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viernes, 4 de septiembre de 2020

“Zalacaín el Aventurero”, de Pío Baroja.

 “Zalacaín el Aventurero”.  Historias de las buenas andanzas y fortuna de Martín Zalacaín de Urbía.(*) Pío Baroja. Espasa-Calpe, decimoquinta edición, 1982. Colección Austral, nº 346.

Segunda lectura.(**)¡ Libro precioso!  La primera vez me gustó,  y la segunda me encantó.

Tal como nos sugiere el título, la novela versa sobre los periplos de Martín Zalacaín, un mozalbete vasco,  cuando la última de las Guerras Carlistas en el  último tercio del siglo XIX, durante la I República Española.

Un muy  singular sujeto este mozuelo vasco, un aldeano sin recursos que desde muy chiquito demostró la particularidad de su temperamento, en el que  llevaba inscritas en su ADN la astucia, la lealtad y el coraje, características que a lo largo de toda su vida le distinguirían. Parecidas a las de su tío abuelo, Tellagorri, un espíritu libre que no conoce ataduras, el cual le enseñará  a vivir bajo sus mismas pautas de conducta. Y quien vé en su sobrino nieto su continuación.

Martín es un contrabandista. Este es su negocio. De Francia a España y  de España a Francia, por la zona rural del PaísVasco, corriendo por los montes y caseríos a uno y otro lado del Bidasoa, junto con su cuñado, un vasco-francés. Su lengua es la vasca, pero también hablan el castellano y el francés, las otras dos lenguas usadas por aquellas gentes.

Las aventuras relatadas son aventuras de guerrillas y de guerras. Tiempos como dice la linda habanera,"El meu avi", “de perfidias y de traición” . Fue un Panchito López, que vivió como un ciclón.

El personaje me ha parecido muy hermoso, tan hermoso como los paisajes y entornos descritos en esta obra correspondientes  a las provincias vascas, a Navarra y al País Vasco Francés.

¡Una gozada de libro!

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(*)Pertenece a la tetralogía «Tierra vasca», en la que también se incluyen La casa de Aitzgorri (1900), El mayorazgo de Labraz (1903) y La leyenda de Jaun de Alzate (1922).

(**) Mi primera lectura fue en una edición de la Colección Millenium, Las 100 joyas del milenio, editada por Unidad Editorial, periódico El Mundo.

jueves, 6 de marzo de 2008

La lucha por la vida (2) (Prototipos,mundo de la (in)justicia,Roberto Hasting,...)

Cuando  Pío Baroja escribió esta trilogía de novelas, “La lucha por la vida”, pienso, quiso enfrentar al lector a la realidad de las condiciones de vida, algunas infrahumanas, que sufren muchos de nuestros congéneres. Realidad a la que de otro modo, por y para nuestra fortuna, no tendríamos conocimiento. Finalidad, pues, muy altruista. ¡Bravo Baroja!

La triilogía está compuesta por “La busca”, “Mala Hierba” y “Aurora Roja”

El mundo descrito por Pío Barajo en ellos es el 
Madrid de hace más de un siglo. Sus personajes son pillos, cínicos y canalla múltiple de ambos géneros; mezclados con gentes de corazón recto y bondadoso, honestas, emprendedoras y trabajadoras. La mayoría de ellos pertenecen  al estamento más bajo de la sociedad. Son, resumiendo, colectivos desfavorecidos, pobres y marginados, sin voz, olvidados de todos y hasta, en apariencias,según algunos, también de Dios. Tipos humanos y condiciones de vida, sin embargo y desgraciadamente,  aún vigentes, aunque puede que haya variado la localización de los escenarios y los tiempos. Por  tanto, considero que el mérito principal del novelista, Pío Baroja,  estuvo en haber querido reflejar y, consecuentemente, DENUNCIAR, las universales e ingratas circunstancias inherentes a la condición humana y su vida en sociedad.

