miércoles, 25 de octubre de 2023

La tía Tula, Miguel de Unamuno

 La tía Tula, Miguel de Unamuno. Biblioteca Básica Salvat, libro RTV 1, Salvat Editores, 1969. Prólogo de Julián Marías.

Este ejemplar cuenta también con otra obra del escritor vasco, “Cómo se hace una novela”. Comencé su lectura, pero no he sido capaz de terminarla.

Mi comentario se centrará sólo en “La tía Tula”. Inspirada en ella, hay una película del director Miguel Picazo, de 1964, con la actuación de Aurora Bautista y Carlos Estrada.

Es un drama familiar protagonizado por dos hermanas huérfanas que fueron criadas por su tío materno, un anciano sacerdote, y Ramiro, el marido de una de las hermanas. Tula es la mayor y es descrita como una fémina bastante particular, de férreo carácter, y marimandona. Se ha de hacer lo que ella quiera. Esta particularidad contrasta con la debilidad de carácter- al menos así lo he visto yo - de los que la rodean. Principalmente de Ramiro, el protagonista masculino.

En su prólogo, Julián Marías dice que, aunque escrita en 1907 y publicada en 1920, “por ella no ha pasado ni un día”, afirmación quizás válida para 1970, año en que escribió dicha introducción. Entonces el papel de la mujer en la sociedad española era todavía bastante similar al esbozado por Unamuno en la obra. Siendo su principal destino casarse, y ser madre. Con este fin era educada y preparada. Su instrucción académica era, por regla general, y salvo excepciones, elemental, y centrada en todo aquello relacionado con labores del hogar y del cuidado de niños. Actualmente, considero que no. En las sociedades de modelo occidental, la mujer tiene muchas otras perspectivas y caminos que tomar. Y, aunque desconozco el porcentaje, creo que son mayoría las féminas casadas que simultanean su trabajo por cuenta ajena o ejercicio de una profesión, con las responsabilidades de su casa y de la crianza de sus hijos. Esta incorporación masiva de la mujer al mundo laboral y profesional ha tenido y tiene, sin duda, su coste en la familia, pero ese es otro tema.

Ha sido una segunda lectura. Cuando la leí por primera vez, hace ya bastante años, me impactó la firmeza y fuerte personalidad con que Unamuno adornó al personaje de Tula, sin otras mayores consideraciones. En esta segunda lectura la caracterización de Tula me ha parecido la de un ser intransigente y con latentes frustraciones. ¡Pobre Tula!

    

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