sábado, 4 de enero de 2014

El extraño caso del Dr. Jekyl y Mr. Hyde, de Robert Louis Stevenson, julio 2005

He leído la edición especial publicada por El Mundo, Unidad Editorial, S.A., 1999, libro número 20, de la Colección Millenium, las 100 joyas del milenio. Traducción de Domingo Santos y prologado por Eduardo Mendicutti. Este prólogo es, pienso, una magnífica y sintética reflexión sobre la dualidad de la naturaleza humana, inclinada tanto al bien como al mal; de la cual extraigo y reproduzco a continuación algunas frases muy significativas.

"...el mito del hombre honrado y digno que se transforma en su otro yo, malvado y despreciable...cuenta a su favor, en el inconsciente colectivo, con la fascinación que siempre ejercen los comportamientos degenerados y los hundimientos morbosos en la ignominia y la perversión, sobre todo si se producen desde las alturas más o menos llamativas y ejemplares del éxito y la respetabilidad."

"Stevenson...se aproxima...al misterio del alma humana: somos luz y oscuridad, claridad y sombra, misterioso recinto en el que se libra la eterna lucha entre el bien y el mal."


El relato trata una sencilla historia con moraleja clara: los peligros ciertos que pueden derivarse de los experimentos incontrolados realizados por supuestos científicos, en apariencia honorables y honestos, cuando en realidad son individuos mezquinos sin ningún tipo de orden moral ni freno personal. Gentuza que usa su prestigio y buena fama para la realización de las más abyectas e inhumanas pruebas. Lo más positivo de esta ficción es que el inventor acaba siendo víctima de su propio invento.

Con la figura del en apariencias honorable doctor Jekyl me ha pasado exactamente lo mismo que con aquella otra figura literaria también creadora de un monstruo, el doctor Frankestein que no me fue nada simpática. Creo que me han dado más lástima, muchísima más, las odiosas criaturas por ellos creadas.





viernes, 3 de enero de 2014

El tercer hombre, de Graham Greene


Graham Greene fue mi autor preferido durante muchos años; había leído y releído algunas de sus más conocidas obras  como “El Poder y la Gloria” , “El Factor Humano”, “El Capitán y el enemigo”, “Monseñor Quixote”, y muchas de sus narraciones breves. Y también, sin duda, había leído, aunque en otra edición, “El tercer hombre”. Esta versión que paso a comentar está editada por Unidad Editorial, 1999, Colección Millenium, las 100 joyas del milenio , publicada por El Mundo, título original “The Third Man”, traducción de Barbara McShane y Javier Alfaya, ilustración Mariana Laín y  prólogo de Manuel Vázquez Montalbán. Una  sencilla a la par que profunda introducción al autor y su obra, cuya lectura íntegra recomiendo.
 
Supongo que algunos de los  como yomayorcitos yatengan al “El tercer hombre”, la película de Carol Reed, como un clásico, además de vista y revista un montón de veces, y siempre, con verdadero placer, por la interpretación de los actores, los paisajes e imágenes, por cierto en blanco y negro, el ambiente recreado, la trama argumental y la música, la sin par melodía de AntonKaras. ¡Espléndida película! Fue ella, la película, la que me llevó, la primera vez, a la lectura del libro en cuya introducción, el propio autor, Graham Greene, reconocía que éste era más bien un guion, circunstancia citada por Vázquez Montalbán en su prólogo. Pocas diferencias hay, pues, entre uno y otra. Y en uno y otra queda  inmortalizado el tipo humano carente de prejuicio moral alguno que por dinero  y en aras exclusivas de su propio y personal, egoísta, interés propio, va por el mundo engañando, robando, disimulando y, lo que sea… sólo es fiel a sí mismo, sólo quiere su bienestar, los demás le importan un comino. Ser, por otra parte, bien conceptuado entre los suyos porque, simplemente, no le conocen bien.



