sábado, 20 de septiembre de 2014

El Abogado del diablo, ( 2) (Sacerdocio según orden de Melquisedec,Justicia y Paz)


De la superioridad del sacerdocio instituido según orden de Melquisedec( Justicia y Paz).


 Novela, pienso,   especialmente interesante para los creyentes seguidores del Catolicismo:
  “... la fe profesada por los cristianos fieles de la Iglesia católica, como así también a la teologíadoctrinaliturgiaprincipios éticos y normas de comportamiento derivadas(...)  se usa por lo general para hacer alusión a la experiencia religiosa compartida por las personas que viven en comunión con la Iglesia de Roma. ( Wikipedia).
Protagonizada por un sacerdote católico,  cuya línea argumental gira en torno al ejercicio de la función sacerdotal.  Función  mediadora y vocacional. Responde a una llamada de Dios, a quien darán cumplida cuenta de su ministerio.   Su ejercicio se fundamenta  en la práctica del amor a Dios y la caridad con su prójimo, en especial con el más desvalido, el ignorante, el alejado de Dios.
Pero quienes lo  ejercen  son 
vulgares seres humanos. Uno de nosotros.  Materia, pues, fácil para el pecado y el error. Y  como en todos los otros  servicios o encargos, los hay excelentes,  buenos,  mediocres (mayoría), malos, muy malos y pésimos.   

Debo resaltar que hasta esta segunda lectura  no percibí la profundidad del  drama vivido por su protagonista Meredith, desde que se sabe próximo a   responder ante el Altísimo sobre los  logros de su labor sacerdotal.   Vida consagrada a Dios,   transcurrida entre legajos, libros y  versados estudios doctrinales , pero lejana de la  labor primordial(básica, primera, fundamental) encomendada al sacerdote cristiano cuando fue ordenado  diciéndole: “tú eres sacerdote para siempre, según orden de Melquisedec. (Justicia y Paz ) Sacerdocio superior al levítico, tal como se lee en el N.T., “ mediador entre Dios y los hombres, tomado de entre los hombres, en favor de los hombres es instituido para las cosas  que miran a  Dios, para ofrecer ofrendas y sacrificios por los pecados, para que pueda compadecerse de los ignorantes y extraviados, por cuanto él está también rodeado de flaqueza, y a causa de ella debe por sí mismo ofrecer sacrificio por los pecados, igual que por el pueblo”.(Hebreos 5,1-3)

A través del su último trabajo como Abogado del Diablo, este hombre bueno tendrá la oportunidad salvadora de practicar la  Caridad, máxima de las virtudes.