 “La busca" es la primera de la trilogía que componen "La lucha por la vida", escrita por Pío Baroja, colección "Las mejores novelas en castellano del siglo XX", Bibliotex, 2001,( Diario El Mundo) y prólogo de Ricardo Senabre. Es una segunda lectura. La primera fue hace ya unos cuantos años. Su protagonista es Manuel, personaje  muy desorientado a la hora de escoger el adecuado camino recto en su tránsito vital

Del mismo modo que con  otros libros,  en las posteriores lecturas han surgido personajes o detalles que antes pasé por alto, como, por ejemplo,  la alusión a  los tatuajes, leído en la página 73,  que me hizo intuir cierta aversión en Baroja por esta práctica. Al presente - supongo- quedaría horrorizado ante la generalización de esta costumbre de grabarse dibujos indelebles en los más diversos lugares del cuerpo.(1) También , en las páginas siguientes, llamó mi atención cuando habla del gusto que sentía Perico - otro de los personajes secundarios de los muchos que desfilan por esta trilogía de novelas - por las paredes blancas para hacer dibujos con carbón de hombres, mujeres, animales, casas echando humo, etc. etc. Es decir, tenemos el primer registro de un hacedor de grafitis(no sé si está bien escrito).(3)

(Los malos) En estas novelas  aparece mucho bicho malo. Hay una buena galería de ellos. Desde el “primito” Vidal, la temida mala compañía que pueda tener cualquier niño o adolescente. Pasando por el Bizco, a quien el propio Baroja se encarga de ponerle pinta de diablo con el pelo rojo y aspecto y acciones brutales. Siguiendo por Mingote, Calatrava, la coronela y unos cuantos más, aunque de inferior monta que los ya citados. Todos estos personajes son lo que entendemos como “impresentables”, “sinvergüenzas”, “vividores”, “explotadores”, “amantes de lo ajeno”. Venden a quien sea, no quieren a nadie ni respetan a nadie, ni tampoco tienen valores ni creencias superiores. Aquí no incluyo a  muchos personajillos de segunda línea como las busconas y prostitutas, muy jovencitas por cierto. Ni todos aquellos que representan a tipos marginados y menesterosos, esos - ¡pobrecitos! - son otra cosa.

Hay un personaje , Jesús, incorporado a "La lucha por la vida" en la segunda de las novelas “Mala Hierba”,  difícil de clasificar, ya que bien distinto es lo que dice, con lo que hace. Particularmente, creo incluso inadecuadas las palabras nobles que 
Baroja pone en sus labios, hacia el final de la citada novela, propias   de un ser de ideas y sentimientos superiores porque abogan por intereses también nobles para los demás, cuando, antes, se nos ha contado de su comportamiento  aberrante con los suyos propios y más inmediatos. El personaje, en fin, me resultó odioso. En la tercera de las novela, "Aurora Roja", el personaje vuelve a tener su protagonismo y a demostrarnos que es un incorregible. ¡Pensar que de éstos hay un montón sueltos por esos mundos de Dios!

Roberto Hasting. Esta figura es utilizada por Baroja  para dar  muchas de sus ideas y opiniones acerca de la voluntad, el trabajo y el sacrificio cotidiano, como medios para alcanzar todo aquello que se quiere. Roberto Hasting es una especie de ave rara a cuyo vuelo en solitario asistirá el lector en los dos primeros libros, La Busca y Mala Hierba. En "Aurora Roja", el tercero,  casi desaparece, con muy ocasionales entradas en escena. Pienso que para entonces a Baroja le interesó más sustituir este tipo humano de hombre bueno por otro menos práctico y más teórico representado por Juan.

Roberto Hasting será en muchas ocasiones el "padrino", o " hada buena" de Manuel. Le dará consejos sabios y también ayuda efectiva y económica en cruciales momentos. Baroja personaliza en Roberto, al individuo íntegro y laborioso, de criterios y convicciones firmes ; que basa en la obra diaria, en el esfuerzo continuo y metódico, en el cotidiano sacrificio, la manera única y eficaz de alcanzar lo que se quiere, es decir, una gimnasia de la voluntad (La busca, p. 144; Mala hierba, p. 18).

