11 de junio de 2013
“Reinas sin Corona”, de Anny Latour, es un libro pequeño de portada color rosa, Editorial Magisterio Español, Madrid, 1968, Colección Novelas y Cuentos, traducción del francés por Juan Bris Montes. De su autora, Anny Latour poco he podido conocer,después de mis vanas búsquedas en la Red salvo el título de algunos de sus otros libros. Lo leí por primera vez a mediados de los 90. Luego repetí su lectura en el 2008 y ahora, de nuevo, volví a coger este concienzudo libro, de letra pequeña, que nos habla de aquellas mujeres - tal como nos lo indica la propia autora, - “inspiradoras a veces ocultas de las grandes evoluciones del espíritu,” “que han sabido tender un puente desde el mundo instintivo al mundo productivo y hacer un modo de vida de aspiraciones dispersas”.
Los personajes femeninos
escogidos por Latour para su obra son en su mayoría franceses; y los no
franceses, en algún momento de su vida, estuvieron muy vinculados e
influenciados por figuras y corrientes francesas, y/o vivieron algún tiempo en Francia.
País del mundo donde nació el salón literario,
gloria que- según nos cuenta la autora- corresponde a la marquesa de Rambouillet, “primera mujer que instaura su dominio al margen de los ámbitos de
influencia regia, ella reina en su propio palacio, el hotel de Rambouillet, y no, como tantas otras, en los
corredores de la corte. A partir de esta época, los salones de las grandes
damas formarán pequeños estados dentro del Estado. ¡Cuántas otras lo imitarán
más allá de las fronteras de Francia!...”.
Esta singular mujer, Catalina de Vivonne, quien “en 1600, a los doce años de edad casó
con el marqués de Rambouillet y en 1610 tenía ya siete hijos” logró crear un ambiente social en el que imperaron
la elegancia y la distinción de las costumbres; en franco contraste con el de
la corte francesa y sus conductas disolutas, que la escandalizaban. “Un mundo nuevo: la sociedad educada en la que ser distinguido (…);
significaba depurar los propios sentimientos y darles una expresión graciosa y
matizada. El preciosismo era una virtud. La conversación, arte hoy desaparecido,
fue la verdadera creación de la marquesa. Infinitamente más apreciada
que el juego o la danza, la conversación llega a ser la razón y la finalidad de
la sociedad.”(…) no compuso ella misma ninguna obra (…)la literatura era (…) para ella, un medio de dotar a los hombres de un ideal de belleza, y de
ayudarles a expresar sentimientos y pensamientos con una forma armoniosa(…)escuchar (…)era un deber de
urbanidad, un arte incluso(…)gracias a ella (Mme.de Ramboillet) nace la idea de
una élite intelectual…”
Me resultó curioso conocer que
entre los asistentes al hotel de Rambouillet fue donde surgió el fenómeno de la opinión
pública, según explica Latour. “La corte, recelando un peligro para la
autoridad monárquica, se esfuerza por conocer las tendencias políticas de los
salones.” Mme. De Motteville, camarera de la
reina, escribe en sus Memorias que en la corte aumentaba el temor por los
veredictos del hotel de Rambouillet. Temor no exento de razón.”(p.53)
Antes de continuar hablando de
algunas de las otras celebridades femeninas protagonistas de esta obra,
detallaré la definición de salón leída en Wikipedia:
“Un salón literario era una reunión celebrada en la residencia de un anfitrión o anfitriona, de quien tomaba el nombre; su finalidad era disfrutar de compañía amena, refinar el gusto y ampliar conocimientos mediante la conversación y la lectura, para lo que a menudo se seguía deliberadamente la definición de los fines de la poesía del poeta clásico Horacio: «agradar y educar» («aut delectare aut prodesse est»). El término «salón literario» suele asociarse a las reuniones literarias y filosóficas francesas de los siglos XVII y XVIII, aunque su práctica pervive hasta hoy en todo el mundo.”
He enfatizado, poniéndolo en negrita, el logro primordial
perseguido por estas reuniones, y reflexiono lo lejos que tal vez estemos
hoy, cuatrocientos años más tarde, aquí en este vecino país de Francia, de alcanzar
estos ambientes. Y digo España, porque vivo aquí y lo percibo de modo directo,
pero quizás, sea lo usual en nuestras modernas
sociedades. En las que las llamadas élites,
casi siempre económicas, no se dedican
precisamente a refinar el gusto ni ampliar conocimientos mediante la
conversación y/o la lectura de modo agradable y educado.
El fenómeno de la
creación de la opinión pública, de una opinión crítica descansa hoy básicamente
en los medios de comunicación, medios de comunicación detrás de los cuales se
esconden grandes intereses políticos y económicos. Y su ámbito de control, en muchas ocasiones, es supranacional, y muy
difícil de identificar.