En cuanto al personaje del escritor mediocre y coprotagonista de la novelita, coincido con Vázquez Montalbán en que personifica, o en él G.G. ha querido personificarse a él mismo y a todos los que como él, seres comunes, corrientes, de espíritu tibio, repletos de incertidumbres y miedos personales, en determinadas ocasiones, cruciales ocasiones,  movidos por sentimientos altruistas y amor sincero hacia el prójimo más débil y desamparado, es capaz de sobreponerse a sí mismo y a sus propias y sabidas limitaciones en pro de un fin noble.  



jueves, 2 de enero de 2014

La vida del buscón... (Juicio errado), diciembre, 2006

De verdad, no sé por qué juzgué como positiva la actitud y las fechorías del pillastre Pablos, narradas en los capítulos de la primera parte del libro.(*) Porque las sinvergüencerías, aunque dichas graciosamente, son y siguen siendo, eso, sinvergüencerías. Y lo que en esta parte del libro se  describe, aunque en tono de humor, sin tremendismos ni tragedia alguna, son los lamentables antecedentes familiares de este pobre Pablos, personaje nada afortunado, por cierto, con la familia que le tocó, con un padre ladrón y una madre literalmente bruja. Si a estas circunstancias le añades, las situaciones y los escenarios ambientales nada propicios para el desarrollo de virtudes y costumbres sanas, en los que, fuera ya del hogar paterno, hubo de batirse para sobrevivir, pues, parece claro o cuanto menos esperado, el resultado final. En la pág.81, hay una reflexión íntima del buscón Don Pablos, en la que expresa la influencia negativa de una mala parentela que reproduzco a continuación:

“Iba yo entre mí pensando en las muchas dificultades que tenía para profesar honra y virtud, pues había menester tapar primero la poca de mis padres, y luego tener tanta, que me desconociesen por ella…Decía a solas:” Mas se me ha de agradecer a mí, que no he tenido de quien aprender virtud, ni a quien parecer en ella, que al que la hereda de sus abuelos.”

Estoy plenamente de acuerdo con las reflexiones de este buscavidas,  divagaciones que él  ciñe sólo  a  los  valores que puede recibir el individuo según el entorno  familiar en que se desarrolla. Reflexión - pienso- reflejada también en el refranero popular con  "De casta le viene al galgo", o "No le pidas peras al olmo";  pero que habría de tenerse también en cuenta a la hora de la posibilidad , de la menor posibilidad, en cuanto oportunidades futuras de los seres humanos según la familia y entorno de su nacimiento. En resumen, la familia como factor determinante de la persona.


(*)http://silvialeyendo.blogspot.com.es/2008/03/la-vida-del-buscn-llamado-don-pablos.HTML
 

Doña Berta (Maternidad frustrada)( y 2)


Continuación.
"Doña Berta" se publicó en el último tercio del XIX , en aquel entonces en España el papel de la mujer,  rica o pobre, era de total sujeción y subordinación al de los hombres de la familia. Doña Berta, la protagonista, es un buen ejemplo de ello. La única fémina de cinco hermanos de una rica y linajuda familia de la comarca, poseedora de grandes propiedades, conservadas y acumuladas gracias a la  costumbre de los que más tienen,( y ésto en cualquier lugar del mundo) de casarse entre ellos, y de este modo, si no aumentan el patrimonio,  sí impiden que se disgregue. A este respecto, textualmente, dice Clarín en su obra: ”Los Rondaliegos no querían nada con nadie; se casaban unos con otros, siempre con parientes, y no mezclaban la sangre ni la herencia; no se dejaban manchar el linaje ni los prados”.

El momento histórico en que se desarrolla la primera parte de la trama es la segunda de las guerras civiles del  XIX y   los españoles estaban divididos entre carlistas(blancos) y liberales(negros). Al muy apartado mundo de los Rodariego(carlitas) llegó un militar herido del bando contrario, prendiendo, desafortunadamente, el amor  en los corazones del soldado y la joven .  En este contexto se nos relata cómo los hermanos de Berta, descritos como” buenos, afables, hacían obras de caridad…robaron el hijo a la madre soltera y lo dieron “a unos mercenarios, sin garantías de seguridad, precipitadamente, sin más precauciones que las que apartaban para siempre las sospechas que pudieran ir en busca del origen de aquella criatura”.  Sucintamente este es el drama expuesto en la novela que tiene su desenlace final cuarenta o cincuenta años más tarde, cuando de sus actores principales sólo quedaba una anciana sorda cuya conciencia de madre le impulsa a una irracional reparación al hijo por ella concebido, pero que no pudo conocer.

