Tras esta segunda
lectura, pienso que el verdadero gran protagonista de la novela quizás sea Cándido Gamboa, cuya identidad real no se atreviera el novelista a revelar, pero identificable por el avezado lector de su
tiempo a través tanto del retrato psicológico
y moral del personaje ...
Reflexiones y comentarios muy personales sugeridos por la lectura de los libros leídos.
lunes, 28 de marzo de 2016
martes, 19 de enero de 2016
Don Camilo ( Doña Josefina, la maestra y Pepón, un noble alcalde) G.Guareschi
Seguidamente comentaré mis reflexiones personales derivadas de la lectura del capítulo 35 de la que considero imperecedera obra de Giusseppe Guareschi , "El pequeño mundo de Don Camilo".
Un maravilloso libro, como lo clasifica la página web, de donde he sacado el citado capítulo, cuyo enlace detallo al pie. Pasaje en el que con suma maestría, dulzura, suave ironía y algo de humor, su autor, el escritor italiano Guareschi, plasmó unos personajes universales, con acciones también universales, circunscritas por él a un rinconcito de la bota italiana, pero reproducibles en la vida real en cualquier lugar del mundo en donde sus gentes se ven enfrentadas y diferenciadas por cuestiones ideológicas. Pero hermanadas como gemelos idénticos, en las bondades intrínsecas de sus corazones. Unos corazones nobles, en la obra encarnados e inmortalizados por los personajes de Don Camilo, (de derechas) y Peppone( de izquierdas). Porque, y esta es la principal enseñanza que Guareschi nos quiso dejar en este capítulo de su libro, el ser cabal, noble, sincero, actúa guiado por su conciencia, por los dictados de su conciencia, sobreponiendo lo que ésta le indica es justo a las argumentaciones y lógica de lo que se entiende como correcto, diplomático, o dentro de las reglas vigentes, es decir, fuera de los razonamientos lógicos y también de las oportunistas razones y conveniencias , tanto ajenas como propias, del momento y lugar. Aquí, particularmente, representado este ser cabal, en la figura de Peppone, el rústico alcalde comunista, en quien su respeto y consideración a su temida maestra, fue superior a los comedimientos y formalidades . ¡Chapeu( olé) por Pepón!
Un maravilloso libro, como lo clasifica la página web, de donde he sacado el citado capítulo, cuyo enlace detallo al pie. Pasaje en el que con suma maestría, dulzura, suave ironía y algo de humor, su autor, el escritor italiano Guareschi, plasmó unos personajes universales, con acciones también universales, circunscritas por él a un rinconcito de la bota italiana, pero reproducibles en la vida real en cualquier lugar del mundo en donde sus gentes se ven enfrentadas y diferenciadas por cuestiones ideológicas. Pero hermanadas como gemelos idénticos, en las bondades intrínsecas de sus corazones. Unos corazones nobles, en la obra encarnados e inmortalizados por los personajes de Don Camilo, (de derechas) y Peppone( de izquierdas). Porque, y esta es la principal enseñanza que Guareschi nos quiso dejar en este capítulo de su libro, el ser cabal, noble, sincero, actúa guiado por su conciencia, por los dictados de su conciencia, sobreponiendo lo que ésta le indica es justo a las argumentaciones y lógica de lo que se entiende como correcto, diplomático, o dentro de las reglas vigentes, es decir, fuera de los razonamientos lógicos y también de las oportunistas razones y conveniencias , tanto ajenas como propias, del momento y lugar. Aquí, particularmente, representado este ser cabal, en la figura de Peppone, el rústico alcalde comunista, en quien su respeto y consideración a su temida maestra, fue superior a los comedimientos y formalidades . ¡Chapeu( olé) por Pepón!
Unos cuantos querría yo para la realidad inmediata española que al igual que Pepón, fueran capaces de imponer la verdadera voluntad del pueblo. La manifestada, en realidad, en las urnas, sin artilugios ni componendas entre partidos que han quedado en posiciones secundarias. Los cuales, finalmente, en virtud de estos maridajes se autoproclaman mayoritarios y representantes legítimos de la voluntad popular. Para ejemplos, me remito a la composición final de la mayoría de ayuntamientos y alguna que otra comunidad autónoma, gobernados no por los más votados, sino por las perdedores coaligados.
Este Capítulo 35 de la inmortal obra de Guareschi, resulta inolvidable, así como sus enseñanzas, porque nos habla de bondad, de renuncia, de la vocación sincera y desinteresada de una maestra rural y del reconocimiento de su generosidad y entrega por parte de aquellos que como el noble bruto de Peppone fueron destinatarios de sus desvelos. La vieja maestra es descrita como un ser físicamente pequeñito y delicado, pero espiritualmente inmenso e irreducible como su fe en Jesucristo. Así, pues, me corrijo y deseo que existan muchas (y muchos)“ Señoras Josefinas", capaces de como ella, inculcar en sus aprendices, incluso en los aparentemente más lerdos( "asnos"), tan supremos valores de moral y humanidad, como los aquí mostrados por Peppone y sus compinches.
