miércoles, 8 de julio de 2015

Historia de la columna infame, de Alessandro Manzoni, con una nota de Leonardo Sciascia,


Historia de la columna infame, de Alessandro Manzoni, con una nota de Leonardo Sciascia, Editorial Bruguera, 1984, Colección Libro Amigo. Título original: Storia della colonna infame, traducción Elcio Di Flori.
Libro de tan sólo 176 páginas de letra grande, cuya lectura me resultó  muy pesada. Especialmente la parte escrita por Manzoni. No así la introducción o comentario precedente firmado por Sciascia; escritor italiano ya conocido por mí, porque había leído su obra “Todo modo”, que me agradó. De hecho, antes de escribir este comentario, releí con  detenimiento la nota de  Sciascia, lectura que considero imprescindible para una mejor comprensión de la obra de  Alessandro Manzoni, escrita por éste a modo de apéndice, dado su contenido, a su célebre novela histórica “Los novios”(*). En este apéndice quiso constatar razonadamente la  iniquidad cometida por unos jueces inicuos, Monti y Visconti, unos “burócratas del Mal”, como los define Sciascia, individuos que actuaron  ciegos ante las evidencias,  impulsados por una  soberbia e impiedad superiores.

Hay que resaltar que fue un hecho real, ocurrido en Milán, en 1630, siglo XVII, entonces gobernado por los españoles, durante el reinado de Felipe IV y con Francia como enemigo de España. Manzoni se basó en los  documentos del proceso judicial. El título  alude a la columna que los jueces mandaron levantar  en donde antes estaba la casa de uno de los injustamente incriminados, a modo de recordatorio tanto del supuesto crimen cometido( propagación de una plaga) como de la pena por ellos impuesta a los “criminales”. 

Los capítulos que relatan los sucesos y sus protagonistas, los pobres diablos que la falta de escrúpulos de unos jueces inicuos primero incriminó, y, posteriormente, castigó con suma crueldad, resultan conmovedores y desagradables. No fueron, sin embargo,  la causa de que la lectura de este pequeño libro se me hiciera tan farragosa; sino las constantes y numerosas citas de juristas y autores latinos e italianos en torno a la aplicación o no de la tortura, así como otras cuestiones de conciencia, legales y éticas. Me resultó- reitero- muy denso. En muchas ocasiones tuve que releer las frases o textos con el fin de enterarme, o, tal vez, creer que me enteraba.

Sciascia  en su comentario, resalta cómo  tan injusto juicio fue abordado primeramente por Pietro Verri, célebre filósofo, economista y periodista  italiano, en su obra “Observaciones sobre latortura”, siglo XVIII,  poniendo el punto de mira y reprobación en los perniciosos métodos empleados, o sea, en la aplicación de torturas a los reos. Para posteriormente Manzoni, en el XIX, abordarlo ya en torno a la cuestión moral de la responsabilidad individual de los jueces. Jueces  que condenaron a unos inocentes, a sabiendas que lo eran y no repararon en los medios ni en los modos de justificar su villanía. Y no bastándoles lo hecho, hicieron levantar un monumento como recordatorio de la injusticia.
Al parecer esta obra de Manzoni está considerada como antecedente de la novela de investigación policial.
Para terminar, reproduzco unas reflexiones de Sciascia, a mi modesto entender,  de eterna vigencia, desarrolladas en su comentario a “La Columna infame”:

“…ya que los malos gobiernos, cuando se hallan frente a situaciones que no saben o no pueden resolver, y que ni siquiera tratan de afrontar, han recurrido siempre al expediente del enemigo externo al cual endilgar todos los contratiempos y calamidades”.(P. 9)
“la mediocre personalidad de los acusados hizo que la opinión de la mayoría se limitase a considerar la conspiración como puramente delictiva, y no política (interna o externa), y a creer que no aspiraban a otra cosa que al desorden, al robo y al saqueo”.
Los jueces instructores Monti y Visconti, eran venerados por “toda Milán por la rectitud, la probidad, la inteligencia, la inclinación al bien público, el espíritu de sacrificio y la gran valentía civil” en palabras de Nicoli (“Peste e untori”,1937,) que Sciascia compara con parecidos términos o concepciones de Charles Rohmer, en su libro “El otro”, año 1945,  en relación a los verdugos nazis, que los describe así :"eran sentimentales, buenos padres de familia, amantes de la música y respetuosos de los animales. “ Seguida de esta tremenda afirmación, “Aquellos jueces fueron 'burócratas del Mal',  a sabiendas”(p.10 y 11)
"Los errores y los males del pasado no son nunca pasado, y es preciso vivirlos y juzgarlos de continuo en el presente si queremos ser de veras historicistas. El pasado que ya no existe - la institución de la tortura abolida, el fascismo como pasajera fiebre de vacunación - pertenece a un historicismo de profunda mala fe, cuando no es profunda estupidez. La tortura todavía existe. Y el fascismo sigue vivo".(p.16)
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(*)Seguidamente, transcribo(copio y pego) la valoración que Wikipedia hace de "Los novios", obra de la literatura italiana junto con la "Divina Comedia" de Dante, "más importante y estudiada en las escuelas italianas".

