domingo, 12 de mayo de 2013

Leyendas y tradiciones, de Francisco de P. Capella


11 de mayo , San Ponç, día bonito para recorrer las " paradetas" de venta de plantas medicinales y  tarros de miel y mató que en el barrio de San Antonio, tradicionalmente, forman la  Feria del mismo nombre. Pues bien, como de tradiciones estoy tratando, qué mejor para aprovechar y comentar uno de los libros recientemente leídos, que, además, me gustó mucho. Libro viejo, de amarillas páginas, en cuyas escasas cuarenta y tantas hojas, su autor nos cuenta hermosas leyendas. Digo hermosas, porque en ellas hay amor, comprensión, fe en Dios y confianza en su justicia y misericordia para con la humana criatura que arrepentida a Él acude. Pero hay otro componente en estas sencillas narraciones que ha aumentado mi gozo al leerlo, y este componente es Cataluña y su Barcelona, la sin par ciudad española, “Perla del Mediterráneo”, dentro de cuyo marco se desarrollan muchos de los hechos aquí relatados y los cuales forman parte del acervo popular de la grande y vieja nación española. 

El libro en cuestión se titula “Leyendas y Tradiciones”, Francisco de P. Capella, 3ª edición, Librería Salesiana-Sarriá, Biblioteca ”Horas Serenas”, Volumen XXIII, año 1943. Este pequeño libro lo componen nueve narraciones breves, todas de alcance religioso y moralizante. La mayoría se enmarcan en Cataluña y en la Barcelona Gótica  con sus monumentales iglesias de Santa María del Pi(Pino) y Santa María del Mar, como testigos mudos y esplendorosos de aquel pasado histórico, caracterizado por los fuertes contrastes entre las duras condiciones de existencia de la mayoría de sus gentes con las de los ricos de entonces y sus amplios, sólidos y bellos palacetes; así como de la rigurosidad y crueldad de los castigos a los infractores de las normas y leyes al uso. Eso por una parte, pero luego, en todas estas historias, hay un fondo de espiritualidad,  que lleva al lector a reflexionar acerca de cuestiones trascendentales como la salvación del alma, la  vida eterna, la fe en un Orden Superior que anima a la criatura humana a su superación moral, al arrepentimiento de sus pecados y al amor: Amor a Dios y a su prójimo. 


Su contenido fue para mí una sorpresa, ya que
lo seleccioné por su portada, en la que se ve un negro barco pirata navegando sobre un tempestuoso mar. Con su lectura, sin embargo, hallé no sólo un testimonio histórico aportado por un propio, Francisco de P. Capella, sino también conocimiento sobre  Barcelona y   sus más recurrentes barrios, iglesias, calles…

De las nueve narraciones, la primera, “El barco fantasma” fue la menos interesante, tal vez porque la  consideré fruto de la imaginación popular. Sin embargo, según hace constar el autor “Barcelona posee las santas cabezas de Úrsula, Digna, Benigna, Redenta y Sefana, custodiadas en la Catedral; y las reliquias de Florina, Eleafana, Florentina y Elisenda, en Nuestra Señora de Belén, en las Magdalenas y en Santa María del Mar.” (p. 8 y 9).

En las leyendas “Una visita devuelta”, “Un reo de Muerte”, ”La cruz cubierta” e “Historia de un pañuelo Viejo”, el lector halla detalles históricos muy curiosos - no sé si este adjetivo, en algunos casos,  sea el más adecuado -  sobre Barcelona- Ciudad. Pero, también debo advertir que los detalles más escabrosos, allí mencionados sobre los usos y costumbres de las gentes de entonces, quedan dulcificados con las leyendas  surgidas a raíz de los mismos, tal como en “La cruz cubierta”, en la que se refiere cómo un alma difunta salva la vida mortal de uno que rezó por ella . 

Mientras leía estas viejas tradiciones populares, recogidas por Capella, me acordé de algunas de las escritas por  Bécquer y por Irving . Todos ellos nos han narrado tradiciones referentes a los difuntos, a las almas del purgatorio. Reflexiono si al presente habremos relegado esta trascendental cuestión a los festejos y celebraciones que a modo de anticipo de carnaval ("Halloween"), desafortunadamente, se ha convertido, para muchos de nosotros, la Víspera de Todoslos Santos,
día en el que tradicionalmente, en lugar del Día 2 de noviembre, conmemoramos a los Fieles Difuntos.(*) ¡Cuántas sanas costumbres y tradiciones estamos perdiendo!

 Y para poner fin a este largo comentario, me referiré a “Un reo de muerte”, representativa, según creo, de todo el conjunto de relatos, porque sus protagonistas, una madre y su hijo, encarnan el poder  milagroso del amor.  Como  las otras narraciones del libro, su alcance es religioso y quiere   testimoniar  el valor de la fe en Dios, en su Hijo, nuestro Señor Jesucristo y en María, “Madre de la Misericordia que se compadece de los infelices mortales” e intercede por ellos..

La trama se desarrolla en el marco de  la Barcelona antigua, en su archiconocido barrio Gótico, sector  de la Ribera,   cuando éste  era eje económico de la ciudad,  y las costumbres y condiciones de vida de sus moradores eran, sin duda, muy diferentes a las del presente. Las iglesias de  Santa María del Mar y Santa María del Pino y sus alrededores, comparten protagonismo con los personajes principales. Reproduzco algunos párrafos:

“(…)al extremo de la plaza del Borne se levantaba el ignominioso patíbulo; la gran campana de Santa María del Pino congregaba a rezar por el que iba a morir, repitiendo a intervalos el toque de agonía(…)Vióse entonces salir por la calle de Moncada una triste procesión. Entre los penitentes y los hombres de armas(…)aparecía el infeliz Severo, pálido y medio muerto por el tormento sufrido. Al llegar a la plaza del Borne pidió le permitieran orar por última vez a la Madre de Dios ante la Imagen de la puerta de Santa María(...)Entonces la imagen de la Virgen, que tenía la cabeza levantada y miraba al cielo, la volvió hacia el reo y le miró con compasión(…)el prodigio obrado por la imagen de María, cuya actitud permaneció siempre la misma y era prueba evidente de tan extraordinario suceso, acalló todas las dudas y fue pronunciado el perdón del reo(…)La milagrosa imagen de la Inmaculada Concepción de la puerta del Borne resplandecía de luces(...)Por esto(…)ningún hijo de Barcelona pasa ante esta Imagen sin que, si conserva en su corazón la fe de sus padres, se vuelva a mirar a la Virgen y le rece en su mente el Ave María.”