"Y así el día siguiente la señora Josefina marchó al cementerio en su féretro, cargado por Pepón, el Brusco, el Pardo y Bólido. Los cuatro llevaban al cuello pañuelos rojos como el fuego, pero sobre el ataúd iba la bandera de la señora maestra." ¡ Qué bonito y tierno final! ¡Cuán contenta marcharía de este mundo la viejita llevada en volandas por aquellos hombretones de ideología política tan diferente a las suyas, pero los únicos verdaderamente respetuosos con su última voluntad.¡Unos hombres cabales!
Enlazo con http://www.librosmaravillosos.com/pequenomundo/capitulo35.html Capítulo 35 "La vieja maestra"
sábado, 2 de enero de 2016
Cecilia Valdés (IV) (*) , por Cirilo Villaverde (La protagonista)
(*) He revisado y rectificado el comentario original. Ver :https://silvialeyendo.blogspot.com/p/cecilia1-finales-del-pasado-ano-2015.html
martes, 29 de diciembre de 2015
Cecilia Valdés (III) ( La Loma del Ángel)
La historia de Cecilia, trama
argumental de la novela, está tejida alrededor de esta Iglesia del Santo Ángel Custodio, en el histórico barrio de La Habana Vieja, declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco, en 1982.
sábado, 26 de diciembre de 2015
miércoles, 23 de diciembre de 2015
Navidad
"El evangelio narra que la multitud angélica cantaba: "Gloria a Dios en las alturas y paz en la tierra a los hombres que él ama". Los ángeles anuncian a los pastores que el nacimiento de Jesús "es" gloria para Dios en las alturas y "es" paz en la tierra para los hombres que él ama. Por tanto, es muy oportuna la costumbre de poner en la cueva estas palabras angélicas como explicación del misterio de la Navidad, que se realizó en el pesebre.
El término "gloria" (doxa) indica el esplendor de Dios que suscita la alabanza, llena de gratitud, de las criaturas. San Pablo diría: es "el conocimiento de la gloria de Dios que está en la faz de Cristo" (2 Co 4, 6). "Paz" (eirene) sintetiza la plenitud de los dones mesiánicos, es decir, la salvación que, como explica también el Apóstol, se identifica con Cristo mismo: "Él es nuestra paz" (Ef 2, 14).
Por último, se hace una referencia a los hombres "de buena voluntad". "Buena voluntad" (eudokia), en el lenguaje común, hace pensar en la "buena voluntad" de los hombres, pero aquí se indica, más bien, el "buen querer" de Dios a los hombres, que no tiene límites. Y ese es precisamente el mensaje de la Navidad: con el nacimiento de Jesús Dios manifestó su amor a todos.
Volvamos a la pregunta: "¿Por qué Dios se ha hecho hombre?". San Ireneo escribe. "El Verbo se ha hecho dispensador de la gloria del Padre en beneficio de los hombres... Gloria de Dios es el hombre que vive y su vida consiste en la visión de Dios" (Adv. haer. IV, 20, 5. 7). Así pues, la gloria de Dios se manifiesta en la salvación del hombre, al que —como afirma el evangelista san Juan— tanto amó Dios "que dio a su Hijo único, para que todo el que crea en él no perezca, sino que tenga vida eterna" (Jn 3, 16).
Por consiguiente, el amor es la razón última de la encarnación de Cristo. Es elocuente, al respecto, la reflexión del teólogo Hans Urs von Balthasar: Dios "no es, en primer lugar, potencia absoluta, sino amor absoluto, cuya soberanía no se manifiesta en tener para sí mismo todo lo que le pertenece, sino en abandonarlo" (Mysterium paschale I, 4). El Dios que contemplamos en el pesebre es Dios-Amor."
sábado, 12 de diciembre de 2015
Cecilia Valdés o La Loma del Ángel, de Cirilo Villaverde. (I)
A finales del pasado año 2015 leí “Cecilia Valdés o La Loma del Ángel”, famosa novela de costumbres, escrita por Cirilo Villaverde. Ha sido una segunda lectura; y en esta ocasión he tenido el privilegio de leer una singular edición publicada por Editorial Lex, Habana, 1953, con crítica y comentarios a cargo de Esteban Rodríguez Herrera, profesor de Letras, miembro de la Academia Cubana de La Lengua, correspondiente de la R.A. Española. Un grueso libro de setecientas cincuenta y seis páginas cuya lectura “devoré”
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