"Como novela histórica, Los novios fue inspirada por el Ivanhoe de Walter Scott, y es la primera novela histórica italiana. Pero lejos de ser un mero trabajo de ficción histórica, la novela trata una variedad de temas: desde la cobardía, la naturaleza hipócrita de un sacerdote (Don Abbondio) y la heroica santidad de otros (Padre Cristoforo, Federico Borromeo), hasta la fuerza inquebrantable del amor (la relación entre Renzo y Lucía y la lucha de estos novios para poder finalmente reencontrarse y casarse), y ofrece algunas agudas observaciones sobre los meandros de la mente humana.El protagonista de la novela es la Divina Providencia, «epopeya de la providencia», dijo Attilio Momigliano. Al final del libro, se dice: «Después de debatirse largamente y buscar juntos, concluyeron que los problemas a menudo vienen, sí, porque les damos motivo para ello; pero que la conducta más cauta e inocente no es suficiente para mantenerlos lejos; y que cuando vienen, con culpa o sin ella, la confianza en Dios los dulcifica, y los hace útiles para una vida mejor. Esta conclusión, aunque la encuentra la gente pobre, nos ha parecido tan justa, que hemos pensado en ponerla aquí, como el jugo de toda esta historia. [...]».Quizá no esté suficientemente valorada fuera de Italia, donde la novela está considerada una verdadera obra maestra de la literatura italiana y una de las grandes novelas europeas del siglo XIX. Aunque hay excepciones: Johann Wolfgang von Goethe, por lo demás muy alejado de la visión católica de Manzoni, sentía gran admiración por esta novela. También era una de las novelas favoritas del escritor español Pedro Antonio de Alarcón.Merece la pena destacar que muchas expresiones, citas y nombres de la novela se usan normalmente en Italia, como «Perpetua» o «Questo matrimonio non s'ha da fare» («Este matrimonio no ha de celebrarse», usado irónicamente)."

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domingo, 5 de julio de 2015

La muerte del individuo(Papini/Huxley)