Curiosamente, al buscar información en la Red, sobre las iglesias citadas en esta narración, he encontrado muchos datos sobre el estilo arquitectónico de las mismas, pero nada alusivo a esta hermosa tradición acerca de la imagen de Nuestra Señora, colocada en el frontal del templo de la Basílica de Santa María del Mar.

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(*) Festividad de los Fieles Difuntos: Corto y pego párrafo leído en Wikipedia en relación a este día.
La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Muertos o Día de Difuntos, es una celebración que tiene lugar el día 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
El Día de los Difuntos [...] el día designado en la Iglesia Católica Romana para la conmemoración de los difuntos fieles. La celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado, no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa. [...]

martes, 30 de abril de 2013

Villa Esmeralda (Continuación) Opinión pública y fedatarios


Al citar y luego comentar un poco sobre  el deplorable suceso de Bangladés, olvidé exponer dos aspectos tratados en esta breve narración, para mi modesto entender de enorme contraste con la práctica real en España, especialmente en estos últimos tiempos.

En la ficción literaria, se narra cómo la eficaz intervención de un  notario que cumple su obligación de verificar las condiciones de legitimidad exigidas por ley, impide se formalice un contrato y, además, da pie al inicio de investigaciones para el esclarecimiento de la verdad. Reflexiono  si en tantas y tantas operaciones  formalizadas ante agentes y notarios (hipotecas con cláusulas abusivas, adquisición de preferentes, créditos indiciados, adquisición de valores, etc., etc.), en las que ahora se están suscitando sospechas de atropellos por parte de las entidades de crédito, podrían algunos de nuestros fedatarios públicos(agentes, corredores, notarios, registradores…) haber olvidado sus elementales funciones de verificación de identidad, asesoramiento, etc.;  funciones por las que, además, cobran un importante milletaje sobre el nominal de la operación, pagado por  el titular  de la operación y no por la entidad crediticiaY me pregunto si, en aquellos casos en que hubiere ocurrido esta omisión, ¿responderán por ello? Creo que no y además ni siquiera tendrán el merecido descrédito ante la opinión pública. 

Otra situación, también para mí de bastante contraste, abordada en la novela, es la actitud de la  multitud enardecida que a la salida del tribunal increpa al criminal condenado. Aquí, curiosamente, cuando la opinión pública  se ha vestido de masa airada,  no se ha metido con los odiosos criminales, ni con los terroristas asesinos y menos aún con los grandes estafadores. Su furor, si lo hubo, hasta el presente sólo se ha manifestado contra Isabel Pantoja y también contra los políticos del PP. (*) ¿Seremos distintos? Pienso que no, pero  sí, según parece, más fáciles de manipular que otros pueblos y, especialmente,  muy dados al olvido, como lo evidencian los casos Palau y Pretoria, que en estos días(marzo de 2017) están siendo - ¡por fin! - juzgados . 

(*) Últimamente la Infanta Cristina y su esposo han sido añadidos a la lista.
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23 de marzo de 2017: A principio de este año 2017, se supo de un fallo del Tribunal Supremo en relación a los gastos de constitución de hipoteca que según este alto tribunal de la llamada Justicia española, debían ser satisfechos en su totalidad por la entidad crediticia,  o, al menos, la mitad. Seguidamente, copio y pego, párrafo de información publicada por elpais.com, de fecha 3.1.2017.

 "El Supremo declaró en diciembre de 2015 como abusivas las cláusulas que imponen al cliente todos los gastos de formalización de hipotecas, cuando deberían asumirlos los bancos en su totalidad o, al menos, la mitad, porque son las entidades las interesadas en registrar la escritura hipotecaria. Desde entonces, la Audiencia Provincial de Zaragoza, un juzgado de Pontevedra, otro juzgado de Granollers y otro de Oviedo, al menos, han dado la razón a los clientes...En este caso son los gastos de la escritura hipotecaria, es decir, los del notario, los del Registro de la Propiedad, los de la gestoría (cuando es la propuesta por el banco) y el impuesto de Actos Jurídicos Documentados."

También copio y pego nota marginal publicada en el mismo medio acerca  de los notarios:

Los notarios: “Nuestro papel es advertir” íñigo de Barrón
Como en las cláusulas suelo, ahora que estallan escándalos con las condiciones de las hipotecas, hay muchos ojos puestos en el papel de los notarios, que deben advertir al cliente de las condiciones que firman en el contrato.Fuentes del Consejo General del Notariado, recuerdan que no es su papel cambiar cláusulas “porque eso debe hacerlo un juez”. Sin embargo, sí admiten que en el caso de unos gastos que paga el cliente sin que sea una obligación legal, deberían advertirlo, “y lo hacemos”, aunque esa no es la sensación de muchos hipotecados. También apuntan que ellos no saben si este pago es parte de un acuerdo entre el cliente y el banco y niegan estar de parte de las entidades.

5 de julio de 2021: A pesar de toda la polvareda que entonces se levantó, las cuestiones aquí planteadas en relación a las cláusulas abusivas de la Banca han quedado si no olvidadas, sí postergadas, muy postergadas. 

Y en cuanto a la cuestión de la manipulación de la opinión pública sólo me queda recordar los  horrendos disturbios provocados en Barcelona en octubre de 2019, cuando se supo la sentencia del Tribunal Supremo contra los condenados por "el procés"( los políticos catalanes sediciosos) y en febrero  2021 cuando bajo el lema de "Llibertat de expressió" de nuevo ardió Barcelona cuando se ejecutó la sentencia de encarcelamiento de "un cantante" que se hace llamar Hacél , y los establecimientos y comercios fueron  otra vez saqueados.