Muchos de los textos son deliberaciones propias del autor, Clarín, plasmadas en forma de acusaciones que  Berta hace tanto a sus hermanos como  a sí misma. Transcribo algunas de ellas:

“Pero si Berta se había perdonado su falta, no perdonaba en el fondo del alma a sus hermanos el robo de su hijo…la conciencia de la madre recobró sus fuerzas, y no sólo no perdonaba a sus hermanos, sino que tampoco se perdonaba a sí misma. ”Sí”, se decía; “yo debí protestar, yo debí reclamar el fruto de mi amor;…” (p.28)“Los Rondaliegos se habían portado en este punto con la crueldad especial de los fanatismos que sacrifican a las abstracciones absolutas las realidades relativas que llegan a las entrañas. Aquellos hombres buenos, bondadosos, dulces, suaves, caballeros sin tacha, fueron cuatro Herodes contra una sola criatura, que a ellos se les antojó baldón de su linaje”(p. 28)“Cuando la conciencia acusó a los Rondaliegos que quedaban vivos y les pidió que buscasen al niño perdido, ya no había remedio”.(p.29)Cuando moría el último hermano, Berta, … se arrojó sobre el pecho flaco del que expiraba y, sin compasión más que para su propia angustia, preguntó desolada, invocando a Dios y el recuerdo de sus padres… por su hijo…(p.29).“… y la pobre setentona lloraba a su niño…lloraba y amaba a su hijo con un tibio cariño de abuela; tibio pero obstinado…quejosa del mundo, del destino, de sus hermanos, de sí misma”.

Con la reproducción de los párrafos anteriores he pretendido mostrar  cómo tan detestable acción, la de frustrar  a una madre de tener a su hijo, tiene secuelas imborrables en la conciencia de quienes de un modo u otro son responsable de ello. La conciencia, el alma, el espíritu, nuestro yo, ente no tangible, pero que nos convierte, a los seres humanos, en los reyes de la Creación Divina.  
 ,  


miércoles, 1 de enero de 2014

Doña Berta, de Leopoldo Alas, "Clarín".(1)

aquellos_ primeros_ libros: ADIOS “CORDERA” Y OTROS RELATOS(ZURITA, LA IMPERFE...: Son narraciones breves del mismo autor de “ La Regenta” , Leopoldo Alas , “ Clarín” . En todos estos cuentos, el escritor denuncia situacion...


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2 de enero de 2014:




“Doña Berta” es el título de una novela corta , primera de la antología de relatos de Leopoldo García Alas- Ureña, alias “Clarín”, Libro RTV nº 38, Biblioteca Básica Salvat, Salvat Editores, S.A., año 1969, prólogo de José María Martínez Cachero. Es una segunda lectura y la realicé hace unos tres años. Estaba entre los libros leídos pendientes de comentario.


De esta novela, “Doña Berta”, recordaba como de mayor importancia, - ¡simple de mí! -  la denuncia del autor, Clarín, a los prestamistas y sus leoninos contratos. Particularidad que daba al relato un valor testimonial al describir, a mi modesto entender, con tanto acierto,  la universal práctica del abuso del más débil necesitado mediante recursos legales. En las páginas 46 a 48 del libro, se describe tanto al personaje don Casto Pumariega, como su modus operandi, un modelo de eterna vigencia : notario retirado de la profesión y usurero en activo servicio…gran coleccionista de fincas de pan llevar y toda clase de bienes raíces, se presentó…con aquella sonrisa eterna que había hecho llorar lágrimas de sangre a todos los desvalidos de la comarca…Y , siguiendo su costumbre, …odiaba los personalismos, y no veía en la parte contraria jamás un ser vivo, un semejante…Don Casto insistía en querer engañarla, en hacerle ver que no perdía a Susacasa necesariamente en las combinaciones que él le proponía…Siempre llamaba él posesión, por falsa modestia, a lo que sabía hacer suyo con todas las áncoras y garras del dominio quiritario que le facilitaban el papel sellado y los libros del Registro.”


