Hoy hablaré de las novelas ejemplares "La gitanilla" y "La ilustre fregona". Sus protagonistas femeninas tienen muchas cosas en común. Ambas se llaman Constanza, son rubias, bellas, jovencitas, modestas y adornadas de pudorosa honestidad, pese a vivir en ambientes no demasiado favorecedores a ello. Y además tener, ambas, orígenes nobles. Esta última circunstancia es desconocida tanto por ellas como por los que las rodean. Cuyo conocimiento se reserva para el final. Dejando al lector con la duda de si, confirmada la humilde condición social de estas jóvenes, habrían tenido la misma fácil aceptación por parte de los parientes de alto abolengo de sus fervientes enamorados. Creo que no. Entonces – mucho más que ahora - la nobleza del individuo era marcada por la cuna y dineros familiares.
En las novelas cervantinas hasta ahora leídas, me llama la atención que sus protagonistas femeninas, como la fregona “Constancica”, encarnan personajes bastante simplones. No sé si era el prototipo social de entonces o, simplemente, que fuese para este insigne autor su ideal de mujer. En este caso, como bien dice el dicho, contra gustos... En ambas obras, los que sazonan gustosamente el tema con sus andanzas son los personajes masculinos. De las dos, la que más me agradó fue "La ilustre fregona”; con alguno de cuyos pasajes me di buen hartón de reír. Aun lo hago al recordar lo del “asno, la cola y el Asturiano”.