sábado, 8 de marzo de 2008

Cuán verde… (De las condiciones laborales)

Esta novela fue el primer éxito de Llewellyn , publicada en 1939, y la que le lanzó a la fama. Fue llevada al cine sobre guion del propio Llewellyn. Por la información que hallé en http://www.artehistoria.com/ está entre las citas recomendadas para el tema de la Gran Depresión sufrida por las economías mundiales luego del crac de la Bolsa neoyorkina a finales de octubre del 29, que marcó el inicio de la época denominada de "las vacas flacas". 

Es un libro extenso y muchos son los temas allí planteados, entre los que destacaría la cuestión laboral. Sus páginas están dedicadas al trabajo en la mina y sus concomitantes como la relación entre patrón y obrero, el envilecimiento generalizado de las condiciones laborales, el distinto proceder del dueño-trabajador de una mina pequeña al del dueño-inversor que actúa a través de administradores, (ejecutivos). Así como del papel de los sindicatos y el problema para los por ellos representados, cuando los agentes sociales, en lugar de luchar y de defender los intereses específicos y comunes del sector, se pierden en la persecución de ideologías y criterios impropios de la intrínseca cuestión  laboral y social del colectivo obrero.

Reflexiono que lo escrito por Llewellyn para el país de Gales( 
Reino Unido)del primer tercio del XX, bien puede valer para aquí, al presente, para esta Comunidad, Cataluña, de España,  de finales del XX e inicios del XXI. Muchos de los pasajes leídos en este libro me han recordado situaciones y conflictos muy parecidos a los que "in crescendo" atraviesa la clase trabajadora española y en particular la catalana. Problemas creados, según creo, por la avaricia de unos  llamados "empresarios" y sus representantes  los "ejecutivos", no todos- desde luego - hablo de aquellos que no crean ni acrecientan empresa alguna, sino, todo lo contrario, es decir, destruyen empresas y fábricas, muchas veces compradas para quitar competencia, despedir plantillas, monopolizar recursos, medios y también mercados. Llegando, en sus desafueros,   hasta el desplazamiento de la producción de unos a otros  centros fabriles, en distintos lugares del mundo a cientos y miles de kilómetros, (deslocalización). Y, para mayor injusticia y contraste, contando casi siempre con la ayuda y el consentimiento de los gobernantes, con leyes, y hasta subvenciones y ayudas, hechas a la medida(ad hoc) para los fines e intereses de estos odiosos personajes, cuya exclusiva intención está en aumentar, sin límite, sus riquezas y bienes particulares. Espero que el saco de la avaricia de estos personajes no se vea roto por parecido crac bursátil, como pasó en el XX, que nos induzca a una situación de regresión mundial de fatales consecuencias para todos.
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