El Libro Negro, Giovanni Papini Conversación 67VISITA A HUXLEY (0 LA MUERTE DEL INDIVIDUO)
Comenté que de vez en cuando releía algunos de los capítulos del Libro Negro, de Papini. Libro continuación de "Gog", nombre  del protagonista  y singular personaje de ficción creado por el también singular- a mí modesto entender - que fue el escritor italiano Giovanni Papini. Célebre autor del pasado siglo XX.  Papini murió, pero no su creación, "  Gog",  cuyas reflexiones y enseñanzas, algunas sabias y otras más bien locuras e inimaginables cuando fueron escritas, continúan vivas, porque describen -desgraciadamente- nuestra realidad inmediata y presente.
Hoy, 5 de julio de 2015, día en que el pueblo griego  decidirá  en  referéndum acerca de, según he leído en la prensa, "unas  enmarañadas preguntas" que sus actuales gobernantes le han planteado, me ha parecido oportuno resaltar algunas de las frases que Papini pone en boca de Huxley, el autor de “Un mundo feliz. Para ello he copiado y pegado el texto de la conversación 67, sacado de librosmaravillosos.com  
“La bondad y la tenacidad de un amigo lograron satisfacer mi viejo deseo de interrogar a Aldous Huxley sobre el porvenir del hombre(…).
¿Cuál será la condición futura del hombre? Huxley ...respondió(...)— Le haré conocer mis últimas previsiones deseando que resulten vanas y falaces.
»Lo que se llama ahora "edad atómica" es, a mi parecer, la crisis del paso del estado anárquico de la inteligencia humana al estado celular y gregario al que probablemente estamos destinados. (…) El hombre ha creado mundos imaginarios, ha construido edificios frágiles, se ha entregado a encantamientos debilitantes, se ha enviciado con estupefacientes espirituales nocivos, ha intentado evasiones que concluían por duplicar su esclavitud. Dicho colapso comenzó a manifestarse en el ochocientos. El romanticismo, el individualismo, el anarquismo, el esteticismo, el satanismo, todo ello precedió, mediante la disgregación de la sociedad, de la familia y del alma, a la disgregación del átomo operada por los físicos. La inquietud moral, la alineación progresiva, el pesimismo radical, la inestabilidad social, la ruptura con las tradiciones y la decadencia de las religiones, todo esto condujo a los hombres civilizados de nuestro tiempo a la amargura, al descontento, a la rebelión, al terror, a la manía del suicidio, a la previsión de un exterminio total de la especie humana.
»El hombre se está convirtiendo en siervo y súcubo de las máquinas; los pueblos se están transformando en masas anónimas, movidas y niveladas por un poder central autoritario y sin "control"(…)»Las tentativas de las dictaduras de nuestro siglo parecen haber fracasado, por lo menos parcialmente(..), pero sin duda alguna son los portaestandartes de un sistema social que, para evitar los errores, las demoras, los desórdenes, las dilapidaciones y los peligros de la edad parlamentaria, concluirá por reducir las naciones del mundo a hormigueros y colmenas.
»Sin saberlo tiende a la misma finalidad la imposición de los medios mecánicos en todas las actividades del hombre, hasta en las mentales. El triunfo de la Cibernética, que ya se prevé como inminente, acabará con los últimos vestigios de la iniciativa humana. En las grandes fábricas norteamericanas, que sirven de modelo para el resto del mundo, el hombre ya no es más que un adminículo de la máquina, aun cuando sea de carne, y forma parte de la gran máquina sin nada humana que algún día hasta prescindirá de élO sea: el hombre se está convirtiendo en una simple célula del Leviatán político y en un simple engranaje del inmenso monstruo de la máquina omnipresente y omnifactora. Presenciamos hoy un hecho que cien años antes hubiera parecido increíble la supresión y la muerte del individuo.
(…) El hombre, con tal de tener seguridad acerca de su alimento y de su paz está dispuesto a renunciar a todas las prerrogativas de la libertad, del genio, de la creación, del riesgo.(...) Éramos aves libres en el espacio, fieras independientes en la selva, pero ya se ha visto que no era posible continuar así, resultaba demasiado caro, era algo que ponía en peligro la existencia misma de nuestra especie. El mundo del futuro será muy semejante a los hormigueros, a las colmenas, a las moradas de los comejenes. El yo será muerto, se renegará de la fantasía, el individuo será reprimido y oprimido, la libertad y la iniciativa serán abolidas; sólo a costa de ese durísimo precio podrá sobrevivir el género humano.
»Quizá también las hormigas, las abejas y los comejenes(…) en tiempos antiquísimos disfrutaron de genio e iniciativa libre antes de reducirse a su condición actual de sociedades instintivas y gregarias. (…). Tendremos que dejar a un lado cosas que para nuestros padres eran el tesoro más maravilloso del hombre la poesía, la libertad, la locura del genio, la autonomía del individuo. Pero no tendremos más remedio que hacer ese sacrificio si queremos salvar los bienes esenciales y primordiales: el pan, la seguridad, la existencia


Papini y Huxley, ¡un par de visionarios lúgubres para nuestra especie! Pero...¿tenían razón?


sábado, 4 de julio de 2015

Sala de lo criminal, de George Simenon

Curiosamente, todos los libros  leídos en  junio del 2015  versaron o surgió en ellos,   la arbitrariedad,  como sinónimo de inmoralidad, de  las decisiones tomadas por algún juez, a sabiendas de que éstas  eran injustas. Es decir, se abordaba la controvertida cuestión de los jueces inicuos(malos, malignos) y las  dañinas consecuencias de su prevaricación. Cuestión ésta de la justicia injusta,  al parecer, ineludible, en las sociedades humanas de todos los tiempos y lugares.