Una opinión pública que por contraste ha permanecido quieta- parada- ante la pésima gestión del COVID-19, y sus estragos, principalmente entre los más mayores y en las residencias y geriátricos en los que vivían. A lo cual hay que sumar la implantación de decretos y leyes como la llamada ley Celaá y la de de eutanasia  y como guinda del pastel, el indulto a los políticos catalanes


En resumen, me pregunto - una vez más- qué y quiénes están detrás moviendo los hilos.

Villa Esmeralda, de L.M. ( editado por Librería Salesiana_Sarriá)

Según se indica en la página primera del libro, editado por Librería Salesiana, Biblioteca Horas Serenas, Vol.VI, 5ª edición, año 1943, es una “narración histórica de L.M.”. Para mi sorpresa, sus personajes y la trama allí desarrollada son, según creo, de actualidad; ya que la novelita nos cuenta de un banquero y su elitista entorno social formado por políticos, jueces, notarios, periodistas y personas influyentes, algunas con fortuna de origen tan  poco escrupuloso como la del propio protagonista, un agresivo cambista que había montado, en el París de finales del XIX, principios del XX,  un banco. Me encantó cómo se describe el negocio financiero, párrafos que seguidamente reproduzco:

“El Banco Internacional es en efecto, uno de esos establecimientos financieros fundados por hombres hábiles, pero sin escrúpulos, de los cuales ha tiempo que está plagado París.
Dicho Banco, fundado hacía apenas cuatro años por Villeroy, aumentaba su importancia de día en día, gracias al incontrastable apoyo de alguna personalidad del gran mundo parisién y a la culpable complicidad de magistrados(*) sin conciencia, los cuales, con tal de cobrarse una prima, descubrían al director el medio de faltar en las barbas de la ley, salvándole sagazmente de las indiscreciones políticas. (…) especulaciones y la compra de valores con prima formaba la mayor parte de las operaciones del Banco Internacional. Era el mejor y más sencillo anzuelo para los incorregibles vividores, a quienes no acaba de desengañar el espectáculo diario de estafas sin fin y quiebras fraudulentas…Lo abarca todo, hasta una agencia de contrabando(…)Con las crecidas sumas que había ingresado en sus arcas, Villeroy pagaba a sus clientes los intereses estipulados, hasta que el mejor día se viera obligado a huir con la caja, después de haber colocado cuantiosas cantidades en el extranjero(…)Y así acumulaba la fortuna con que podría más tarde vivir a lo príncipe(honestamente a los ojos del mundo) en el país hospitalario adonde fuese a terminar sus días.(pág. 25)Vivía feliz, con ese descuido audaz que da la riqueza, sin que el pensamiento de las ruinas que sembraba a su alrededor para amasar su fortuna, viniera a perturbar la tranquilidad de su negro espíritu(pág.27)

 En estos párrafos, según creo, están descritos algunos de los más tristes como universales y eternos modos de los “dondinero” salidos de la nada, muchos de los cuales son  míseros ejemplares de la condición humana, personajes sin alma, inmisericordes con las desgracias ajenas y su codicia es ilimitada. La frase subrayada me hizo recordar a los propietarios de las multinacionales que se abastecen en las fábricas de países como Bangladés, cuyos obreros trabajan por un miserable salario en condiciones infrahumanas e ilimitados horarios. Situación irrefutable exteriorizada a la opinión pública mundial tras el nuevo y reciente derrumbamiento de un edificio de ocho plantas en Savar, población a veinte kilómetros de la capital Dacca de aquel país asiático, en el que había varias fábricas de confección textil, suministradoras, al parecer,  de las mundialmente conocidas Mango(española)(**), Benetton(italiana), Primark(irlandesa) y la estadounidense Walmart, entre otras.  
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(*)Relaciono algunos de los muchos sinónimos del sustantivo magistrados: gobernadores (gobernantes, soberanos…); jueces,(árbitros, censores); corregidores( alcaldes, concejales, ministros, asesores…).
(**)Según las últimas noticias leídas, ya no se cita a Mango, sino a una ignota empresa importadora de Reus, de limitada responsabilidad. ¡Vaya! Y se añade El Corte Inglés entre las empresas españolas que se proveían en las fábricas siniestradas

domingo, 21 de abril de 2013

Más largo es el tiempo que la fortuna, de Fernán Caballero; y Leyenda de mi convento(Fr.Samuel Eiján)


Más largo es el tiempo que la fortuna, título de un librillo de amarillas páginas editado por Librería Salesiana, quinta edición, Biblioteca “Horas Serenas”, Vol. XV., 1942 que engloba dos narraciones breves. La primera, que da título al libro,  es una “novelita” de Fernán Caballero,  y la otra narración “Leyenda de mi convento” de Fr. Samuel Eiján, O.F.M.  He disfrutado con ambas lecturas, principalmente por su común espíritu de religiosidad, fe cristiana y edificación de las almas. 

Es la primera obra que leo de Cecilia Böhl de Faber , conocida por Fernán Caballero; escritora española del siglo XIX,(*) cuya novela más famosa es, según leí,  “La Gaviota”.  En cuanto a la novelita por mí leída es una historia simple, con pocos personajes , que nos describe dos universales y eternas cuestiones: la del individuo sin prejuicios que, de origen y maneras, ambos oscuros, ha alcanzado una posición elevada, y  no escatima medios no sólo para mantenerla, sino ir acrecentándola. Prototipo encarnado en la ficción de Fernán Caballero por  Juan Luis Navajas, protagonista  del relato.

