martes, 5 de noviembre de 2013

Reinas sin Corona, continuación (y 3) (Nacionalismos)


Antes de dar por concluidos mis comentarios y reflexiones en relación a este libro, creo necesario señalar  mi torpeza pues  he necesitado de una tercera lectura para darme cuenta del verdadero alcance y gran mérito de esta pequeña gran obra de Anny Latour, y que, por tanto, resulta indiferente la nacionalidad de las mujeres objeto de la obra, ni si están todas o faltan algunas, porque las aquí señaladas, a todas, les corresponde el merecido protagonismo que Latour les ha dado. Fueron personajes sobresalientes de su época y lugar, con aciertos y errores, pero las cuales, sin lugar a dudas, tuvieron influencia decisiva sobre sus contemporáneos y su dinámica labor contribuyó  al desarrollo del mundo tanto de las ideas como de las artes, así como de las costumbres y, en muchas ocasiones, fueron verdaderas avanzadas, vanguardias, de su tiempo.
Una vez expresado el mérito personal de todas y cada una de estas féminas, señalaré las tres cuyas vidas más me impresionaron: la italiana princesa Belgioioso, la alemana Rachel Varnhage, y la francesa Juliette Adam.  Entre las cuales he hallado como aspecto común el papel jugado por cada una de ellas , bien  a favor o bien en contra,  de las corrientes nacionalistas de su época y lugar de origen.


Rachel Varnhage
Una princesa en armas por la patria - imperioromano.com
Belgioioso
  La primera, Belgioioso, fue un personaje muy singular.  Se distinguió por su combativa actitud para lograr la unidad de los italianos, divididos entre monárquicos y republicanos, en su lucha contra los austríacos que entonces gobernaban en  la península italiana. Murió relativamente joven y olvidada por todos.

Rachel Varnhage,  creo que fue  la que sufrió en mayor medida  los perniciosos efectos del nacionalismo cerril, pues, a pesar de sus múltiples renuncias, incluida la de su lengua materna, el yiddish, se encontró siempre con el rechazo de la élite germana contemporánea suya, debido a sus raíces semíticas, que ellos consideraban inferiores y no propiamente germánicas.

Y en cuanto a la última de las tres mencionadas, la francesa Adam, nacida Juliette La Messine,  según creo,  constituye  un buen ejemplo de la intolerancia y el odio, en este caso hacia Alemania, engendrado por el nacionalismo llevado a los máximos extremos. Es decir, cuando el sentimiento patriótico, el amor patrio, obnubila la mente de las gentes y las anima e induce a actitudes viles en contra de sus congéneres y les hace olvidar que el otro es, ante todo, otro ejemplar como él mismo, de la misma especie, la humana, reina de la Creación. La que hizo Dios a su imagen y semejanza y le dio el don de la palabra.
Description de cette image, également commentée ci-après
Juliette La Messine
Por último, quiero dejar constancia de lo mucho que he aprendido con la lectura de este, en apariencia, pequeño libro. Y principalmente acerca de personajes tan relevantes como  el poeta alemán Henri Heine y el compositor italiano Bellini, pero, - advierto - son sólo  ejemplos, pues innumerables son las figuras femeninas y masculinas aquí citadas cuya aportación al mundo de las ideas, de la pintura, de la  música, de la literatura,  y del conocimiento en general,  han sido muy valiosas para la humanidad. En algunos casos con reconocimiento del mérito de los personajes,  y en otras muchas no; cuya aportación ha quedado relegada o en el olvido.



domingo, 3 de noviembre de 2013

Reinas sin corona (2) (Rachel Varnhage, víctima del antisemitismo atávico )


Hace unos días empecé a comentar el libro “Reinas sin coronas” de Anny Latour, pero antes de decir todo lo que quería me desvié hacia  otras cuestiones. Procuraré hoy,  dar cumplido término a ello, porque observo que en demasiadas ocasiones, escribo que continuaré y luego no lo hago. ¡Malo!

Me centraré en sólo tres de las protagonistas de la obra de Latour, aquellas cuyo papel e influencias sobre sus coetáneos y conciudadanos considero más cercanos, tanto en el espacio, porque fueron europeas, como en el tiempo, pues vivieron en los siglos XIX y XX. Y también- sin duda- por el exacerbado nacionalismo del momento que les tocó vivir. Tres célebres mujeres, de nacionalidades alemana, italiana y francesa, desconocidas por mí hasta la lectura de este singular libro.