Empecé leyendo  “ Historia de la columna infame”, librito para mí muy denso,  que simultanee, con “Sala de lo criminal “, escrita por Georges Simenon en 1941, Luis de Caralt Editor, mayo de 1976, Colección “Las Novelas de Simenon”. El  título de la versión original en lengua francesa “Cour d’Assises”, traducción Ascensión Carmona, y  cubierta diseñada por Balaguer.

La trama es sencilla y los personajes para mi gusto poco atrayentes, pero, sin duda, prototipos  humanos.  Estos seres se dan y los hallamos  en nuestro entorno, tanto como las situaciones y los conflictos en torno a ellos descritos en la novela. El protagonista “Petit Louis” es - nunca tan bien dicho- un “pobre diablo”, cuya suerte, o más bien mala suerte, “desde la cuna comienza”, tal como nos cuenta "Soldado de levita", la bonita canción mexicana..




El  mérito principal de esta novelita, según creo,  está en la descripción del  juez instructor y de sus modos para instruir la causa. Pues este sujeto no busca la verdad, ni por ende, arbitrar justicia, es decir, la justa retribución según hacer, castigando al delincuente en proporción al delito cometido, pero y, principalmente, para exonerar al inocente. No.  Él, el juez, es “su Señoría”; mientras el otro, el juzgado, no merece, por su parte ni tan siquiera una humana mirada. ¡Qué altivez! Un soberbio 
a la par que parcial  intérprete de la letra que no del espíritu de la ley. Un rígido  cumplidor, eso sí,  del modus operandi procesal, acudiendo de continuo, para responder a cualquier banal pregunta, al informe de la causa. Muchos de sus razonamientos son a priori, pero él los entiende  infalibles.


Reproduzco, seguidamente, un párrafo bastante ilustrativo de mi  opinión respecto al juez:

Sólo le habían hecho comparecer una vez ante el juez de instrucción y el interrogatorio fue breve.(*) El magistrado…era un hombre seco, observador, de tal manera atento a su trabajo que no encontraba un momento para dirigir una mirada a Petit Louis. - Le hago comparecer en mi presencia para notificarle los cargos…( cinco y graves).Leyó con cuidado, tenía miedo de olvidarse algo…el juez levantó por fin la cabeza, sin admiración ni interés por el personaje que tenía delante, como si lo hubiera conocido de toda la vida y, sin embargo, le veía por primera vez…”(p.125-26)    (*) Tan breve que no le hizo pregunta alguna en relación a los graves cargos que le imputaban, ni entonces ni en todo el proceso de instrucción.

Otro de los aspectos interesantes hallados en esta lectura es la descripción espléndida que considero   hace el escritor belga  de la situación de indefensión del juzgado cuando éste es  un ser corriente, común, y , principalmente, sin muchos medios económicos,  tal como el Petit Louis de la novela. Mundo de la justicia humana, bien definido y delimitado para sus actores, los jueces, los letrados y abogados, los procuradores, los mediadores, los peritos, secretarios y funcionarios judiciales, pero que, para el resto, es la jungla inhóspita. Al que los que se ven obligados a acudir , en los inicios, van confiados en la propaganda repartida acerca de la misma, en relación a su imparcialidad y equidad. Pero luego, la realidad les demuestra que, como los que la imparten son humanos,  también ella goza de idéntica vil naturaleza. O sea, la injusta justicia humana, lenta, parcial y cara.


 












viernes, 19 de junio de 2015

Ascenzia, o de la elección a ciegas, (Libro Negro, de G. Papini)

Desde hace unos días, releo, escogido al azar, alguno de los pasajes o capítulos de "El libro negro" este para mí, espléndido libro del singular a la par que visionario escritor, Giovanni Papini. ¡Genial !

La pasada semana y de nuevo hoy, he releído con especial atención e interés el titulado Ascenzia, cuya lectura recomiendo.  Lo hallé y copié  de la página : ttp://www.venamimundo.com/Apuntes/Ascenzia.HTML .  Seguidamente, transcribo(copio y pego) las frases a mi modesto entender más relevantes  en cuanto a la enseñanza que creo  nos pretende dar.