La otra para mí universal y eterna cuestión aquí abordada  es la tan repetida arbitrariedad y parcialidad  de los fallos y sentencias de la humana justicia, cuando los  por ellos  juzgados  son gentes del pueblo llano, sin conocimiento ni medios humanos ni económicos que les permitan defender su causa y demostrar  su inocencia ante un tribunal. Mientras, del mismo modo que en tantas ocasiones sucede en la vida real, el malo, el que ha hecho lo malo o infringido la ley, como es un  personaje rico y socialmente influyente,  sorteará, indemne e impune, la humana justicia. Menos mal, para nuestra tranquilidad, que, al igual que en la ficción de Fernán Caballero,  de la que no escapará es de la infalible Justicia Divina, que retribuye a cada uno según su hacer. Aunque, a veces, según nuestro humano parecer, tarde un poco.

Otro aspecto muy real tratado en la obra, y  encarnado por el personaje del tío Bernardo, es la de la persona   justa y noble, incapaz de permanecer impasible ante una injusticia por ella conocida que se afana en hallar y demostrar la verdad oculta.

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En cuanto a la otra narración, es una leyenda que corre en relación a San Francisco de Asís, el santo italiano cuyo nombre ha tomado el nuevo vicario de Cristo en la Tierra, cuando estuvo en España en peregrinación a Compostela, en el año 1214, “en homenaje de gratitud al glorioso Apóstol de las Españas”. El coprotagonista es un pobre carbonero, Cotolay. Entre ambos, el uno siguiendo los mandatos divinos y el carbonero los del santo peregrino, elevarán  un convento en Val de Dios ( el convento franciscano de Val de Deus, en Santiago).
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(*) Fernán Caballero (Tomado de biografíasyvidas.com)
"(Seudónimo de Cecilia Böhl de Faber; Morge, España, 1796 - Sevilla, 1877) Escritora española que cultivó un pintoresquismo de carácter costumbrista y cuya obra se distingue por la defensa de las virtudes tradicionales, la monarquía y el catolicismo. Descendiente del hispanista Juan Nicolás Böhl de Faber, su vida se desarrolló siempre entre ambientes y círculos aristocráticos. Se casó tres veces, y durante su segundo matrimonio fijó su residencia en Dos Hermanas (Sevilla), de cuya tradición oral tomó cuentos y anécdotas populares. El éxito de La gaviota (1849) y de otros textos posteriores le abrió las puertas a las colaboraciones periodísticas y alivió hasta cierto punto las penurias que hubo de padecer tras el suicidio de su tercer marido."

domingo, 24 de marzo de 2013

"Señor Natural" , ( y 5)de Lázló Passuth (Enseñanzas)



Para terminar resumiré las múltiples enseñanzas que considero se recogen en este libro y cuya lectura nos puede aportar :

Primera: Conocimiento de parte importante de la historia europea del siglo xvi, puesto que los hechos y personajes narrados por Lázló Passuth en su novela no los inventó, lo que escribió fue su  visión de ellos,   fruto, por otra parte, de múltiples lecturas y concienciada labor  sobre el tema. 

Segunda: De cómo, en todos los tiempos y lugares,  las elevadas  miras o las bajas pasiones y egoísmos de los personajes influyentes del grupo, es decir, de la élite, conducen al resto del colectivo, bien a su gloria, bien a su ruina. Ruina- aclaro-  no sólo en términos económicos,  sino  especialmente en el orden espiritual y moral.

Tercera: La acción devastadora de la avaricia (codicia) humana.

Cuarta: De la forma de gobernar de Felipe II, descrita por Passuth como prudente y responsable  pero también alejada del pueblo,   se pueden sacar  las siguientes enseñanzas:
a) El gobernante no debe establecer barreras con sus gobernados, sino acortarlas para  oírlo y poder responder con diligencia a sus justas reivindicaciones; como tampoco debe olvidar que los que gobiernan, nunca, ninguno, está por encima ni del bien ni del mal, y que, consiguientemente, de sus acciones, buenas o malas,  e independientemente de su finalidad,  siempre  habrá de rendir cuentas. Y en el hipotético caso de eludir la justicia humana no escapará  del infalible tribunal de Dios que retribuye a cada uno según su hacer.

b) Una sobredimensionada burocracia  sólo obstaculiza y encarece la gestión administrativa del Estado.

c) La necesidad de respuestas rápidas y contundentes. Felipe II, según se explicita en la novela, fue un ser muy desconfiado  que, en su afán de saber y controlar todo, estableció un  sistema de espionaje equivalente  al actual  CNI(Centro Nacional de Inteligencia), menospreciando, sin duda,  al factor humano, elemento crucial e incontrolable.  En su particular caso encarnado por el binomio Antonio Pérez-Ana de Mendoza. No obstante, cuesta entender(al menos a mí) cómo  no se percató ni del aumento de fortuna de su secretario, no acorde a  sus ingresos oficiales, y por tanto, un indicio claro de la existencia de otros" negocios ". Ni de los tejes manejes  entre Pérez y Éboli. Luego, ¿por qué los consintió y no actuó en su momento para cortarlos? Aquí, pues, la enseñanza radica en el  alto precio pagado por su inacción primera, o dicho de otro modo, de sus errores o " pecados" del principio no corregidos.
d) Pero, al igual que Felipe II, aunque tarde, el gobernante  debe actuar con firmeza en perseguir y sin indulgencias dar castigo ejemplar a los traidores.  
Quinta: Del sempiterno uso de la mentira, la difamación y la tergiversación o manipulación de la realidad por parte de algunos para convencer a la opinión pública. En este caso tan eficazmente empleadas por el gran felón, Antonio Pérez, quien al  mismo tiempo intrigaba y vendía secretos de estado. Este nefasto personaje fue el  inspirador de la “leyenda negra”, cuando huido de España, habiendo dejado abandonados en el deshonor y en la miseria más absoluta a su mujer e hijos, además de utilizarlos para su fuga,   en su afán de perder al Rey Felipe, se dedicó a seguir con su odiosa labor de siembra de insidias y  ventilando información estratégica sobre el país a través de sus obras “Relaciones” y “Cartas.(**)