En la trilogía de novelas, lo que Roberto persigue es el reconocimiento legal de sus derechos. El de sus hermanas y suyo a una herencia; y, lo consigue. Reproduzco algunas de las las frases más significativas para comprender lo que la  idea de la gimnasia de la voluntad encierra:

"Se necesita más voluntad para vencer los detalles que aparecen a cada instante que no para hacer un gran sacrificio o para tener un momento de abnegación. Los momentos sublimes, los actos heroicos, son más bien actos de exaltación de la inteligencia que de voluntad (...) pero ¿sería capaz de llevar a cabo una obra diaria, de pequeñas molestias y de fastidios cotidianos? Sí, me dije a mí mismo...”“Desde entonces (trabajé) con una constancia rabiosa.” (pág. 144, La busca)

Siempre hay trabajo si se quiere. Pero hay que querer(...) no deseas más que vegetar de cualquier modo; pues ni eso conseguirás si te reúnes con los que vienen aquí …, además de vago, concluirás en sinvergüenza.”

(...) cuando un hombre no puede comprender nada en serio, cuando no tiene voluntad, ni corazón, ni sentimientos altos, ni idea de justicia ni de equidad, es capaz de todo. Si estas gentes tuvieran un talento excepcional, podrían ser útiles y hacer su carrera, pero no lo tienen; en cambio, han perdido las nociones morales del burgués, los puntales que sostienen la vida del hombre vulgar(...) hay que ejecutar lo que se ha pensado, lo que se ha sentido, y para eso se necesita el trabajo diario, constante.(...) Esos quieren hacer de golpe y porrazo una obra hermosa y no hacen más que hablar y hablar.(...) tienen la ventaja de estar en la corriente, se conocen unos a otros, conocen a los periodistas, y, amigo, la prensa hoy es una fuerza bruta
 (pág. 17 y 18, Mala Hierba)  

Aurora Roja”,  es , como ya dije,  la tercera y última de las novelas de la trilogía que componen "La lucha por la vida". ¡Qué amargor! En ella aparece un nuevo y capital personaje, Juan, el hermano menor de Manuel, un ex seminarista, al presente un artista - escultor y  un convencido anarquista . Con la introducción de este personaje, las cuestiones sociales y políticas ganan protagonismo y dejan, en mi opinión, en un muy segundo plano las historias personales, el mundo doméstico y cotidiano de los tipos humanos que componen la novela.

No me gustó. Hay, para mi gusto,  demasiados textos sobre 
doctrinas anarquistas, socialistas y republicanas. Se consumen lecturas y más lecturas en las explicaciones sobre las distintas disquisiciones y tendencias anarquistas y seudo anarquistas. Así como las controversias y diferencias existentes entre ellos y sus facciones. Particularmente, me hubiese gustado un poco más de "amor", creo que más “cariñitos” entre la Salvadora y Manuel, no hubiesen sobrado. Algunos de estos pasajes y capítulos reconozco que lograron despertar mi interés no sólo por el relato de acontecimientos históricos y de detalles sobre sus protagonistas, sino por las afirmaciones y comentarios que Baroja coloca en boca de sus personajes para hablar de la actualidad política y sobre determinados personajes e instituciones públicas del momento. Como, por ejemplo, los que se pueden leer sobre lo que Baroja llama el tipo del republicano español, en la p.111:

“...odian a los aristócratas, porque no pueden ser aristócratas; se las echan de demócratas, y les molesta todo lo plebeyo; se las echan de héroes, y no han hecho ninguna heroicidad; se las echan de Catones, y el uno tiene casa de juego; el otro, una taberna... ¿Rediós! Así es muy fácil ser austero...Luego son todos absolutistas..., y toda su emancipación consiste en dejar de creer en el Papa para creer en Salmerón o en cualquier fabricante de frases por el estilo...(...) nos odian porque ya discurrimos sin necesidad de ellos" En la misma p.111 y más adelante refiriéndose al Congreso y al Senado, respectivamente, se lee:- ...habéis visto la jaula de monos del Retiro?...pues una cosa parecida...Uno toca la campana, el otro come caramelos, el otro grita...- ¿Y el Senado?...Esos son los viejos chimpancés...muy respetables.

También merecen una lectura las págs.152 y 153 en las que se habla de las diferencias entre anarquistas y socialistas, y entre los partidos obreros y burgueses para llegar a la afirmación siguiente: "La diferencia entre estos partidos y las agrupaciones de la burguesía, estaba, más que en las ideas, en los hombres" (Y yo tras la lectura de esta   sentencia,   reflexiono  ¡qué verdad más grande!