 Antes de continuar con mi comentario, aclaro que la expresión “pan llevar” si bien se refiere a las tierras de cultivo de cereales, también representa, simbólicamente, a cualquier bien, como el pan, de uso cotidiano y necesario. Lo cual me lleva a pensar en la España de hoy y en las muchas viviendas de las clases modestas y media, adquiridas mediante préstamos con garantía hipotecaria, que, como todos sabemos, en estos tiempos de crisis económica y paro, sus amortizaciones no pueden ser atendidas y las han perdido o las perderán. Para negocio de los Don Casto del presente, los llamados fondos de inversión extranjeros y nacionales, cuyos dueños reales desconocemos, pero que se están quedando por cuatro chavos, grandes lotes inmobiliarios, comprados a la  Sareb o a las otras inmobiliarias de bancos y cajas.


Pero no quiero repetir mi error de antes, cuando mi primera lectura de esta novela de “Clarin”, porque la cuestión principal abordada es otra, también universal pero más importante, el derecho de una madre a tener y, sobretodo, criar a su hijo. El poder desarrollar ese “instinto” consustancial a su esencia de mujer, la hembra del linaje humano, para contribuir,  no se olvide, a la conservación de la especie. Por tanto, me resulta inexplicable, cómo tan trascendental cuestión, abordada por Leopoldo Alas en su novela, de modo tan claro y conmovedor, porque la historia es triste, lo pasé por alto. Tal vez la coincidencia, en estos momentos, de la aprobación(*) por los populares de la nueva regulación sobre el aborto y la repulsa y contestación de la oposición parlamentaria a la misma, haya contribuido a salir de mi  nuevo y craso error.


Sigue:


(*) 9 de agosto de 2014: A la fecha, hoy, los que ahora nos gobiernan, todavía siguen mareando la perdiz con este tema y aún no está aprobada la prometida en su programa nueva ley del aborto. Nueva ley que acabe con la legalidad del infanticidio, término real y tal vez más apropiado, realizado en nuestra sociedad  al amparo de la aún vigente ley, que fue impulsada y auspiciada por seres indignos de llamarse humanos. Sociedad en la que, desgraciadamente, la permisividad, la vileza y la degradación de costumbres reinan a sus anchas, ante la cobardía y pasividad de todos nosotros, sus componentes. Con la paradoja de que, por un lado se nos advierte de la progresiva y alarmante evolución creciente del envejecimiento de la población y sus repercusiones negativas en la elevación de los costes sociales de la seguridad social y la problemática del sostenimiento del actual sistema de pensiones. Y, por otro lado, se nos ofrece, al menos por algunos, la tabla de salvación de la inmigración prolífica;  sin hablar, por cierto, del coste  real y significativo, de toda índole, que el sostenimiento de éstos conlleva, algunos de cuyos resultados ya estamos sufriendo. Sin embargo, a la mamá del común se le ponen toda clase de obstáculos y si no se le ponen obstáculos, tampoco se le favorece de modo alguno. Carecemos de medidas reales y efectivas de promoción y protección de la familia, pero, y especialmente, de la protección y ayuda de aquellas mujeres que en solitario se atreven a traer una criatura al mundo. 





domingo, 29 de diciembre de 2013

Rumbo a La Habana ( y 2)

Continuación:

Esta entretenida novela es testimonio, según creo, de la realidad social cubana de las primeras décadas del pasado siglo.   