Sexta: Hay cosas que en este país  llamado España no han cambiado, o poca ha sido su variación: 
Se cuenta de cómo las riquezas que venían de América fueron principalmente a parar a los bolsillos de banqueros foráneos debido al elevado endeudamiento que pesaba sobre el país.  La inflación de precios.
Las vacías arcas del estado que impedían atender o retrasaban sus pagos, incluidos los sueldos de soldados y funcionarios, mientras, para mayor agravio comparativo, se construía el monumental monasterio de San Lorenzo del Escorial ). 
La voracidad recaudatoria del Estado e incremento de tasas e impuestos para sufragar los nuevos gastos de proyectos militares. La enorme maquinaria de la administración pública. La tardanza de la administración de justicia, así como de los problemas derivados por los ámbitos de jurisdicción o competencia, de la que el proceso de Antonio Pérez es buen ejemplo. Pero, especialmente, de cómo entonces, y también hoy, el nacionalismo cerril es exacerbado por algunos en su exclusivo beneficio propio, y es el pueblo llano quien finalmente sufre las consecuencias de los desaguisados de los enfrentamientos personales de los poderosos. (*) 
Séptima: De cómo ayer y también hoy, son unos pocos, muy pocos, y siempre los mismos, a través de los lazos familiares, políticos y económicos, los que se reparten las riquezas de un país.

En resumen, ¡qué no aprendemos!

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(*)No sé cómo pude olvidar otra de las cosas que no han variado de la España de Felipe II ni de la España post franquista, porque cada vez me parece menos adecuada la palabra democrática para citar la época actual. Esta circunstancia es la existencia de dos grandes partidos (Alba-Éboli/PP-PSOE) fluctuando alrededor del Poder, por cuyo control se enfrentan mientras sus miembros, los de uno y otro partido, son beneficiarios de honores, cargos espléndidamente retribuidos , así como de privilegios y prebendas múltiples. A pesar de todo lo cual, para algunos de ellos, los más avariciosos, no lo han considerado suficiente y han procedido al sistemático sangrado de las arcas públicas mediante las prácticas más corruptas y deleznables - sobornos, cohechos, adjudicaciones y subvenciones públicas arbitrarias a parientes y amigos, nepotismo, enriquecimientos ilícitos, etc. Y para mayor parecido, también aquella España contó con una facción nacionalista, allí representada por Aragón y sus Fueros, sublevados contra el Rey.

(**) Llegado a esta cuestión de la tergiversación, manipulación, mentiras, etc., particularmente me ha llamado siempre la atención, cómo los errores y desmanes de España en el Nuevo Mundo, que los hubo y muchos,  son empleados para desacreditar y escarnecer la ingente labor allí llevada a cabo. Innegable labor de incorporación de su cultura, 
lengua, fe Cristiana y su particular concepción del mundo, que consecuentemente dio lugar a la creación del mundo hispánico que se evidencia por los estrechos lazos de identidad común que nos unen a todas las gentes hispanas.(***) Mientras, para mayor contraste, no se habla para nada de los desmanes, muchos desmanes que otros pueblos europeos han realizado a lo largo y ancho de este mundo en un afán único de obtención y explotación de recursos económicos, de cuya  nefasta acción y resultados  tenemos el ejemplo más cruel en el continente africano; pero también en Oriente Medio, en el subcontinente asiático indio, en el sudeste asiático... Países en su mayoría inmersos en cruentas guerras  civiles o tribales luego de la marcha del colonizador europeo y con el único vestigio de su paso de las compañías y de los intereses económicos allí creados, de los que usualmente siguen siendo dueños.

(***)Tal vez muestra más inmediata de la persistencia de esos lazos comunes de identidad lo ofrece la acogida mostrada por las naciones hispano americanas, incluidas las gobernadas por  díscolos  dirigentes,  a la designación sobre uno de los nuestros, del nuevo sucesor de Pedro, el Papa Francisco, quien, además, es jesuita, miembro de la orden fundada por San Ignacio de Loyola y su lengua es la universal lengua española, la que aquí, en España, denominamos “castellana”, porque hay otras lenguas, también españolas, como la gallega, la catalana y la vasca.

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16 de junio de 2013: He hecho algunas correcciones en el texto anterior que creo facilitan la comprensión de lo que he querido decir.




sábado, 16 de marzo de 2013

Señor Natural(4) "La extraña pareja"(Ana de Mendoza/Antonio Pérez)



Pienso que el título escogido para este comentario resume la idea que saqué de las relaciones  entre Antonio Pérez, el secretario de Felipe II y la esposa de Ruy Gómez, Ana de Mendoza, Princesa de Éboli. Hablaré de lo que creo unió a estos dos seres de  tan diferente extracción social. Juicio sacado tras la lectura de la novela de Lázló Passuth, pero principalmente  de la voluminosa y documentada obraAntonio Pérez. El hombre, el drama, la época” de Gregorio Marañón, leída también en el 2008 posteriormente a “Señor Natural”.

Estos dos personajes tuvieron como denominador común la avaricia, la codicia , en su más amplio espectro, de la que los dos hicieron gala a todo lo largo de sus vidas, sin que, además, mostrasen arrepentimiento alguno. Ni Antonio, ni Ana, nunca, pensaron en los demás, llámense éstos hijos, consortes, patria, rey,…, sólo les importaba su propia persona y sus particulares ambiciones de poder, fortuna y satisfacción de apetitos desenfrenados. Fueron dos famosos derrochadores y adoraron al dios dinero, al cual en fiel sumisión se entregaron incondicionalmente.  
A continuación detallo  la definición de avaricia,  copiada de Wikipedia:
“La avaricia es una inclinación o deseo desordenado de placeres o de posesiones. La codicia, por su parte, es el afán excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas.La codicia (o a veces la avaricia) se considera un pecado capital, y como tal, en cualquier sociedad y época, ha sido demostrada como un vicio. En efecto, al tratarse de un deseo que sobrepasa los límites de lo ordinario o lícito, se califica con este sustantivo actitudes peyorativas en lo referente a las riquezas.La codicia es un término que describe muchos otros ejemplos de pecados. Estos incluyen deslealtad, traición deliberada, especialmente para el beneficio personal, como en el caso de dejarse sobornar. Búsqueda y acumulación de objetos, estafa, robo …, los engaños o la manipulación de la autoridad son todas acciones que pueden ser inspirados por la avaricia. Tales actos pueden incluir la simonía”.

