jueves, 6 de noviembre de 2014

Doble Abdicación, Javier Barraycoa(Editorial Stella Maris, 2014)

Entre los libros recientemente leídos pero pendiente de comentar está el titulado “Doble Abdicación”, de Javier Barraycoa, Editorial Stella Maris, 1ª edición, julio 2014.

Libro cuyas doscientas cincuenta y cuatro páginas están destinadas ,según creo, a mostrarnos la parte más oscura de quien ostenta la jefatura del Estado Español, o sea, de la figura del Rey . Que, como todos sabemos, hasta mediados de junio de este año 2014 era Don Juan Carlos I, y al presente, Don Felipe VI. Hay material para los dos, y de ambos son resaltados sus defectos, y poco o nada de las virtudes o aspectos más positivos de su personalidad y trayectoria vital. Bueno, insisto, así me lo ha parecido a mí. Como, también , he creído percibir, a lo largo de toda la obra, un empeño especial en retrotraernos al pasado en aquellos hechos , datos biográficos, y los aspectos del perfil humano, de ambos personajes, más desagradables y desfavorecedores de su imagen ante la opinión pública . No sé , sinceramente, a quién o a quiénes puede favorecer este desprestigio de las reales figuras en momentos tan críticos de nuestra historia reciente. Máxime si consideramos el tupido velo conque, todos los medios de comunicación españoles, históricamente, han tejido sobre los representantes de la Corona Española, institución que, como todos sabemos, una significativa mayoría de nosotros, los de dentro y también los de fuera del país, identifica con esta vieja nación española. Vieja, europea y otrora católica ESPAÑA.

Dudé en comentarlo. Mis dudas provienen de no contribuir ni por asomo con quienes , según creo, no persiguen la verdad, aunque la autenticidad de algunos de los hechos citados y la abundante fuente bibliográfica de autores conocidos puedan inducirnos a creerlo. No, lo que persiguen es emponzoñar, meter cizaña , para contribuir a aumentar , si cabe, el nivel de la confusión de la conciencia colectiva. Otro de los para mí aspecto más que sospecho es el momento escogido, julio de 2014, escasamente a un mes de la abdicación de Don Juan Carlos I. Para contar , por otra parte, cosas del pasado. Tal vez no conocidas por los comunes mortales de este país, pero sí por los periodistas y los medios para los que éstos trabajan, y que, sin embargo, de las que, hasta ahora, no han hablado. Entonces, cuando sucedían, no les interesó contarlas. Al presente, pues, - me pregunto - ¿porqué contarlas? ¿Quién lo ordena?, o, mejor dicho¿ quién paga?