miércoles, 26 de noviembre de 2014

La fuerza del engaño, de Mary Higgins Clark


Hace unos días terminé la lectura de “La fuerza del engaño”, novela de la escritora estadounidense Mary Higgins Clark, Círculo de Lectores, año 2004.Título original: “The Second Time Around “, traducción de Eduardo G. Murillo.  Me agradó  desde su inicio, a partir de la cariñosa dedicatoria del libro que la escritora hace a su amplia familia, así como el prólogo que precede a la obra a modo de agradecimiento a todos los que han contribuido a su publicación. Autora ya conocida por mí, pues había leído, y recientemente releído, una de sus más destacadas novelas, “El ojo avizor”.  Obra con la que guarda un cierto parecido  en cuanto a la aparición  de personajes y  ambientes de la  élite de  los EUA, entre  los cuales suele haber  un poderoso o poderosa  dama o caballero “don dinero” y, consecuentemente, prestigiosa  personalidad de la sociedad, en cuyas cumbres está y se mueve con desenvoltura, más bien prepotencia. Otra de las similitudes encontradas  está en su protagonista, una joven periodista a cuyas investigaciones,  guiadas por su intuición y  mucha profesionalidad, se deben la resolución del tema. Como ya dije, desde el inicio me enganchó. Tal vez porque lo que leía tenía trazos de ser verosímil y  además de actualidad; es decir, narraba situaciones posibles, tomadas – pienso- de la realidad inmediata. Lo aquí explicado por Higgins Clark es la inesperada ruina de una muy importante y conocida empresa farmacéutica que trabajaba en un prometedor proyecto de fabricación de una vacuna contra el cáncer. Ruina ocasionada, según señalan todos los indicios, por el que fuera alma mater de la compañía que se alzó con los fondos. Se describen- y aquí está para mí el gran valor de la novela - las consecuencias nefastas tanto para los accionistas minoritarios, muchos de ellos pequeños ahorradores que han invertido sus dineros en lo que entendían un negocio rentable y seguro, pues confiaban en su  promotor. Como para los empleados de la compañía, gentes, en fin, que de la noche a la mañana se quedan sin empleo, pierden sus ahorros de toda la vida, incluidas las pensiones de jubilación; y todo ello ocasionado por la avaricia sin límite de una colla de sinvergüenzas sin escrúpulos que se han aprovechado de su buen nombre y estima en el conjunto social. Varios de estos dramas personales y sus particularidades salen en la novela encarnados en los diversos personajes secundarios. Si bien la mayor carga dramática la dan los casos concernientes a los que esperaban la fabricación del medicamento salvador de alguno de sus seres amados. De estos personajes secundarios de los que se vale la escritora para tejer la trama argumental merece ser destacado Annie, una discreta mujercita muy trabajadora y sufrida esposa que carga con amorosa abnegación un marido egoísta con problemas psiquiátricos. Personaje clave.
 La novela, en fin, describe una inmensa canallada. Inmensa canallada de la que, desgraciadamente, en España, en estos últimos treinta y tantos años, hemos tenido unas cuantas,  como Gowex, el affaire más inmediato en el tiempo, pero sin olvidar las llamadas acciones preferentes colocadas a particulares, y, quede bien de manifiesto que no sólo por Bankia, el escándalo de SPANAIR, el de AFINSA, el de GESCARTERA, y tantos otros, … Asuntos todos con unas mismas características: Unos pocos, bien conceptuados empresarial y socialmente hablando, han engañado al resto, los pobres y comunes diablos, los del montón de crédulos desprotegidos, que se quedan como el famoso gallo de Morón, sin plumas y cacareando.

Abundado en la característica de  Higgins Clark de recoger situaciones reales o muy verosímiles, en la  novela, es citado el caso de  la Talidomina, aunque  lo contaba como acontecido sólo entre las mujeres embarazadas de Alemania. La imaginativa escritora estadounidense ha sido incapaz de imaginar que en España, las pobres víctimas habidas aquí, o sea, los seres que nacieron  mutilados o con sus miembros deformados porque sus madres ingirieron la Talidomina para combatir sus mareos, después de más de treinta o no sé bien cuántos años, en litigio, finalmente, la mal llamada “Justicia”, se inclinó a favor del laboratorio. ¡Qué vergüenza!


Novela de intriga, cuya temática de fondo, un enorme fraude con muchos perjudicados, junto a los prototipos humanos allí dibujados, logran que su lectura despierte el interés desde el principio hasta el final. Me gustó.

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