Comienzo por Rachel Varnhagen , a quien, en 1830 ,  Gentz le escribió “Es usted el romanticismo mismo”, es decir, la encarnación del  romanticismo alemán, definido como,  “eclosión de pasiones individuales, sin otra ley que la realización del yo y del propio destino; en que predominan la emoción sobre la razón y la fantasía  y el valor sobre el saber”.  Personaje que despertó mi interés porque para mí más bien encarna al prototipo del individuo, quizás hasta superior, pero  “diferente” dentro de un colectivo exclusivista, al cual  aquél se afanará por pertenecer, ser uno más con plenos derechos, aunque para ello deba renunciar, más bien renegar, de sus raíces, de sus tradiciones y cultura propios, e incluso de sus convicciones religiosas. Seguidamente, transcribo párrafo con el que la autora concluye los capítulos destinados a Rachel Varnhage  Von Ense expresivo de los sentimientos de esta mujer en los últimos días de su existencia: 

Cinco días antes de morir, el 2 de marzo de 1833, a los 62 años, Varnhagen escribió de sí misma ... "soy refugiada de Egipto y de Palestina", y "lo que toda mi vida me ha producido mayor vergüenza, mayor dolor, mayor desgracia, haber nacido judía, ahora, por nada del mundo querría ser desposeída de ello".
Rahel Levin.png
Rachel era alemana de origen judío, pertenecía a una rica familia de comerciantes, los Levin, y su lengua materna fue el yiddish . Su infancia y juventud, consiguientemente, transcurrió en el gueto judío,  “apartada- dice Latour-  de la corriente política y cultural”; porque la sociedad alemana no daba acceso a la sociedad a los judíos. “Para acceder a ella no había más que un medio de orden individual: el “bautismo”. Al amparo del acto del bautismo los judíos podían participar en la vida política y cultura de Alemania” (p. 129). El acto de conversión al cristianismo fue calificado por  el célebre poeta Heine, coetáneo y del mismo origen que Rachel como “billete de entrada a la civilización europea”.  Billete que muchos alemanes judíos adquirieron de modo interesado. En este punto, Latour pregunta:  ¿Quién podría reprochar a tantos judíos alemanes que abandonaran la fe de sus antepasados para poder sustraerse al aislamiento del ghetto? Y más adelante para ilustrarnos con un buen ejemplo nos habla de la posición personal adoptada por tres de ellos, David Veit ,el ya citado Henri Heine y Rahel, : “ (…)Veit(…)en un entorno hostil, intentó, (…) integrarse (…), pero conservando su integridad espiritual.(…)Heine, víctima de la misma miseria judía, (…) sabrá transformarla, no en lágrimas , como Rachel, sino en creación poética”. 

Rachel Varnaghen Von Ense despertó elogios, admiración y pasiones en notables personajes germanos como Gentz, Beethoven, Goethe( un ídolo para Rahel) y hasta del propio Achim von Arnim y de Clemens Brentano.

Para  meterme en el tema del nacionalismo exacerbado, cerril, creo que la manera más sencilla sea reproduciendo los párrafos que más me impactaron:

"El romanticismo se hace reaccionario", este es el título del capítulo en el que la autora trata la evolución del romanticismo alemán y nos dice:  “En el medio del colaboracionismo oficial, se ve brotar un sentimiento hasta entonces desconocido: el patriotismo. En la sala abarrotada de la Academia berlinesa, Fichte lee sus Discursos a la nación alemana. Este filósofo, célebre por sus sentimientos europeos, cambia de la noche a la mañana: se hace patriota. Sus palabras inflamadas despiertan las conciencias(…)condena de toda arrogancia nacional(…)su llamada a la dignidad y a la independencia. El socialismo de estado que preconiza responde a las aspiraciones… de ver realizada la justicia social. El idealismo religioso…rechazando todo dogmatismo y proclamando como única base ética la fe en Dios.