El mundo de la (in)justicia.El mundillo de los tribunales de justicia, con sus jueces, escribanos, curiales, procuradores, aguaciles, confidentes, etc. no contaba con la aprobación de Baroja. Le era antipático por su manifiesta parcialidad e ineficacia. Conclusión a la que he llegado al recordar algunos de los capítulos de “Mala Hierba” y de “Aurora Roja”. Así como las afirmaciones puestas en boca de alguno de sus personajes o directamente expresadas en el texto de la novela. Como por ejemplo, cuando incluye entre "los oficios de los indecentes" (“Mala Hierba”, p.47) a los curiales.(2) Por cierto, también están aquí incluidos los oficios de corredores de bolsa, los prestamistas, los policías y los revendedores. ¡Qué fino hilaba Pío Baroja! Pero lo que a mí me sorprende es que la ficción de Baroja, alusiva - repito una vez más - a la España y al Madrid de finales del XIX, tenga tantas, desgraciadamente, coincidencias o parecidos con la realidad de la España del presente. Veámoslo, pues:

En Mala Hierba, en su capítulos V y VI leemos como es publicada por la prensa la noticia de un delincuente común,
"el Bizco, un pájaro de cuenta, procesado por dos robos, lesiones y presunto autor de una muerte cometida" que está suelto y en busca y captura porque ha vuelto a matar ...

Posteriormente, leeremos acerca de los problemas de un juez ordinario para arbitrar la justicia tal como él la entiende y de cómo, finalmente, el testimonio inicial dado por Manuel, es cambiado y simplificado para que otros sinvergüenzas implicados en el asunto, pero influyentes y poderosos, no se vean involucrados.

Pero no acaban aquí los parecidos, en "Aurora Roja" vuelve 
Baroja a dedicar algunos otros capítulos de su ficción a la dama de la toga negra, es decir, a la Audiencia y tribunales de más alta instancia de Justicia del país. Así leemos en la p.133:

"Hay en Madrid un palacio con grandes salas y largas galerías (...); una vieja dama de gran alcurnia, que ejerce una de las funciones más importantes y severas de la sociedad. Esta vieja dama viste toga negra, cala birrete, también negro, habla gravemente, y, entre las imágenes del Cristo, administra a diestro y siniestro reprimendas y castigos. Antes en el Olimpo, era una severa matrona con los ojos vendados; ahora es una vieja arpía, con la vista de lince, el vientre abultado y el estómago sin fondo. En el Olimpo esta dama discurría y estaba rodeada de inmortales; ahora en vez de discurrir, tiene un libro con más interpretaciones que la Biblia, y en vez de personas dignas a su alrededor, está rodeada de curiales, alguaciles, escribanos, delatores,(...)HOMBRES BUENOS, ABOGADOS DE FAMA Y ABOGADOS DE POYETE...,una larga procesión de sacacuartos y escamoteadores, que empieza muy alto y acaba en el verdugo..."


