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viernes, 7 de marzo de 2008

El licenciado Vidriera, de Miguel de Cervantes, abril, 2005

Bien puede parecer que Cervantes en esta novela cuente las andanzas de uno que perdió la cabeza. Sin embargo creo es sólo un recurso del autor usado para lanzar o proclamar una serie de duras verdades sobre determinadas actividades y oficios de su época, a los que de este modo hace severa y mordaz crítica. Sus reproches son aún aplicables en algunas profesiones. Para muestra este botón referido a la impunidad que, según Cervantes, gozan los médicos malos: "...no hay gente más dañosa a la república que ellos...todas las personas con quien de necesidad tratamos nos pueden hacer algún daño; pero quitarnos la vida sin quedar sujetos al temor del castigo, ninguno: sólo los médicos nos pueden matar y nos matan sin temor y a pie quedo, sin desenvainar otra espada que la de un récipe(receta)"(págs.30 y 31) (¡ Esto se escribió hace unos cuatrocientos años!).

El protagonista de la novela es un licenciado en Leyes por la Universidad de Salamanca(*). Entonces una de las de mayor prestigio de Europa, que va por esos mundos de Dios - principalmente Castilla La Vieja - seguido por un coro de chiquillos que le aguijonean con sus preguntas buscando la acertada y sabia respuesta que, convencidos están, les dará el loco que se cree de vidrio. ­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­­
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(*)Ahora famosa por la controvertida decisión del traslado de parte de sus archivos a Cataluña. Polémica de trasfondo político creada, pienso, para distraer la atención pública de otros temas de mayor importancia; promoviendo, de paso, absurdas rivalidades.


“La gitanilla” y “La ilustre fregona”, de Miguel de Cervantes- abril 2005

Hoy hablaré de las novelas ejemplares "La gitanilla" y "La ilustre fregona". Sus protagonistas femeninas tienen muchas cosas en común. Ambas se llaman Constanza, son rubias, bellas, jovencitas, modestas y adornadas de pudorosa honestidad, pese a vivir en ambientes no demasiado favorecedores a ello. Y además tener, ambas, orígenes nobles. Esta última circunstancia es desconocida tanto por ellas como por los que las rodean. Cuyo conocimiento se reserva para el final. Dejando al lector con la duda de si, confirmada la humilde condición social de estas jóvenes, habrían tenido la misma fácil aceptación por parte de los parientes de alto abolengo de sus fervientes enamorados. Creo que no. Entonces – mucho más que ahora - la nobleza del individuo era marcada por la cuna y dineros familiares.

En las novelas cervantinas hasta ahora leídas, me llama la atención que sus protagonistas femeninas, como la fregona “Constancica”, encarnan personajes bastante simplones. No sé si era el prototipo social de entonces o, simplemente, que fuese para este insigne autor su ideal de mujer. En este caso, como bien dice el dicho, contra gustos... En ambas obras, los que sazonan gustosamente el tema con sus andanzas son los personajes masculinos. De las dos, la que más me agradó fue "La ilustre fregona”; con alguno de cuyos pasajes me di buen hartón de reír. Aun lo hago al recordar lo del “asno, la cola y el Asturiano”.

Leyendo a Cervantes, abril 2005

Estoy acabando de leer una antología de novelas cortas de Cervantes, "El licenciado Vidriera y otras novelas ejemplares", número 20 de Libros RTV, Biblioteca Básica Salvat, año 1969, con edición y notas de Inmaculada Ferrer y prólogo de Luis Rosales. En el prólogo se explican algunas particularidades de Cervantes, (1547-1616) como, por ejemplo, que sus obras estuvieran aún inéditas en 1590; ser considerado creador de la novela corta española, el primer escritor que escogiera lo cotidiano y común como tema literario, y la elección de personajes humildes - aguadores, fregonas, empleadas de fondas, campesinos y hasta perros –como protagonistas de algunas de sus novelas ejemplares. Llamadas así no por la ejemplaridad del suceso narrado, sino por lo excepcional e insólito de lo contado. Estoy disfrutando con su lectura.