¿ Pero, se pregunta Latour, de qué sirven las tesis de Fichte, tan poderosamente fundadas en la razón, si un romanticismo llevado al absurdo se transforma en antítesis misma de la razón? Los románticos se pierden en la arrogancia; proclaman a su propia nación como única portadora de la verdad absoluta,…Se precipitan en el abismo de su propia perdición, como dice Nietzsche, en la enfermedad y en la ignorancia más opuestas a la civilización: el nacionalismo.(pág. 143)”

“La influencia de esta degradación pesa sobre la sociedad como sobre la literatura. Los escritores y poetas se transforman en charlatanes de feria, los patriotas en falsificadores del patriotismo (…) Para atizar el fuego hay que estimular los particularismos nacionales, sugerir al pueblo alemán la ideología de la sangre y de la tierra. Y, ante todo, predicar el odio.”(p.144)

Este nacionalismo incipiente no se concibe sin su complemento indispensable: el racismo”

A partir de 1819(…) Los decenios que siguen constituyen un triste capítulo de la historia de Alemania. Al fuego del entusiasmo sucede la reacción, que se manifiesta por el burocratismo, el despotismo, la represión de todo impulso liberal. Hace estragos, sobre todo, en Berlín, cuna años atrás de ideas progresistas(…)reina un clima de espionaje y de delación. Las persecuciones policíacas están a la orden del día. La mano pesada de la censura se apodera de las obras maestras de la literatura: se prohíbe representar Egmont, de Goethe; Guillermo Tell, de Schiller; El Príncipe de Hombourg, de Kleist(p.145)

Ciertos biógrafos de Rachel…le han aplicado el nombre de profeta…se halla dotada de un raro instinto para los acontecimientos futuros…prevé los desastres que traerá consigo el movimiento nacionalista(…)En 1817 responde en carta a su esposo: Preveo en mi espíritu una catástrofe real si estos alienados pueden continuar su obra…En agosto de 1819 estalla, como una tormenta, una ola de persecución semita”(p.147)

La profecía apocalíptica de Heine se proyecta sobre un futuro más lejano: Alemania verá, un día, desarrollarse un espectáculo, en comparación del cual la Revolución francesa no aparecerá más que como un inocente idilio”(p.147)

"Rachel, quintaesencia del romanticismo alemán, apenas se atreverá a llamarse a sí misma alemana”. El odio es un veneno que se desliza en el corazón de quien se siente odiado, le roe y le roba la fe en sí mismo y en sus semejantes. Las consecuencias más nefastas del antisemitismo son que los judíos, contaminados, serán a su vez víctimas de la más terrible calamidad moral: el desprecio de si mismos.”(p.149)

viernes, 18 de octubre de 2013

Enrique VIII, de Félix Grayeff

Enrique VIII” de Félix Grayeff, (*) Círculo de Lectores, 1970, título del original “Heinrich der achte”, traducción Ediciones Cid, cubierta Izquierdo. Libro leído a mediados del 2008,  por vez segunda, que tenía pendiente de comentar.  Lectura que pienso no será la última. La primera fue en 1992, las conclusiones y enseñanzas sacadas entonces, según recogí en una nota, guardada en el propio libro, fueron las siguientes:
Enrique Tudor tuvo una formación humanística y teológica superior porque su familia lo destinaba,ya que era el segundo varón,  a la vida religiosa (Arzobispo de Canterbury). Formación de la que, al menos en sus inicios, niñez y juventud, hizo buena gala.  Imagen para mí totalmente novedosa del personaje y muy lejana, sin duda,   de la de concupiscencia o carnalidad que de él tenía, y con la que merecidamente, considero, ha pasado a la posteridad. Supongo que, como yo, son muchos los que cuando piensan en Enrique VIII, les viene la imagen de un más que robusto hombretón que hizo lo que le vino en su real gana (nunca tan bien dicho); y para ello burló divinas y humanas leyes. Personaje, sin embargo, que fue muy manipulado. Muchas de sus decisiones y acciones, o tal vez todas, fueron fruto del  manejo( utilización) que de su persona hicieron los distintos partidos que existían en su entorno y que buscaban, exclusivamente, su particular  beneficio propio y egoísta. Particularmente, me resultó deprimente, muy deprimente, conocer la total falta de escrúpulos, la exacerbada  inmoralidad de la élite inglesa, evidenciada por la retahíla de maldades e intrigas urdidas por lores y cortesanos, con el fin único de arrimar a su favor el ánimo real. Pero aún más deprimente me resultó constatar los perjuicios que para el bien general de un pueblo es tener un gobernante  movido, cual marioneta, por manos interesadas y ajenas al bien común.