A través de su programación son impuestos tendencias y modelos a seguir en el vestir y en el hablar , unido a la
glorificación de seres vulgares de
conducta disoluta. No daré ejemplos concretos porque éstos imperan en todos los
medios audiovisuales a nuestro alcance, y sólo basta echar un vistazo a la selección de
noticias e imágenes de los portales informativos
de la red, MSN,Yahoo,… o conocer los programas de mayor
audiencia y sus protagonistas. Estos últimos, muchas veces, personajillos
sacados del anonimato, sin arte ni oficio alguno cuyo fin es formar parte del
elenco de un programado reality show
y hacer o despertar provocaciones con sus maneras y su hablar, según el guion y
papel a se le hubiere asignado.
Pero tampoco se quedan atrás los espacios de tertulias;
especialmente los televisivos tan abundantes en la actualidad, en los que con
contadas excepciones, no hay debate de ideas, ni conversación y mucho menos se
escucha a los otros participantes. De hecho cuando es planteado un tema, puedes
prever la postura y razones que darán los contertulios según el medio de
comunicación para el que trabaje o el partido y sindicato al que estén
afiliados. Además, lo hacen descaradamente, es decir, cuando alguno de los
otros está exponiendo su planteamiento, los ves mirando la tableta o el móvil. Y lo de
conversar, en muy pocas ocasiones. Se interrumpen, hablan dos o más a la vez,
en fin ¡un guirigay! Pero, lo para mí peor de todo es el uso partidista que se
hace de las tertulias y cómo son simple correa de trasmisión de consignas
marcadas por los superiores de los medios para unas veces distraer y en otras desviar a
la opinión pública de los asuntos y cuestiones de verdadero interés general o
común.
Región, comunidad,
en la que los escándalos económicos financieros y los fraudes fiscales millonarios, en estos últimos treinta y tantos años, nos han llovido. Y, entre los
cuales, a mi modesto entender, merecen ser destacados los casos Carulla , Palau de la Música y Pretoria, los tres, que sepa yo, aún sin resolver
judicialmente. (**) Y, en el caso Palau, con manifiestas responsabilidades de la Administración Pública al completo, es decir, de la Central(Ministerio
de Cultura), de la Autonómica(Generalitat de Catalunya) y de la Local(Ayuntamiento de
Barcelona) . Responsabilidades que no han sido en modo alguno depuradas.
Ni las de los tantos organismos de control teóricamente existentes; que tampoco funcionaron .
La firma auditora Deloitte
determinó el importe del fraude en unos treinta o treinta y cinco millones de
euros, y "la creme de la creme" de la sociedad civil catalana, quedó toda, de algún modo salpicada, pero…¡No pasó nada! "Res de Res".
Un poquito de revuelo y... el olvido.
Pues, bien, con este triste panorama, antes cuando el Tripartito, se pasaron casi los ocho años con la cuestión del “estatut” (nuevo estatuto), y mono tema de tertulias y debates de opinión, pero que a los del montón les quedaba lejos y lo evidenció no participando en su votación. Y ahora, que estamos en este agujero negro fruto de la reiterada mala gestión de los sucesivos gobiernos autonómicos, el mono tema es el derecho a decidir y la independencia. ¡Qué fenomenal recurso de distracción! ¡Cuánta desvergüenza y sinvergüenzas!
Pues, bien, con este triste panorama, antes cuando el Tripartito, se pasaron casi los ocho años con la cuestión del “estatut” (nuevo estatuto), y mono tema de tertulias y debates de opinión, pero que a los del montón les quedaba lejos y lo evidenció no participando en su votación. Y ahora, que estamos en este agujero negro fruto de la reiterada mala gestión de los sucesivos gobiernos autonómicos, el mono tema es el derecho a decidir y la independencia. ¡Qué fenomenal recurso de distracción! ¡Cuánta desvergüenza y sinvergüenzas!
Me fui por los Cerros de Úbeda.
Continuaré en otro rato este comentario acerca del libro” Reinas sin Corona”.
---------(*) Alrededor del medio millón.
(**) A la fecha de este comentario, junio de 2013, aún no había estallado el caso Pujol, es decir, la confesión del ex president de la Generalitat de Catalunya, un viernes a la tarde, 25 de julio de 2014, día de Santiago Apóstol, Patrón de España, a través de un comunicado leído por su heredero político, el Honorable Señor Artur Mas i Gabarró, de un "legado" de su padre, el cambista Florencio Pujol, mantenido fuera de los preceptivos controles fiscales, durante treinta y cuatro años. "Legado" de importe y orígenes bien oscuros. Conceptos ambos que siguen siendo hoy desconocidos. Posteriormente y a raíz de la, en parte, desmitificación del personaje y de su familia, los pingües negocios de los diferentes componentes del clan Pujol, que eran bien conocidos por los medios de comunicación, han sido puestos en el candelero de la información pública. Pero, sin todavía hoy, 1º de julio de 2015, al igual que en el caso Palau, la contundente exigencia de responsabilidades económicas, políticas , pero principalmente de condena judicial concretas.