  
La lucha por la vida (prototipos)  Muchos y variados son los personajes que desfilan en esta trilogía. Unos cuantos se repiten, apareciendo en los tres libros(La Busca, Mala Hierba y Aurora Roja). Los hay de todas las extracciones sociales. Diferentes tipos humanos, femeninos y masculinos y hasta de distintas etnias, (anglosajones, mestizos, judíos, filipinos...). Desde luego, buenos y malos, justos y golfos, honrados y tramposos y las más variadas clasificaciones que queramos hacer de las personas que pueden conformar un grupo social cualquiera. Hoy citaré sólo los que a mí me han parecido positivos y por ello dignos de destacar como: los Aristones, los Rebolledo, don Alonso, la baronesa de Aynant y su hija Kate, el sefardí Jacob y su familia, don Custodio, la Salvadora, Roberto Hasting. Y Karl, el alemán de la panadería. No incluyo entre éstos a Juan, hermano de Manuel, porque es de todos los personajes el que creo menos verosímil, el más ficticio de las criaturas creadas por  Baroja. Los otros citados considero que Baroja los pudo "sacar" de la realidad que le rodeaba, pues el escritor vasco vivió mucho tiempo en Madrid  donde regentaba una panadería heredada de un pariente. Cito estos detalles para resaltar el carácter  realista de “La lucha por la vida,” Trilogía de  novelas, que describe el Madrid de finales del XIX, hoy – desde luego- muy lejano. Entonces en una España inmersa en la crisis del 98, y fin de su era imperialista, perdidas ya sus últimas colonias, CubaPuerto Rico Filipinas. Los ambientes generales, allí descritos, son de miseria, precariedades múltiples, y hambre- mucha hambre. Condiciones de vida durísimas. Puede que hoy,  afortunadamente, estén superadas y quizás sean casi inconcebibles, excepto para y por esa muchedumbre de inmigrantes de todas partes del mundo que de unos años para acá llegan a España y habitan en barrios y cascos antiguos de nuestras ciudades. Algunos de ellos, en situaciones y circunstancias acaso muy parecidas a las descritas por Pío Baroja para los suburbios de Madrid de los albores del XX.
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(1) Punción epidular: Aquí hago un inciso para hablar de una cuestión leída, aunque no recuerdo dónde, acerca de las advertencias médicas a las mujeres en edad fecunda de no tatuarse las zonas lumbares, porque ello podría impedir la aplicación de la controvertida anestesia epidular . En este punto, conocidos los efectos colaterales que una punción indebida de la epidural puede traer, creo que las mujeres que hayan tatuado su zona lumbar,  tengan en esta “pinturita” un escudo salvador. Por cierto, es una cuestión de la que no se habla lo suficiente y con claridad. Toda mujer que se someta a esta práctica debería estar bien informada de todas las posibles consecuencias adversas que puedan derivarse de ella. A este respecto, pienso que la Sanidad Pública debería emprender algún programa divulgativo. Y no ceñirse, como hasta ahora, a obtener la firma de la paciente, liberando a centros médicos y facultativos intervinientes de cualquier responsabilidad.

(2) Curial, significado
adj. Relativo a la curia, y esp. a la romana.
m. Empleado subalterno de los tribunales de justicia, o que activa en ellos el despacho de los negocios ajenos.
Diccionario Enciclopédico Vox 1. © 2009 Larousse Editorial, S.L.

(3) Grafitis .La época en que esta novela está ambientada es la de las últimas décadas del XIX y Baroja ya nos anticipaba de la existencia de esos artistas del mundo suburbano y periférico de las grandes ciudades. Algunos de ellos, creo, verdaderos artistas. No incluyo ni me refiero, quede claro, al gamberro que se dedica a pintarrajear, ensuciando  las fachadas limpias de casas y edificios. Haciéndolo, al parecer, con mayor placer, en las que están recién pintadas.

La busca - El valor de la basura (La lucha por la vida) (3), octubre 2006

De los tres libros de esta trilogía de Pío Baroja , "La busca", fue el que más me agradó, seguido de la primera parte de "Mala hierba". El último," Aurora roja", sinceramente, no me gustó. Supongo que las causas de estas preferencias radican en las historias que se nos van contando de los distintos y tan variado número de personajes que desfilan por "La lucha por la vida". En La busca, quedan sin un final definido, más bien abierto. En el caso concreto del protagonista, Manuel Alcaraz, hasta esperanzador, porque el muchacho se define por estar no entre " los del placer, el vicio y la noche, sino los del trabajo, la fatiga, el sol."


En los últimos capítulos de La busca, aparece el personaje del Sr. Custodio, un trapero de los suburbios de Madrid. Un singular ciudadano que ha montado su negocio, un lucrativo negocio, sobre la basura recogida, que él y su esposa separan y clasifican -" con habilidad y rapidez para esto, pasmosa"- dice Baroja- "apartando en el mismo vertedero: los cartones, los pedazos de trapo, de cristal y de hueso". Leyendo los capítulos VI y VII, acudieron a mi mente los contenedores, de diferentes colores, que desde hace unos cuantos años para acá, adornan lugares estratégicos de nuestros pueblos y ciudades, colocados allí por los ayuntamientos respectivos. He pensado que pueden ser muchos los “Custodios” a los que los municipios les haya quitado la fuente de su sustento y negocio. Un buen negocio por otra parte, esto de la basura. En el capítulo VII, p.173, me maravilló leer cómo PB, un siglo atrás, ya apuntaba el pingüe negocio que sería la buena gestión de la basura de Madrid. He aquí algunos trozos:

“Por razón de su oficio, el trapero tenía una preocupación por el abono que se desperdiciaba en Madrid.Solía decir a Manuel: - Tú te figuras el dinero que vale toda la basura que sale de Madrid"_Pues haz la cuenta... a sesenta cts. la arroba, los millones de arrobas que saldrán al año...Extiende eso por los alrededores y haz que el agua (...) riegue esos terrenos, y verías tú huertas y más huertas.

Otra de las ideas fijas del trapero era la de regenerar los materiales usados. Creía que se debía de poder sacar la cal y la arena de los cascotes de mortero. El yeso vivo del ya viejo y apagado, y suponía que “esta regeneración daría una gran cantidad de dinero."

La lucha por la vida, (1) por Pío Baroja, octubre, 2006

“La Busca”, libro RTV nº 9, Biblioteca Básica Salvat, de Salvat Editores, 1970, prologado por Julio Caro Baroja, famoso etnólogo e historiador, persona casi tan  particular, según leí en su biografía,  como su tío materno, Pío Baroja.

Caro Baroja  en el prólogo de “La Busca” habla  de las singularidades personales de su tío y de las tres  novelas que componen la trilogía “La lucha por la vida, escritas por Pío Baroja,  quien, subraya , tuvo especial interés por testimoniar la realidad cotidiana, y fue hombre de muy poca fe en los programas políticos.

“La Busca”, la primera de las novelas, fue rechazada- según cuenta Caro -  por parte de la crítica oficial, pero entre el público alcanzó inmediato éxito. Éxito  debido a que las gentes se veían  reflejadas en los personajes de la novela. Entre los otros datos interesantes leídos en el prólogo, llamó mi atención que Picasso, fuera el autor de algunas de las ilustraciones de la revista en la que se comenzó a publicar “La Busca”. Y también que el conflicto por la herencia reclamada por Roberto Hasting, personaje de las novelas,  estaba basada en un episodio de la vida real del propio Pío Baroja.

Pío Baroja y su obra:

Tras la lectura de estas  novelas que componen "La lucha por la vida",  pienso que quizás  Pío Baroja  no fuera ni tan ateo, ni tan misógino como se le tilda, pues estos calificativos, a mi humilde entender,  se contradicen con la manifiesta preocupación del autor evidenciada por el común fondo benefactor de las tres novelas y por  la descripción de las miserables condiciones de vida de muchos de sus personajes. Situaciones abyectas e injustas que pesan sobre infinidad de seres inocentes, predestinados irremisiblemente a un futuro de degradación y corrupción humana, descritas, además, sin esperanza alguna de mejora o salida. Y también, por muchas de las afirmaciones del autor, puestas en boca de sus personajes.

Leídas, pues,  estas tres  novelas a mí me quedó claro que  Baroja se preocupó por su prójimo, en especial por los pobres de este mundo, y que haciéndolos protagonistas de sus obras, habló por ellos, y contribuyó así a proclamar y denunciar las múltiples precariedades e injusticias de toda índole, incluidas las sociales, que estos seres soportaban, soportan y , desgraciadamente, seguirán soportando. Porque de estos tipos humanos siempre habrá.

En resumen, que obras son amores y Baroja, gruñón, arisco y crítico,  amó a su prójimo desvalido, al pobre, al que sufre,... Censuró, criticó y denunció, a su modo y manera, es decir, escribiendo, las hipocresías de ricos y poderosos, de las instituciones sometidas por éstos a sus particulares intereses. Capítulos y pasajes que justifican esta opinión se hallan en los tres libros, que, seguidamente, detallo:
La busca, El Corralón (p.58); procesión de mendigos. Corte de los Milagros (p. 64); vestales de arroyo (159)
Mala Hierba, El parador de Santa Casilda (p.95-96) en la que se describe el maltrato de una niñita por sus padres; La Flora y la Aragonesa. La Justa (p. 177), La casa de Canónigos (p.201)
 Aurora Roja: El derecho. La ley... (p.82); Anarquía o Socialismo (predicciones capitalistas) (p.146); Gente sin hogar, (p. 175).