En apoyo de mi juicio destacaré algunos detalles de la biografía del secretario real, tomados de biografíasyvidas.com , seguidos de algunas pinceladas biografícas de la “famosa  princesa”.

Secretario de Felipe II de España (Madrid, 1540 - París, 1611)(…) En las luchas políticas de la corte destacó como un gran intrigante alineado con la facción de Éboli contra el duque de Alba y contra don Juan de Austria. Y acabó asesinando al secretario de éste, Juan de Escobedo, ….
En 1579 Antonio Pérez fue detenido -al tiempo que su amante, la princesa de Éboli(…) aunque Pérez siguió desempeñando la Secretaría hasta 1584). Se le acusó inicialmente de corrupción, cargo del que había abundantes pruebas; y diez años después se le acusó además de asesinato, (…)Después de once años en la cárcel, Pérez (…)Su causa quedó así unida a la defensa de las libertades aragonesas frente a la Corona(…) la Inquisición fracasó en el intento de hacerse con el reo, ante la agitación de las masas populares (comenzaban así las alteraciones de Aragón).Dispuesto a imponer su autoridad, Felipe II envió un ejército a Zaragoza, que tampoco consiguió prender a Pérez, el cual había huido a Francia con ayuda del justicia mayor de Aragón, Juan de Lanuza. Mientras las autoridades forales aragonesas se levantaban en armas contra el rey por lo que entendían una violación de sus fueros, Pérez era acogido calurosamente en la corte francesa. (…)Durante años asesoró tanto a Enrique IV de Francia como a Isabel I de Inglaterra en sus acciones militares contra Felipe II. Se dedicó también a publicar escritos contra el rey, que suministraron gran parte del material con el que se tejió la leyenda negra contra la Monarquía Hispana. Desde la muerte de Felipe II perdió interés político y, pobre y marginado, murió en el exilio sin haber conseguido el perdón de la Monarquía.

Antes de pasar a los detalles biográficos sobre Ana de Mendoza, quiero resaltar el   silencio hallado  en las biografías leídas sobre Antonio Pérez en Wikipedia, biografíasyvidas, etc.,  en relación a su condena  por  sodomía (pecado nefando)por el Tribunal de la Inquisición.  Característica de Pérez, al parecer, desconocida  por Lázló Passuth. Y por ello  al final de su novela,  aclara que “A la distancia de cuatrocientos años y con las luces aportadas por nuevas investigaciones, los acontecimientos toman unos perfiles y unas relaciones entre sí que no son aquellos a los que estamos acostumbrados. Como ejemplo se permite el autor citar aquí la gran obra de Marañón sobre Antonio Pérez, publicada hace algunos años, pero que aún no se conocía cuando este libro fue escrito.”

Seguidamente, detallo algunos de los datos biográficos más controvertidos de la popularmente conocida por Princesa de Éboli:
Ana pertenecía a una de las familias castellanas más poderosas de la época: los Mendoza. Hija única del matrimonio entre don Diego Hurtado de Mendoza y de la Cerda, virrey de Aragón, y doña María Catalina de Silva y Toledo, se casó a la edad de doce años (1552) con Ruy Gómez de Silva, por recomendación del príncipe Felipe, futuro Felipe II; su marido era príncipe de Éboli (ciudad ubicada en el Reino de Nápoles) y ministro del rey…Durante el periodo de su matrimonio la vida de Ana fue estable y no se le conocen andanzas ni problemas. Tuvieron diez hijos(…)Solicitó junto con su marido dos conventos de carmelitas en Pastrana. Entorpeció los trabajos porque quería que se construyesen según sus dictados, lo que provocó numerosos conflictos con monjas, frailes, y sobre todo con Teresa de Jesús, fundadora de las Carmelitas descalzas. Ruy Gómez de Silva puso paz, pero cuando éste murió volvieron los problemas, ya que la princesa quería ser monja y que todas sus criadas también lo fueran. Le fue concedido a regañadientes por Teresa de Jesús y se la ubicó en una celda austera. Pronto se cansó de la celda y se fue a una casa en el huerto del convento con sus criadas. Allí tendría armarios para guardar vestidos y joyas, además de tener comunicación directa con la calle y poder salir a voluntad. Ante esto, por mandato de Teresa, todas las monjas se fueron del convento y abandonaron Pastrana, dejando sola a Ana. Ésta volvió de nuevo a su palacio de Madrid, no sin antes publicar una biografía tergiversada de Teresa, lo que produjo el alzamiento de escándalo de la Inquisición, que prohibió la obra durante diez años(…)Tras la repentina muerte de Ruy Gómez de Silva en 1573, Ana se vio obligada a manejar su amplio patrimonio y durante el resto de su vida tuvo una existencia problemática. Gracias a sus influyentes apellidos consiguió una posición desahogada para sus hijos(…)Los motivos de la intriga que llevaron al asesinato de Escobedo y a la caída de la princesa no son claros. Parece probable, junto a la posible revelación de la relación amorosa entre Ana y Antonio Pérez, también la existencia de otros motivos, como una intriga compleja de ambos acerca de la sucesión al trono vacante de Portugal y contra don Juan de Austria en su intento de casarse con María Estuardo(…)La princesa fue encerrada por Felipe II en 1579, primero en el Torreón de Pinto, luego en la fortaleza de Santorcaz y privada de la tutela de sus hijos y de la administración de sus bienes, para ser trasladada en 1581 a su Palacio Ducal de Pastrana, donde morirá atendida por su hija menor Ana de Silva (llamada Ana como la hija mayor de la Princesa, se haría monja luego) y tres criadas. Es muy conocido en dicho palacio el balcón enrejado que da a la plaza de la Hora, donde se asomaba la princesa melancólica. Tras la fuga de Antonio Pérez a Aragón en 1590, Felipe II mandó poner rejas en puertas y ventanas del Palacio Ducal.No está tampoco muy claro el porqué de la actitud cruel de Felipe II para con Ana, quien en sus cartas llamaba "primo" al monarca y le pedía en una de ellas "que la protegiese como caballero". Felipe II se referiría a ella como "la hembra". Es curioso que mientras la actitud de Felipe hacia Ana era dura y desproporcionada, siempre protegió y cuidó de los hijos de ésta y su antiguo amigo Ruy.)