"No pude permanecer más de veinticuatro horas en esta singularísima ciudad,(...) los habitantes están divididos en seis castas,(...)sacerdotes(...)  conductores del pueblo(...),  ricos y  comerciantes (...)  maestros y  artistas (...)los servidores y esclavos(...)  mujeres, de cualquier condición o estado que sean, (...) Todo ciudadano, sea hombre o mujer, debe llevar en el pecho un trozo de género en forma rectangular donde está escrito con caracteres bien marcados su nombre y apellido, su dirección y la fecha de nacimiento. Así pues, con una ojeada a la ropa y al cartelito, cualquiera puede saber la casta, el nombre y la edad del que pasa a su lado, del que está sentado junto a sí, del que entra en una oficina o en un comercio. Nadie puede ocultar sus datos, el incógnito es juzgado como actitud culpable. El gobierno de Ascenzia es una democracia pura, pero de una forma completamente diversa de las demás. Los nombres de los ciudadanos cuya edad oscila entre los veinticinco y los sesenta y cinco años, son insaculados (*) en grandes urnas. Cada siete días un niño extrae un nombre, y el así designado por la suerte será rey de la ciudad durante una semana. Con el mismo sistema se extraen cien nombres más, y los agraciados desempeñan durante el mismo período de tiempo el oficio de parlamentarios.
 Pedí explicaciones...de tan absurdo método; ,... en las democracias todos aspiraban a mandar y gobernar. .. tal deseo era satisfecho con más generosidad ..., además, se evitaban los peligros de las camarillas y patrocinios, tan funestos para la libertad cuando el que gobierna permanece durante mucho tiempo en el poder.
 Le hice notar que en esa forma se suprimía lo que se llama en otras partes «elección», o sea, escoger a los mejores. Mi guía no se inmutó lo más mínimo por tan ingenua crítica, y me replicó
 - ... en las repúblicas, los hombres más inteligentes y honrados, procediendo por instinto y por autodefensa, rehuyen ocuparse en la vida política, la que es tenida por ellos como basta e infecta, de modo que los electores se ven forzados a elegir entre las personas menos geniales y menos íntegras. .. con nuestro sistema nadie puede rehuir el sacrosanto deber de guiar por turno la cosa pública, ... Al mismo tiempo se ahorra el gasto desenfrenado de mentiras y de dinero que se hace en las elecciones comunes.
 (...)En caso de que los designados por el sorteo sean imbéciles o malvados, poco es el daño que pueden hacer en el breve lapso de siete días; en cambio, si son personas rectas e inteligentes, la misma brevedad del tiempo acordado les estimula a proceder prestamente, a efectuar sin demora lo que consideran útil para el bien común. 
Y para terminar expongo mi sorpresa, pues lo desconocía, ante el hecho de que el sistema de la insaculación, o sea, la elección por sorteo de los dirigentes públicos  fue un método practicado  en los territorios de la Corona de Aragón. Dada su brevedad, a continuación copio y pego la información hallada en Wikipedia:
Ubicación de Corona de Aragón
(*)Insaculación
Se denomina insaculación (lat. in y sacculum, saquito) al procedimiento de elegir alcaldes, regidores u otros oficiales de justicia y de gobierno poniendo en un saco, bolsa o cántaro ciertas bolillas o cédulas. Es una de las forma de realizar por sorteo la elección ciega de una o más personas para los correspondientes puestos o responsabilidades.

En las bolas figuran los nombres de las personas capaces y después de haberlas mezclado bien se saca al azar las necesarias para que los sujetos cuyos nombres figuraban en ellas sirviesen a los empleos o cargos que se trataba de proveer.

Historia
En la Corona de Aragón, desde mediados del siglo XIV, la insaculación se había aplicado total o parcialmente para la provisión de magistraturas municipales. Sin embargo, fueron los privilegios concedidos por Fernando II de Aragón (privilegios de 1498, ampliados en 1499), los que establecieron el sistema insaculatorio en diversos municipios catalanes que más tarde se generalizó y extendió a otras corporaciones. La eficacia del sistema coincide con el descrédito de la elección mediatizada y no libre, motivo de partidismos locales y luchas intestinas en las ciudades. Por el decreto de Nueva planta (1716) se abolió el régimen de insaculación.

