado por mí,  a la que su jefa , en la lavandería en la que trabajaba, una protestante, le decía: " María, llevas verdaderamente la paz contigo " 




sábado, 8 de marzo de 2008

Dublineses(Los nacionalistas)

Otras dos características de aquellas gentes descritas por Joyce en estos relatos son el patrioterismo cerril de algunos de los que se dicen nacionalistas,  y el anticlericalismo o más bien anti-papismo de sus paisanos.

La cuestión nacionalista no se aborda de modo directo, pero subyace. Alusiones, imprecisiones o comentarios vagos respecto a posturas de las gentes. No entra para nada en ideologías ni tampoco en su justificación o rechazo. La vemos encarnada en diversos personajes de sus relatos, tanto femeninos como masculinos.

En especial recuerdo la figura del padre del protagonista de "Después de las carreras," descrito como un nacionalista de ocasión, cuyas convicciones pasan a un segundo término cuando se trata de imprimir prosperidad a sus negocios.

También, en “Una madre"(*) es planteada la cuestión, aunque como telón de fondo. En esta narración son descritas, asimismo, la afición y especiales aptitudes de aquellas gentes (los irlandeses) para la música y el canto. 

En el relato "El día de la patria en la oficina del partido", es donde el tema del nacionalismo irlandés, según creo, es tratado con mayor claridad. De modo especialmente hermoso, en el verso sobre la figura del patriota irlandés

A tenor de lo poco que he podido leer sobre los datos personales y biográficos de Joyce,  entiendo que su postura personal respecto al nacionalismo irlandés debía estar en consonancia con la de  Gabriel, el protagonista del último de los relatos, "Los muertos". Y, consecuentemente, criticada o no compartida por los más celosos o radicales de los que se auto proclaman nacionalistas.

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(*) Me remito a mis comentarios seguidamente detallados:

https://silvialeyendo.blogspot.com/2008/03/dublineses-por-james-joyce-una-madre.html

https://silvialeyendo.blogspot.com/2018/11/patria-de-fernando-aramburu.html

https://silvia-leyendoperiodistas.blogspot.com/2019/04/la-patria-de-algunos-alsasuarenteria.html

Dublineses (La gracia)

Tengo serias dudas acerca de mi propia capacidad para describir con palabras el pensamiento de Joyce (preciso, lo que yo creo que Joyce quiso haber dicho) en su penúltimo relato, titulado "La gracia". Este relato fue uno de los más interesantes. Como en muchas de las otras narraciones, hay un consumidor desmedido de bebidas alcohólicas, por no decir, claramente, un borracho empedernido, cuya existencia va camino de la degradación más absoluta arrastrado por este vicio. Mientras los suyos, su familia - esposa e hijos – le asisten, sufriendo con él y hasta más que él, las consecuencias inmediatas de su envilecimiento personal. A través de los diálogos entre los personajes surgen afirmaciones sobre la Compañía de Jesús, la Iglesia Universal de Cristo, la infalibilidad del Papa, del papel de Cristo como Redentor del mundo y su conmiseración para con el pobre pecador, etc.

Este relato es, por otra parte, otro buen ejemplo del modo especial que tuvo Joyce para contar sus verdades. Las de él. Por cierto, muy singular y con desenlaces algo lejanos a lo esperado por el lector cuando inicia la lectura.