Su autor, Heinrich Böll, fue Premio Nobel de Literatura, en 1972.
La novela es más bien una crónica policial, inspirada en un hecho real. Fue publicada en 1974. Una manifiesta denuncia de Böll hacia los métodos indiscriminados, carentes de toda mesura y elemental ética, empleados por la prensa en general, y muy especialmente por los periódicos y publicaciones sensacionalistas que buscan, únicamente, vender. Manipulación, sexo, escándalo, es decir, todo aquello que alimenta y anima el morbo que todos llevamos dentro.
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29 de noviembre de 2016: La pasada semana, tras la muerte por infarto de la ex -alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, tuve la oportunidad de oír unas declaraciones del ex- ministro de Exteriores, García Margallo en las que manifestaba que lo que movió a la Sra. Barberá a permanecer como senadora había sido su voluntad de defender lo único que aún le quedaba después de haber sido desposeída de todo en su larga trayectoria política, y ese remanente era "su honor".
Sólo tuve ocasión de ver este trozo o corte informativo de la entrevista al
ex-ministro, pero suficientes para que en mi memoria se encendiera la luz
del recuerdo de esta obra del escritor alemán Heinrich Böll, que aborda
idéntica cuestión. Es decir, "los primitivos y a veces hasta
crueles métodos con los que la prensa amarilla tergiversa impunemente los
hechos, destruyendo con ello 'la salud, el honor y el buen nombre de personas
inocentes', que se convierten así en meros objetos de interés público. Un libro que todo el mundo
debería leer para saber hasta qué punto se han de recibir con prudencia las
noticias difundidas a través de cualquier medio de comunicación"
Las palabras en cursiva y entrecomilladas
corresponden a Berta Vías Mahou, en
su prólogo al libro citado.
28 de abril de 2018: El caso
Cifuentes resucitó en mi memoria "El honor perdido de Katharina
Blum" novela del escritor alemán Heinrich Böll, galardonado con
el Nobel de Literatura en 1972. La obra, basada en un
hecho real, se publicó en 1974, y tuvo inmediato éxito mundial. En ella Böll denunció
las infames malas prácticas periodísticas practicadas por un periódico
concreto, el Bild-Zeitung , prensa amarilla,
propiedad del grupo editorial Axel Springer AG. Particularidad que yo
desconocía, porque las dos veces que leí la novela me centré sólo en el
daño “gratuito” causado a la persona, a una simple y vulgar empleada del hogar.
En ambas ocasiones pasé por alto que el
gran logro del escritor alemán e importancia de esta novela, consistió en
mostrar la inmoralidad, tanto del máximo
responsable, el editor, como de los periodistas(los empleados) por sin
escrúpulo alguno, el todo vale
tanto a la hora de obtener datos como al escribirlos. En resumidas
cuentas: ficción y difamación bajo el concepto de periodismo con la finalidad
de vender.
Hecho – repito- desconocido por
mí hasta hace pocos días cuando llevada por la actualidad informativa,
centrada entonces, casi en exclusiva, en vituperar a Cristina Cifuentes, la
presidenta de la Comunidad de Madrid por el Partido Popular, recordé este
librito, cuya lectura recomiendo. Porque lo allí contado por Böll es universal, extensible a
cualquiera de las otras sociedades modernas actuales, en las que algunos
medios de comunicación de gran difusión entre la opinión pública general, con
sus informaciones- falsas o verdaderas, pero tendenciosas y manipuladas, van
destinadas tanto a crear como a destruir personajes públicos.
Pero lo peor- reflexiono- es
que tan deleznable acción queda impune. Y, además, se repite y repite,
sin que se levanten muchas y airadas voces reclamando ética (MORALIDAD)
periodística. Opino que tanto el medio, como el "profesional"
que se hubiere prestado a ello, deberían
recibir SANCIÓN PROPORCIONAL AL DAÑO CAUSADO, Y HASTA
LA EXPULSIÓN DEL EJERCICIO DE LA PROFESION. Y todo ello, además, sin que
haya necesidad de un procedimiento judicial NI una condena por libelo. Se deben
arbitrar medios y controles eficaces para que EL PERIODISMO SEA
UNA PROFESIÓN DIGNA, y los periodistas cuenten la Verdad, la Verdad pura y
dura y en tiempo real, o sea, cuando ocurra.
En el caso Cifuentes, es decir, en el caso real
español, han coincidido las cuestionables malas prácticas periodísticas
tanto del medio de izquierdas, diario.es, el que publicó lo del máster sobre la base de
datos obtenidos por un docente resabiado por métodos más que irregulares, como el periódico Okdiario.com que publicó ( lo
que ya no tiene nombre) un vídeo del año 2011, de una cámara de
seguridad de un supermercado. Asunto, resumiendo, en el que el
corporativismo de la clase periodística española se ha puesto de manifiesto al
no haberse producido una descalificación general por publicar información
obtenida por tan poco ortodoxos métodos.
11 de agosto de 2018: El intempestivo
nombramiento por parte del IE de la esposa de Pedro Sánchez, Begoña Gómez, pone
otra vez a los dos medios antes apuntados, diario.es y okdiario.com, en la
diana informativa. Aunque ahora, al parecer, cambian los tercios,
diario.es omite y Okdiario da.
6 de junio de 2022: Y como buen ejemplo del papel del mal periodismo en España, y muy especialmente en Cataluña, detallo enlace con artículo publicado por eltriangle, en que pone de manifiesto cómo TV3 no informa de noticias capitales, tal como la comparecencia de Artadi ante el juez Aguirre en relación a la trama rusa en los hechos de octubre de 2017.
"los responsables de los informativos de TV3 consideraron que la posible noticia no tenía ningún interés para su audiencia. O que era mejor que esta audiencia no supiera que Puigdemont y Artadi estaban negociando con unos misteriosos personajes el aval a la independencia de Catalunya a cambio de la ayuda militar de 10.000 soldados rusos, 500.000 millones de euros, una conversación telefónica del expresidente catalán con el presidente ruso, Vladimir Putin, y la conversión de nuestra comunidad en un paraíso fiscal para las criptomonedas."