La para mí mejor de las enseñanzas brindadas por esta lectura, fue comprobar cómo todo sinvergüenza, todo canalla, recibe, finalmente, según Justicia Divina, la proporcional retribución a su mal hacer.

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Al presente, octubre de 2013, transcurridos más  de cinco años desde mi segunda lectura, mis conclusiones anteriores siguen vigentes, pero  la superior formación humanística y teológica del  protagonista, que antes me pasó desapercibida,  me obliga a una crítica superior con el personaje y su conducta, no sólo como esposo, sino como padre, como gobernante y también como simple ser humano, es decir, criatura de Dios, en cuya alma, conciencia, llevaba escritos los principios básicos para distinguir entre el bien y el mal. Dictados de los que, al parecer, Enrique VIII, hizo caso omiso y quedó, como merecía, como gobernante y ser cruel  y disoluto.



20 octubre de 2013: Tres son los libros leídos en el 2008 que están siendo objeto de mis  actuales comentarios; los cuales, casualmente,  tratan del siglo XVI y sus protagonistas son los personajes  europeos más relevantes del momento y lugar. Y aunque uno, “Señor Natural”, se refiere a España, entonces en su máximo apogeo con Felipe II(los Austrias) como rey, y los otros dos, ”La Reina Mártir” y “Enrique VIII”, respectivamente, referidos a Escocia( María,

los Estuardo) e Inglaterra( Enrique,  los Tudor), en los tres, salen a relucir las historias de Francia y de los Valois, de los Guisa y de los Médicis que allí y desde aquel reino maniobraban. La conclusión es deprimente pues en todos los tiempos y lugares las llamadas élites no tienen reparo o prejuicio moral alguno si se trata de acceder, controlar y/o repartirse el poder político –económico . ¡Qué gentecillas! 

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(*) 14 de julio 2014:  Al revisar y corregir algunas faltas de este comentario, me hubiera agradado poner fin al mismo,  añadiendo datos sobre el autor, pero, en mi breve búsqueda, sólo hallé una relación de sus obras en el idioma inglés. Según he podido apreciar los temas escogidos para sus obras son  biografías de reyes y santos, ética, judaísmo y refugiados judíos. Observo que en esa relación de sus obras, figura como más reciente, la escrita en 1986, titulada "Migrant scholar an autobiography"editada en Friburgo. 

martes, 15 de octubre de 2013

La Reina Mártir , continuación






El Padre Coloma pone epilogo a su obra contraponiendo el final de Isabel Tudor al de María Estuardo. Efectivo recurso para mostrarnos la personalidad real de cada uno de estos dos históricos personajes. La una, María, crecida, mayestática, vestida de rojo , tranquila por la esperanza de alcanzar la Infinita Misericordia de Dios. No había cumplido los cuarenta y cuatro años.



La otra, la maléfica y avara Isabel, vivió los últimos diez días de su vida sumida en un letargo. Tenía setenta años. Pero qué mejor que las propias palabras del Padre Coloma para describirnos el final de esta mujer :

“Sobrevivió Isabel a María Estuardo poco más de trece años, y durante ellos vio la bastarda halagada su soberbia con el engrandecimiento de Inglaterra, y saciadas sus pasiones con la larga serie de favoritos que, sin disputas ni controversias, le señala la historia: Leicester, Flatton, Walter Raleigh, Pickering, Carlos Blount y el conde de Essex Roberto Devreux

(...)firmó la sentencia de muerte, y el hermoso favorito fue decapitado en la Torre de Londres, a los treinta y cinco años, el 25 de febrero de 1601.