Y en cuanto a la idea de un Pío Baroja misógino y ateo, también tengo mis dudas. El diccionario define ateo como el que no cree en Dios. Sin embargo, en el personaje de Juan, hermano de Manuel, ex-seminarista, en ningún momento es rechazada de modo expreso la existencia de Dios. Por el contrario es descrito como un hombre bueno y justo, que cree en el ser humano, y ama al prójimo. De hecho su anarquismo es una especie de búsqueda del amor fraternal entre los seres humanos.

Cuando en los comienzos de "Aurora Roja" se nos cuenta su salida del seminario, se mencionan "Los Misterios de París", "El judío errante" y "Los Miserables"(*) como los tres libros "prohibidos" que le habían animado a la búsqueda de la verdad. Iniciación que había completado con otras lecturas como los libros de Marco Aurelio y los Comentarios, de César. A través de ellos - dice- "he aprendido lo que es la vida" (pág.9). Pero es en las páginas 172 y 173, cuando detalla las razones de abrazar la anarquía, .donde es más claro el ideal humanitario y profundamente  cristiano perseguido por Juan, (curiosamente nombrado como el Bautista- avanzado de Jesús, y como el Evangelista, el discípulo amado ).

Reproduzco algunas frases ilustrativas:

...el hombre es bueno y libre por naturaleza, y que nadie tiene derecho de mandar a otro...no quería una organización comunista reglamentada, que fuera enajenando la libertad a los hombres, sino la organización libre, basada en el parentesco espiritual y en el amor. (pág.172)

...las pasiones, en vez de ser constantemente reprimidas por una férula implacable, fuesen aprovechadas como fuerza de bienestar. (pág. 173)
...no veía en la cuestión social una cuestión de jornales, sino una cuestión de dignidad humana. (pág. 173)
...antes que el obrero y el trabajador, estaban la mujer y el niño, más abandonados por la sociedad... y habló con ingenuidad de los golfillos arrojados al arroyo, de los niños que van a los talleres...de las mujeres holladas, hundidas en la muerte moral de la prostitución, pisoteadas por la bota del burgués y por la alpargata del obrero
. (pág. 173)

 Y a modo de colofón, escribiré algo sobre su autor, ese vasco y español universal, gloria de la Literatura en lengua castellana, que fue Pío Baroja y Nessi, autor de una obra leída por mí, hace ya unos cuantos años, que ¡me encantó!, y dejó un magnífico recuerdo, "Zalacaín, el aventurero". Libro que, según he leído, también es componente de una trilogía de novelas "Tierra vasca". ¡Qué gozada de libro! ¡Cuánto llegó a gustarme aquel mocetón vasco que vivió como un Panchito López!, tal ciclón o relámpago, amante de la Naturaleza y libre como un pájaro. Un muy - para mí - bonito personaje, él y el viejo tío, de quién tenía más características genéticas que de sus propios progenitores.

Parece que me haya olvidado de " La lucha por la vida". No, pero el otro libro era, desde mi particular punto de vista, optimista, vital, bravío y los paisajes y entornos descritos pertenecen a las hermosas tierras vascas. Todo ello, en conjunto, de franco contraste con la temática, el protagonista, ambiente y entornos geográficos de Madrid y sus barriadas miserables y periféricas descritos en “La lucha por la vida”.
 
Volviendo a la biografía de Pío Baroja - a quien es obligado ponerle el nombre propio para distinguirle entre sus múltiples parientes, tan célebres como él , me ceñiré a resaltar , seguidamente, algunos de los rasgos que más me llamaron la atención: "Tanto por parte de padre (Serafín Baroja Zornoza), como por la de su madre (Carmen Nessi y Goñi), Pío Baroja perteneció a familias muy distinguidas y conocidas en San Sebastián, relacionadas con el periodismo y los negocios de imprenta. Su bisabuelo paterno, Rafael, fue en Oyarzun impresor del periódico La Papeleta de Oyarzun y de otros textos durante la guerra contra Napoleón. Su abuelo del mismo nombre, Pío Baroja, editó en San Sebastián el periódico El Liberal Guipuzcoano (1820-1823) durante el Trienio Liberal e imprimió la Historia de la Revolución Francesa de Thiers en doce tomos, con traducción de Sebastián de Miñano y Bedoya. Los hijos de Rafael Baroja, Ignacio Ramón y Pío, continuaron con el negocio de imprenta y un hijo de este último, Ricardo, tío del novelista, será, andando el tiempo, editor y factótum del periódico donostiarra El Urumea."