Panorama, por cierto, nada deseable,   en el que  una  mayoría de las gentes del lugar vivía en condiciones precarias y al servicio de extranjeros; que   son los que realmente  mandaban, con sus   tinglados y negocios, muchos de ellos sucios, a la búsqueda de ganancias fáciles.  Atraídos allí por  la laxitud de las leyes promovidas por instituciones y gobernantes corruptos. Los cuales pululaban a  sus anchas entremezclados con las llamadas élites de aquella sociedad. Con, obviamente, las mismas prácticas e iguales métodos que estas categorías sociales emplean en todos los tiempos y en cualquier lugar del mundo, es decir:  Fuertes vinculaciones entre ellos por razón de matrimonios, de parentesco,  profesionales o empresariales. El nepotismo y la  concentración de privilegios, en todos los ámbitos de influencia, desde el político al cultural. Practicantes empedernidos de la doble moral, o sea, rígidos con los demás y laxos hasta el infinito consigo mismos, etc. etc.  Todas estas características están encarnadas, según creo, en la figura del Príncipe Cravelli.


El personaje de “La Cubana”, eje de la trama, es una muy atractiva y sensual mujer, que se halla en el punto más alto de su carrera de bailarina de danza española, y goza de merecida fama .

El protagonista e hilo conductor de la novela es Brodie. Un joven culturalmente "mestizo",  de padre inglés y madre aristócrata italiana. Personaje  a través del cual  conocemos las historias y los  perfiles del resto de las figuras de la novela. Así como las características, las tradiciones, los entramados de poder y demás circunstancias de la sociedad cubana del momento allí descritas.

Cierro este comentario con la figura del lector en las fábricas de tabaco. Una particularidad exclusiva de aquel país, Cuba, cuando no había radios, ni obviamente televisiones, y que consistía en que una persona situada en lugar donde todos, preciso, más bien todas las trabajadoras manuales de las fábricas de escogida y despalillo de tabacos eran entretenidas y mantenidas en silencio, mientras escuchaban la lectura de alguna de las obras cumbres de la Literatura Universal. Particularidad sobre la cual no hace mucho tuve ocasión de leer, en el discurso que la recientemente desaparecida 
Doris Lessing pronunció cuando recibió el Premio Príncipe de Asturias

Discurso del cual  transcribo (corto y pego) el párrafo alusivo al lector de las fábricas de tabacos:

En Gran Bretaña, hasta hace poco, los sindicatos y movimientos obreros luchaban por tener bibliotecas, y quizás el mejor ejemplo del omnipresente amor a la lectura es el de los trabajadores de las fábricas de tabaco y cigarros de Cuba, cuyos sindicatos exigían que se leyera a los trabajadores mientras realizaban su labor. Los mismos trabajadores escogían los textos, e incluían la política y la historia, las novelas y la poesía. Uno de sus libros favoritos era El Conde de Montecristo. Un grupo de trabajadores escribió a Dumas pidiendo permiso para emplear el nombre de su héroe en uno de los cigarros.”

viernes, 27 de diciembre de 2013

Rumbo a La Habana, Cecil Roberts (1)

aquellos_ primeros_ libros: Rumbo a La Habana, Cecil Roberts: Amena novela que mantiene vivo el interés del lector hasta el final. Era una segunda lectura, pero a pesar de conservar- eso sí - un buen re...

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Es un libro pequeño y manejable editado por Luis de Caralt, año 1961, y difundido por Plaza & Janés, S.A.  Título original “Havana Bound” (1930), versión de A.C. y portada de Alvaro. Su lectura resulta amena e enriquecedora. En esta novela  Cecil Roberts muestra  su maestría en la descripción de tipos humanos universales, así como de los rasgos socio-económicos, políticos  e históricos que distinguen a las sociedades y a las gentes  que sirven de fondo a sus tramas. Dominio del que esta novela es un buen ejemplo y también las otras obras suyas que he tenido oportunidad de leer: “La vida une y separa”, Scissors (1923); Aventura en Moscú, Pilgrim Cottage (1933) y Queremos vivir, They Wanted to Live (1939). En todas ellas, a través de la trama argumental, el lector puede  acercarse a la realidad inmediata e histórica del país o zona del mundo en donde transcurre la acción. Escritor muy versado en cuestiones periodísticas y diplomáticas, de  prolífica producción como lo demuestra su extensa lista de creaciones. He hallado pocos datos personales, íntimos, de Cecil Roberts, me agradaría tener un mayor conocimiento.