Desde entonces, poseída Isabel de mortal tristeza, arrastrose más bien que vivió, por todos sus palacios, sin permanecer más de un mes en ninguno, y ni volvió a prestar atención seria a los negocios, ni hubo para ella placer ni distracción alguna. Sombría y más feroz e irritable que nunca, veíasela vagar sola por lugares apartados, y encontrábasela a menudo derramando copiosas lágrimas. Decayeron sus fuerzas visiblemente al cumplir los setenta años, y a principios de febrero de 1603, trasladose de Westminster al castillo de Richmond, que era una de sus residencias favoritas.”

“(...)no volvió a separarse del tapiz en que se había echado. Trajéronle unos cojines, y en ellos se reclinó, y pasados los primeros transportes de ira y de rabia, quedose allí mismo, inmóvil y silenciosa, poseída de esa sombría desesperación que infunde en los ánimos soberbios el pensamiento fijo y constante de las cosas que pudieron ser y por nuestra culpa no fueron, y que ya no tienen remedio.

Diez días y diez noches pasó en aquel mismo sitio, como idiota, sin pronunciar palabra ni variar de postura, chupándose, sin cesar, un dedo de la mano izquierda, siempre el mismo, con los ojos desencajados y fijos en el suelo. A veces daba gritos por el ardor horrible de estómago que la atormentaba; mas rechazaba también los alimentos, y sólo bebía, de vez en cuando, con dolorosa ansia, algunos sorbos de agua pura. Veíasela morir, y rodeábanla sus damas, aterradas sin osar acercársele mucho, temiendo los ímpetus de sus terribles iras, como se teme la proximidad de una pantera enferma, mientras puede extender la potente zarpa. Acercósele el arzobispo hereje de Cantorbery para exhortarla a implorar la misericordia divina; y la Reina movió por dos veces la cabeza, y balbuceó otras tantas, sin sacarse el dedo de la boca:

-¡Ya hago!... ¡Ya hago!...

Y sin una palabra de arrepentimiento, ni de perdón que pidiese, ni de consuelo que le fuera menester, se apagó su existencia lentamente, en aquella misma postura, al amanecer del jueves 24 de marzo.

Así murió Isabel, y así cayó su negra alma en lo eterno, (...)


viernes, 11 de octubre de 2013

Adriana, Vida de Madame de La Fayette", de André Maurois

“Adriana, Vida de Madame de La Fayette”, de André Maurois, editada por Círculo de Lectores, año 1960, con nota preliminar del autor y traducción de Alfredo Darnell. 
Una documentada biografía de la esposa del histórico político francés. Un libro grueso, en cuyas páginas son reproducidos muchos documentos y cartas de la familia Lafayette,  hallados en una estancia del palacete en el que el histórico personaje vivió sus últimos años. Estancia que, curiosamente,  permaneció cerrada y conservada tal como la dejara Lafayette.
Transcribo nota  de André Maurois a este respecto:
 
“En la vida de un escritor, y especialmente en la de un biógrafo, se dan casualidades y azares felices. Nunca formé el proyecto de escribir una vida de Adriana de La Fayette. Yo conocía bastante bien la del héroe de la independencia americana, pero ignoraba que su mujer fuera una de las figuras más emocionantes de la historia. Por otra parte no creía que fuera posible, después de tantos investigadores, encontrar sobre La Fayette y su tiempo dos prodigiosas colecciones de documentos inéditos. Ha sido preciso, para que este libro fuera escrito, una asombrosa serie de hallazgos y de acontecimientos.
 La Fayette, al regresar a Francia después de la Revolución, se instaló en el castillo de La Grange-Bléneau, en Brie. Este dominio había pertenecido a la duquesa de Noailles, madre de Adriana, guillotinada durante el terror. En el momento de la muerte de La Fayette (1834) contenía los más valiosos archivos, no sólo sobre el período posterior a 1800, sino sobre el antiguo régimen, la guerra de la Independencia y la Revolución Francesa. He aquí cómo se explica esta milagrosa conservación de todo cuanto la tormenta hubiera podido dispersar.
                                                                                                       André Maurois”


El autor, André Maurois, es un reconocido escritor francés de origen judío alsaciano, famoso por su erudición y por sus otras muchas obras y biografías de personajes históricos. 