Este medio se usó mucho en Extremadura, Murcia y La Mancha y podía practicarse en cualquier pueblo donde se consideraba necesario por la autoridad política de la provincia para evitar los efectos de la rivalidad o ambición de los partidos o familias. La insaculación se decretaba de oficio o a instancia de parte y se hacía por el comisionado de la autoridad superior o por el vecindario con la intervención de aquél.





miércoles, 13 de mayo de 2015

El alcalde de Furnes (Las mujeres del alcalde), (G. Simenon) (3 y fin)septiembre, 2005

A veces pienso que mis comentarios acerca de los libros o lecturas diversas suelo enfocarlos, en demasía, sobre la cuestión social, los conflictos entre las personas en razón de su ideología, condición o clase, y olvido comentar aquellos otros aspectos más simpáticos e incluso más tiernos y sensibles que también atrajeron mi atención.


Con este libro de Simenon, tengo el mejor ejemplo. Después de Joris Terlink, protagonista indiscutible de la novela, los otros personajes que
tienen cierto protagonismo son mujeres. Todas le han dado o aportado algo a su existencia y a su particular, singularísimo, modo de ser. En primer lugar, obviamente, su madre, una impar vieja señora. Trabajadora incansable, que desprecia a los ricos y a la hipocresía por ellos encarnada, incluido su propio y único hijo. Para seguir con Thérése, su sufrida esposa y muda voz de su conciencia, similar al Pepito Grillo de Pinocho – “en sus miradas Terlink lee las palabras no dichas “que le inspiran un odioso desapego. Y el dúo de Marthe y María, con el que cierra su vida. Sin menoscabar u olvidar los airosos personajes de Lina y Manola, unas jóvenes sin prejuicios y con una visión y un mundo diametralmente opuesto, diferente, muy distinto, al del vetusto alcalde de Furnes. El de éste un convencional y retorcido mundo de intereses y convencionalismos formales.


Los pasajes referidos a las visitas de Terlink a la casa de Lina- habitación concretamente- en los que se describe el desorden allí imperante, con las ropas tiradas por doquier, incluidas las prendas íntimas, así como el desparpajo de las actitudes y conversaciones desenfadas de las muchachas, me resultaron divertidos. Especialmente la narración de la micción de Manola, escuchada perfectamente por el vejete... ¡Vamos, un sin fin de detalles pormenorizados y sustanciosos que dotan de realidad a la escena!

viernes, 8 de mayo de 2015

El Alcalde de Furnes (De lo privado)(2)G.Simenon , septiembre, 2005


Otra de mis entradas ya la dediqué a comentar el entorno público de Joris Terlink, el alcalde de Furnes.  Ésta la dedicaré a  comentar sobre aquellos aspectos de su vida   familiar. Por cierto, expuestos minuciosamente por el escritor belga, Simenon, relatando acciones de la vida cotidiana, del día a día, que permiten conocer con certeza cómo son- buenos o malos - los que nos rodean. Porque según  dice la cita evangélica, "por sus obras los conoceréis"
Estas particularidades del personaje, en su entorno privado y en sus relaciones con sus más directos familiares,  fueron   las que me impactaron y despertaron mi interés. Porque Terlink, el protagonista, es un muy  singular sujeto, lleno de antipatía y contrastes personales. Es descrito como sobrio, metódico, razonador avezado, receloso de todo y de todos, y repleto de raras inquinas personales, cuyas acciones son evidencias de coherencia, responsabilidad y rigurosidad. Así, nuestro duro y hasta cruel señor alcalde de Furnes, el Baaf, propietario de una importante fábrica de puros (tabaco) con plantaciones propias, es quien se ocupa, en persona, de las atenciones y cuidados más engorrosos e íntimos de su hija de treinta años. Subnormal de nacimiento, fruto único de su matrimonio. Tiene otro hijo, un varón, de unos veinte años, de una relación extra matrimonial. Al cual ha procurado manutención y ocupación hasta edad de  poder procurárselos por sí mismo. Pero a partir de entonces se ha desvinculado de él.
En franco contraste con la descripción de Terlink, está la de Léonard Van Haamme, su contrincante a la alcaldía. Hombre rico e influyente, perteneciente a una prestigiosa familia del lugar. Tiene un hijo y una hija jóvenes, criados como si no tuviesen padre debido a su total entrega a su carrera política. Este sujeto, Léonard Van Haamme, desconoce lo que pasa en su casa, lo importante para él es su cargo, sus influencias, y el qué dirán. Y deja lo privado y doméstico relegado hasta casi el olvido. Es capaz de prescindir, alejar o incluso vender a quien trastorne sus intereses o imagen públicos. Tal como hace con su hija, una adolescente embarazada, a quien echa de casa. Y se despreocupa del destino de la muchacha y del hijo que espera, es decir, de su nieto.
El burgomaestre de Furnes/Simenon, GeorgesEn la cubierta que Tusquets ha puesto a su edición de esta novela, aparece la imagen de un ejecutivo o ricachón de los años Veinte. A mi entender esta ilustración está  alejada de la del alcalde de  Simenon. Porque su traje habitual, el cotidiano, era adusto, más parecido al de la cubierta de Balaguer que ilustra la portada de la edición leída por mí,  de Luis de Caralt, 1975.


