jueves, 12 de octubre de 2023

Últimos días en Berlín, Paloma Sánchez-Garnica


 Últimos días en Berlín, Paloma Sánchez-Garnica, Finalista Premio Planeta 2021, Editorial Planeta, dic. 2022. Libro dedicado a “Manolo, por todo y por tanto…”

Voluminosa novela ambientada en los momentos históricos de la instauración del comunismo soviético en Rusia, y del régimen nazi en Alemania. La cual, pese a su extensión, mantuvo mi interés hasta el final.

El principal protagonista Yuri Santacruz, es un ruso de origen español que, siendo niño, le tocó vivir la Revolución Rusa. Y, posteriormente, ya joven adulto, el nazismo alemán. San Petersburgo (Rusia) y Berlín (Alemania) serán los escenarios principales.

La situación de precariedad absoluta, miedo, inseguridad y angustias por la que personas de clase acomodada, tales como Yuri y su familia, experimentaron tras el triunfo de la revolución bolchevique, en la Rusia de los años veinte del pasado siglo, es descrita con detalle. Dura experiencia en la que se vieron desposeídos de todos sus bienes, marginados, perseguidos y odiados, en un ambiente de general miseria, insalubridad, delación, barbarie y falta de lo más elemental, agravada con los durísimos inviernos rusos. Las descripciones de estos ambientes y las vicisitudes por las que atraviesan los personajes, me hicieron recordar “Aventura en Moscú”, de Cecil Roberts, (“Pilgrim Cottage”, título en inglés) ambientada, en parte, en aquella época y lugar. 

Pero es Berlín, a partir de 1933, con la subida de Hitler al poder, hasta el final de la SGM, el lugar y el tiempo en los que se centrará la historia. Se describen o son citados todos aquellos acontecimientos históricos más señalados, acontecidos en aquellos años, así como su repercusión sobre la población civil, como, a título de ejemplos, la noche de los cristales rotos, del 9 al 10 de noviembre de 1938, en Alemania. Y la masacre de Katyn, el asesinato de miles de polacos por parte de los soviéticos en 1940, pero atribuido a los nazis alemanes.

En la novela son reflejados los duros cambios producidos en estas sociedades, rusa, y alemana, respectivamente, producto del establecimiento de estos gobiernos totalitarios, en los que las libertades individuales y colectivas, así como los derechos humanos fundamentales como la libertad intelectual, son anulados, a la par que se popularizan las persecuciones, los chivatazos, la represión, los abusos de poder y la consideración como disidente a todo el que piense distinto de lo establecido por la jerarquía dominante. Creándose verdaderos estados de terror, con el agravante de que las condiciones de vida de la mayor parte de la sociedad, lejos de mejorar, empeora hasta límites inimaginables con la carencia de lo más elemental.

Otro de los logros hallados en la novela, estimo, son los encabezamientos con los principios de propaganda de Goebbels, con los que se inician muchos de los capítulos, anunciadores del rumbo de los acontecimientos descritos en ellos. Particularmente, llamaron mi atención, los siguientes:

Principio de orquestación. (pág. 72)

La propaganda debe limitarse a un número pequeño de ideas y repetirlas incansablemente, presentadas una y otra vez desde diferentes perspectivas, pero siempre convergiendo sobre el mismo concepto. Sin fisuras ni dudas.

Si una mentira se repite suficientemente, acaba por convertirse en verdad.

Principio de la vulgarización. (pág. 137)

Toda propaganda debe ser popular, adaptando su nivel al menos inteligente de los individuos a los que va dirigida. Cuanto más grande sea la masa a convencer, más pequeño ha de ser el esfuerzo mental a realizar. La capacidad receptiva de las masas es limitada, y su comprensión, escasa; además, tienen gran facilidad para olvidar.

Principio de la transposición. (pág.235)

Cargar sobre el adversario los propios errores o defectos, respondiendo el ataque con el ataque. Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan.

 

Compartiendo protagonismo con Yuri Santacruz, están Claudia y Krista, ambas enamoradas perdidamente del mismo hombre. Trío acompañado de un nutrido elenco de personajes secundarios entre los que quiero destacar a la Sra. Metzger, muy entrañable y Fritz, el honrado periodista. También, mezclados en la trama, aparecen muchos personajes reales, es decir, históricos. Figuras relevantes y conocidas tanto de entre los comunistas soviéticos, como de entre los nazis alemanes.

Igualmente me gustó que, lejos de lo que suelo encontrar en muchas de las obras de autores contemporáneos, es decir, de ahora, no hay el recurso – al parecer obligado- de detalles más bien escabrosos en cuestiones sexuales, rayando en la chabacanería y la grosería. En resumen, entretenida novela ambientada en momentos históricos vitales que conmovieron al mundo, y de cuya lectura aprendes mucho.

 

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