Hablaré sólo de aquellos aspectos  que más me impactaron:
* Hallé enorme contraste entre la imagen  pública  por su  participación en la historia, tanto de Francia como en la de los EEUU, con   la del Lafayette, padre y esposo, a mi modesto parecer, la de un ser egocéntrico,  egoísta e inútil hombre de la casa, ámbito en donde no era nadie sin  la esposa. Me pareció, en suma,  un indolente consentido.
* La muy injusta, aunque tradicional, falta de reconocimiento público del papel básico jugado  por algunas mujeres, sin cuya concurrencia, prestigiosos personajes no hubieran podido alcanzar los puestos ni las metas históricas que les han inmortalizado. En el caso concreto del matrimonio Lafayette, tenemos un digno ejemplo.

*  Del  empleo de  similares modos y comportamientos de  las élites  de cualquier sociedad, para concentrar el poder entre sus miembros y, así, acrecentar, si cabe, sus ya grandes fortunas personales e influencias. Pues si rico era Lafayette,  la familia de la que procedía Adriana(Duques de Noailles), era aún más rica y de mayor prestigio;  los casaron cuando ambos eran unos adolescentes, casi niños. Práctica, por otra parte, habitual.

El favoritismo de las leyes, en cuanto a  legados y herencias,  primando a los herederos masculinos  sobre los femeninos.

Adriana, resumiendo,  según se infiere por lo contado por Maurois , fue una gran mujer, fiel , amorosa, sacrificada  y abnegada esposa , cuya valentía y defensa a ultranza de los suyos, (padres, marido, hijos, nietos…) fue una constante en su vida. 

A modo de ejemplo,  detallaré , según creo, uno de los más significativos hechos de la vida de esta mujer, conocida sólo por haber sido la esposa del egotista Marqués de Lafayette, y, en ocasiones,  hasta confundida con la célebre  Mme. de Lafayette, la autora de “La Princesa de Cleves” pariente del marqués.
El hecho al que aludo fue su voluntario traslado a la prisión donde estaba su marido cuando los austríacos lo detuvieron (1). Allí se fueron  ella y  una de sus hijas, a fin de aliviar las duras condiciones de la prisión del marido. Duras condiciones que hicieron mella en su salud y fueron la causa de su muerte. 

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(1)  Este singular hecho de que la esposa, acompañada incluso por sus hijos, decida compartir la prisión del marido y padre, lo leí referido a la esposa del gran felón Antonio Pérez, el secretario de Felipe II. En aquel caso y también en este de Lafayette y esposa, la aceptación del marido y padre de tal sacrificio me parece una muestra más,  irrefutable, del calibre personal del sujeto en cuestión. “Primero yo, segundo yo,…y, siempre yo”  



domingo, 28 de julio de 2013

Miserere mei, Deus/“El Miserere”, Rimas y Leyendas de Gustavo Adolfo Bécquer

Acabo de releer “El Miserere”, la hermosa leyenda de Bécquer, leída ya hace unos cuantos años, pero cuyo recuerdo siempre he conservado porque, en esta sencilla composición literaria, el universal poeta andaluz supo plasmar una cuestión trascendental: la de las almas que mueren en pecado, sorprendidas por una inesperada muerte, en este caso como fruto de una acción criminal... Almas, pues, que no tuvieron oportunidad de reconciliarse con Dios, agravando  la acción criminal.
Esta vital cuestión del alma sorprendida por la muerte, ha sido contemplada, en distintas épocas y países,  por muchos autores literarios, como recuerdo hace  Shakespeare en su “Hamlet, el Príncipe de Dinamarca”, o Yáñez, en sus “TierrasFlacas”,  pero muy  especialmente, según creo, por Bécquer en esta hermosa leyenda que versa sobre un músico penitente que da melodía a un inacabado Miserere. Cuya música le ha sido inspirada por las almas penitentes de unos monjes que fueron asesinados por unos bandidos, en la noche del Jueves Santo.
La narración es muy corta , cuya lectura íntegra recomiendo. 
 