miércoles, 6 de mayo de 2015

El burgomaestre (alcalde) de Furnes, por George Simenon (1)– (De lo público)

Título original:"Le bourgmestre de Furnes", Librairie Plen, 1939, traducción de Julio Gómez de la Serna, Colección Las novelas de Simenon, Luis de Caralt Editor, 1975.

Esta obra de Simenon mantuvo despierto mi interés desde el principio hasta el final. Pero, a pesar de ello, tuve que releer despacio las últimas páginas, las que recogen el desenlace final de la historia, donde esperaba hallar alguna clave nueva acerca del para mí controvertido personaje protagonista. No la hallé y quedé igual que antes. Así, pues, expondré aquellos aspectos de la narración que a mí más me impresionaron.

El protagonista es un alcalde de pueblo de orígenes muy humildes. Sus logros en la vida en cuanto a posición, fortuna, etc., son fruto exclusivo de su esfuerzo personal, así como de sus trajines y maquinaciones, actos buenos y malos, pero suyos, un " self made-man", es decir, hecho a sí mismo. Un ser cuyo motor impulsor ha sido su gran ambición personal de riquezas, de estatus y de poder. Pretensión acompañada de un solapado "hatillo" repleto de soterradas envidias debido a su originaria clase social. Porque es un hijo del pueblo, del pueblo llano, padre pescador y madre vendedora de pescado.


El personaje, Terlinck, ha vivido obsesionado- según se le describe en la novela- primero por ser rico. Para seguidamente procurar figurar entre los que componen los círculos superiores sociales , reservados para los "más" encumbrados del lugar, o sea, para la élite. Esos pocos que, independientemente de su valía personal, mandan, han mandado, y siempre mandarán, ya que su prestigio y riquezas son legado familiar . Trasmitido de padres a hijos, y garantía de su éxito. Élite a cuyo alrededor gira el pequeño o gran mundo que conforman las relaciones sociales, políticas y económicas de la comunidad. La particular empresa que el burgomaestre( alcalde) se ha fijado será desplazarlos, relegarlos hasta la humillación.


Furnes es el municipio. Una alcaldía cualquiera, dirigida por este nuevo rico sin abolengos. Hombre sagaz, poderoso y temido, tanto como buen conocedor de los entramados legales y de las historias de todos. No debe favores a nadie. Su buena gestión municipal le avala. Sabe diferenciar, y diferencia, entre lo público y lo privado, tanto los dineros como las funciones, las responsabilidades y el ámbito de cada uno. Antes estuvo en la oposición. Y fue oposición única, o sea, el único que se enfrentaba con tenacidad y eficacia al equipo gobernante.

Junto con él, formando parte del gobierno municipal, son descritos otros personajes masculinos; que son más bien sus contrincantes. Todos encarnan  prototipos de roles públicos: notario, ex-alcalde, abogados, y secretario municipal. Este último representa especialmente  al funcionario público de postura acomodaticia (de peloteo) con el mandamás de turno, independiente de su, o no, afinidad o antipatía personal hacia el mismo. Prototipo, en suma, del adulador sumiso, vulgarmente denominado “pelota”.

Estos son, en general, los elementos principales del cuadro descrito en la novela. Pero aún vigentes en nuestra sociedad. Los cuales, debidamente matizados, pueden ser acoplados a las pequeñas historias locales de alguno de nuestros municipios.
Continuaré. En próximos comentarios hablaré del mundo privado del alcade de Furnes.