domingo, 10 de marzo de 2013

Señor Natural ( Felipe II/ Juan de Austria) (3)

Felipe II – Juan de Austria

5 de marzo de 2013 Me gustaría ir poniendo fin a mis comentarios sobre esta novela, pero tengo aún unas cuantas cosas  dignas de reseñar. Entre ellas la figura de Don Juan de Austria, antítesis de su medio hermano, el Rey Felipe II de España. Este último  príncipe por nacimiento y rancio abolengo, nacido para reinar, un genuino “señor natural”,  engendrado en una mujer de nobilísima cuna, Isabel de Portugal, emperatriz consorte y Regente de España en las numerosas ausencias de Carlos V. Educado y criado, pues, para tal fin. De carácter introvertido, indeciso, desconfiado, solitario, controlador exhaustivo, tradicionalista (sumo guardador de las tradiciones borgoñonas”), “nunca- según nos dice Passuth-  ha mandado al ejército, su caballo no ha caracoleado nunca a lo largo de las filas de los soldados, ni ha cruzado el acero con el Gran Visir de los moros (pág.234). Temido- añado yo-  pero no querido por su pueblo . ‘’La muchedumbre le tenía miedo, le reverenciaba y veía en él un mal necesario. Sin Felipe no había reino; cuando muriese, surgiría un caos en España, un peligroso interregno. Él era el que mantenía el mundo en un puño (...) Pero no le querían. Felipe no hacía lo más mínimo para servir al pueblo más allá de lo indispensable para la salud del alma y el bienestar corporal. Le veían raras veces. Y entonces pasaba junto a ellos como una sombra solitaria y pétrea. No miraba ni a derecha ni a izquierda, detrás de él no se tiraba dinero, su mano no se levantaba, y para agradecer las exclamaciones, se limitaba a inclinar de vez en cuando la cabeza. Tenía que sujetar el mundo entre las manos y no disponía de tiempo para hacerse querer.”(pág.290)

Un rey Felipe al que toda Europa conocía, que vivía en su torre de marfil entre sacerdotes y papeles... que no sabía sonreír y que era tan frío, que las palmeras se helaban en sus proximidades, al que sólo podían calentar las llamas de las hogueras y que no conocía otra alegría que las lamentaciones de los autos de fe. Así era como lo describía la fama…(págs.251 y 252). Porque “la Corte española era un mundo austero de hombres que nada tenía en común con la atmósfera juguetona y enamoradiza de otras Cortes (pág.282).

En franco contraste al concienzudo Felipe, Passuth nos describe  a Juan de Austria “impulsivo y ardiente, y ansia de aventuras (pág. 231); personaje  al cual dedicó muchos pasajes y capítulos de su novela y especialmente la Tercera Parte, bajo el sugerente título  “Juan, el enviado de Dios”, capítulos XV al XXVI. Personaje  realmente novelesco, cuya corta existencia, pues sólo vivió treinta y tres años, estuvo llena de singularidades. Citaré algunas:

Su nombre de pila fue Jerónimo y se transformó en Juan por imperativo de Felipe II cuando  cumpliendo  la voluntad paterna lo reconoció  como hermano de sangre, era hijo natural ( un bastardo) del ya viejo Emperador Carlos V y “la cantarina y risueña Bárbara de Regensburgo, la cual, según narra Passuth,  nunca se interesó ni ocupó del hijo; para ella, al parecer,  fue sólo un eficaz seguro de vida. El niño al nacer fue entregado para su crianza a un tañedor de viola casado con una española. Posteriormente, y en vistas de que el niño no era bien cuidado, el caballero Luis Quijada,  mayordomo de Carlos V, se lo llevó a su castillo en Villagarcía de Campos (Valladolid) y fue  su esposa, doña Magdalena de Ulloa, quien se hizo cargo de su educación y crianza.  Allí, ignorantes todos de sus orígenes, salvo Quijada,  vivió como un muchacho más del pueblo. Un pueblo que le miraba convencido de que era  hijo bastardo del mayordomo imperial. Aunque su padre Carlos V lo había destinado para la vida religiosa,  fue en el ámbito militar donde  mostró sus excepcionales  aptitudes y muy joven alcanzó grandes triunfos  (LasAlpujarras (Granada), Lepanto, Túnez…).  fue  también un gran conquistador de femeninos corazones.


El rey Felipe nunca llegó a concederle   la fijación de un rango, Juan de Austria no fue  “ni Príncipe ni un Infante de España, ni perteneciente a la Casa reinante. (Pag.60). El Rey jamás le ratificó públicamente dignidad alguna… Su designación como capitán general de la Liga Santa por Pío V, hecho narrado  en el cap. XIX, pág. 270,- ya citado por mícircunstancia  de especial  relevancia, no recibió tratamiento o consideración pública alguna por el monarca español.

Después de la victoria de Lepanto, batalla en que la acción  del Capitán General fue decisiva para la victoria  persiguiendo y abordando las naves turcas en lucha cuerpo a cuerpo,   el Papa ofreció a Don Juan la corona de Argel, ofrecimiento desechado por lealtad al Rey Felipe, quien siguió empecinado en no conferir rango real  alguno al héroe de  Lepanto.

Se le ha tildado de tener una  desmesurada ambición por ser rey y tener su propia corona. Aspiración que  causó la desconfianza de Felipe II hacia él, argumentación tan eficazmente utilizada por el maligno Antonio, que, sin embargo, no es apoyada por la narración de Passuth. Para quien, según creo tras la lectura de esta novela, el héroe de Lepanto fue, en suma, un célebre caballero español, digno de elogio no sólo por su espíritu intrépido, su gallardía, valentía  y glorias alcanzadas, sino también por su excepcional sumisión y lealtad, incondicional y generosa al Rey, su hermano Felipe.