Sólo transcribiré (copio y pego) aquellos párrafos para mí más significativos, sobre los que apoyo mi consideración. 
(…)-Lloraba yo (...) cuando un día se fijaron mis ojos por casualidad sobre un libro santo. Abrí aquel libro y en una de sus páginas encontré un gigante grito de contrición verdadera, un salmo de David, el que comienza ¡Miserere mei, Deus! (…) lo que mantiene más viva su memoria es que todos los años, tal noche como en la que se consumó, se ven brillar luces a través de las rotas ventanas de la iglesia; se oye como una especie de música extraña y unos cantos lúgubres y aterradores que se perciben a intervalos en las ráfagas del aire. Son los monjes, los cuales, muertos tal vez sin hallarse preparados para presentarse en el tribunal de Dios limpios de toda culpa, vienen aún del purgatorio a impetrar su misericordia cantando el Miserere.(…), vio los esqueletos de los monjes, (...)salir del fondo de las aguas, (...)diciendo con voz baja y sepulcral, pero con una desgarradora expresión de dolor, el primer versículo del salmo de David: ¡Miserere mei, Deus, secundum magnam misericordiam tuam!(...)
In iniquitatibus conceptus sum: et in peccatis concepit me mater mea.
Al resonar este versículo (...)se levantó un alarido tremendo, que parecía un grito de dolor arrancado a la Humanidad entera por la conciencia de sus maldades, un grito horroroso, formado de todos los lamentos del infortunio, de todos los aullidos de la desesperación, de todas las blasfemias de la impiedad; concierto monstruoso, digno intérprete de los que viven en el pecado y fueron concebidos en la iniquidad.
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El recuerdo de los que el pasado 24 de julio, la víspera de Santiago Apóstol, Patrón de España, hallaron inesperada muerte,  promovió mis deseos de leer de nuevo esta inmortal obra de Bécquer.   
A continuación copio y pego una traducción del Misere meu, Deus( Salmo 51 de David):
[3] Miserere mei, Deus,
secundum magnam misericordiam tuam
et secundum multitudinem miserationum tuarum
dele iniquitatem meam.
[3] ¡Oh Dios, apiádate de mí!
según tu gran misericordia y
según tu inagotable compasión,
borra mi iniquidad.
Miserere mei, Deus.
[4] Amplius lava me ab iniquitate mea
et a peccato meo munda me.
Miserere mei, Deus.
[5] Quoniam iniquitatem meam ego cognosco,
et peccatum meum contra me est semper.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[4] Lávame completamente de mi iniquidad
y límpiame de mi pecado.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[5] Pues yo reconozco mi iniquidad
y tengo siempre presente mi pecado.
Miserere mei, Deus.
[6] Tibi soli peccavi et malum coram te feci,
ut justificeris in sermonibus tuis,
et vincas cum judicaris.
Miserere mei, Deus.
[7] Ecce enim in iniquitatibus conceptus sum,
et in peccatis concepit me mater mea.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[6] Solo a ti ofendí e hice lo que para ti es malo,
pues has sido justo en tu sentencia
y eres excelso cuando juzgas.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[7] Pues he aquí que fui concebido en iniquidad
y en el pecado me concibió mi madre.
Miserere mei, Deus.
[8] Ecce enim veritatem dilexisti
incerta et occulta sapientiae tuae manifestasti mihi.
Miserere mei, Deus.
[9] Asperges me, Domine, hyssopo,
et mundabor;
lavabis me, et super nivem dealbabor.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[8]Pues he aquí que amaste la verdad,
me manifestaste lo desconocido y lo oculto de tu sabiduría.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[9] Empápame, Oh Señor, con el hisopo,
y estaré limpio;
lávame, y seré más blanco que la nieve
Miserere mei, Deus.
[10] Auditui meo dabis gaudium et laetitiam,
et exultabunt ossa humiliata.
Miserere mei, Deus.
[11] Averte faciem tuam a peccatis meis,
et omnes iniquitates meas dele.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
[10] Darás gozo y alegría a mis oídos
y exultarán los corazones humillados.
¡Oh Dios, apiádate de mí!
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24 de julio de 2014: Recientes trágicos sucesos  vuelven a traer a mi memoria la preciosa leyenda de Bécquer.  Me refiero al avión derrumbado por un misil asesino sobre territorio ucraniano, y a la contienda bélica entre los judíos de Israel y los palestinos de Hamas  en la zona de Gaza,  que tantas inesperadas muertes está produciendo, que una vez más me lleva a implorar la  Infinita Misericordia de Dios para con  la criatura humana.
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2 de noviembre de 2014: Conmemoración de los Fieles Difuntos,  corto y pego explicación hallada en Wikipedia:
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La Conmemoración de los Fieles Difuntos, popularmente llamada Día de Muertos o Día de Difuntos, es una celebración que tiene lugar el día 2 de noviembre, cuyo objetivo es orar por aquellos fieles que han acabado su vida terrenal y, especialmente, por aquellos que se encuentran aún en estado de purificación en el Purgatorio.
El Día de los Difuntos [...] el día designado en la Iglesia Católica Romana para la conmemoración de los difuntos fieles. La celebración se basa en la doctrina de que las almas de los fieles que al tiempo de morir no han sido limpiadas de pecados veniales, o que no han hecho expiación por transgresiones del pasado, no pueden alcanzar la Visión Beatífica, y que se les puede ayudar a alcanzarla por rezos y por el sacrificio de la misa. [...]