"El padre de los Baroja, Serafín, era, al par que hombre inquieto y movedizo y periodista de ideas liberales, un ingeniero de minas, lo que llevó a la familia a constantes cambios de residencia por toda la geografía nacional. Eso hizo del futuro novelista un desarraigado que conoció los más diversos rincones de España."

"En 1891 terminó la carrera de medicina en Valencia y se doctoró en 1894 en Madrid con una tesis sobre El dolor, estudio psicofísico."

"...se le apreció un carácter gruñón, arisco y descontentadizo; no simpatizó con profesor alguno y se mostró hipercrítico con todo; ninguna profesión le atraía, sólo escribir no le disgustaba. Tímido y retraído al mismo tiempo, nunca se casó. Tras defender su tesis, marchó en ese mismo año de 1894 a Cestona, en el País Vasco, con plaza de médico. Pero el oficio le asqueaba y riñó con el médico viejo, con el alcalde, con el párroco y con el sector católico del pueblo, que le acusaba de trabajar los domingos en su jardín y de no ir a misa, pues, en efecto, era ateo;..."

"Instalado en Madrid empezó a colaborar en periódicos y revistas, simpatizando con las doctrinas sociales anarquistas, pero sin militar abiertamente en ninguna. Al igual que su coterráneo Miguel de Unamuno, abominó del nacionalismo vasco, contra el que escribió su sátira Momentum catastrophicum.""En 1900 publicó su primer libro, una recopilación de cuentos titulada Vidas sombrías, la mayoría compuestos en Cestona sobre gentes de esa región y sus propias experiencias como médico. En esta obra se encuentran en germen todas las obsesiones que reflejó en su novelística posterior. "


"Tuvo especial amistad con el anarquista José Martínez Ruiz, más conocido como "Azorín", e hizo, impulsado por él, algún intento de entrar en política, presentándose de concejal en Madrid y de diputado por Fraga, pero fracasó. Al acercarse Azorín al partido de Antonio Maura, rompió su antigua amistad." "Viajó después por toda Europa (residió varias veces en París, estuvo algún tiempo en Londres, y pasó por Italia, Bélgica, Suiza, Alemania, Noruega, Holanda y Dinamarca) y acumuló una impresionante biblioteca especializada en ocultismo, brujería e historia del siglo XIX,..."

"En sus novelas reflejó una filosofía impregnada con el profundo pesimismo de Arthur Schopenhauer, pero que predicaba en alguna forma una especie de redención por la acción, en la línea de Frederick Nietzsche:..."

"Terminó por identificarse con las doctrinas liberales y por abominar del comunismo, sin abandonar en ningún momento sus ideas anticlericales, su misoginia y sus un tanto arcaicas concepciones antropológicas lombrosianas. En 1935 fue admitido en la Real Academia de la Lengua; fue acaso el único honor oficial que se le dispensó. "

"Durante la Guerra Civil fue amenazado por unos carlistas y emigró a París, donde pasó toda la contienda. Volvió al acabar la guerra y sufrió algunos problemas con la censura."

"...murió en 1956 y fue enterrado en el cementerio civil como ateo, con gran escándalo de la
España oficial, a pesar de las presiones que recibió su sobrino, el antropólogo Julio Caro Baroja, para que renunciase a la voluntad de su tío."
"...se ha publicado lo que queda de una novela inédita que la censura no permitió publicar, sobre la Guerra Civil española."

Finalizo este largo comentario,  con una frase de Pío Baroja«La novela en general es como la corriente de la historia: no tiene principio ni fin; empieza y acaba donde se quiera.»