miércoles, 6 de mayo de 2015

El burgomaestre (alcalde) de Furnes, por George Simenon (1)– (De lo público)

Título original:"Le bourgmestre de Furnes", Librairie Plen, 1939, traducción de Julio Gómez de la Serna, Colección Las novelas de Simenon, Luis de Caralt Editor, 1975.

Esta obra de Simenon mantuvo despierto mi interés desde el principio hasta el final. Pero, a pesar de ello, tuve que releer despacio las últimas páginas, las que recogen el desenlace final de la historia, donde esperaba hallar alguna clave nueva acerca del para mí controvertido personaje protagonista. No la hallé y quedé igual que antes. Así, pues, expondré aquellos aspectos de la narración que a mí más me impresionaron.

El protagonista es un alcalde de pueblo de orígenes muy humildes. Sus logros en la vida en cuanto a posición, fortuna, etc., son fruto exclusivo de su esfuerzo personal, así como de sus trajines y maquinaciones, actos buenos y malos, pero suyos, un " self made-man", es decir, hecho a sí mismo. Un ser cuyo motor impulsor ha sido su gran ambición personal de riquezas, de estatus y de poder. Pretensión acompañada de un solapado "hatillo" repleto de soterradas envidias debido a su originaria clase social. Porque es un hijo del pueblo, del pueblo llano, padre pescador y madre vendedora de pescado.


El personaje, Terlinck, ha vivido obsesionado- según se le describe en la novela- primero por ser rico. Para seguidamente procurar figurar entre los que componen los círculos superiores sociales , reservados para los "más" encumbrados del lugar, o sea, para la élite. Esos pocos que, independientemente de su valía personal, mandan, han mandado, y siempre mandarán, ya que su prestigio y riquezas son legado familiar . Trasmitido de padres a hijos, y garantía de su éxito. Élite a cuyo alrededor gira el pequeño o gran mundo que conforman las relaciones sociales, políticas y económicas de la comunidad. La particular empresa que el burgomaestre( alcalde) se ha fijado será desplazarlos, relegarlos hasta la humillación.


Furnes es el municipio. Una alcaldía cualquiera, dirigida por este nuevo rico sin abolengos. Hombre sagaz, poderoso y temido, tanto como buen conocedor de los entramados legales y de las historias de todos. No debe favores a nadie. Su buena gestión municipal le avala. Sabe diferenciar, y diferencia, entre lo público y lo privado, tanto los dineros como las funciones, las responsabilidades y el ámbito de cada uno. Antes estuvo en la oposición. Y fue oposición única, o sea, el único que se enfrentaba con tenacidad y eficacia al equipo gobernante.

Junto con él, formando parte del gobierno municipal, son descritos otros personajes masculinos; que son más bien sus contrincantes. Todos encarnan  prototipos de roles públicos: notario, ex-alcalde, abogados, y secretario municipal. Este último representa especialmente  al funcionario público de postura acomodaticia (de peloteo) con el mandamás de turno, independiente de su, o no, afinidad o antipatía personal hacia el mismo. Prototipo, en suma, del adulador sumiso, vulgarmente denominado “pelota”.

Estos son, en general, los elementos principales del cuadro descrito en la novela. Pero aún vigentes en nuestra sociedad. Los cuales, debidamente matizados, pueden ser acoplados a las pequeñas historias locales de alguno de nuestros municipios.
Continuaré. En próximos comentarios hablaré del mundo privado del alcade de Furnes.



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