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27 de mayo de 2020: Inicio de los diez días de luto oficial por todas las víctimas mortales de la Pandemia del Covi-19. 


ÚLTIMA HORA | Declarados 10 días de luto por los fallecidos por Covid


Descansen en Paz. 

lunes, 17 de junio de 2013

La vida del buscón... (Libro segundo- Basura mediática) (3)

No me gustó. Muchos de los personajes allí descritos y sus aventuras, opino están muy lejanos a la realidad común de la mayoría de los mortales; tanto de los de ahora, pero también de los de entonces y confío( quiero confiar), de los que pueda haber en el futuro. Las historietas se centran demasiado en situaciones cuyos principales componentes son la marginación, la precariedad y bastante sinvergüencería. Aunque - eso sí - explicadas con extrema hilaridad. Algunas de ellas muy cercanas a los relatos de sucesos de las llamadas crónicas negras o de tribunales. Para mi gusto, desagradables y hasta repugnantes. Sin duda alguna, en determinados sectores de la opinión pública logra despertar inusitado interés. Y hasta puede sea la causa del éxito inmediato que esta obra de juventud de Quevedo tuvo. (Se dice fue publicada sin su autorización. No sé si creérmelo). Las anécdotas del relato no te aportan nada, ninguna reflexión o enseñanza particular. El capítulo IV, dedicado a describirnos al verdugo Ramplón, tío del vividor, y una pieza, junto con sus amigotes, de muchísimo cuidado, págs. 99 -106, es el mejor ejemplo de lo que quiero decir.

Nunca me han gustado las ya apuntadas crónicas negras. Menos aún todos esos programas dedicados exclusivamente a estos temas y sus similares; tan abundantes en nuestros tiempos. Por cierto, ahora que lo pienso, bastante frecuentes también en nuestros telediarios. Hay días que ves cómo se consume la mayor parte del noticiero en dar simples noticias de sucesos con crímenes espeluznantes, nacionales o internacionales. Asombra el lujo de detalles, tiempo y medios informativos empleados en ello. Mientras no se dedica espacio alguno, al menos de estos que tienen tanto eco y ascendente entre la opinión pública, a tratar otras cuestiones más comunes a todos y de mayor utilidad pública, como por ejemplo, el acoso inmobiliario (Mobing inmobiliario) que se  sufren los vecinos, casi siempre personas muy mayores, de pobres recursos, en la zona del Ravall barcelonés. O, por citar otro ejemplo, el tema de la precariedad de la atención médica de urgencias en cualquiera de los hospitales comarcales del radio de Barcelona, Bajo Llobregat, etc., en que un accidentado no grave puede pasar seis, siete o más horas esperando la urgente ayuda médica. Pero, bueno...esto sólo lo sabe el que lo sufre y quienes estén más cercanos a él. El resto , todos los demás, estaremos deleitándonos y alimentándonos de basura mediática con las estafas inmobiliarias de algunas de las muchas que hay, destapadas ahora oportunamente, o viendo el numerito montado en torno de los okupas(allanadores de morada ajena) de una nave vacía, pero con dueño, del Poble Nou de Barcelona.


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 22 de marzo de 2015: He revisado y corregido los comentarios dedicados a la obra de Quevedo, "La vida del buscón..." . Libro leído en el 2006, año de la realización de estos comentarios.