Seguidamente, transcribiré algunos de los textos leídos que pienso apoyan lo que he dicho:
…, en Túnez, no hubo ninguna resistencia; los hombres habían huido, ciudad y Reino se ofrecían al vencedor de Lepanto (…) La ciudad estaba muerta, sólo había viejos y mujeres (…) se presentaba un rico botín (…)el palacio de los reyes moros, sólo se encontraba habitado por un par de ancianos(…)querían entregar las llaves. Don Juan tomó en sus manos aquel símbolo espléndidamente forjado (…) – Las llaves os pertenecen a vos, señor Marqués- le dijo a Santa Cruz. Se las regalaba, como su padre le había regalado el escudo de armas, un poco conmovido, pero lleno de dignidad. Se dirigieron hacia Túnez (...) La ciudad estaba vacía (...)El saqueo empezó a primera hora de la mañana(...)los soldados podían hacer lo que quisiera menos derramar sangre, porque la ciudad se había entregado sin resistencia. La misericordia del Infante aseguraba la vida (…) Sobre la ciudad de Túnez Felipe le había escrito a don Juan:” Si llegase a caer en vuestro poder, arrasadla inmediatamente, para que deje de ser un nido de bandidos”. Porque la mayor parte de las cosas que ahora saqueaban allí habían sido antes de Occidente.” (pág. 322)

Túnez era la recompensa que Felipe le ofrecía al hermano como compensación por la disolución de la Liga. Seguía sin ser “Infante de España! Y ya tampoco era generalísimo de las fuerzas combatientes del mar(…)el príncipe moro que se alzaba como pretendiente a la Corona, sería en Túnez gobernador representante de Felipe. El Padre Santo le había dicho a Juan de Soto:” Un hombre fue enviado, y su nombre fue Juan. Yo haré de ese hombre rey. Le ungiré como rey de Túnez en nombre del Señor, cuando conquiste esa ciudad y esa provincia de bárbaros”. Todo el mundo  en Roma aclamaba a don Juan. Pero luego recibió cartas de Madrid. Cartas de Felipe. “Yo, el Rey…” Detrás instigaban enemigos (…) (pág. 323)

Hablado ya  sobre  las diferencias o contrastes entre estos históricos hermanos, toca hablar de  lo que fue lazo de unión o común a ambos. Y, en este punto, fue, sin lugar a dudas, su fe en Dios. Hecho puesto de manifiesto por Passuth en los detalles que nos describen los últimos días de su vida terrenal. La del rey larga, la del militar corta. Ambas, empero, llenas de luces y de sombras; de hechos gloriosos y de humanas vilezas. Pero a los dos  les fue concedida la gracia de tratar de conciliar su alma con Dios. Conciliación, la del rey, en el monumental Monasterio de San Lorenzo del Escorial, sujeto a su lecho de enfermo,  en amplia penitencia y devoción continua al Supremo Hacedor. La del hermano menor, Jerónimo-Juan, en Namur, Flandes, en zona pantanosa, en improvisado lecho de campaña.

Seguidamente, transcribo el pasaje de la muerte de Don Juan, pasaje que me conmovió especialmente y donde creo están resumidas la visión del escritor húngaro de las figuras de estos dos españoles universales, cuyas vidas y hechos ha inmortalizado en su novela:

(…)El campamento estaba en las inmediaciones de Namur, en una zona pantanosa…la tierra olía a humedad y a moho. El cuerpo del enfermo iba consumiéndose y debilitándose…Tenía treinta y tres años de edad y comprendía que le llegaba el fin(…) El confesor preguntó si deseaba hacer testamento. Una sonrisa flotó en los labios de don juan. – Ya no poseo nada, padre mío. Y si algo poseyera, pertenece a mi señor y a mi Rey (…) os ruego que le digáis al Rey que mi único deseo es poder descansar en El Escorial junto a los restos de mi padre…en la misma capilla (…) si no puede ser así, si no se me puede admitir en la cripta de los reyes, que me lleven entonces al monasterio de la Bendita Señora, en la montaña de Montserrat (…) Ya no veo. Debajo de la almohada está mi devocionario…yo mismo he copiado todas las oraciones y cada día las leía en el libro (…) Tal como se las había dictado doña Magdalena y él las había escrito con grandes letras torpes, a la manera de los chiquillos(…)Como una inflexible y gran confesión pública sonaba la voz…leyendo del principio hasta el final aquel libro de oraciones que don Juan de Austria había llenado durante un cuarto de siglo…En el campamento de Namur tronaban los cañones(…)En el tronar de los cañones había nacido su gloria y de esa forma Jerónimo se había convertido en don Juan…al son de aquella música habían transcurrido los minutos más maravillosos de su vida. La Corona de Túnez, un beso de la triste María Estuardo…Coronas de emperadores, los barbudos príncipes de las tribus albanesas….Yacía sobre la estrecha cama de hierro (…) murmuró: - Tía…, querida tía. Fue lo último que escuchó el confesor…iba para doña Magdalena (…) En la mesa sin cepillar estaba la carta de Felipe, la última (…) tal vez Felipe hubiese podido enmendar todos sus yerros. Si la carta al enfermo hubiese comenzado.” A Juan, Su Alteza, Infante de España…” Pero la dirección estaba escrita por algún funcionario de la Cancillería, inflexible como siempre. Don Juan de Austria iba a su tumba sin rango y sin título, lo mismo que había venido a este mundo. (…) La carta de Felipe fue el único adorno, sujeta por el peso del Toisón de Oro.

Y para terminar este larguísimo comentario, citaré –tomadas de Wikipedia- las numerosas obras literarias que la figura de don Juan de Austria ha inspirado, muchas de autores extranjeros:
Un personaje histórico con una vida de episodios tan novelescos, muerto además en plena juventud, inevitablemente acaba convirtiéndose en figura literaria. De las obras que lo toman como personaje cabe citar: