Bien puede parecer que Cervantes en esta novela cuente las andanzas de uno que perdió la cabeza. Sin embargo creo es sólo un recurso del autor usado para lanzar o proclamar una serie de duras verdades sobre determinadas actividades y oficios de su época, a los que de este modo hace severa y mordaz crítica. Sus reproches son aún aplicables en algunas profesiones. Para muestra este botón referido a la impunidad que, según Cervantes, gozan los médicos malos: "...no hay gente más dañosa a la república que ellos...todas las personas con quien de necesidad tratamos nos pueden hacer algún daño; pero quitarnos la vida sin quedar sujetos al temor del castigo, ninguno: sólo los médicos nos pueden matar y nos matan sin temor y a pie quedo, sin desenvainar otra espada que la de un récipe(receta)"(págs.30 y 31) (¡ Esto se escribió hace unos cuatrocientos años!).
El protagonista de la novela es un licenciado en Leyes por la Universidad de Salamanca(*). Entonces una de las de mayor prestigio de Europa, que va por esos mundos de Dios - principalmente Castilla La Vieja - seguido por un coro de chiquillos que le aguijonean con sus preguntas buscando la acertada y sabia respuesta que, convencidos están, les dará el loco que se cree de vidrio.
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(*)Ahora famosa por la controvertida decisión del traslado de parte de sus archivos a Cataluña. Polémica de trasfondo político creada, pienso, para distraer la atención pública de otros temas de mayor importancia; promoviendo, de paso, absurdas rivalidades.