(*)Seguidamente, reproduzco esta antigua entrada, originalmente publicada en leyendo_periódicos, por entenderla también idónea para este blog relacionado con mis reflexiones personales sobre libros leídos y sus autores.
lunes, 21 de abril de 2008
Pinochet, el juicio, diciembre 12, 2006
Pinochet, murió “sin haber sido legalmente condenado por un tribunal humano”, alegato de los muchos detractores del ex dictador chileno.
Luego de leer esta noticia, ha venido a mi cabeza "Las tierras flacas", novela del mejicano Agustín Yáñez y de su personaje don Epifanio Trujillo, muerto de repente, durante la hora de la siesta. Sujeto que de la nada, pues arriero fue en sus comienzos, termina convertido en patriarca y amo absoluto del lugar.
De este libro, uno de los capítulos más interesantes fue el titulado "El juicio". A mí, concretamente, uno de los trozos que más me gustó fue el dedicado a los descargos que don Epifanio hacía en su defensa ante el supremo tribunal de Dios. Una larga y detallada lista porque muchos son los cargos en su contra. Pero, curiosamente, el patriarca sabe, o al menos lo intenta, justificarse delante de Dios con argumentos y razones bastantes convincentes, al menos desde un punto de vista muy humano.
Ello me lleva a la siguiente conclusión: Para nosotros, los comunes mortales, esto de juzgar a los demás es tarea harto difícil, porque la objetividad fruto del conocimiento exhaustivo de hechos y circunstancias no es moneda ordinaria en ninguna parte del mundo.
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