He rehecho buena parte de mi  reciente comentario sobre “Rumbo a La Habana”, esta interesante novela de intriga que tiene dos escenarios principales: un buque trasatlántico y  La Habana, la capital de Cuba, la Perla de las Antillas, la que un día fuera considerada como una de las más preciadas joyas de la imperial Corona Española.

La novela fue publicada en 1930 y consecuentemente la historia allí desarrollada nos acerca a la  realidad de aquel país en el primer tercio del pasado siglo XX, entonces una joven república, emancipada no hacía mucho de su metrópoli, España, en la que unos contados viven a cuerpo de rey, y, a pesar de ser ya muy ricos y poderosos, su desmedida codicia, les lleva a la consecución de nuevos y provechosos negocios lícitos, pero  moralmente ilícitos, que despiertan entre ellos, los muy avariciosos,  rencillas cruentas por mayores tajadas en el reparto del poder y de los recursos del país. Este es, en resumen, el paisaje de las relaciones humanas descrito como fondo argumental en la novela. Paisaje por otra parte universal, eterno, que es la avaricia incontrolada de unos pocos, cuyo continuo mal hacer, en el sentido más amplio, a la par de aumentar ilimitadamente sus riquezas, disminuyen las de los otros hasta arruinar al país entero.

Al interés despertado en el lector por  la intriga de la trama se une la descripción de parajes, ambientes, costumbres, y, especialmente, de la sin par Habana Vieja, su Paseo del Prado, su Malecón, las históricas edificaciones  y construcciones levantadas por los españoles,  las viejas mansiones de estilo colonial…  Porque muchas son las crónicas y los detalles del modus vivendi de los  cubanos  en los que está presente su ascendente español, desde comidas, muebles, gustos y básicamente las formas de ser y hacer del cubano. Al menos, pienso, así lo entendió Cecil Roberts y dejó constancia de ello en su novela.

Tras esta lectura, junio 2010, surgieron consideraciones nuevas. Está claro, reflexiono, de cómo con el tiempo y la edad cambia nuestra perspectiva de las cosas. Ahora considero que uno de los personajes más paradigmático sea el Príncipe Cravalli, un extranjero,  que encarna a la oligarquía político-económica del país, poseedora de inmensa fortuna, grandes extensiones de tierras (latifundios) y, por ende, poder. Unos pocos, contados,  en cuyas  sacas se concentra la casi total riqueza del país. Inmensas fortunas atesoradas por individuos sin escrúpulos mediante métodos tal vez legales, pero moralmente ilícitos y condenables (  explotación pura y dura del prójimo, usura, contrabando, tráfico de influencias, sobornos, especulación salvaje…). Oligarquía que, además, se cree, está convencida, de su superioridad sobre las gentes del lugar. Llegados a este punto, pienso, bueno, acaso quiero atribuir la opinión peyorativa con trazas de racismo vertida sobre los cubanos en la novela, por boca del personaje Cravelli, como un recurso literario del autor para hacernos ver la exacerbada soberbia del personaje. Con objeto de validar mi afirmación en este sentido,  transcribiré alguno de los párrafos leídos:
 
En las páginas 130 y 131, a través del personaje del Príncipe Cravelli, un aristócrata italiano, dice: “…aquí estás tratando con una raza mestiza, en la cual todos los elementos de la avaricia, la astucia y la cobardía se encuentran reunidos. Se enorgullecen de su ascendencia española, de ser descendientes de hidalgos españoles. Todo es mera presunción. La verdad es que la mayoría de ellos son descendientes de esclavos de las galeras, piratas y la hez de Europa, que encuentran oportunidad de ejercer su villanía en la ausencia de leyes … El súbito advenimiento de riqueza, creado por las plantaciones de azúcar, ha traído a la isla a todos los indeseables de otras tierras. En el gran juego de cartas que la vida ofrece, aquí, el premio es para el menos escrupuloso.”


Sigue.